No nos habían impedido viajar pero aún no queremos hacerlo.Leo piensa que lo mejor es que me quede aquí para ver si recuerdo otras cosas.Por mi parte no quiero eso.Sé que actúo de forma estúpida pero tengo miedo de que al recordar esta complicidad que hay entre nosotros desaparezca y la realidad se interponga entre nosotros.No quiero que Leo se aleje de mí por ningún motivo.Así como también pienso en que no quiero dejar de ver a Claudia o a Sienna -a pesar de que esta última casi siempre me evada por completo-.Mi corazón no está lejos de esta casa y eso lo sé.- ¿A dónde vamos? -le pregunté con curiosidad mirando las calles de Roma.-A casa.Te llevaré para poder ir a Black Cat a echar un vistazo.No tardaré demasiado.- ¿Qué es Black Cat? -indagué curiosa y él me habló su cafetería y que es de ahí donde yo conozco a los chicos.Era mesera.-No me lleves a casa, quiero ir contigo -le dije con una sonrisa pero él negó con la cabeza.-Claro que no.Nada de trabajo.Estás de reposo
Me lavé y salí del baño con la toalla envuelta alrededor de mi cuerpo.Después de secarme dejé que mi cabello lo hiciera naturalmente para aplicar un poco de polvo compacto y un brilla labial solamente.Hace unos días compré un poco de maquillaje por Internet y ahora está dentro de las gavetas de la peinadora.Salgo a la cocina y por suerte no hay nadie ahí.Chequeo la alacena para ver qué puedo hacer de cenar porque ahora tengo la idea de cenar a la luz de la luna en la terraza.Nunca nadie va ahí y quiero darle un buen uso esta noche.Consigo los ingredientes que quiero pero aún no los saco de la alacena sino que saco de una de las gavetas unas velas, lista para ir al jardín para buscar flores para decorar.Quiero que esto sea tan romántico como en nuestra cita.Sonrío como una tonta pero al darme la vuelta veo que la chica que llegó junto a la mamá de Leo me mira fijamente.Su semblante no cambia.Hay diversión en sus expresiones y de alguna manera me irrita un poco pero no le hago
— ¡Está precioso tu dibujo, pequeñita! —le dije a Claudia.Y ella me sonrió feliz.—Se lo daré a mi tío de regalo de cumpleaños.— ¿Y cuándo es el cumpleaños de tu tío? —indagué curiosa y la niña se rió antes de decírmelo.— ¿Cómo no lo sabes mami? Es mañana —me dijo ella y yo abrí mis ojos abruptamente.— ¿Mañana? —pregunté asombrada porque no me lo esperaba.—Sí, ¿Qué vas a regarle de cumpleaños?Yo parpadeé atontada y me encogí en hombros.—No lo sé aún pero algo se me ocurrirá —le dije alzando mi mirada para ver a Leo cortar la madera afuera de su taller.Como las mayoría de las veces anteriores no llevaba camisa mostrando su sixpack perfecto y tentador que yo ya he besado varias veces ¿Qué puedo decir?Es inevitable.Como si sintiera mis ojos en su piel me volteó a ver con una intensidad abrumadora que me hizo contener el aliento.Justo en ese momento Claudia decidió Levantarse.—Se lo llevaré a Sienna para que me lo guarde y decorarlo para él cuando se seque —me dijo la niña ant
Como si fuera un milagro, Sienna me pidió que la ayudara a maquillarse.Ella nunca lo hacía por lo que de inmediato sospeché.—Te gusta alguien.— ¡Claro que no! —chilló ella escandalizada al mismo tiempo que horrorizada pero lo vi en sus ojos.No puede ocultármelo.Yo solté una risita divertida y ella me fulminó con la mirada sin embargo luego dejó caer sus hombros suspirando.—No puedo decírtelo —aseguró nerviosa y yo supe de inmediato quién era.Lo había visto siempre pero no había pensado demasiado en ello.—Sienna, Dashan es muy mayor para ti —le dije suavemente poniéndole el rímel viendo como ella se tensaba a mencionarlo—. Debes conocer más chicos, quizás este sea sólo un enamoramiento juvenil.—No soy una estúpida Melissa, sé que lo amo —rugió ella levantándose.Yo solté un suspiro sabiendo que ella estaba muy enojada pero mejor era yo la que le dijera esto porque si Leo lo sabía... no quiero ni pensarlo.—Sé que no eres una estúpida pero nena, de verdad. Cuando somos adolesce
