Catorce años de feliz noviazgo Arianne los recordaba con nostalgia, los nervios le corrían por todo el cuerpo, como hormiguitas ajetreadas mordiendo sus intestinos. Pero era el tiempo perfecto.
El escenario era precioso, una pequeña terraza, bajo las estrellas en un cielo oscuro, una velas aromáticas sobre la mesa y varias copas de cristal tan trasparentes que solo eran evidentes por la danza de las llamas sobre ellas.
Se recogió el cabello en una coleta, su cabello era tan largo que aun así, las puntas le llegaban un poco más debajo de las caderas, se atavió en un vestido perla con un discreto escote al frente pero bastante seductor por su espalda dejando ver el sin fin de innumerables lunares salpicados en un lienzo de suave y tersa piel blanca.
Un viento dócil soplaba amenazando las velas, la música era agradable conjugándose con los minutos que se derramaban como la cera de las velas.
Se estremeció al sentir los dedos fríos recorrer su espalda, encontró de pie junto a ella al hombre más atractivo que jamás habia visto. Él se inclinó y beso sus labios envueltos en una sonrisa nerviosa.
—Creí que no llegarías —le reprocho con una sonrisa
—Y perderme la compañía de la mujer más hermosa del mundo.
Era encantador, siempre atentó y romántico, siempre detallista, caballeroso era el hombre perfecto casi nunca discutían y estaban de acuerdo en todo, tenían gustos muy similares en casi todo. ella sonreía nerviosa y coqueta, ya imaginaba su reacción cuando le mostrara la sorpresa.
—No sé qué hace aquí conmigo entonces caballero.
Las risas de ambos no se dejaron esperar, Arianne tenía muchas pecas en el rostro y estaba segura que eso ocultaba su belleza si es que podría presumir de alguna.
Erick le tomo la mano y la llevo hasta su boca, bombardeo sus nudillos con besos sin desconectar su mirada.
—¿Que estamos celebrando?
—Una vida juntos, nuestro amor, y una romántica relación de catorce años.— Erick murmuro con un entusiasta “si” pudo ver en sus ojos lo maravillado que estaba por vivir una historia de amor de tanto tiempo.
La noche corrió entre risas, miradas, y malos chistes por parte de Erick, un joven mesero se acercó con una bandeja cubierta, la coloco solo en el lugar de él.
—¿Qué es esto? —cuestiono de inmediato al ver que el hombre se alejaba sin decir nada. —te traerán una a ti, ¿debo esperar?
—Ábrelo.
Erick cambio la expresión de su rostro, Arianne noto que incluso se palideció, eso la hacía sonreír más ampliamente. Su fututo prometido apretó la quijada adivinando que era la gran sorpresa que le tenía Arianne . Destapo la charola, una caja blanca en el centro del plato rodeado de pétalos blancos y rojos.
Tomo la caja entre sus manos y la abrió, dentro una argolla dorada, cejo de sonreír, la sangre se le enfrió en el cuerpo. observando a todos lados, todos los estaban mirado, cuando se escuchó un clic observo a Arianne junto a él con una rodilla en el piso, ella era sensual, su espalda recta, y sus redondas caderas no la desfavorecía.
—Erick Garay, deseas unir tu vida a la mía para formar esa hermosa familia con la que siempre hemos soñado.
La ojos de Erick se contuvieron en la redonda argolla color dorado, suspiro cerro el estuche y tomo Arianne de los brazos para hacerla sentar en su sitio, eso la desconcertó, no era la reacción que esperaba ni su actitud.
Suspiro y se inclino sobre la mesa, tomo la servilleta y trato de cubrirse con ella.
—¿Por qué haces esto? —todos estaban mirándolos, Erick rodo la cabeza en una forma negativa. —¿qué estás pensando?
Su novio era muy tradicionalista, y su molestia era tal vez por que le arruino su plan de pedirle que fuera su esposa. ahora le gustara saber que tenía en mente
—¿Cuándo pensabas proponérmelo?
—¡Nunca! —un fuerte viento apago las velas de la mesa, el tiempo se congelo. la palabra retumbaba en su mente como un eco, se sintió caer atrás a un precipicio sin fondo, o estar en medio de un desierto con un frio aire envolviendo su cuerpo, pero ella seguía pegada en la silla.
Las música se apagó así como todas las ilusiones y los sueños de Arianne se apagaban con una fría y cruda respuesta. Estaba segura de haber escuchado los vidrios de su corazón quebrarse.
Los murmullos y risas se silenciaron de golpe todos estaban pendientes de lo que venía, todo el restaurante era lúgubre, sus ojos se inundaron de lágrimas, pero no todo estaba perdido habia otras opciones;
—¿Pensabas que viviéramos juntos sin casarnos?,—parpadeo y unas lágrimas rodaron por sus mejillas ruborizadas — ¿te arruiné alguna sorpresa?
