Se sentía perdida caminado por la calle sin saber a dónde ir, cargaba en sus manos su teléfono, segura o al menos con la esperanza viva de que pronto, Erick, le llamaría. Se encontraba con personas que la miraban y sonreían o la señalaban, corrió sin darse cuenta a donde iba.
No se dio por terminada la relación en realidad, Erick era el hombre de su futuro no imaginaba una vida sin él. pero no estaba dispuesta a perder su vida esperando que deseara formar una familia y eso jamás pasará.
Se preguntaba qué era lo que estaría pensando en este momento, si al menos estaría pensando en ella o tuviera remordimiento por hacerle pasar el ridículo de su vida.
Le dejo en claro, que si no iba a cambiar de opinión no la buscara. Ya era medio día y el aun no le llamaba. Nunca estaba tan ocupado para enviarle un mensaje.
Su teléfono timbró, como invocándolo, Arianne respondió a toda prisa.
—Erick, Erick, te necesito, has visto que alguien subió el video de nuestra cena…
—“¿Cómo te atreves a presionar a mi hijo de esta manera?” —pero no se trataba de Erick, la horrible y chillona voz de su suegra se escuchaba detrás del auricular.
Reviso su teléfono y vio en la pantalla el nombre, “Suegra”. Era una mujer sobre protectora con su hijo, y aunque aprobó su relación, Arianne siempre habia sentido una sensación de rechazo hacia ella. Ere entrometida, imprudente y ponzoñosa, siempre se protegió pensando que se casaría con Erick no con esa horrible mujer.
—¿Presionarlo? —le respondió con enfado, soportaría todo pero no de ella, Georgina no soportaría ni siquiera un mensaje de lastima, solidaridad o una falsa promesa de ayudarle a arreglar todo con su hijo.
—“Le propusiste matrimonio en un lugar público, para forzarlo a aceptarte, no, el amor no se tratar de eso niña tonta, él se desvive por complacerte en todo”
—No quise presionarlo, quise hacerlo feliz, siempre hablamos de formar una familia, era suficiente tiempo, catorce años no le parece…
Le dio mucho coraje ni siquiera comprendía por que le estaba dando explicaciones, ella no tenía por qué meterse en algo que era un asunto entre Erick y Arianne.
—“Solo te daré un consejo Arianne, date cuenta eres tan poca cosa que nadie se fijaría en alguien como tú, deberías estar agradecida que mi Erick te ame de esta manera tan pura y sincera. Eres una estúpida que no lo mereces, eres tan insípida únicamente Erick era capaz de hacerte el favor de fijarse en alguien como tú, deberías reflexionar sobre tus acciones, le haces daño a la gente, deja de ser tan egotista.”
—¿Yo soy la egoísta?
—“Discúlpate con Erick si no quieres perderlo” —la suegra colgó la llamada, sintió que alguien habia tirado sobre ella litros y litros de agua helada y de pronto caí hacia tras en un pozo oscuro y profundo donde su voz gritaba pero Erick no la escudaba.
La desesperación mezclada con el miedo estremeció todo su cuerpo. Su vida no sería la misma sin Erick, y tirara su relación de un día al otro era impensable, era tirar toda su vida por la borda.
Arianne estaba aún más confundida y perdida. Busco el número de Erick para llamarlo, arreglar las cosas y sobre todo detener todas las burlas a las que estaba expuesta, justo cuando estaba por presionar el botón verde un mensaje de texto de su hermana Rous apareció en su pantalla.
<<Hola Arianne, dime ¿dónde estás?, quiero verte ahora mismo>>
No quería ver a nadie.
Paso toda la tarde comiendo de una enorme lata de helado, sentada frente al sofá, observando películas románticas auto torturándose mientras derramaba lágrimas.
El timbre sonó, dejo el helado y corrió a la puerta.
—Erick… —la desilusión volvió a golpearla una vez más, sus ojos volvieron a entristecerse —¿Qué haces aquí?
