El corazón latía de forma acelerada mientras que caminaba a la parte exterior de la casa de Leo.El viento me agitó el cabello desordenandolo pero poco me importaba.Eché una mirada atrás viendo todo incrédula.¿Cuándo había imaginado yo que terminaría viviendo con Leo?Voy a tener a su hijo.Nuestro hijo.Pero todo lo que hemos construido ha sido a base de mentiras.Tanto de su parte como de la mía.Le mentí sobre quien soy y ahora tengo que cargar con las consecuencias de mis actos.Vuelvo mis rostro a la carretera.Lamentablemente dejé mi teléfono para llamar un taxi pero puedo tomarlo en la avenida.Sólo espero que Leo no se de cuenta de mi ausencia.O por lo menos que lo haga cuando ya esté donde quiero estar.Frente a frente con la verdad.Veo venir un taxi y no dudo en detenerlo, me subo a el indicándole el camino al taxista.Estoy alerta.Con mi ser entero ansioso.Pero de lo único que estoy convencida es de que voy a proteger a mi hijo a capa y espada.Nadie va a hacerle daño
Melissa se miró por última vez al espejo chequeando que todo estuviera perfecto.Hizo un escaneo corporal completo, empezando por su cabello un poco ondulado en las puntas.Lleva el uniforme del café donde trabajaba y en el bolso llevaba los patines que completaban su uniforme.Por ahora llevaba un par de botas blancas que parecían muy caras aunque no lo eran para nada. Su tía Mirla era experta comprando cosas que fueran de esta manera.Siempre recalcaba a Melissa que al tener su belleza debía mantenerse perfecta para llamar la atención masculina.Melissa a penas se había graduado del High School con diecisiete años porque su tía decidió que los estudios no le servirían para nada. Mirla la había tratado toda su vida como una muñeca, con todo lo que implica la palabras.Melissa se había comenzado a maquillar a penas cuando tenía doce años para "realzar su belleza" según la tía Mirla quien pensaba que como lucía como una muñeca tampoco tenía sentimientos ni emociones como una.Melissa t
Solo a mi me puede pasar esto.Gruñó avergonzada Melissa en su interior.Cerró los ojos apretando los párpados deseando que todo fuera un sueño pero al volver a abrirlos se encontró con el rostro pétreo de su jefe.—No quería decir eso —gimió dejando caer sus hombros con unas inmensas ganas de llorar azotándola.Por primera vez en mucho tiempo se sentía cansada mentalmente y que la viera vulnerable su jefe era lo que menos quería.—Sube al auto, necesitas un baño y ropa limpia, te llevaré a casa.La voz varonil de su jefe llamó la atención de Melissa logrando que saliera de sus pensamientos.Para ella se había vuelto una costumbre alejarse lo más que pudiera de ese hombre del cual pensaba que era una tentación imperiosa.—No, voy a mojar tu auto y...—No hay problema Melissa, entra ya o te resfriarás.Por primera vez en mucho tiempo Melissa alzó los ojos directamente hasta encontrarse con los de su jefe y recordó exactamente el porqué había estado evadiéndolo por tanto tiempo indistin
Mientras Melissa se deslizaba por la habitación de Sienna observaba todo a su alrededor.Leo se había hecho cargo de sus sobrinas Sienna y Claudia desde que su hermano mayor había muerto en un accidente automovilístico junto con su esposa, la madre de las niñas.Por lo que Melissa sabía Leo se había convertido en un buen padre para las chicas siempre dándoles todo a su alcance.Sienna es una adolescente de diecisiete años de edad demasiado mimada y odiosa para su propio bien pero cuando estaba su tío a su alrededor su actitud cambiaba cien por ciento. Mirando su habitación casi parecía una habitación normal de una adolescente y no la de una niña calculadora como era en realidad.Melissa se fijó en la fotografía familiar que Sienna tenía en su habitación y sonrió ineludiblemente ante la bonita imagen de Leo cargando a sus dos sobrinas, todos estaban sonrientes. Felices a pesar de todo lo que les había pasado en la vida.Una perdida tan abrupta pero Leo había sido su luz en la oscuridad
