Capítulo 155
El ceño de Álvaro se frunció.

Después de que encontraron a Gabriela, muchas personas, incluido él, habían presenciado cómo Gabriela se defendía de las provocaciones de Noelia, a veces con demasiada fuerza.

Álvaro, como siempre, solo creía en lo que veía con sus propios ojos.

"Debes estar agotado", dijo Gabriela con desdén, rodando los ojos.

El auto se detuvo frente a la casa.

Gabriela ya no tenía interés en discutir el pasado con Álvaro.

No quería dar la impresión de que le importaba más de lo necesario.

Abrió la puerta y salió del coche sin esperar.

Álvaro cerró los ojos por un momento y, sin perder tiempo, salió tras ella.

Había pasado un mes desde la última vez que Gabriela estuvo en Casa Rojo, cuando su visita terminó con Carmen ingresada en el hospital.

El mayordomo, al verla, no pudo ocultar una expresión de incomodidad en sus ojos.

Gabriela, a su vez, no mostró ninguna amabilidad.

Sin detenerse a saludar, se dirigió directamente hacia la sala.

No había avanzado mucho cuando Álva
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