Era Rous, quien se molestó al llamarla con ese nombre tan horrible, era aún más terrible que haberla dejado en visto.
—Vamos no te quedaras tumbada en el sofá comiendo y engordando con helado o esperando que ese cobarde venga a rogarte.
Rous camino hacia la habitación de Arianne. Era su hermana menor pero era más centrada, el amor de príncipes y princesas, castillos y dragones, juntos para siempre no era su ideal, y por supuesto Erick no era el mas apreciado cuñado.
—Rous, el vendrá… —dijo optimista. Tragándose el nudo en la garganta.
—No lo hará y desde este momento tú eres libre de divertirte y de conocer a nuevas personas, —la tomo de la mueca y la llevo hasta el armario, comenzó a sacar vestidos y colocarlos sobre el delgado cuerpo de su hermanita. —Ya tenemos planes, dos hermoso y frondoso chicos afroamericanos, dispuestos a conocernos y además tener sexo desenfrenado.
Arianne se tumbó en la cama, Rous comenzó a arrojar un montón de ropa sobre ella, en el armario había prendas de marca que jamás se habia puesto pues aún conservaban las etiquetas.
—El tipo era un desgraciado, esto es de la temporada pasado y no lo has estrenado, ¡ni siquiera te invita a salir!
—No pienso tener sexo, Rous no estoy de humor. No te das cuenta que mi vida se acabó, perdí al hombre de mi vida, y además soy la birla de toda la ciudad.
—De verdad Arianne, ¿lo amas tanto?, te juro que pensé que él no era para ti y tarde o temprano te darías cuenta de que no tiene nada en común. Gracias al cielo fue antes de casarte y destruirte aún más…
Rous quiso en verdad por un segundo entender a su hermana, lo que ella pensaba que los mantenía juntos era solo costumbre. Pero las palabras “antes de casarse” no eran justamente las más apropiadas en ese momento.
—Lo amo, mi vida no tiene sentido sin él. —se acerco y se sentó junto a ella en la cama.
—Pero tú no le importas, ¿ya te ha llamado, te ha texteado? —Arianne negó con la cabeza. —¿No debería estar aquí apoyándote, dando la cara por ti?, tu no le importas Ari
—Voy a llamarlo. —dijo Arianne tomando su teléfono, al recordar lo que había dicho su suegra.
Rose le quito el móvil sacándoselo de la las manos.
—No, ni se te ocurra hacerlo, te lo dije mil veces Erick es un idiota
—Lo amo. —Chilló, y se hundió en la cama.
—Pues dejaras de hacerlo, no puedes estar esperando que el canalla se atreva a llamarte, o pedirte que regresen Ari, le diste casi toda tu vida, no puedes dejar que termine de acabar con ella. No puedes perder más tiempo llorando, debes encontrar el amor de tu vida.
—No estoy de humor. —se negó a escoger algo de ese enorme armario.
—Vamos, no acepto un no por respuesta, estas soltera ¡Dios mío! por primera vez en catorce malditos años.
Era verdad en todos esos años ni siquiera habían terminado por una discusión absurda, no habia pasado tiempo sin verse, ni fechas importantes sin mandarse muchos mensajes de amor. Era quizás el momento de divertirse un poco sin su novio.
Rous se salió con la suya, la hizo arreglarse despampánate, con un lindo vestido que llegaba a la mitad de la pierna, de color gris aterciopelado con escote en V. Le ayudo a maquillarse y salir de su departamento. Pero solo eso consiguió.
Estando en el discoteca, Arianne no se sentía atraída por la música, ni por el bullicio, no sentía alegría, solo se procuraba por qué nadie la reconocieras. Revisaba su teléfono esperando un mensaje, ese silencio era cada vez mas pesado. Controlaba su llanto para no parecer una bruja y con ello alimentara más todas las burlas.
Se quedo sentada en la mesa mientras su hermana bailaba al ritmo de la música electrónica con dos altos y bastante atractivos hombres de piel color chocolate.
