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Catorce años de feliz noviazgo Arianne los recordaba con nostalgia, los nervios le corrían por todo el cuerpo, como hormiguitas ajetreadas mordiendo sus intestinos. Pero era el tiempo perfecto. El escenario era precioso, una pequeña terraza, bajo las estrellas en un cielo oscuro, una velas aromáticas sobre la mesa y varias copas de cristal tan trasparentes que solo eran evidentes por la danza de las llamas sobre ellas. Se recogió el cabello en una coleta, su cabello era tan largo que aun así, las puntas le llegaban un poco más debajo de las caderas, se atavió en un vestido perla con un discreto escote al frente pero bastante seductor por su espalda dejando ver el sin fin de innumerables lunares salpicados en un lienzo de suave y tersa piel blanca. Un viento dócil soplaba amenazando las velas, la música era agradable conjugándose con los minutos que se derramaban como la cera de las velas. Se estremeció al sentir los dedos fríos recorrer su espalda, encontró de pie junto a ella al
Las discusiones con su padre iban en aumento, Malcolm había mejorado mucho las cosas tanto dentro, como fuera del periódico de su padre dejando toda, bueno casi toda su vida en ello. —Lucy, necesita una madre —Malcolm se levanto del asiento de golpe, cerro las persianas y la puerta, era un secreto que nadie sabía y seguiría siendo así. —Lucy ya tiene una madre, —Hizo una pausa reconsiderando que a esa mujer no se le podría llamar madre desde el momento en que lo abandonó con una nota en la puerta de su apartamento. Era ridículo pensar que él era el padre de esa chiquilla, pero claro la mujer que la abandono fue la más lista, escogió a uno de los hombre más cotizados de california. Al menos tenía un alma caritativa. —No me mires de ese modo, sé que eso no cuenta. —Esa pequeña ha tenido tantas nanas como tú amantes. —reprendió el señor Malcolm, su padre estaba cansado de su actitud despreocupada, una desilusión por un hijo inmaduro, así como Luci ¿cuántos niños pudo haber dejado re
Se sentía perdida caminado por la calle sin saber a dónde ir, cargaba en sus manos su teléfono, segura o al menos con la esperanza viva de que pronto, Erick, le llamaría. Se encontraba con personas que la miraban y sonreían o la señalaban, corrió sin darse cuenta a donde iba. No se dio por terminada la relación en realidad, Erick era el hombre de su futuro no imaginaba una vida sin él. pero no estaba dispuesta a perder su vida esperando que deseara formar una familia y eso jamás pasará.Se preguntaba qué era lo que estaría pensando en este momento, si al menos estaría pensando en ella o tuviera remordimiento por hacerle pasar el ridículo de su vida.Le dejo en claro, que si no iba a cambiar de opinión no la buscara. Ya era medio día y el aun no le llamaba. Nunca estaba tan ocupado para enviarle un mensaje.Su teléfono timbró, como invocándolo, Arianne respondió a toda prisa.—Erick, Erick, te necesito, has visto que alguien subió el video de nuestra cena…—“¿Cómo te atreves a presi
Abrió sus ojos debajo de las sábanas, su cuerpo estaba tan cómodo y a la vez agotado, adolorido, deseaba seguir durmiendo, afrentarse al mundo y las burlas era una tarea agotadora. Malcolm la animo tanto que consiguió sacarla a bailar, se reía de lo tonta que seguramente lucia bailando con dos pies izquierdos, la diversión quedo en la noche anterior, se descubrió para estirarse de inmediato buscando su teléfono.Sobre el buro no estaba, tirado en el piso tampoco, observo la hora era tardísimo. Casi medio día.Salto de la cama, era torpe y cayó al piso, se levantó con su cabello rizado, pelirrojo hecho una maraña.Entro en la ducha, el agua era refrescante, al salir observo por la venta el día, estaba brillante, el cielo despejado, el aire era fresco y a pesar de recordar sus problemas el peso que cargaba sobre sus hombros era más ligero ahora.El día no sería como lo esperaba, su coche no encendió y en el camino corriendo al recinto donde se llevaría a cabo el evento se encontró con