Trataba de mantener la calma, de encontrar una explicación su respuesta, Erick, tardo en responder.
—No, no son mis planes —Arianne rio con más lágrimas en sus ojos — eres perfecta, pero yo no estoy listo para casarme y tal vez nunca lo esté. Y sabes cuanto estoy en contra de vivir en unión libre, eso no es bueno para ninguna mujer…
Cada segundo todo se volvía más caótico. Arianne no encontraba como salir de aquel lugar sin ser observada por miles de ojos que se burlaban de ella.
—¡No me amas!—afirmo, segura de que no existía otra explicación
Erick suspiro y tomo la mano de su novia, ella aun esperaba que dijera algo que tuviera sentido. quizás todo esto era una muy mala broma de su parte con ese horrible sentido de muy mal humor que tenía.
—Por todos los cielo, Arianne, claro que te amo, por supuesto que sí, soy feliz contigo, pero no debemos arruinarlo, —Arianne retiro la mano de la mesa —estamos bien así, sin más compromisos, el vivir juntos hará que la historia se vuelva monótona y casarnos nos arruinara la vida…
—¿Como piensa tener sexo conmigo, en casa de tus padres, en mi departamento?, ni siquiera te has atrevido a tocarme.
Eso provoco una ola de murmullos y risitas.
—Cariño la gente nos está escuchando. —murmuro entre dientes.
—Al diablo con la gente, Dime ahora ¿qué va pasar con nosotros?
—Continuar como hasta ahora —se encogió de hombros —somos una pareja perfecta
—Debes estar bromeando —el observo a todos lados y negó rotundamente con la cabeza.
Arianne se levantó de la silla de golpe, sin nada mas por decir, esto era increíble.
—Búscame cuando tengas claro hacía donde va esta relación, si no, ni te molestes.
—Espera, amor no puedes irte así, —la siguió entre las mesas y los comensales —no traje mi coche.
Arianne tomo una copa de la mesa frente a ella, arrojando en su perfecto rostro, lo que fuera que contenía aquel reciente, el líquido escurrió por todos su traje y camisa.
Abandono el restaurante, dejando a su paso los cuchicheos y risas de mujeres que criticaban la vergonzosa actuación.
Espero en la puerta que trajeran su auto. No pudo evitar desmoronarse, esperaba que Erick llegara junto a ella, que sus palabras fueran únicas y sin ninguna duda que deseaba pasar el resto de su vida con ella. volteaba de reojo pero el paso de los minutos se apagaba toda esperanza y aumentaba una rabia, un resentimiento al mismo tiempo un deseo de vergüenza crecía.
Una mano llego ofreciendo un pañuelo, sin pensarlo lo tomo y seco sus lágrimas, no permitiría que se arruinara más su maquillaje, al menos no hasta llegara a su departamento.
—¿Ese tipo es su novio Arianne?
—Era mi novio… —aclaro resentida y bien segura que todo habia acabado.
Pronto reacciono, le llamo por su nombre, al darse cuenta que ese hombre la conocía levanto la vista, el atractivo sujeto media un metro setenta y ocho. Ojos cafés grandes llenos de chispa, un rostro varonil, y cabello oscuro, su sonrisa, era una luz en ese momento.
—Señor Malcolm, —lo que le faltaba, era su jefe, apretó los ojos deseando que la tierra se abriera y la tragara, al menos esperaba que nadie la conociera antes de esto —Acaso usted vio todo …
Sus mejillas adquirieron ese tono rojo que conjugaba bien con sus hermosas pecas. Malcolm siempre apreciaba la belleza de su asistente aunque jamás imagino ni por un segundo sobre pasar esa delgada línea donde las fantasías encaminaban a cualquier hombre a correrse en medio de su oficina.
No hasta ahora que un sutil deseo de consolarla flotó en sus pensamientos. Era virgen por amor de Dios ese monumento de mujer era una tierra sin explorar. ¡Que verdadero imbécil!
—No debe sentirse mal, catorce años y virgen, o su novio es un santo o un gay retraído —se paró junto a Arianne observando la calle, el cielo, el tiempo correr con las manos en los bolsillos.
—Es un hombre respetuoso, —aún se tomó un segundo en defenderlo —nunca quiso tocarme hasta que nos casáramos.
La risa de Malcolm no se contuvo ni un poco.
—Ahora no quiere casarse, déjeme decirle que su novio es un reverendo imbécil.
—Creo que la imbécil soy yo, acabo de hacer el ridículo, siento que mis mejillas están tan rojas, que debo parecer un tomate —el auto de Arianne se detuvo a un costado, el momento era tan incomodo, creía que desde dentro del restaurante todos la veían, las risas y los cuchicheos continuaban. O peor aún alguien compadeciéndose de ella
—No debe sentirse avergonzada, alguien debía dar el paso, y si él no quiere arriesgarse, ese hombre no es para usted, Arianne merece algo mejor, imagine que usted seguiría esperando por algo que no llegaría.
