—¡Estás preciosa! —exclamo Fanny que terminaba de maquillar a la futura esposa.
—Anaís —Evelin llamo la atención de su amiga.—Sí, dime —respondió la novia sin percatarse de la expresión de la mujer.—¿Estás segura de casarte con Rafael?Anaís suspiró y esta vez se giró para mirarla, no era la primera vez que Evelin, le preguntaba lo mismo.—¿No están felices por mi boda? —cuestiono con tristeza —cuando ustedes se casaron, yo las apoye y jamás le pregunté algo así.—Anaís, te amamos. No queremos que seas infeliz, al contrario, te deseamos que tengas toda la felicidad, porque te lo mereces —dijo Fanny.—Exacto, mira, no tengo nada en contra de tu futuro esposo, conozco a Rafael desde que era niño, no es mal hombre, pero es hijo de mami y papi, ¿entiendes eso?—No, no lo entiendo Evelin, su familia no es millonaria, pero si pueden darse sus lujos, ¿a qué te refieres cuando dices eso? Rafael trabaja bastante, siempre está ayudando a sus padres.—Veo que no lo entiendes —Evelin se sintió frustrada y se frotó la sien —el amor en verdad ciega a las personas.—Está enamorada, así como nosotras también Evelin.—Pero a ella la tiene mal el amor —Evelin suspiro y regreso su mirada a la novia —Anaís, me refiero a que Rafael es como un niño, todo se lo hacen los padres, es verdad que trabaja y todo eso, pero siendo sincera yo no lo creo capaz de asumir su papel de esposo.—Ya hemos hablado sobre ese tema, así que no te preocupes. Rafael es tan comprensivo que él entiende su parte en el matrimonio.—Bien, eso espero —Evelin se cruzó de brazos.—Cambiando de tema, ¿fuiste a tu cita con la ginecóloga? —pregunto Fanny.—Sí, si por supuesto, no podía perderla. También me inyecté la anticonceptiva que me regaló Edgar.—Qué bueno, primero disfruta del matrimonio para que puedan venir los hijos, porque no solo es tenerlos y ya, hay que dedicar tiempo y energías.—Aún no queremos tenerlos, yo quiero terminar mi carrera, así que tampoco es el momento.Fanny la miro con picardía.—No te puedes quejar Anaís, vas a estrenar y paquete nuevo, ja, ja, ja.—Ja, ja, Ja, es cierto, serás la maestra.—No se rían —Anaís estaba sonrojada de oreja a oreja —hoy no creo que pase algo.—¿Qué? ¿Estás loca?—¿Cómo puedes decir eso? Será tu noche de boda, solo controla los nervios y disfruta de ese momento.—Es que me vino la señora —revelo ella.Ambas amigas abrieron sus ojos.—¿Es broma?—Tal vez son los nervios.—No sé qué pasó, porque tampoco me tocaba que viniera.—Respira, todo estará bien.—¿Quién te va a entregar en el altar? —pregunto de repente Evelin.—Mi hermano, quería que fuera mi mamá, pero ella se negó, dijo que tendría que ser él.—Pero sería genial si tu mamá te entrega.—Ella es terca, no creo convencerla.—Pero eso tiene solución, un trayecto lo hace tu hermano y otro tu mamá.—Fantástica idea —Anaís sonrió.Después que la novia estuvo lista, todos salieron rumbo a la iglesia donde se realizaría dicha boda.Anaís Tatis, después de haber tenido una relación tóxica la cual le costó salir, creyó que no volvería a enamorarse, pero se equivocó porque volvió a encontrar el amor y esta vez ella estaba segura de que sería para siempre. Ella venía de una familia no muy adinerada, su padre falleció aun siendo niña, por lo que su madre tuvo que ocuparse de la empresa, a la vez que los criaba a los dos.Rafael, el futuro esposo, provenía de una familia donde sus padres trabajaron bastante para que no les faltará nada, él era el primogénito de 4 hermanos.La boda se llevó a cabo sin ningún inconveniente, los flashes de las cámaras no faltaban en capturar ese momento tan especial para los nuevos esposos.—Mamá, ¿Todo bien? —pregunto Anaís—¿Qué crees? —Carmen tenía una expresión de molestia —no me siento cómoda en esta fiesta.—Mamá, ¿por qué dices eso? Es mi boda, ¿tampoco estás alegre?—Lamento, esto hija, pero es la verdad. He estado en otras fiestas y créeme, me he sentido mejor.—Mamá—Sabes que, no me pongas cuidado. Iré a ver qué hace falta en la cocina.Anaís se quedó mirando como su madre desaparecía de su vista.—¿Estás bien?—¡Nana!—¿Por qué esa carita tan triste?—Al parecer nadie está de acuerdo con mi boda, incluso faltaron algunos invitados, ni siquiera mi madre está cómoda aquí.—No te preocupes por Carmen, acaba de tener un roce con una chica, por eso está así. Y en cuanto a tu boda, te recuerdo que ella misma te dijo varias veces que todo esto parecía muy precipitado.—¿Precipitado? Pero nana, fueron seis meses de noviazgo son más que suficientes, si cuento el tiempo que pasamos como amigos.