Capítulo 37
Cecilia apretó los puños, pero todavía parecía obediente:

—Lo entiendo.

Mario se levantó y se fue.

Fuera estaban los padres de Cecilia, y cuando vieron salir a Mario querían decir algo con él, pero antes de que pudieran abrir la boca Mario entró en el ascensor.

En el ascensor sólo estaban Mario y Gloria, y el ascensor estaba bajando.

Mario preguntó:

—¿Por qué hiciste que Cecilia fuera al hospital María? Recuerdo que el padre de Ana es tratado en este hospital.

Gloria se puso nerviosa. Inmediatamente explicó:

—Jefe, no lo hice yo. Cuando llegué al aeropuerto, la ambulancia ya había llevado a Cecilia al hospital. ¿Vendrá usted a visitar a Cecilia para su operación de mañana?

En ese momento, la puerta del ascensor se abrió. Mario salió primero, soltando sólo una frase:

—¡No soy médico!

Gloria le siguió. Mario se sentó en el coche, con la ventanilla bajada, y le dijo a Gloria:

—Cuando Salvador llegue, organízame una cena con él.

Gloria sabía que estaba intentando presentar a Cecilia y
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