Tras una pesada mañana y luego de ese horrible susto que se llevó con la llamada del chófer logró tomar el almuerzo con sus hijas y su asistente quien era considerado como un tío para las mismas, claro que el también lo miraba con un hombre de confianza, pero no le permitía a muchas personas ingresar a su vida, ni mucho menos a su hogar.
La familia Upton se hizo de renombre cuando se convirtieron en perfumistas de alta sociedad, claro que empezaron en un pequeño espacio en el mercado local vendiendo aceites perfumados, extractos puros de ciertos olores y su calidad, su fineza, pero sobre todo sus hermosos envases fueron llamando la atención de personas de mayores recursos.Pronto el pequeño espacio del mercado se trasladó a una tienda en la plaza y apenas dos años después de haber empezado lograron inaugurar su primer kiosco en un centro comercial. Las redes sociales ayudaron mucho con el levantamiento del negocio y las recomendaciones de sus exquisitas fragancias convirtió a Upton en una perfumería de renombre, que pasó de vender aceites, a crear fragancias inolvidables que han llegado incluso a la realeza.El negocio ha ido pasando entre generaciones y Darcy Upton, quien fue hijo único, es ahora el nuevo CEO del mismo. Un hombre que era considerado desde siempre como un ser tajante, un poco frío y distante, no tenía la misma calidez entre sus empleados que tuvo su padre quien murió muchos años atrás y si bien la vida del mismo empezó a mejorar cuando se enamoró de una de sus modelos de campaña, con la que se casó y formó su familia, todo en él se derrumbó cuando la perdió en un horrible accidente de tránsito.Muchos pensaron que la línea de perfumes iba a desaparecer tras esa perdida, incluso dejaron de laborar por casi seis meses y desde entonces no ha salido nada de la casa de perfumes hasta hace un año que reabrieron las instalaciones y empezaron a trabajar en una nueva colección que no ha salido bien, porque nada parece complacer al dueño y director.Entre empleados se maneja que Darcy perdió el sentido del gusto, del olfato y ciertamente su capacidad de amar hace dos años, cuando murió su esposa. Quedando viudo y con dos niñas de apenas ocho años las cosas no parecían nada sencillas para el mismo, aun cuando tuviera todo el dinero y personal para enterrarse en su mansión, el amor es algo que ninguna moneda podría pagar.Se le ha visto mucho más serio que nunca, apenas habla y todo parece girar en torno a su empleo y la seguridad, casi enfermiza en muchas formas, de sus gemelas, con quienes se encontraba esa noche viéndolas prepararse para dormir.—Papá—la voz de Zoey lo hizo suspirar.—Si mi amor, ¿Qué pasa?—¿Le diste tu pañuelo a la maestra Sunny? Estaba llorando mucho.Él tan solo llevo su cabello hacia atrás, levantando un par de muñecas del piso.—No, no se lo di porque ella misma se controló el llanto—escuchó el murmullo en el interior del baño—además que ya hablamos de esa situación. La maestra Susannah, como se llama, no tenía que haberlas sacado de la escuela, menos sin consultarme previamente.—Pero te avisamos—demandó zarah saliendo del baño con el cabello rubio suelto y cargando su infaltable oso—Zoey te mandó muchos mensajes que tú no leíste.Tras ella venía Zoey, con el cabello en cola y esa expresión de “ella tiene razón” aun cuando eran gemelas él lograba diferenciar muy bien a sus hijas, sobre todo sus personalidades.—En la oficina no tenía una buena señal al parecer porque lo mensajes cayeron ya tarde, Benito ya me habían alertado que ustedes no estaban y eso me asustó —confesó para ellas.—Benito es un chismoso—demandó Zoey buscando su cama.Dormían en la misma habitación por decisión propia, claro que era amplia y cargada de todo lo que han pedido a su padre. En sus camas apenas divididas por una silla donde el solía sentarse para leerles cuentos, cada una se ubicó, así que Darcy tomó su lugar en el sillón, sacando de la orilla una pequeña muñeca.—Deberíamos de invitarla a comer y te disculpas—susurró Zoey, buscándole la mirada.—Ella fue muy buena con nosotras en la escuela, además que era divertida su forma de enseñarnos y cuando no le entendíamos nos explicaba bien, sin gritos.—¿Hay profesoras que les gritan?—consultó serio, Zoey de inmediato negó—Zoey, no me mientas.—No es que griten, pero digamos que no todas tienen la paciencia que la señorita Sunny, además que es muy bonita, ¿verdad Zarah?—Si, es muy, muy linda—indicó la pequeña, quien acomodaba bien a sus peluches, siempre dormía rodeada de ellos—¿podemos invitarla a comer?