—Tranquila mi niña, es tu decisión. Solo esperamos que seas feliz en tu matrimonio.—Claro que sí, así será Rafael me ama mucho, recuerda la vez que mamá tuvo el problema en la empresa, él la ayudó sin pedir algo a cambio.—Por supuesto que lo recuerdo mi niña, sé que Rafael no es mala persona, te amara por toda la eternidad.—Como yo lo amo, Nana.—Así que andando y disfruta de tu boda, que es una sola vez que uno se casa, de Carmen me encargo yo, déjalo en mis manos.—¡No sé qué haría sin ti! —Anaís abrazo a su Nana, ¿puedo preguntar algo? —Claro, por supuesto mi niña.—Si mi padre estuviera vivo, ¿crees que estaría feliz?—Por supuesto que sí, tú eras su luz, te amaba tanto, estaría orgulloso de la mujer que eres.La fiesta siguió su rumbo, todos estaban felices por la unión de ambas familia, López y Tatis, prometían mucho, aunque algunos tenían sus dudas en cuanto a este nuevo matrimonio.—Les deseo mucha felicidad —Fanny se acercó y con su celular en alto dijo —pero yo quiero más fotos, así que sonrían.Después de la boda, los nuevos esposos fueron a un hotel cinco estrellas de la ciudad de Valencia (Venezuela). —¿Cómo te sientes? —pregunto Rafael.—Estoy bien y feliz porque ahora soy tu esposa —respondió Anaís, aunque la verdad estaba triste porque no tendría su luna de miel.—Te lo compensaré en el futuro —dijo él imaginando lo que había en la mente de su esposa.—No pasa nada, es un simple viaje —Anaís, se encogió de hombros, como si no le importará.—No es un simple viaje Anaís, es nuestra luna de miel, perdón por fallarte empezando nuestro matrimonio, pero es que los negocios de mis padres no han ido bien, no obtuve muchas ganancias, buscaré otro trabajo para darte la vida de reina que te mereces.Anaís se sintió conmovida por esas palabras, sonrió y lo abrazo.Esa semana ella aprovechó para acomodar todo lo que tenía que ver con su nueva casa, el día domingo, decidió ir a visitar a una de sus amigas.—¿Anaís? —Fanny se sorprendió al verla —¿Qué rayos haces aquí? —Hola querida
—¿Te pasa algo? —pregunto Alexis, el esposo de Fanny, se acercó a ella y tomo su barbilla con dulzura —¿por qué esa carita?—Estoy preocupada por Anaís.—¿Por qué? ¿Se ha enfermado?—Aún no sabe lo que tiene, mañana irá al médico.—¿Pero qué tiene?—Ha estado presentando muchos dolores de cabeza, se siente con mucha debilidad.—¿Estrés?—Ella no está trabajando, creo que no hay nada que le está dando estrés.—Tal vez en su casa, amor.Fanny miro a su esposo con desconfianza.—¿Sabes algo que yo no?—Claro que no, solo estoy diciendo una suposición.—¿Hablaste con Rafael?—No, antes de la boda no he hablado nada con él. Pero quizás Anaís esté teniendo problemas.—Pero si están recién casados, solo llevan 3 meses.—Eso no tiene nada que ver, te puedes casar hoy y mañana y tener miles de problemas. Ayer que la vi, note que tenía una expresión de tristeza.—Tienes razón, no lo había pensado. Pero creo que su tristeza es porque no tuvo su luna de miel.—Fanny, no me cabe en la cabeza que R
—Amiga, ¿cómo puedes decir eso?—No quiero un hijo Evelin, ¿no lo entiendes?—Entonces, ¿no estás feliz?—No, no lo estoy y no lo quiero.Evelin palideció ante tales palabras.—¡Estás bromeando! Tú no eres Anaís.—Tengo solo tres meses de casada, ¿crees que estamos preparados para esto?—Nadie está preparado cuando viene un hijo Anaís, ¿sabes lo que yo daría para tener ese privilegio de ser madre sin tanto protocolo?—Pero yo no lo quiero, no estoy preparada y siento que todo esto es muy rápido, por esa misma razón me inyecte esa maldita anticonceptiva para evitar esto.—¿Qué piensas hacer? ¿Lo vas a abortar?Anaís la miro fijamente pero sin pronunciar alguna palabra. A Evelin la recorrió un escalofrío por su cuerpo, ya que su silencio le decía un sí.—Si haces eso, serás una asesina, le estás quitando la vida a un ser humano que está creciendo en tu vientre, te desconozco Anaís —dicho esto, Evelin salió de la casa de su amiga.Anaís se abrazó a sí misma, y las lágrimas hicieron prese
