Las pequeñas revisaron el closet donde nueva ropa había ido llenando los espacios vacíos, ropa de ella, que había movido de su casa o bien había comprado en línea. Le estaban ayudando a prepararse para su cita médica, además de que luego irían a la empresa con papá para ser parte de un evento especial que habían montado en honor al mismo.
Zarah recomendaba vestidos volados y llenos de brillos, mientras que Zoey, más seria y práctica, le recordaba a Sunny que debía estar cómoda en todo momento, sobre todo cuando le hicieran la ecografía para ver a sus hermanitos. Dentro del mismo closet, la castaña escuchaba la discusión con una tibia sonrisa.Las tres lucían sus batas rosadas y a juego, ya se habían quitado la mascarilla que ella misma les había hecho para el cabello y sabía bien que luego le tocaría ayudarlas con su ropa. Ese día era importante, aunque no había sido el único día cargado de mucho que vivir y emociones que sentir.El año nuevo llegó de mLa risita de ella se soltó encantadora cuando la arrinconaron en una esquina y su boca fue tomada con mucha seguridad. Una panza pronunciada y bien puesta los separaba a los dos, pero sin duda Darcy estaba perdido en la boca de su prometida y se sintió más encendido cuando ella se elevó en puntillas para afianzarse mejor en ese profundo beso. Las pieles estaban erizadas y podían sumergirse fácilmente en la posibilidad de sucumbir al deseo. Sin embargo, por recomendación médica, habían decidido esperar hasta las treinta semanas, queriendo asegurar la vida de sus preciosos gemelos. Además, ese día tenían doble celebración. Las gemelas cumplían once años y se anunciaba el género a sus invitados y a ellos mismos. Aunque la idea de tenerlos, de saber que habían resistido, era más que emocionante y suficiente para ellos. —Ya me hacía falta besarte de esa manera, mi rayito de luz —ella solo esbozó una débil sonrisa, acariciándole las mejillas donde esa nueva barba suave
Suspiró suavemente, tratando de controlar los dolores que sentía en la espalda baja. Las niñas estaban dormidas y Darcy se encontraba en una reunión virtual con unos importantes proveedores de Dubái que querían crear una colección de lujo con Upton Perfumería, que seguía liderando la lista de las empresas perfumeras más buscadas y compartidas a nivel social. La empresa había crecido con el tiempo y ya habían ampliado las oficinas tomando un piso más del mismo edificio. La colección navideña fue un éxito rotundo que consiguió poner la atención en el nombre de la empresa, en la marca como tal y, con ello, se movieron sus colecciones anteriores, volviéndose parte esencial de los coleccionistas que en redes sociales daban sus opiniones y hacían sus recomendaciones. Se pensó que el éxito no sería repetido, pero la colección de primavera apenas consiguió estar 48 horas en almacenes. Fue catalogada como la colección, a nivel mundial, con mayor éxito en el mercado. Y es
Por el espejo, notó cómo la puerta se abrió y pronto mostró a esas dos bellezas, altas, hermosas y ya cambiando hacia esa nueva etapa, apareciendo luciendo como sus pequeñas niñas, sus siempre queridas princesas, de rosado. Claro que el estilo era más moderno y un poco más estilizado de lo que hubieran esperado cuando, dos años atrás, soñaron con ese día que al fin había llegado, donde papá y la niñera se casarían. Esa niñera se había convertido en la mami. La que iba a reuniones, la que organizaba clubes de estudios y horneaba galletas para cada amiguito que estaba de cumpleaños. La que había separado discusiones y se quedaba escuchando con los ojos cerrados a Zoey en sus nuevas composiciones, pero también había ido de la mano de Zarah a sus exposiciones de arte digital. Sunny había sido madre, y no solo de ellas, sino de esos preciosos y regordetes gemelos que liberaron suspiros femeninos apenas aparecieron, cargados por el tío Lorenzo y el abuelo Raymond. De m
De manera nerviosa y como automática sacudió de nuevo la tela de su pantalón. En la sala de dirección y aguardando al director de la Academia Oxford ciertamente sentía que estaba repitiendo sus años escolares porque los nervios le han revuelto la panza y ahora mismo solo puede ver a todos lados nerviosa de la llegada del corpulento hombre. Llevaba siendo maestra sustituta en aquel lugar desde hace seis meses, y esperaba que por el desempeño que tuvo, las buenas notas de sus alumnos y el hecho que habían ganado el premio Oxford de excelencia fuera contratada para el siguiente ciclo escolar, ahora que las vacaciones han llegado, como una maestra de planta. —Señorita Gray.—elevó su mirada hacia donde la asistente de dirección se encontraba—el doctor Montgomery la espera, puede pasar. Tras un suspiro se puso de pie y solo asintió. Llevaba siempre la panza revuelta y temía que en cualquier momento se desmayara o peor aun un gas se le saliera, pero no por eso perdió la serenidad en su ros