—preguntó también a su padre.Darcy suspiró de forma pesada viendo como cada una tomó su lugar. Zoey apenas con ese peluche horrible de una calavera y Zarah rodeada de peluches más pequeños llenos de lazos y esponjosidad. Suspiró de forma pesada y cruzó de piernas para hablar con ellas.—Miren, la situación con la señorita Susannah fue algo que se salió de control. Deben entender que ella tomó una mala decisión al sacarlas de la escuela sin previa autorización y si quería ayudarlas por algún tipo de preocupación, tuvo que ir a la dirección a reportar que ahí seguían—elevó su mano cuando Zoey quiso hablar—es el turno de papá—fue seguro, ella solo sonrió y asintió—sé bien que la estiman, que les agradó y la deben ver como alguien especial, pero no podemos relacionarnos de una forma personal con los profesores, es peligroso.—¡Ella no nos haría nada malo!—soltó Zarah con firmeza, así que el volteó a verla—una vez me arregló mi cabello porque Zoey me hizo unas colas feas, ellas las puso bonitas—indicó como una forma de soportar sus ideas.Darcy sonrió con debilidad. Claro que el mejor que nadie comprendía la nobleza de sus hijas, fueron criadas por una mujer igual de dulce, bondadosa y con una visión del mundo un poco especial, aunque el podía tildarlo a veces como confianzuda.—Yo digo que la invitemos a la casa y así la conoces mejor. Ya verás que te va a gustar—Zoey fue firme, elevando su calavera ante ella que luego apretó—puede ser el domingo, porque no tienes trabajo.—No niñas, a ver, no vamos a invitar a nadie a la casa, ni a la señorita Susannah. Ya ella se dio cuenta de su error, yo también acepté que me pasé un poco con la policía, pero esto ha quedado aquí y la relación de ustedes con ella también ¿sí?—Pero papá…—reclamaron las dos al mismo tiempo.—Nada de peros, no insistan que no pasará. Si acaso ella vuelve a verlas será el próximo año como su profesora, si vuelve a ser suplente en la academia, pero no la vamos a traer aquí—se puso de pie con seriedad, pero al ver ojos brillantes y algún puchero suspiró—miren sé que se sienten solas—las dos ya sentadas en las camas asintieron—y por eso he decidido contratarles una niñera, que duerma aquí, que les ayude con su preparación escolar y les haga compañía cuando yo no esté.—¿Puede ser linda y dulce como la señorita Sunny?Darcy suspiró de forma pesada ante la pregunta de Zarah, pero se sentó en la orilla de la cama de ella, quien le tomó la mano.—Intentaré que sea de su agrado, de ambas—miró a Zoey también—y antes de tomar una decisión la consultaré con ustedes para que todos estemos felices ¿está bien?—¡Sí papi, sí!—gritaron las dos.Zarah se tiró a los brazos de su padre y de inmediato Zoey bajó para unirse al mismo abrazo. Tres almas rotas por la perdida se unificaban con ternura y pequeños momentos como ese en la habitación rosada y cargada de juguetes de esas pequeñas gemelas.Al final cada una tomó el lugar en su cama, mientras Darcy buscó un cuento para leerles antes de verlas quedarse profundamente dormidas. El padre suspiró viendo a sus hijas, su motor de vida y las únicas por las que se ha quedado en ese mundo luego de perder a la mujer a la que le entregó todo su amor y corazón en sus más felices años de matrimonio.Había tanto de Amanda en ellas, sus cabellos rubios, sus narices finas, su forma única de ver la bondad del mundo, lo que claramente él no es tan capaz de hacer. Mientras salía recogió algunas piezas de ropa, de juguetes que dejó acumulados en una pila y al estar en el pasillo solo recostó la cabeza en la puerta y suspiró pesadamente.Esperaba que la búsqueda de esa niñera no tardará demasiado. Que esa mujer que dejarían entrar a su vida fuera lo suficientemente buena como para cuidar bien de sus hijas, pero también enseñarle como hacerlo, como ser un mejor padre, como saberse más presente en sus día a día y no solo como un proveedor de las mismas.En su habitación el caballero llevó nuevamente la mano a su nariz, quizás estaba quedando loco o realmente cansado porque continuaba sintiendo la dulzura de un perfume en sus dedos. Confundido ante lo mismo se dirigió hacia el escritorio y tomó la computadora buscando el nombre de esa mujer que no solo alteró su día, también parece haber enamorado a sus hijas, la profesora Susannah Gray.La castaña salió del baño luego de haberse lavado el rostro, suspiró de forma pesada en su habitación buscando su vieja laptop donde actualizó su currículo para subirlo a esa aplicación que decía la conectaría con posibles empleos, pero nada bueno ha conseguido desde entonces, al menos