Ultimátum

Las discusiones con su padre iban en aumento, Malcolm había mejorado mucho las cosas tanto dentro, como fuera del periódico de su padre dejando toda, bueno casi toda su vida en ello.

—Lucy, necesita una madre —Malcolm se levanto del asiento de golpe, cerro las persianas y la puerta, era un secreto que nadie sabía y seguiría siendo así.

—Lucy ya tiene una madre, —Hizo una pausa reconsiderando que a esa mujer no se le podría llamar madre desde el momento en que lo abandonó con una nota en la puerta de su apartamento.

Era ridículo pensar que él era el padre de esa chiquilla, pero claro la mujer que la abandono fue la más lista, escogió a uno de los hombre más cotizados de california. Al menos tenía un alma caritativa.

—No me mires de ese modo, sé que eso no cuenta.

—Esa pequeña ha tenido tantas nanas como tú amantes. —reprendió el señor Malcolm, su padre estaba cansado de su actitud despreocupada, una desilusión por un hijo inmaduro, así como Luci ¿cuántos niños pudo haber dejado regados por ahí?

—No entiendo la comparación —dijo con ironía y se encogió de hombros.

Se acomodó plácidamente en la silla giratoria, jugando en su mano con un bolígrafo.

Tenía una lista de amantes y era enorme, pero Lucy no habia tenido tantas nanas.

—No estoy comparando, Por favor Malcolm solo dime qué estás pensando seriamente buscar una buena mujer para que cuide y eduque a tu hija.

—Mi madre murió cuando yo era un niño mírame no la necesite

—Pero yo estuve ahí contigo, tu solo la has visitado una vez en todos estos años.

Ese fue un golpe certero, su viejo padre se esforzó por darle la mejor y lo hizo, siendo el segundo hijo de una familia casi perfecta, comprendía que la mujer que debía convertirse en su esposa y madre de sus hijos tendría que ser alguien que deseara en el primer instante en que la viera, su vida tendría sentido y lo sabría.

Pero como esa mujer aun no aparecía en su vida no cometería el error de casarse con la primera que solo viera bonita.

—Nunca vi que te casarás, ¿por qué ahora me lo estás exigiendo a mí?

—Eso ya lo discutimos, ahora te pondré un ultimátum o buscas en un mes a una madre para tu hijo o te quitaré de la dirección del periódico y se la daré a Jeremy

—¡No puedes…!— Al escuchar eso brinco de la silla como un resorte exclamando con frustración y rabia

Malcolm se relajó, tomo una fuerte bocarada de aire y trato de entenderse con su padre.

—Fin de la discusión Malcolm —su padre no dejo que pronunciará una palabra más—. Tienes un mes para conseguir una novia apropiada, — pronto tuvo una idea, claro darle gusto a su padre, una mujer, haría un casting y le pagaría por un matrimonio de seis meses, así su padre lo dejaría en paz, seria fácil, pero necesitaba una mujer que no fuera a jugarle sucio al final

—Y más te vale que no la sobornes. Quiero que se a una esposa de verdad. —sentencio abandonando la oficina

Maldición además le leía el maldito pensamiento.

—¿Cómo sabre que es la indicada en un mes papá? —le grito pero él ya no le escucho —,eso es absurdo.

Arianne entro mirando el suelo, traía una libreta en sus manos, se puso a revisar todos los pendientes del día, sin decir aun nada, no quería alzar la vista, era incapaz de mirar a los ojos a su jefe, temía encontrar en ellos burla o lastima por ser una tonta ilusa.

Malcolm la analizo de arriba abajo, era una mujer que conocía desde hace algunos años y sabía perfectamente la eficiencia y pulcritud en su trabajo. Era la chica perfecta para cumplir ese papel de esposa un mujer valiosa y no una cualquiera. Conocía sus valores y si conseguían crear un lazo con Luci podría divorciarse y su supuesta hija tendría una madre.

