Capítulo 704
—¿En qué piensas? —preguntó.

Dulcinea, con expresión distante, respondió:

—En Leonardo. ¿Cuándo va a venir? No estoy tranquila dejándolo solo en Ciudad BA.

Luis tenía un cigarrillo entre los labios, pero no lo encendió.

Acariciando suavemente su cuello, sonrió:

—¿Por qué preocuparte con Clara cuidándolo? Pero no te preocupes, en una semana como máximo estará aquí. Estaremos todos juntos.

Intentó besarla, pero ella se apartó.

Luis entendió sus pensamientos y, abrazándola, murmuró sensualmente:

—No la toqué. Solo fui a verla por un asunto. Dulci, si no me crees, puedes comprobarlo tú misma.

Dulcinea siguió indiferente.

Luis, sin perder la calma, cambió de tema:

—En dos días es la Asunción de la Virgen María. ¿Cómo quieres celebrarlo? Recuerdo que antes te gustaba decorar, hacer manualidades y colgar linternas. Podríamos hacer algo así. Y ahora que tenemos a Alegría, podríamos inculcarle ese amor por el arte desde pequeña.

En ese momento, la niñera trajo a la pequeña Alegría.

Luis, todaví
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