— ¿No puede haber nadie más que me entrene, como Celeste? —se quejó Sienna y por primera vez en mi vida estoy de acuerdo con esa niña mimada.Cuando Leo me dijo que lo ayudara a entrenar a la nueva jamás pensé que se tratara de Sienna.Esa chica me odia desde el primer día que me conoció y lo peor es que no entiendo el porqué.Pienso que es como una encarnación del mal.Es dulce y cariñosa con su tío pero en cuanto este se va ella es otra.Me saca de quicio además de que se llevaba bien con Celeste.En su defensa Celeste engaña a las personas para usarlas y cuando estas no hacen lo que ella quiere finalmente saca sus uñas.Lo único bueno es que ya no la veré más.Lo malo es que está Sienna en su lugar, no salgo de una para entrar en otra.—Celeste ya no trabaja aquí Sienna, no sé porqué no quieres que Melissa te ayude pero lo hará —afirmó él separándose de nosotras—. Ve a ponerte los patines.Sienna asintió no muy conforme pero fue a buscarlos mientras que él me lanzaba una mirada que
—Oh, veo mucha tensión sexual ahí —dijo Greg susurrándome al oído y yo me aparté de él entornando los ojos.Le encanta molestarme.A veces creo que vive para eso.—Niño, no sé de qué me estás hablando.Miento evidentemente ayudando a limpiar la mesa que recientemente han desocupado.—Mujer, sí que lo sabes.Puede verse a kilómetros como él se muere por ti y tu por él.La afirmación de Greg lejos de desagradarme hace que mi vientre se apriete y el cosquilleo ya conocido volviera.Algunas personas podrían llamarlo el aleteo de mariposas.Yo traté de confundirlo con náuseas aunque fueran tan distantes como la luna del sol.—Cierra la boca.Estás alucinando —le dije chasqueando mi lengua para después entrecerrar los ojos y girarme a tomar un nuevo pedido.—Sabes que yo tengo la razón —susurró pasando por mi lado Greg.Bufé por lo bajo y seguí en mi trabajo.Una que otra vez ayudé a Sienna en cosas que no sabía pero terminaba ignorándome y haciéndolas por su cuenta cosa que me irritaba de
Después de salir del trabajo me fui de inmediato a casa para alistarme para esta noche pero al entrar en la casa me di cuenta del desorde esta.La molestia palpitó en mi cabeza pero dejé escapar un suspiro y coloqué mi bolso sobre el mueble y comencé a arreglar todo.En cuanto terminé me fui a mi habitación.Afortunadamente mi tía aún no llega.Saqué un vestido de imitación que casi parecía real —el mismo que mi tía que me había dado especialmente para esta noche— y lo admiré en silencio.Es precioso aunque algo atrevido para mi gusto.De todas maneras tenía que usarlo.Lo dejé sobre la cama y me fui hasta mi baño donde me desnudé mirándome al espejo recorriendo con mi mirada cada detalle.El gimnasio me ha servido para tonificar mi abdomen y mis piernas haciéndome lucir mucho más sexy pero de alguna manera no me hace sentir muy bien que mi futuro esposo sólo esté interesado en mi cuerpo.A los hombres ricos les gustan las mujeres tontas y yo no soy eso pero trato de fingirlo frente a
—Buenas noches a todos —murmuré antes de que Greg abriera una silla para mi y me sentara en esta bajo la mirada fulminante de Sienna.Ella siempre me ha odiado pero puedo sentir la evidente tensión esta vez y también sé porqué.Es evidente que Greg le gusta.Pero debería saber que su problema no es conmigo sino con Gine.A pesar de que los dos estén siempre molestando al otro, siempre he creído que están enamorados.A pesar de que sus personalidades son contrarias.Gine, seria, malhumorada, de pocos amigos a quien no le gusta salir demasiado.Greg es todo lo contrario, burlón, divertido, coqueto por naturaleza, ama las fiestas y a las chicas, y las chicas obviamente lo aman a él.Es todo un badboy.Creo que lo único que tienen en común es que a ambos les gusta vestir de negro.Ellos en ocasiones se miran de una manera tan intensa que incluso puedo sentirlo yo misma.Supongo que los opuestos se atraen.Poso mis ojos en la sobrina de mi jefe que si sus ojos tuvieran el poder de convertir