Y lo mejor, era tan honesta que nunca lo traicionaría. La campanilla de Din, din, din, sonó en su cabeza advirtiendo que tenía una ganadora

—Arianne, le estas dando demasiada importancia, no te merece— Malcolm sentia pena por su asistente. Se acero a ella y levanto su rostro con la punta —, ni merece que tu tengas esos lindos ojos enrojecidos de tanto llorar

Era hermosa, debajo de esas gafas sus ojos eran maravillosas canicas llenas de vida e inocencia. Su color de piel era lechoso y sus pecas eran como cien mil estrellas del universo, mirándole fijamente sintió que de pronto iban a estrellarse contra sus labios.

Agito la mirada para borrar todo  ese ese estúpido pensamiento, estaba borrando esa barrera que había puesto con ella. dejando que sus deseos se apoderaran de su ser.

Era una ternura que de pronto deseo besar con una ganas infinitas.

—Fueron catorce años, ¿cómo recupero todo ese tiempo?

—Asesinando al maldito —Sus ojos enrojecidos lo acuchillaron —Bueno, imagino que esto te deja una enseñanza. —de verdad quería besarla.

Se pavoneo por su oficia exponiendo algo evidente pero que Arianne no lograba ver.  Ella giro sus ojos mirando a todos lados intentando ver las cosas como él.

—Debes tomarte la vida más a la ligera, hacer locuras —se acercó a ella la rodeo por los hombros con un brazo, abrió el espacio en el aire como mostrándole un panorama distinto, Arianne observo como si en verdad viera una película frente a ella —Tu próxima relación podría ser de un día o dos y al tercero una emotiva y fugas boda, estilo una locura en las Vegas, vivir disfrutar y dejar que todo pase con ese nuevo amor, Bueno no todo … —torció la boca y frunció el ceño, no seria tan terrible tenerla en su cama, desecho la idea de inmediato, era demasiado inocente para su gusto.

Arianne la analizo con preocupación.

Malcolm era ingenioso por decirlo de algún modo, siempre estaba metido en problemas y en las peores situaciones.

Era un estilo de vida que le sentaba bien ya que de una u otra manera salía siempre bien librado, eso no le aplicaría a ella de ninguna manera. Era de esas personas que nacían estrelladas y todo absolutamente todo les salía mal.

—¿De qué estás hablando señor?

Le tomo una mano envolviéndola entre las suya como un capullo, concentro una dulce y a la vez tentadora mirada en ella cuestionándole; algo habia cambiado en él esa forma tan respetuosa en que la trataba esa línea firme que nunca iba a cruzar, esa línea se estaba desvaneciendo.

—Arianne, cásate conmigo.

Los ojos de Arianne saltaron en un aterrador asombro; la pregunta le recorrió como un escalofrío por todo su cuerpo hasta sentir que estaba perdiendo la conciencia. Saco su mano del agarre de su jefe.

—Se que lo que digo es una locura… 

—Iré por el médico,— respondió mecánicamente — dígame está mañana volvió a resbalar en la bañera ¿qué tan fuerte fue el golpe, dígame dónde?

Bajo la cabeza de su jefe y aun cuando se puso en puntas no logro ver la coronilla, pensó por un momento y esto era solo un sueño con su sensual jefe. No lo tomo a mal porque lo conocía demasiado bien para saber que esto se trataba de una broma.

No era la primera vez que soñaba con proposiciones indecorosas por parte de él pero necesitar que alguien la salve de esta humillación, no estaba tan desesperada.

 —Oh no,— la detuvo y la miro fijamente a los ojo — es que después de lo de anoche me di cuenta que usted es muy especial para mí, de verdad nunca me había dado cuenta de la gran mujer que ha trabajado conmigo hombro a hombro por casi seis años, la vi tan devastada señorita que se me partió el corazón y me di cuenta que siento por usted algo que no he sentido por ninguna, creo que me estoy....

—¡No sea ridículo!— salió del extraño hechizo que tenían sus palabras, la dulzura y la mirada era una extraña mezcla de una pésima alucinación —, usted no puede ni siquiera pronuncia la palabra enamorar.

—Si puedo E-e… ena ena … sabes que me cuesta expresar mis sentimientos…

—Agradezco que intente animarme pero, no estoy desesperada no necesito de su lastima ni ser rescatada de una decepción amorosa por un casanova de dudosa reputación

—Auch eso si dolió. —se llevo la mano al corazón y se flexiono. Cerro los ojos y se recargo sobre el escritorio, después de unos segundo abrió solo un ojo y le sonrió.