Arianne prefería mantenerse en algún rincón, desde ahí continuaba coordinando todo con una Tablet en la mano, era el centro de las miradas, el morbo del momento. Malcolm estaba cuidándola todo el tiempo, intentando acercare.Arianne temía un reclamo de su jefe, era claro que lo habia avergonzado, si veía a Malcolm venir hacia ella se giraba en el camino se le interponían colegas de universidad,Todo parecía estar en su contra para poder hablar con su asistente, conocía lo determinada que podía ponerse, si no la convencía ahora al terminar el día ella se iría y no la volvería a ver. Enviaría su carta de renuncia por faz o correo electrónico.Arianne no le daba muchas opciones, y detestaba el juego del gato y el ratón. Subió al estrado desde donde su padre habia dado un pequeño discurso, tomó el micrófono.—Su atención por favor, quiero aprovechar este momento para felicitar a Arianne Owen por su trabajo en el periódico, sin ella esto se vendría abajo —hubo silencio y la miradas sobre e
Era imposible caminar entre la multitud, todos interesados en obtener más información, de llevarse la primicia de los detalles.Toda la marea de preguntas y teléfonos apuntándonos con las grabadoras encendidas como si se tratara de una pareja de televisión la hizo caer en un pozo oscuro, completamente abrumada.—Por favor amigos, no daremos declaraciones este día —alego Malcolm pero con una enorme sonrisa en los labios —Ahora quiero un minuto a solas con mi prometida.Malcolm la tomo de la mano, y la llevo a un lugar apartado. Pero no privado aun seguían delante d todos para que ella no pudiera simplemente romper el compromiso, o llenarlo a él con preguntas, o por lo menos aun no.—Debemos esperar un poco Arianne, somos el centro de atención. —la detuvo de la muñeca, Arianne miro a todos lados nerviosa, lento pero brusca saco su mano del agarre de su jefe, Este volvió a tomarla pero esta vez con ambas manos, llevando a su boca le suplico con unos ojos de borrego a medio morir—Por fav
Tras terminar todo, Malcolm llevo a Arianne a un pequeño bar, por supuesto había alguno colegas periodistas persiguiéndolos. Arianne estaba muy nerviosa, el anillo en su dedo era brillante y muy costoso.—¿Quieres algo de beber? —Arianne negó, de finitimamente no volvería a probar una bebida en toda su vida, aun no recordaba como habia llegado a casa la noche anterior. El sí pidió una bebida—Es una locura —le susurro. Observaba a todos lados, cualquiera podria ser un periodista.Malcolm tomo un mecho de su cabello rojizo y jugo con él, mirándola como un enamorado perdido en su rostro, no era difícil Arianne era demasiado hermosa.—Si, correcto, seguiste mi consejo.—No puedo casarme con usted.—¿Por qué no?—Es mi jefe, es muy bueno pero yo no lo amo... —Yo tampoco… —Confeso, pensar en mantener esa mentira por mucho tiempo sería cansado y agotador, así que optaría por confesarle la verdad, se giró para recibir el trago del cantinero.Arianne no pudo evitar sentirse desilusionada,
¿Como habia llegado a la cama?, al menos aun estaba entera, esa noche de discoteca fue terrible, habia bebido demasiado, cayó en un sueño tan profundo. Levanto la mitad de su cuerpo, observo su teléfono sobre la cómoda, lo tomo y se lamentó al darse cuenta que no tenía ninguna llamada de Erick.Comenzó a reírse del loco sueño que tuvo, su jefe el cotizado Malcolm Ryan le habia pedido matrimonio en medio de una sala llena de personas elegantes, aun debía ir al evento, observo el reloj, tenía mucho tiempo de sobra.Se estiro para relajar sus músculos, los pies le dolían horrible.El olor a tocino y mantequilla la envolvió, cielos, nunca habia sentido tanta hambre en su vida, bajo de la cama, se puso una bata y salió a buscar algo decente que desayunar aunque no se tratara de huevos y tocino.Una música suave y la voz de alguien cantando la hizo meditar si acaso aún seguía dormida, camino despacio hasta la cocina y no podía dar crédito a lo que estaba sus ojos observando.—Señor Ryan, —é