Era verdad, aun seguiría esperando y esperaría una larga y eterna vida subió a su auto sin despedirse helada como si le hubieran tirado sobre la cabeza un vale de agua.
—Nos vemos mañana.— Malcolm, se despidió de ella con la mano.
Se tomo una larga ducha, se fueron catorce años con un solo hombre por el desagüe, con el que ni siquiera pudo convertirse en mujer. Nunca pretendió satisfacer sus deseos con otro hombre, aunque tuvo algunas oportunidades. Y una que otra fantasía con Malcolm, su jefe, el cual ahora estaba burlándose de ella.
Su atractivo jefe le encantaba, era seductor, ese hombre amante de las aventuras y relaciones fugaces lo único que podría ofrecerle era una noche de pasión y un eterno adiós. Arianne siempre deseo que su primera vez estuviera dosificada por el amor y la pasión, Erik era romántico pero nada apasionado, Malcolm era fuego puro, pero nada de amor.
Arianne era una frustrada virgen con anhelos y necesidad sin cumplir y ahora, se había convertido en una eterna y frustrada soltera.
Las discusiones con su padre iban en aumento, Malcolm había mejorado mucho las cosas tanto dentro, como fuera del periódico de su padre dejando toda, bueno casi toda su vida en ello. —Lucy, necesita una madre —Malcolm se levanto del asiento de golpe, cerro las persianas y la puerta, era un secreto que nadie sabía y seguiría siendo así. —Lucy ya tiene una madre, —Hizo una pausa reconsiderando que a esa mujer no se le podría llamar madre desde el momento en que lo abandonó con una nota en la puerta de su apartamento. Era ridículo pensar que él era el padre de esa chiquilla, pero claro la mujer que la abandono fue la más lista, escogió a uno de los hombre más cotizados de california. Al menos tenía un alma caritativa. —No me mires de ese modo, sé que eso no cuenta. —Esa pequeña ha tenido tantas nanas como tú amantes. —reprendió el señor Malcolm, su padre estaba cansado de su actitud despreocupada, una desilusión por un hijo inmaduro, así como Luci ¿cuántos niños pudo haber dejado re
Se sentía perdida caminado por la calle sin saber a dónde ir, cargaba en sus manos su teléfono, segura o al menos con la esperanza viva de que pronto, Erick, le llamaría. Se encontraba con personas que la miraban y sonreían o la señalaban, corrió sin darse cuenta a donde iba. No se dio por terminada la relación en realidad, Erick era el hombre de su futuro no imaginaba una vida sin él. pero no estaba dispuesta a perder su vida esperando que deseara formar una familia y eso jamás pasará.Se preguntaba qué era lo que estaría pensando en este momento, si al menos estaría pensando en ella o tuviera remordimiento por hacerle pasar el ridículo de su vida.Le dejo en claro, que si no iba a cambiar de opinión no la buscara. Ya era medio día y el aun no le llamaba. Nunca estaba tan ocupado para enviarle un mensaje.Su teléfono timbró, como invocándolo, Arianne respondió a toda prisa.—Erick, Erick, te necesito, has visto que alguien subió el video de nuestra cena…—“¿Cómo te atreves a presi
Abrió sus ojos debajo de las sábanas, su cuerpo estaba tan cómodo y a la vez agotado, adolorido, deseaba seguir durmiendo, afrentarse al mundo y las burlas era una tarea agotadora. Malcolm la animo tanto que consiguió sacarla a bailar, se reía de lo tonta que seguramente lucia bailando con dos pies izquierdos, la diversión quedo en la noche anterior, se descubrió para estirarse de inmediato buscando su teléfono.Sobre el buro no estaba, tirado en el piso tampoco, observo la hora era tardísimo. Casi medio día.Salto de la cama, era torpe y cayó al piso, se levantó con su cabello rizado, pelirrojo hecho una maraña.Entro en la ducha, el agua era refrescante, al salir observo por la venta el día, estaba brillante, el cielo despejado, el aire era fresco y a pesar de recordar sus problemas el peso que cargaba sobre sus hombros era más ligero ahora.El día no sería como lo esperaba, su coche no encendió y en el camino corriendo al recinto donde se llevaría a cabo el evento se encontró con