Una de sus manos se dirigió a mi cintura mientras que la otra me sostenía la mano con sutileza. Mi cuerpo entero se sacudió ante la sensación de estar cerca de él. Mis fosas nasales inhalaron su aroma a perfume masculino. El mismo perfume que hace más de un año logra que mis piernas tiemblen sin remedio. Llevo mi otra mano hasta su hombro fuerte y los dos comenzamos a bailar a son de la música. Estamos tan endiabladamente cerca que mi cabeza comienza a imaginar un montón de locuras entorno a nosotros dos. Mis pezones se sienten aún más duros contra mi vestido —agradezco a Dios que nadie puede verlos a través de la tela— y vergonzosamente siento como la humedad crece entre mis piernas. No puedo explicar lo que siento hacia Leo y lo peor es que crece con cada segundo que pasamos juntos. Debería correr. Huir de él es la mejor opción pero no tengo valor para ello. Si lo hiciera de alguna manera sentiría un vacío dentro de mí. Lo sé porque es algo que ya he sentido antes. Sólo deb
Solté una carcajada fuerte al ver a Greg tambalearse mientras bailábamos.Hemos perdido la cuenta de cuántas cervezas nos hemos bebido.Los ojos del badboy se posan en mí fulminándome y yo sólo pude volver a reírme de él.—Estás más borracha que yo —afirma con voz seria pero puedo ver la diversión brillando en su iris.—Claro que no.Yo gané y mañana tendrás que cumplir mi reto.Greg se acerca a mí casi robándome mi espacio personal pero yo no di ni un paso atrás.Confío en él.Además de que sé que aunque no lo diga está enamorado de Gine quien no deja de enviarle miradas asesinas.— ¿Te vas conmigo, nena? —gruñó en mi oído con ojos divertidos pero antes de que yo pudiera contestarle de la misma manera Greg fue apartado de mi cuerpo y rápidamente alcé mi cabeza para ver de quién se trataba.Quién era la persona que nos había alejado.Sorprendentemente me di cuenta que había sido Leo quien ahora tenía cara de pocos amigos y la mandíbula firmemente apretada.—Apenas y puedes caminar Gre
Al llegar a la habitación sumidos en el ambiente tenso al que yo nos había zambullido por besarlo me di la vuelta para enfrentarlo.—Siento haber hecho eso, lamento haberte incomodado Leo.—No me incomodaste —susurró él pero yo sabía que estaba mintiendo.Era más que obvio pero aún así asentí con la cabeza y Leo abrió la puerta de la habitación para mí en silencio.No pude evitar quedar enmudecida al ver la majestuosidad de la habitación aunque la preciosa casa ya debería ser un antecedente para saber que sus habitaciones también serían sumamente hermosas.Hice un paneo rápido por el lugar capturando cada detalle y de inmediato sonreí para Leo al sentir la calidez del lugar.El blanco y el dorado predominando.—Todo es tan precioso.—Esa puerta conecta a un baño privado por si quieres usarlo. Si necesitas calquier cosa no dudes en llamarme, estoy en la habitación de al lado —murmuró él y yo asentí viéndolo irse.—Hey jefe...Ante mi llamado se detuvo enseguida mirándome por encima de s
—Estás temblando, cariño ¿Tienes frío? —su voz suave hace eco en mi alma quien cada segundo se siente mucho más ansiosa con su cercanía.Alzo mi mirada encontrándome con sus ojos perfectos los cuales están al pendiente de todo lo que yo hago.Me estremezco un poco cuando siento sus nanos cada vez más cerca de mí a través de mi ropa.—Sí, Leo.Tengo tanto frío.—Vamos, haré que eso desaparezca —me aseguró y antes de que lo previera Leo me cargó al estilo nupcial logrando que yo contuviera la respiración y lo mirara con verdadera sorpresa conteniendo un gemido de sorpresa pero al mismo tiempo me aferré a su cuello temerosa de que me dejara caer de alguna manera.Leo miró al frente y yo no dudé en aprovechar detallarlo más de cerca.Me perdí por un momento en su perfil italiano y deseé deslizar mi mano por su mandíbula musculosa.Él lucía ligeramente tenso pero creo que se debe a la tensión sexual que hay entre ambos, la misma que puede palparse incluso aunque nosotros no queramos.Mis pe