Arianne intento no llorar, tenía partido el corazón. no imaginaba que Erick la rechazara de esa manera, aun después seguía diciendo que la amaba. Sonrió ante el intento de su jefe pero con el nudo en su garganta. 

 —Creo que no hay pendientes para hoy señor Ryan. iré a ver si hace falta algo en impresión o en edición.

Arianne salió de la oficina, Malcolm maldijo entre dientes, y refunfuño unas cuantas palabras más. Un mes, tenía tiempo suficiente para hacer algún tipo de casting y conseguir a la mujer apropiada,  tendría que compra una…

Maldijo de nuevo, su padre lo sabría de inmediato.

En los pasillos Arianne caminaba con la misma actitud, decaída, con las lágrimas, recordaba el momento, el ambiente y luego el duro golpe a la realidad. Su historia no era la clásica novela de amor.

De pronto alzo la vista y se encontró con las miradas de burla de más de uno, algunos en grupitos de tres cuchichearon. Un hombres la observaron y negaron con la cabeza reprochándole.

En edición estaba su compañera y mejor amiga. Entro en la oficina

—Oh Arianne, iba a preguntarte como te fue pero… —dijo con preocupación.

Arianne cerro la puerta pero la pared era mitad de vidrio así que aun la veían y se reían frente a sus ojos. no creía que Malcolm su jefe fuera capaz de regar el chisme de esta manera el no…

—Todos me están mirando como si fuera una rara —le dijo a su amiga — ¿qué está pasando Mandy? — ella sacó su teléfono y abrió una aplicación. Pero aun no se atrevió a muéstraselo. Pensó que era mejor que ella lo descubriera sola.

—¿No has revisado tu teléfono, tus redes?

—No he querido ver y desilusionarme si Erick no me ha enviado un mensaje. Sentiré una ganas de ir hasta su casa y retorcerle el cuello…

—Míralo —Mandy le entrego su teléfono, un video aterrador estaba frente a sus ojos, ella de rodillas frente a su ahora antiguo novio, luego saliendo del restaurante en medio de una discusión, vio las caras de los presentes, vio las muecas de risa en sus rostros.

—¿Que, que es esto?

Se sintió aún más avergonzada. Deseaba que el tiempo se detuviera, necesitaba una máquina del tiempo para regresar y decirse a sí misma que no cometiera esa tontería.

Ahora era cuando necesitaba que Erick la buscara para apoyarla para rescatarla de esa humillación.

—Estas en todas las redes, te has hecho viral Arianne .

Arianne dejo caer el teléfono, salió corriendo entre las burlas que le hicieron por el pasillo.

**

—Arianne necesito las estadísticas de venta de la últimasss … — observo a la Mandy con sus enormes caches comiendo en el escritorio de Arianne —donde está mí perfecta asistente, ¿Te la comiste?

Le pregunto apuntándole con el dedo, ella estaba ahí para cubrir a su amiga, no podía hacer menos.

—Se fue, —Mandy sonrió, saco su teléfono y se lo mostro a Malcolm — está en todas las redes.

Malcolm suspiro y dejo caer los hombros. Tomo el teléfono de Mandy y reviso algunos comentarios, algunos eran insultantes, algunos pervertidos uno o dos apoyaban a la chica, y se solidarizaban con ella.

Malcolm se sintió bastante mal por Arianne. Lejos de cualquier cosa, la estimaba como un amiga, aunque jamás conversaran de forma mas personal. Ni el sabia sobre ella ni ella conocía sobre todas sus conquista. Conocía de algunas las mas intensas.

—Llámale y dile que se tome el día libre, que la veo mañana en la reunión de periodistas —Mandy iba a cumplir su orden pero titubeo, Malcolm le pregunto con unos ojos grande si acaso pasaba algo.

—¿Crees que sea buen idea que ella asista a un nido de buitres carroñeros?

—¿¡Disculpa!?

—Sin agraviar a los presentes. —dijo con una excesiva sonrisa, corrió a tomar el teléfono.

—Y Mandy, consígueme el nombre del cretino que subió esto a internet, quiero el nombre ya.

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