Un hombre detrás la observo, no le era indiferente la hermosa figura de la mujer ni sus anchas piernas torneadas, su cuello era delgado, estaba empezando a pensar cosas inapropiadas, se acerco solo para saludar.
—Si te encuentro en otra de mis noches de diversión empezaré a creer que mi padre te envío a vigilarme.
Acaricio su brazo, con un toque suave de coqueteo.
—Señor Ryan —Arianne se sentiría más cómoda con alguien conocido cerca. Alguien que no estuviera interesado en que superará a Erick.
—Llámame Malcolm, no estamos en el periódico. —ella negó, era mejor no crear confianza. —¿quieres bailar?
—No señor… Malcolm —dijo con algo de dificultad —no soy buena compañía, no estoy de ánimos
—Al menos ya hablaste con tu novio —con un suave movimiento de cabeza le dijo que no —¿ya te ha enviado un mensaje o te ha llamado para saber cómo estás?
Eso removió bastante los sentimientos de Arianne, ella habia preparado algo lindo, jamás imagino que todo se volviera en una pesadilla y se convirtiera en la nueva burla de mundo entero. Pero sobre todo era peor darse cuenta que él no se habia preocupado por rescatarla del destrozo mediático que ayudo a provocar.
Malcolm no era blando, ni le gustaba consolar a una mujer llena de sentimiento, pero Arianne no era cualquier mujer, era como una amiga. Se acerco a ella y la abrazo
—Hey, Arianne mírame, a ver déjame ver esas hermosa pecas. —levantó su rostro para que lo mirara, —Escúchame lo que te voy a decir, eres una chica extraordinaria, eres divertida, linda y tienes un muy bonito gusto para vestir, tus pecas no son una obstrucción de tu belleza, por el contrario, hacen que ese rostro de hada se vea aún más atractivo, como estrellas rociadas sobre una suave y joven piel. —jamás nadie le había dicho cosas tan bonitas, Arianne se quedó boquiabierta — Si él te rechazo y además espera que tu vallas corriendo a disculparte déjame decirte que si, efectivamente tiraste catorce años de tu vida con un reverendo imbécil, y lo único que merece es toda tu indiferencia y el poder de tu olvidó.
Era el hombre mas apuesto que habia visto en su vida, sus labios se movían vertiendo poesía, si el la besaba ahora seria una locura pero no le pediría que parará. Su jefe tenía ese toque romántico que amaba en los hombres.
Arianne respiro profundo y se despertó de la extraña ilusión que estaba viviendo. Suspiro. Estaba demasiado vulnerable, era capaz de refugiarse en el primero que le hablaba bonito.
—Usted lo dice porque me conoce y supongo que algo de mi le importa, por ejemplo mi eficacia en el periódico.
Malcolm sonrió.
—Tienes razón, me importas, pero si tengo un aprecio por ti, por quién eres no por el empleo que desempeñas.—Arianne se sonrojo — Ven vamos a bailar, estas aquí para distraerte, deja ese teléfono el desgraciado no va llamar, demostrémosle lo que se perdió.
Malcolm la tomo de la muñeca y la llevo hasta la mitad de la pista Arianne no pudo negase y aunque le costó trabajo, con unos tragos encima libero la chica divertida dentro de ella.
Alguien entre la multitud que bailaba, reconoció que se trataba de la #ladyfriendzone tomo una foto cuando Malcolm bailaba con ella, cuando é se sentó junto a ella colocando su manos sobre su espalda, no perdió de vista ni un solo momento a la pareja.
Esas fotos iban a ir a parar a las redes sociales.