Arianne prefería mantenerse en algún rincón, desde ahí continuaba coordinando todo con una Tablet en la mano, era el centro de las miradas, el morbo del momento. Malcolm estaba cuidándola todo el tiempo, intentando acercare.Arianne temía un reclamo de su jefe, era claro que lo habia avergonzado, si veía a Malcolm venir hacia ella se giraba en el camino se le interponían colegas de universidad,Todo parecía estar en su contra para poder hablar con su asistente, conocía lo determinada que podía ponerse, si no la convencía ahora al terminar el día ella se iría y no la volvería a ver. Enviaría su carta de renuncia por faz o correo electrónico.Arianne no le daba muchas opciones, y detestaba el juego del gato y el ratón. Subió al estrado desde donde su padre habia dado un pequeño discurso, tomó el micrófono.—Su atención por favor, quiero aprovechar este momento para felicitar a Arianne Owen por su trabajo en el periódico, sin ella esto se vendría abajo —hubo silencio y la miradas sobre e
Era imposible caminar entre la multitud, todos interesados en obtener más información, de llevarse la primicia de los detalles.Toda la marea de preguntas y teléfonos apuntándonos con las grabadoras encendidas como si se tratara de una pareja de televisión la hizo caer en un pozo oscuro, completamente abrumada.—Por favor amigos, no daremos declaraciones este día —alego Malcolm pero con una enorme sonrisa en los labios —Ahora quiero un minuto a solas con mi prometida.Malcolm la tomo de la mano, y la llevo a un lugar apartado. Pero no privado aun seguían delante d todos para que ella no pudiera simplemente romper el compromiso, o llenarlo a él con preguntas, o por lo menos aun no.—Debemos esperar un poco Arianne, somos el centro de atención. —la detuvo de la muñeca, Arianne miro a todos lados nerviosa, lento pero brusca saco su mano del agarre de su jefe, Este volvió a tomarla pero esta vez con ambas manos, llevando a su boca le suplico con unos ojos de borrego a medio morir—Por fav
Tras terminar todo, Malcolm llevo a Arianne a un pequeño bar, por supuesto había alguno colegas periodistas persiguiéndolos. Arianne estaba muy nerviosa, el anillo en su dedo era brillante y muy costoso.—¿Quieres algo de beber? —Arianne negó, de finitimamente no volvería a probar una bebida en toda su vida, aun no recordaba como habia llegado a casa la noche anterior. El sí pidió una bebida—Es una locura —le susurro. Observaba a todos lados, cualquiera podria ser un periodista.Malcolm tomo un mecho de su cabello rojizo y jugo con él, mirándola como un enamorado perdido en su rostro, no era difícil Arianne era demasiado hermosa.—Si, correcto, seguiste mi consejo.—No puedo casarme con usted.—¿Por qué no?—Es mi jefe, es muy bueno pero yo no lo amo... —Yo tampoco… —Confeso, pensar en mantener esa mentira por mucho tiempo sería cansado y agotador, así que optaría por confesarle la verdad, se giró para recibir el trago del cantinero.Arianne no pudo evitar sentirse desilusionada,
¿Como habia llegado a la cama?, al menos aun estaba entera, esa noche de discoteca fue terrible, habia bebido demasiado, cayó en un sueño tan profundo. Levanto la mitad de su cuerpo, observo su teléfono sobre la cómoda, lo tomo y se lamentó al darse cuenta que no tenía ninguna llamada de Erick.Comenzó a reírse del loco sueño que tuvo, su jefe el cotizado Malcolm Ryan le habia pedido matrimonio en medio de una sala llena de personas elegantes, aun debía ir al evento, observo el reloj, tenía mucho tiempo de sobra.Se estiro para relajar sus músculos, los pies le dolían horrible.El olor a tocino y mantequilla la envolvió, cielos, nunca habia sentido tanta hambre en su vida, bajo de la cama, se puso una bata y salió a buscar algo decente que desayunar aunque no se tratara de huevos y tocino.Una música suave y la voz de alguien cantando la hizo meditar si acaso aún seguía dormida, camino despacio hasta la cocina y no podía dar crédito a lo que estaba sus ojos observando.—Señor Ryan, —é
El llanto de una mujer traía a su mente muy malos recuerdos para Ryan, agradeció cuando Mandy llego para consolarla, y s hermana un poco después, desde luego le partía el corazón pero que podria hacer ahí, esa mujer estaba perdida de amor por un … no habia palabra que describiera a ese canalla.—Dime que hizo esa mujer para atrapar al hombre sin corazón —recrimino su amigo, Daniel un pequeño, delgado ratón de biblioteca que se adhirió a él como sanguijuela y jamás, nunca logro deshacerse desde que tenían cinco años, vivían en el mismo vecindario, fue imposible escapar.Con el tiempo se forjo una verdadera y bella amistad.—Creo que construyó uno para mí —Respondió Malcolm incrédulo para el mismo de lo que acaban de escupir.Daniel se echó a reír con más ganas de las que podía tener.—No en serio Malcolm, ¿que hizo?—Nada,—Si, habia sido una respuesta tonta —vi como su estúpido novio la desprecio en medio de un restaurante y no lo soporte. Sabes que defiendo a los débiles y frágiles—¿