holis n.n/ muchas gracias por sus buenos deseos a mi país y a mi persona jeje <3 <3 <3 son los mejores; ahora les traigo el siguiente capítulo y espero que lo disfruten para estos días nublados en México y en Chile por lo que leí de ustedes xD me da envidia para todos aquellos que disfrutan del bonito sol <3 <3 lo amo millones de muchoooo muchoooo <3 <3 <3
Frederick. Extrañaba la comida de mi nieta Rose, así que esperaba que Vanesa terminara sus asuntos en el Norte pronto para que así yo pueda regresar a nuestra cálida manada a sentar mi trasero todo el día frente al televisor mientras mi humana favorita me alimenta. Ese era un plan de retiro para mi vejez excelente; yo ya había contribuido un montón con nuestra sociedad lobuna y esperaba que Nuestra Gran Madre por fin me dejara descansar para vivir mis últimos años con comodidad. Pero no. Nuestra Gran Madre requería de mis servicios y yo no podía negarme. ¿Por qué me escogió a mí como su chico de los pequeños e importantes trabajos? No lo sabía. Después de tantos años de preguntarle, ella seguía sin responder. Recuerdo la primera vez que se presentó ante mí; fue justo después de la muerte de mi amada pareja humana. Uno de mis Betas había estado esparciendo rumores sobre la incapacidad de mi pareja para continuar con la línea fuerte de Alfas. Yo sabía que era una estupidez, pero rea
Pasé una noche de m****a y una mañana aún peor ya que el cadáver había atraído la atención de los animales e insectos carroñeros. Caminé a unos metros de distancia antes de dejarme caer de nuevo. Mi único consuelo era que moriría y por fin estaría a lado de mi pareja y mi bebé. Si, moriría sonriendo con es pensamiento… o eso pensé hasta que una molesta humana regresó y habló sobre tonterías de ayudarme a mejorar. Le gruñí, le lancé algunas dentadas de advertencia pero ¿Qué hizo? Seguirme hablando como si fuera un infante y no un maldito adulto. Ella colocó algo sobre mis ojos y al principio me escoció un montón, pero luego la zona se fue adormeciendo. Hizo lo mismo con mi pata herida. -Esta flor se le conoce como “flor eléctrica”. – Dijo la humana mientras acariciaba suavemente mi costado. – Tiene muchas propiedades, pero la más destacable es que si se muerde te puede anestesiar la boca. Yo lo uso con mi pequeña cuando tiene alguna herida; espero que funcione también contigo. Mi c
Rowan. -Repítelo. -Renuncio. Rose se echó a reír y yo contuve mis ansias de mandarla a la m****a. Bastian me miró intrigado y cruzó lentamente las manos. Desde que regresamos a la manada me había enfocado en hacer mi papeleo, parte del de Rose y muchas peticiones de ayuda de parte de los nuevos inquilinos que comenzaban a ocupar las casas recién construidas. “El azul trae mala suerte”. Así que ahí va el Beta a comprar un galón de pintura diferente. “La dirección de la puerta es incorrecta. Debería de ir hacia el Este”. Y ahí va el Beta con un jodido martillo. He estado cumpliendo los caprichos más estúpidos que se me pueden asignar y, aun así, mi mente seguía estando en una manada en donde se te congelan las bolas. Pero no era por eso que tenía que irme. -¿Y se puede saber por qué mi mejor Beta piensa abandonar a su Alfa? -Soy tu único Beta. – Dije queriendo rodar los ojos. -Creo que lo que el querido Rowan quiere decir es que necesita tiempo para planear cómo arrastrarse a
-¿Lo reviví? – Preguntó la cachorra esperanzada. -No lo sé. – Dije honestamente. - ¿Tú qué dices, Nico? ¿Estás vivo? -¿Si estoy vivo puedo comer galletas? – Preguntó el cachorro desde su posición en el suelo. Habíamos estado aquí por casi tres horas y en las dos primeras conocí la historia de cada uno de los pequeños. Tuvimos una fiesta de autocompasión y abrazos, todos fuimos amigos. Así fue como nos encontró la doctora Paula antes de decidir que debíamos de hacer algo más con nuestras vidas. Así que aquí estábamos, aprendiendo primeros auxilios de la mano de una muy dura maestra. Yo ya había muerto al menos tres veces en sus manos. -Muerto. – Dijo Paula pasando por nuestro grupo y los tres nos desanimamos. – No es complicado, solo tienen que presionar con un poco más de fuerza en el pecho. Es como si cantaran y siguieran el ritmo con las manos. -Mis manos no tienen ritmo. – Dijo Bibian mientras miraba sus extremidades. – No me extraña que Nico esté muerto. Yo oculté una sonri
