Capítulo 396
—¿Qué dices? —Oliver se puso de pie con el ceño fruncido—. ¿Te has vuelto loco?

Sin responder de inmediato, Álvaro sacó un fajo de documentos de su bolsillo y, con un gesto, los lanzó al aire como si esparciera pétalos. Uno de ellos aterrizó en las manos de Carmen. Al mirarlo, un estruendo pareció sacudir su mente y la sangre se le heló. Era una foto de Emiliano, jovencito y erguido en una cancha vacía, sonriendo con un aire de resignación a la cámara.

—Alvi… —murmuró Oliver, empalideciendo, poniéndose en pie también.

Álvaro contempló sus reacciones y comprendió que sus sospechas se confirmaban. Hacía tiempo que se preguntaba por qué, tras haber sido expulsados de Midred, esos dos seguían tan tranquilos, con la aparente excusa de «viajar a la playa». ¿Por qué los archivos de Emiliano habrían desaparecido de forma tan oportuna?

Gabriela jamás lo habría permitido, pues atesoraba hasta el último recuerdo de él.

La única explicación plausible le señalaba a sus abuelos maternos.

Al pensar e
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