Los días fueron pasando, a la vez que Anaís se esforzaba por aceptar su embarazo, pero en cierto modo era algo que aún le estaba costando. Por su parte, Evelin se había abstenido de contarles la buena noticia a sus amigas, no quería sentir mal a su amiga, pues sabía que la emoción no la podría ocultar.No obstante, no podía esconder por tanto tiempo algo tan importante como la llegada de un hijo. Así que decidió esperar unas semanas más, para buscar el momento adecuado.—¿Cómo va tu embarazo? —Va bien, los síntomas que siempre se presentan en esta etapa, pero no los tengo tanto como a otras mujeres.—¡Genial! —Evelin se alegró.—¿Cómo está tu esposo? —No lo sé, Anaís, él ha estado muy raro, creo que el amor se apagó.—¿Tan grave? —Ya casi no está en la casa, dice que tiene mucho trabajo y ¿sabes qué? El amor no existe Anaís, si fuera así, ¿por qué pasan estas cosas?—Quizás sea un mal momento Evelin,—Siempre he creído que el amor no existe, cuando lo conocí, cambie de parecer, per
Anaís lloraba desconsolada, y sus amigas ya no sabían que más decirle.—Creo que esa doctora se equivocó —dijo Evelin.—No, Evelin, ella no se ha equivocado, yo misma vi y no escuché nada, mi bebé no existe, nunca existió —hablo entre lágrimas.—Cálmate, esto no te hace bien —Fanny tomo sus manos y las acaricio —aquí estamos y te apoyaremos, no estás sola, tu esposo tiene que saber lo que pasa y juntos van a salir adelante.—No me siento preparada para decirlo.—Anaís, no seas terca, él es el padre de ese bebé.—No hay bebé Fanny.Evelin y Fanny se miraron, no tenían más palabras.En horas de la tarde, ellas llevaron a Anaís a su casa, quien pensó que su esposo estaría trabajando, pero el hombre llegó temprano.—Cariño, ¿cómo te fue en el médico? ¿Cómo está nuestro bebé?Anaís quedó de piedra y las lágrimas se intensificaron más. Rafael no entendía lo que le pasaba.—¿Qué pasa?—No hay bebé —dijo entre sollozos.Rafael no respondió nada, solo se limitó a abrazarla. Ella se sintió peor
¿Existen palabras que puedan consolar a una madre ante la perdida de un hijo?Para Anaís no las había, su corazón dolía y todo lo que le decían no la consolaban, y es que cuando muere un hijo la labor que tenemos como padres queda inconclusa, y las esperanzas se vienen abajo, porque la muerte es como un inmenso muro de piedra que se interpone.Todo esto da a luz a un terrible vacío en el corazón de aquellos padres que sufren una perdida de un hijo, es un sufrimiento muy difícil de sobrellevar, pues es un dolor tan intenso y persistente. Después que Anaís regreso del hospital, se sintió aturdida y desorientada, tenía muchas cosas que hacer, pero no sabía por dónde empezar. Su nana se mudó a su casa para poder ayudarla en los quehaceres a la vez de hacerle compañía.Aunque en estos momentos, se necesita tiempo para llorar el dolor a solas y poner en orden los pensamientos, se necesita de la ayuda de los amigos para evitar aislarse. Y eso es lo que Fanny e Evelin se han encargado, sus v
El tiempo fue corriendo, Anaís se esforzaba por mantener su mente ocupada, pero aun así tenía esos días de soledad dónde dejaba fluir las lágrimas y el dolor que su corazón albergaba. Siempre se preguntaba ¿Por qué? Pero nunca encontraba una respuesta que le aliviará esa sensación tan espantosa que sentía.Fanny por su parte, en las mañanas daba las clases a sus niños de tercer grado, por la tarde se ocupaba de otras cosas, a la vez que su esposo Alexis empezaba a trabajar en el hospital, tenía turnos dobles porque el mismo tenía que atender su propia clínica. Sus horarios cada vez estaban más apretados, logrando que ambos entrarán en una monotonía.Evelin siguió con su embarazo, todo marcho bien y no presento nada que estuviera fuera de lo normal. El día del parto llegó, y una preciosa niña de cabellos castaños y ojos ámbar nació. Una gran sonrisa estaba marcada en el rostro de Evelin, que aún no podía creer que tenía en sus brazos a un ser tan pequeño y hermoso.—¡Qué preciosa! —exc
La música resonaba en una lujosa casa, las paredes parecían que temblaban debido al alto volumen de la misma. Mientras que la dueña cantaba a todo pulmón un vallenato.—Evelin, deja eso —Fanny le quitó la copa de las manos —suficiente, mucho licor.—Esto duele, ¿no lo entienden? Anaís y Fanny se miraron, claro que la entendían, pero tampoco querían que su amiga se hundiera.—Rebeca te necesita.—Lo sé —Evelin se encogió de hombros —pero no puedo con este dolor que tengo aquí. No saben lo que duele, lo ame, pero él destruyó esto. ¿Se puede reparar un corazón así?—Carlos es un desgraciado, no merece ni que llores por él —dijo Fanny enojada.—No lloro por él, amiga, lloro por mí, por este dolor que tengo, Carlos, ya no me importa porque fue quien me mato —Evelin señalo hacia el piso donde estaba la habitación —Es tan perro que trajo a su amante a mi casa, en mi cama ¿no la pudo llevar a un hotel? Tuvo que cogerla ahí, ensuciando lo que quedaba de nosotros.—El divorcio ¿es definitivo?