Lo primero que vi fueron sus ojos y luego vinieron los dientes.Un amigo no enseña los dientes como saludo… a menos que seas el Alfa Alan, pero este lobo no era blanco.Parecía que estaba saliendo en cámara lenta; sus ojos me hablaban de muerte pero fueron sus gruñidos los que me convencieron de que su objetivo no era hacer amigos.Tuve un breve recuerdo de mí siendo una niña asustada en la oscuridad y un lobo visitando mi celda. Igual que ahora, el tipo me gruñía con intención de matarme; fue así que deduje por primera vez que mi secuestro tenía algo que ver con algún lobo importante. Quizá un Alfa de otra manada queriendo pedir un rescate por mi.Por mucho tiempo tuve la esperanza de que mi hermano pagaría mi rescate y me liberaría. Nunca perdí esa fe a mi hermano, él me amaba; era solo que en esos últimos años yo simplemente me rendí ante lo inevitable de mi destino.Al menos hasta que Rose fue arrojada a mi celda e intenté protegerla de los terribles abusos usando mi cuerpo como of
Gritar implicaría que no solo me escucharía la manada, sino también el resto de los lobos invasores, pero no tenía una mejor idea. -¡Ayuda! – Grité lo más fuerte que pude antes de que el lobo saltara hacia mi garganta. Me arrojé lejos esquivando al lobo pero caí con fuerza suficiente como para que el aire abandonara mis pulmones brevemente. Alcé mi vista para ver al lobo muy interesado en el Alfa inconsciente. M****a. -¡Chucho pulgoso! -Grité para llamar su atención. Pude ver que una de sus orejas giró levemente en mi dirección. Necesitaba algo más, así que busqué rápidamente a mi alrededor. No había otra cosa que no fueran rocas y nieve. -A la m****a. – Dije armándome de valor y luego tomé la roca más malvada que pude encontrar. Mi siguiente movimiento sería muy valiente o demente. La arrojé a la cabeza del lobo cuando estaba a punto de atacar al Alfa y me quedé lo justo para ver cómo retrocedió por el golpe certero en uno de sus ojos. Carajo, la sangre, el chillido y el subse
Yo veía muy grave al Alfa así que lo dejé momentáneamente sobre la nieve y los escombros para comenzar a buscar una salida. Al otro lado del túnel colapsado no podía ver una m****a así que no sería el camino más rápido si tenía un ataque de pánico o si me caía de cara. Técnicamente sabía que estaba cerca, de alguna forma tuvo que haber entrado el señor sin cabeza ¿No? Mi otra opción era comenzar a apilar escombros sobre el borde y subir. No sabía la gravedad de mis heridas así que tampoco sabía si con el esfuerzo físico colapsaría o algo. Así que comencé a buscar mi jodida arma. Gritaría hasta que mis pulmones colapsaran y dispararía a cualquiera que viniera y me mostrara los dientes. Con eso en mente busqué por el sitio aproximado de mi caída. Mis manos a este punto estaban congeladas y sentía que tocar cualquier cosa era como si me estuvieran arrancando la piel. -Me deberás una jodida cena de verdad. – Murmuré entre gemidos mientras movía los escombros. – Nada de carne de venado
-Un unicornio. – Dijo Rose al otro lado de la línea. - ¿Quieres que le brille el cuerno o eso si es opcional? -No, solo una maestra de lobeznos con paciencia y amor infinito a su profesión que de preferencia sea viuda, que le encanten los entornos estresantes, que no le importe no tener las comodidades básicas y que no vea problemas, solo posibilidades. – Dije cerrando los ojos porque sabía que estaba pidiendo un imposible. Bueno, para ser justos, pensé lo mismo cuando le pedí un doctor y contra todo pronóstico lo consiguió. -Unicornio arcoíris, lo entiendo. – Dijo Rose divertida. – Bien, ahora hablemos de los negocios. ¿Qué está ofreciendo el Alfa Alan a cambio de mi unicornio mágico? Yo arqueé una ceja en dirección del susodicho. Él colocó un brazo sobre sus ojos. Sabía que podía escuchar cada palabra con su súper audición. Extendió otro brazo hacia mí y yo puse el altavoz; si, yo era muy curiosa. -Mándame a los guerreros que necesitan entrenamiento a mi territorio. Los lobos q