nada fijo y real.Tenía muchas esperanzas en la Academia Oxford. No solo fueron los que mejor ha ganado desde que empezó a buscar empleo como profesora, también era el lugar que mejor se adaptaba a sus horarios y el amor que con rapidez le tomó a los niños, era algo que la había esperanzado a que las cosas si iban a funcionar esa vez para ella, pero claramente no fue así.Podría tildar aquel como uno de los peores días de su vida. No logró el empleo y por una buena acción terminó esposada cual criminal contra el frio capó de su automóvil, enfrentándose al poder y azulados ojos del poderoso Darcy Upton.Pensando en esos ojos, esa mano fuerte y mandíbula apretada, tomó de nuevo la laptop antes de apagarla y buscó al reconocido empresario, suspirando al encontrar sus fotos donde salía guapísimo en su traje a la medida y aquellas notas de prensa que anunciaban la tragedia que ellos como familia habían sufrido.Leer las mismas no le hizo bien y para cuando decidió despegarse del equipo las lágrimas ya habían llegado a sus pupilas. Una lloradita antes de dormir no le hace daño a nadie, aunque cuando Susannah se acomodó en su almohada y dejó su llanto salir no supo exactamente porque, claro que en ese punto llorar por todo parecía una buena idea.Dos semanas habían pasado desde el incidente con la señorita Gray. Darcy Upton parecía un poco furioso ante la idea de que no hubiera una sola persona que cumpliera las indicaciones que le ha dado a su asistente para la niñera que cuidará de sus hijas. Unas son ciertamente muy jóvenes para su gusto, mientras otras son demasiado mayores y parecen venir con una mentalidad demasiado cuadrada y hasta militar, incluso para él que es un hombre de reglas y orden. Con Zoey enferma por la llegada del invierno le ha tocado dejar la oficina y laborar desde casa. Sí bien quiere que Zarah no se enferme puede estar seguro que eso no sucederá, porque al final de cuenta las niñas son muy unidas y aun usando mascarillas Zarah ha ayudado a su padre a atender a su hermana, por lo que Darcy suponía le avecinaba no solo una segura gripe, también otra semana sin trabajar y con los proyectos retenido. Para ese viernes ya se sentía como cansado, agotado en realidad de atender narices chorreantes, un poco
Si bien no estaba seguro de hacer lo correcto, Charlie iba a intentarlo con la famosa maestra Sunny. La ha citado en una cafetería para quitarle un poco de intensidad a la situación y esperaba no solo conocerla, también en realidad tomarla como una candidata para el puesto, después de todo entre los requerimientos de su jefe nunca mencionó que ella no podía serlo ¿o sí? ¿Qué tan mal podría salir si llega esta mujer a la casa de los Upton a hacer de niñera? Se puso a reír porque sabe bien que será despedido junto con ella apenas Darcy Upton la vea, pero bueno, ya estaba ahí y aunque ha tomado la decisión guiado por los consejos de una pequeña de diez años, puede que las cosas al final no funcionen y ella no cumpla los requisitos como tal. Se encontraba pidiendo un café con un pequeño panecillo cuando vio a esta guapísima castaña llegar al lugar. Delicada, esbelta, cabello suelto y grandes ojos marrones parecía confundida viendo a ambos lados, ciertamente era joven
No regresó a su casa con la mejor de las emociones y apenas pudo comerse la galleta, que le supo deliciosa, en el camino. De alguna manera se le hacía como una burla de la vida o el destino, no sabía a cuál culpar realmente, la idea de que la única oportunidad de trabajo que le ha salido en estos días, en esta últimas semanas esté relacionada con ese hombre que la trató tan mal cuando solo hacía una buena acción. Y claro que puede justificarlo, puede rebuscar en su mente la forma correcta de mantener el respeto hacia Darcy Upton, porque sí, aun cuando la buena acción haya salido sin una sola mala intención y ciertamente jamás le haría daño a unas menores, puede entender que para él como padre todo el panorama debió verse como algo aterrador. Deja a sus hijas en la escuela para que reciban dos horas de gimnasia, pero cuando envía por ellas ya no están. Estaba justificado en perder la cabeza, eso lo acepta y entiende, pero no lo puede justificar por completo cuando