Abrió sus ojos debajo de las sábanas, su cuerpo estaba tan cómodo y a la vez agotado, adolorido, deseaba seguir durmiendo, afrentarse al mundo y las burlas era una tarea agotadora. Malcolm la animo tanto que consiguió sacarla a bailar, se reía de lo tonta que seguramente lucia bailando con dos pies izquierdos, la diversión quedo en la noche anterior, se descubrió para estirarse de inmediato buscando su teléfono.Sobre el buro no estaba, tirado en el piso tampoco, observo la hora era tardísimo. Casi medio día.Salto de la cama, era torpe y cayó al piso, se levantó con su cabello rizado, pelirrojo hecho una maraña.Entro en la ducha, el agua era refrescante, al salir observo por la venta el día, estaba brillante, el cielo despejado, el aire era fresco y a pesar de recordar sus problemas el peso que cargaba sobre sus hombros era más ligero ahora.El día no sería como lo esperaba, su coche no encendió y en el camino corriendo al recinto donde se llevaría a cabo el evento se encontró con
Arianne prefería mantenerse en algún rincón, desde ahí continuaba coordinando todo con una Tablet en la mano, era el centro de las miradas, el morbo del momento. Malcolm estaba cuidándola todo el tiempo, intentando acercare.Arianne temía un reclamo de su jefe, era claro que lo habia avergonzado, si veía a Malcolm venir hacia ella se giraba en el camino se le interponían colegas de universidad,Todo parecía estar en su contra para poder hablar con su asistente, conocía lo determinada que podía ponerse, si no la convencía ahora al terminar el día ella se iría y no la volvería a ver. Enviaría su carta de renuncia por faz o correo electrónico.Arianne no le daba muchas opciones, y detestaba el juego del gato y el ratón. Subió al estrado desde donde su padre habia dado un pequeño discurso, tomó el micrófono.—Su atención por favor, quiero aprovechar este momento para felicitar a Arianne Owen por su trabajo en el periódico, sin ella esto se vendría abajo —hubo silencio y la miradas sobre e
Era imposible caminar entre la multitud, todos interesados en obtener más información, de llevarse la primicia de los detalles.Toda la marea de preguntas y teléfonos apuntándonos con las grabadoras encendidas como si se tratara de una pareja de televisión la hizo caer en un pozo oscuro, completamente abrumada.—Por favor amigos, no daremos declaraciones este día —alego Malcolm pero con una enorme sonrisa en los labios —Ahora quiero un minuto a solas con mi prometida.Malcolm la tomo de la mano, y la llevo a un lugar apartado. Pero no privado aun seguían delante d todos para que ella no pudiera simplemente romper el compromiso, o llenarlo a él con preguntas, o por lo menos aun no.—Debemos esperar un poco Arianne, somos el centro de atención. —la detuvo de la muñeca, Arianne miro a todos lados nerviosa, lento pero brusca saco su mano del agarre de su jefe, Este volvió a tomarla pero esta vez con ambas manos, llevando a su boca le suplico con unos ojos de borrego a medio morir—Por fav
Tras terminar todo, Malcolm llevo a Arianne a un pequeño bar, por supuesto había alguno colegas periodistas persiguiéndolos. Arianne estaba muy nerviosa, el anillo en su dedo era brillante y muy costoso.—¿Quieres algo de beber? —Arianne negó, de finitimamente no volvería a probar una bebida en toda su vida, aun no recordaba como habia llegado a casa la noche anterior. El sí pidió una bebida—Es una locura —le susurro. Observaba a todos lados, cualquiera podria ser un periodista.Malcolm tomo un mecho de su cabello rojizo y jugo con él, mirándola como un enamorado perdido en su rostro, no era difícil Arianne era demasiado hermosa.—Si, correcto, seguiste mi consejo.—No puedo casarme con usted.—¿Por qué no?—Es mi jefe, es muy bueno pero yo no lo amo... —Yo tampoco… —Confeso, pensar en mantener esa mentira por mucho tiempo sería cansado y agotador, así que optaría por confesarle la verdad, se giró para recibir el trago del cantinero.Arianne no pudo evitar sentirse desilusionada,