Narra Melissa:Nunca había visto a Leo tan furioso en la vida lo que me hacía pensar en que realmente estoy en serios problemas por culpa de Celeste.Tengo muchas cosas en contra.Lo que pasó esta mañana.Él no había indagado demasiado sobre mi llegada tarde y no estoy muy segura de que de verdad haya creído que mi teléfono no sonó.A pesar de eso Leo se había portado super bien conmigo y me había llevado a su casa para ayudarme y ahora pasaba esto gracias a Celeste.Siempre trato de evitar a esta mujer insufrible.No sé por qué le gusta hacer este tipo de cosas contra nosotros pero esto ha sido la gota que derramó el vaso.Si Leo me echa de Black Cat Celeste lo pagará muy caro.Estoy harta de ella.—Obviamente la torpe de Melissa tiró las cosas a propósito para que a nuestro cliente le cayera todo encima —espetó Celeste interpretando su papel de víbora.¡Era tan ruín!Demasiado mala para ese pequeño cuerpo.Yo miré al cliente que me había ayudado a levantarme y noté que efectivamente
Después de lo que pasó con Celeste todos comenzaron a llegar hasta donde yo estaba para saber si estaba bien.Gine incluida a pesar de siempre mirar al resto del mundo como si no le importara nadie.Sabía que detrás de su fachada de chica mala hay una niña muy dulce.La tarde pasó con rapidez en la cafetería y se siente un ambiente ligero a partir de que Celeste se fue.Todos lo hemos notados así que hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos.De vez en cuando siento la mirada penetrante de Leo encima de mí erizándome la piel.No tengo ni la menor idea de cómo lo logra pero lo hace.Me muerdo el labio inferior entrecerrándolo con mis dientes ligeramente ansiosa por los sentimientos que despierta en mi pero que me enfoco por ignorar.No puedo ni siquiera imaginar que Leo me guste un poco porque es absurdo.Él no es nadie.Apenas tiene Black Cat.Además por lo que sé, cuando no está aquí está haciendo carpintería.Lo supe porque una vez escuché a Delia decirlo, que le había hecho una
— ¿No puede haber nadie más que me entrene, como Celeste? —se quejó Sienna y por primera vez en mi vida estoy de acuerdo con esa niña mimada.Cuando Leo me dijo que lo ayudara a entrenar a la nueva jamás pensé que se tratara de Sienna.Esa chica me odia desde el primer día que me conoció y lo peor es que no entiendo el porqué.Pienso que es como una encarnación del mal.Es dulce y cariñosa con su tío pero en cuanto este se va ella es otra.Me saca de quicio además de que se llevaba bien con Celeste.En su defensa Celeste engaña a las personas para usarlas y cuando estas no hacen lo que ella quiere finalmente saca sus uñas.Lo único bueno es que ya no la veré más.Lo malo es que está Sienna en su lugar, no salgo de una para entrar en otra.—Celeste ya no trabaja aquí Sienna, no sé porqué no quieres que Melissa te ayude pero lo hará —afirmó él separándose de nosotras—. Ve a ponerte los patines.Sienna asintió no muy conforme pero fue a buscarlos mientras que él me lanzaba una mirada que
—Oh, veo mucha tensión sexual ahí —dijo Greg susurrándome al oído y yo me aparté de él entornando los ojos.Le encanta molestarme.A veces creo que vive para eso.—Niño, no sé de qué me estás hablando.Miento evidentemente ayudando a limpiar la mesa que recientemente han desocupado.—Mujer, sí que lo sabes.Puede verse a kilómetros como él se muere por ti y tu por él.La afirmación de Greg lejos de desagradarme hace que mi vientre se apriete y el cosquilleo ya conocido volviera.Algunas personas podrían llamarlo el aleteo de mariposas.Yo traté de confundirlo con náuseas aunque fueran tan distantes como la luna del sol.—Cierra la boca.Estás alucinando —le dije chasqueando mi lengua para después entrecerrar los ojos y girarme a tomar un nuevo pedido.—Sabes que yo tengo la razón —susurró pasando por mi lado Greg.Bufé por lo bajo y seguí en mi trabajo.Una que otra vez ayudé a Sienna en cosas que no sabía pero terminaba ignorándome y haciéndolas por su cuenta cosa que me irritaba de