Al observarse al espejo solo pudo suspirar de manera pesada. Ha decidido peinar su largo cabello castaño en una coleta que le despeja el rostro y se puso una de sus mejores blusas, con un pantalón de tela un poco gruesa por el frío. No quiere lucir demasiado formal, pero tampoco que no se ha tomado la oferta con seriedad, ya que después de mucho pensarlo ciertamente ha decidido que la quiere y va a luchar por ella. Aplicó de su perfume de supermercado, uno que viene usando desde hace mucho en los lugares que ha aprendido de su abuela, y tras un suspiro buscó la salida, tomando su bolso, las llaves de su viejo automóvil y fue bajando hasta encontrarse con su hermano y abuela cargados de emoción y grandes ojos brillantes. Aunque hubiera deseado no dar la noticia hasta que fuera real, su padre no se ha guardado nada y su pequeña familia ya sabía lo que sucedería ese día. Su sonrisa fue encantadora cuando miró el desayuno servido en el comedor. Su padre ha salido hac
De manera inmediata el ceño se frunció en ese hombre cuando vio a la delgada y pequeña mujer cargar a su hija. Siempre ha sabido que las gemelas tienen una estatura bastante por encima de la normal para su edad y es por él mismo, por lo que aquella acción lo tomó desprevenido, pero aun más ver como iba con toda la seguridad hacía la habitación de las mismas siendo guiada por una nerviosa Zarah que no ha soltado su peluche. El padre estaba impávido, viendo a sus empleados y el mismo Charlie ingresar antes que él a la habitación, pero la que llevaba el control era la famosa maestra Sunny, quien no solo pidió que se encendiera el aire acondicionado de la habitación, también que se abrieran ventanas para dejar entrar un poco de frío. —Si tiene frio, ¿Por qué le daremos más frío?—consultó con seriedad, viendo la mirada asesina que se posó en él. —Tiene frío porque la fiebre se lo causa. Cubrir a una personas con fiebre es un grave error, no permite que el cu
Tras el retiro del doctor, quien anunció que la condición de Zoey estaba mejorando, pero ciertamente había que estar pendiente de las fiebres o cualquier otro síntoma. Hizo una revisión también de Zarah, que al igual que su hermana se mantuvo agarra de la mano de su maestra quien al final amplió la sonrisa cuando las dos niñas felices la buscaron en un apretado abrazo. Darcy fue testigo de lo mismo y ante lo que ya ha dicho no puede hacer nada más que hablar con la mujer que ha logrado una clara mejoría en el semblante de Zoey y ha dibujado enormes sonrisas en Zarah. Las dos menores comieron de manera animada en la habitación, contándole a su maestra como ha sido esas dos primeras semanas de vacaciones que han pasado. Claro que no dejaban de señalar lo felices que ambas estaban ahora que papá ha aceptado que ella se quede como su niñera y claro que los planes no se hicieron esperar, en especial aquellos que incluían juegos, paseos, y conocer lugares las tres, por
La celebración en la habitación de la pequeña fue inmediata cuando la maestra regresó a darle la noticia de que efectivamente había conseguido el puesto que la convertiría en su niñera. Zarah en el piso daba vueltas para dejar que su vestido volado se abriera como una encantadora campana, mientras Zoey en la cama se movía de un lado a otro hasta que la tos la invadió. De inmediato Susannah tuvo que atenderla. Ciertamente ha sido de los días más felices para las solitarias niñas que al verse envueltas en la dulzura y trato de la encantadora maestra Sunny, el rayito de sol, no dudaron en abrazarla las dos al mismo tiempo hasta que se vio tirada en la cama de la enferma entre las dos chiquillas. Se mantuvo en ese espacio solo suspirando de forma pesada, para luego hacer un gesto de asco cuando agarró lo que parecía un pañuelo de mocos, lo que de inmediato liberó las risas infantiles, pero Zarah no dudo en bajar de la cama y pasarle no solo alcohol, también unas toal
En el moderno edificio en el centro de la ciudad se han unificado cinco empresas para cubrir la renta del mismo, pero perfumerías Upton tenía dos pisos, donde se daba el área de atención al cliente, talleres de perfumerías, mercadeo y campañas publicitarias, siendo el corazón completo de la línea de la reconocida perfumería nicho que parecía intentar recuperarse de esa larga ausencia a la que fue sometida cuando se dio la perdida de uno de sus miembros más importantes. Con ese andar distinguido Darcy Upton se fue moviendo en los pasillos que conocía con los ojos cerrados, dirigiéndose hacia la sala de juntas donde tenía una reunión con Wesley Hale, uno de los socios que se ha quedado con él incluso en el peor momento. Si bien Upton era una empresa de carácter familiar, cuando llegó a las manos de Darcy, el mismo se dio a la tarea de buscar aliados que disfrutarán del rubro y le ayudarán a expandir aún más su alcance, Wesley fue una de esas personas. La reunión ta