¿Como habia llegado a la cama?, al menos aun estaba entera, esa noche de discoteca fue terrible, habia bebido demasiado, cayó en un sueño tan profundo. Levanto la mitad de su cuerpo, observo su teléfono sobre la cómoda, lo tomo y se lamentó al darse cuenta que no tenía ninguna llamada de Erick.Comenzó a reírse del loco sueño que tuvo, su jefe el cotizado Malcolm Ryan le habia pedido matrimonio en medio de una sala llena de personas elegantes, aun debía ir al evento, observo el reloj, tenía mucho tiempo de sobra.Se estiro para relajar sus músculos, los pies le dolían horrible.El olor a tocino y mantequilla la envolvió, cielos, nunca habia sentido tanta hambre en su vida, bajo de la cama, se puso una bata y salió a buscar algo decente que desayunar aunque no se tratara de huevos y tocino.Una música suave y la voz de alguien cantando la hizo meditar si acaso aún seguía dormida, camino despacio hasta la cocina y no podía dar crédito a lo que estaba sus ojos observando.—Señor Ryan, —é
El llanto de una mujer traía a su mente muy malos recuerdos para Ryan, agradeció cuando Mandy llego para consolarla, y s hermana un poco después, desde luego le partía el corazón pero que podria hacer ahí, esa mujer estaba perdida de amor por un … no habia palabra que describiera a ese canalla.—Dime que hizo esa mujer para atrapar al hombre sin corazón —recrimino su amigo, Daniel un pequeño, delgado ratón de biblioteca que se adhirió a él como sanguijuela y jamás, nunca logro deshacerse desde que tenían cinco años, vivían en el mismo vecindario, fue imposible escapar.Con el tiempo se forjo una verdadera y bella amistad.—Creo que construyó uno para mí —Respondió Malcolm incrédulo para el mismo de lo que acaban de escupir.Daniel se echó a reír con más ganas de las que podía tener.—No en serio Malcolm, ¿que hizo?—Nada,—Si, habia sido una respuesta tonta —vi como su estúpido novio la desprecio en medio de un restaurante y no lo soporte. Sabes que defiendo a los débiles y frágiles—¿
Arianne habia dejado de llorar, armo ella misma la cámara. Era un hermoso sueño que tenía desde niña, tantos años trabajando en el periódico, tenía el ahora suficiente para viajar al menos por un mes. Era increíble que Malcolm lo recordara aun después de años fue solo un comentario sin mucha relevancia solo una vez. Ese sueño siempre era postergado porque Erick no quería tomar vacaciones, a él no le costaría ni un centavo pero nunca apoyo esa locura.—¿Qué pasa?, estaba sonriendo hace un segundo—Estaba pensando…—En ese cretino, —reprendió Rous —no quiero que comiences a llorar de nuevo, a menos que de verdad lo necesites.—Estaba pensando en que ustedes tienen razón, jamás me di cuenta que Erick solo me ataba a él, sin darme nada, impidiéndome cumplir muchos sueños, ni siquiera es capaz de cumplir mi sueño de ser su esposa o la madre de sus hijos, nuestra relación no crecía, hacíamos lo mismo casi todas las semanas, salíamos a donde él quería, no probábamos nada nuevo, vivíamos co
Malcolm seguía girando en su silla esperando una respuesta, olvido la recomendación de su padre de enviarle un mensaje preguntado si sentia mejor. Si la pecosa se arreglara más, si fuera más cuidadosa, seria perfecta para representar el papel de su esposa, era bonita pero le hacia faltaba algo para resaltar su belleza.¿O no?, ella era tan natural tan hermosa, sencilla y trasparente. Era mejor no cambiarle nada, y seguiría conservando esa esencia y esa confianza que lo hacía seguirla ciegamente. Tres toques de la puerta no lo hicieron despertar de su fantasía, Arianne tenia algo, una mujer no le habia atormentado tanto desde Nicole.Volvieron a llamar a la puerta.—Adelante. —estaba cubierto por el respaldo de la silla de espaldas a la puerta.La puerta se abrió lentamente, y unos tacones retumbaron en el silencio de la oficina.—Señor Ryan, ¡ya estoy aquí!Malcolm se giró en la silla, lo primero que sus ojos vieron fueron los tacones negros que llamaron su atención, las pantorrilla