El corazón latía de forma acelerada mientras que caminaba a la parte exterior de la casa de Leo.El viento me agitó el cabello desordenandolo pero poco me importaba.Eché una mirada atrás viendo todo incrédula.¿Cuándo había imaginado yo que terminaría viviendo con Leo?Voy a tener a su hijo.Nuestro hijo.Pero todo lo que hemos construido ha sido a base de mentiras.Tanto de su parte como de la mía.Le mentí sobre quien soy y ahora tengo que cargar con las consecuencias de mis actos.Vuelvo mis rostro a la carretera.Lamentablemente dejé mi teléfono para llamar un taxi pero puedo tomarlo en la avenida.Sólo espero que Leo no se de cuenta de mi ausencia.O por lo menos que lo haga cuando ya esté donde quiero estar.Frente a frente con la verdad.Veo venir un taxi y no dudo en detenerlo, me subo a el indicándole el camino al taxista.Estoy alerta.Con mi ser entero ansioso.Pero de lo único que estoy convencida es de que voy a proteger a mi hijo a capa y espada.Nadie va a hacerle daño
Melissa se miró por última vez al espejo chequeando que todo estuviera perfecto.Hizo un escaneo corporal completo, empezando por su cabello un poco ondulado en las puntas.Lleva el uniforme del café donde trabajaba y en el bolso llevaba los patines que completaban su uniforme.Por ahora llevaba un par de botas blancas que parecían muy caras aunque no lo eran para nada. Su tía Mirla era experta comprando cosas que fueran de esta manera.Siempre recalcaba a Melissa que al tener su belleza debía mantenerse perfecta para llamar la atención masculina.Melissa a penas se había graduado del High School con diecisiete años porque su tía decidió que los estudios no le servirían para nada. Mirla la había tratado toda su vida como una muñeca, con todo lo que implica la palabras.Melissa se había comenzado a maquillar a penas cuando tenía doce años para "realzar su belleza" según la tía Mirla quien pensaba que como lucía como una muñeca tampoco tenía sentimientos ni emociones como una.Melissa t
Solo a mi me puede pasar esto.Gruñó avergonzada Melissa en su interior.Cerró los ojos apretando los párpados deseando que todo fuera un sueño pero al volver a abrirlos se encontró con el rostro pétreo de su jefe.—No quería decir eso —gimió dejando caer sus hombros con unas inmensas ganas de llorar azotándola.Por primera vez en mucho tiempo se sentía cansada mentalmente y que la viera vulnerable su jefe era lo que menos quería.—Sube al auto, necesitas un baño y ropa limpia, te llevaré a casa.La voz varonil de su jefe llamó la atención de Melissa logrando que saliera de sus pensamientos.Para ella se había vuelto una costumbre alejarse lo más que pudiera de ese hombre del cual pensaba que era una tentación imperiosa.—No, voy a mojar tu auto y...—No hay problema Melissa, entra ya o te resfriarás.Por primera vez en mucho tiempo Melissa alzó los ojos directamente hasta encontrarse con los de su jefe y recordó exactamente el porqué había estado evadiéndolo por tanto tiempo indistin
Mientras Melissa se deslizaba por la habitación de Sienna observaba todo a su alrededor.Leo se había hecho cargo de sus sobrinas Sienna y Claudia desde que su hermano mayor había muerto en un accidente automovilístico junto con su esposa, la madre de las niñas.Por lo que Melissa sabía Leo se había convertido en un buen padre para las chicas siempre dándoles todo a su alcance.Sienna es una adolescente de diecisiete años de edad demasiado mimada y odiosa para su propio bien pero cuando estaba su tío a su alrededor su actitud cambiaba cien por ciento. Mirando su habitación casi parecía una habitación normal de una adolescente y no la de una niña calculadora como era en realidad.Melissa se fijó en la fotografía familiar que Sienna tenía en su habitación y sonrió ineludiblemente ante la bonita imagen de Leo cargando a sus dos sobrinas, todos estaban sonrientes. Felices a pesar de todo lo que les había pasado en la vida.Una perdida tan abrupta pero Leo había sido su luz en la oscuridad