Se unió a ellas cantando con emoción la música pop que iba envolviendo la cabina. Las gemelas se han compartido todas las golosinas y frutas que les empacaron para su última práctica de gimnasia, y ninguna de las tres se ha dado cuenta de todo el caos que la decisión que Susannah tomó de llevarlas a su casa ha causado siendo un pandemonio en el padre viudo y soltero de las menores. Fue guiada por las mismas chiquillas a la dirección que tenían apuntada en una nota de su celular y solo pudo ir abriendo grandes ojos ante las preciosas mansiones que desfilaban a sus laterales, deteniéndose en el portón negro con un alto muro que sabe bien ha recorrido varios metros atrás e incluso le daba vuelta a una esquina. —Buenos días, familia Upton—saludó una voz femenina cuando Susannah invitada por Zoey apretó el botón en la máquina inteligente empotrada en el concreto. —Buenos días, soy Susannah Gray, traigo a las gemelas conmigo. —¿Perdón?—la pregunta con una clara confusión logró que la ca
Cuando llegó al semáforo en rojo y se miró las marcas que las esposas le han dejado en las muñecas solo pudo pasar saliva, pero pronto se encontró envuelta en su llanto. Se puede definir ese día como uno sin duda horrible, donde no solo se le fue negado el empleo de sus sueños, también terminó arrestada por hacer una buena obra, un acto que no solo la dejó como delincuente a los ojos del personal de esa casa, también causó miedo en las pobres niñas Upton de las que no se pudo despedir. Estaba de alguna manera cansada y ya tenía hambre, el reloj marcaba después de las doce, claramente no tuvo un buen desayuno por lo nerviosa que se encontraba y le daba algo de vergüenza saber que, así como salió de casa con las manos vacías, va a regresar, claro que con una experiencia que comprende que si la cuenta, sobre todo a su padre, va a arruinar el día de todos. Intentó controlarse para cuando llegó a su casa. Se limpió el rostro viéndose al espejo retrovisor de su coche, buscó en el bolso qu
Tras una pesada mañana y luego de ese horrible susto que se llevó con la llamada del chófer logró tomar el almuerzo con sus hijas y su asistente quien era considerado como un tío para las mismas, claro que el también lo miraba con un hombre de confianza, pero no le permitía a muchas personas ingresar a su vida, ni mucho menos a su hogar. La familia Upton se hizo de renombre cuando se convirtieron en perfumistas de alta sociedad, claro que empezaron en un pequeño espacio en el mercado local vendiendo aceites perfumados, extractos puros de ciertos olores y su calidad, su fineza, pero sobre todo sus hermosos envases fueron llamando la atención de personas de mayores recursos. Pronto el pequeño espacio del mercado se trasladó a una tienda en la plaza y apenas dos años después de haber empezado lograron inaugurar su primer kiosco en un centro comercial. Las redes sociales ayudaron mucho con el levantamiento del negocio y las recomendaciones de sus exquisitas fragancias convirtió a Upton e
Dos semanas habían pasado desde el incidente con la señorita Gray. Darcy Upton parecía un poco furioso ante la idea de que no hubiera una sola persona que cumpliera las indicaciones que le ha dado a su asistente para la niñera que cuidará de sus hijas. Unas son ciertamente muy jóvenes para su gusto, mientras otras son demasiado mayores y parecen venir con una mentalidad demasiado cuadrada y hasta militar, incluso para él que es un hombre de reglas y orden. Con Zoey enferma por la llegada del invierno le ha tocado dejar la oficina y laborar desde casa. Sí bien quiere que Zarah no se enferme puede estar seguro que eso no sucederá, porque al final de cuenta las niñas son muy unidas y aun usando mascarillas Zarah ha ayudado a su padre a atender a su hermana, por lo que Darcy suponía le avecinaba no solo una segura gripe, también otra semana sin trabajar y con los proyectos retenido. Para ese viernes ya se sentía como cansado, agotado en realidad de atender narices chorreantes, un poco