Capítulo 141
Alicia salió apresurada para recibirlo.

—Señor…

—¿Dónde está?

—En el invernadero… —Alicia señaló hacia esa dirección.

Álvaro no dijo nada y se encaminó directamente hacia allí.

Alicia lo miró preocupada, pero no se atrevió a seguirlo.

La puerta del invernadero estaba abierta.

Álvaro se acercó y vio a Gabriela, vestida con ropa cómoda de casa, regando una monstera.

Esa planta la había recogido Gabriela la Navidad pasada, durante una visita a la casa antigua.

El jardinero de allí la había desechado porque tenía algunas imperfecciones. Gabriela, al verla, pensó que aún tenía valor y, después de preguntar a Álvaro, se la llevó a casa.

Ella tenía compasión hasta por las plantas.

¿Cómo podría haber empujado a una mujer embarazada por las escaleras?

La luz del sol de esa tarde, rara en esa época, se filtraba por los cristales, bañando a Gabriela con un brillo cálido.

Álvaro la observaba, y un extraño sentimiento de pánico comenzó a crecer en su interior. No quería romper esa tranquilidad.

No
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