Ya estoy en mi último mes de embarazo, solo faltan días para tener a nuestro precioso Gabriel. Así es, así será su nombre. Al principio no quería, pero a Dante le hacía mucha ilusión que tuviera mi nombre, así que quedó Gabriel.Después de la maravillosa propuesta de matrimonio, decidimos que, después del nacimiento de Gabriel, nos casaríamos. He tenido tiempo de arreglar la boda con ayuda de Luna, pero tengo que admitir que también he recibido ayuda de Matilda y Val. Son buenas mujeres, pero sé que Val aún siente algo por Dante. Lo puedo ver en sus ojos cada vez que lo ve, pero no me molesta porque sé que ella no intentará nada para separarnos y también estoy segura de que Dante me ama con todo su ser. Así que no me quiero sentir insegura. Además, ella es la madre de mi pequeña Alana, quien a propósito no ha parado de decirme que cuándo nacerá su hermanito para jugar con él... Es toda una hermosura.- ¡Mami, llegué! - hablando de la reina de Roma.- Hola, mi ángel. - Se tira a mis bra
Dos meses después—Vamos, Gaby, ya es hora de levantarse.—Mmm, Luna, no quiero, tengo sueño —me quejo porque aún no me quiero levantar.—Gaby, hoy es tu boda y hay muchas cosas por hacer.—¡Joder! Hoy es mi boda… —Me levanto como un resorte de la cama y le sonrío a Luna—. Hasta que te paras.—¿Dónde está mi bebé?—Él está con Val y Alana, así que tienes toda la mañana para arreglarte y ponerte guapa.Me meto al baño y decido llenar la tina con sales y aromas para darme un baño relajante. Hoy quiero estar espléndida para Dante. Luego de tanto tiempo, al fin voy a ser su esposa, sin nadie que nos moleste o anule nuestro matrimonio. Después de estar media hora, Luna comienza a llamarme para que salga, ya que llegó el estilista. Tomo una bata y salgo del baño. Cuando me dirijo a la cama, veo una preciosa lencería blanca que sé que volverá loco a Dante.Me coloco la lencería y luego me vuelvo a poner la bata.—Ya estoy lista.La estilista se acerca y comienza a decirme cómo va a trabajar c
Al fin vamos a la cabaña a pasar nuestra noche de bodas. Después de despedirnos de todos, me encuentro tomada de la mano con mi marido. Suena genial **mi marido**; la verdad, nunca pensé que eso me fuera a pasar a mí. Nunca pensé en casarme y formar una familia. Todavía pienso que estoy en un sueño, pero si es un sueño, no quiero despertar nunca.Cuando llegamos, no puedo evitar recorrer la casa con la mirada. A pesar de verse como una cabaña normal por fuera, por dentro es otra cosa. Todo tiene un diseño entre lo normal y lo moderno, lo que hace la casa más hermosa.—Amor, esta casa es maravillosa.—Podemos comprar una así —miro a Dante sin poder creer lo que está diciendo.—¿Es en serio? —Él me sonríe y con su mano toma mi cintura, pegándome a su cuerpo.—Sí, amor. Sería lindo tener una casa más familiar para poder criar a nuestros hijos.Dios, ¿por qué es tan perfecto?—Bueno, cuando lleguemos de nuestra luna de miel miraremos eso, porque la verdad sí me encantaría tener una casa co
Gabriella Morelli, una chica italiana de 23 años, vive en Venecia con su hermana María, de 27 años, desde la muerte de sus dos padres en un accidente de tráfico. Gabriella siempre soñó con ser una gran bailarina. Quería estudiar en una escuela de danza, pero con el accidente de sus padres tuvo que dejar de lado su sueño y buscar un empleo para ayudar a su hermana con los gastos de la casa.-María, me voy. Iré a buscar empleo - dijo Gabriella.-Dale, no llegues tarde. Adiós -respondió María. Gabriella salió de la casa muy contenta y tomó el autobús que la llevaría al centro. Cuando llegó al centro de empleos, revisaron su hoja de vida y la hicieron esperar dos horas hasta que finalmente salió la chica de recursos humanos.-Señorita Morelli - la llamaron.-Sí, dígame - respondió Gabriella, acercándose.-Lo siento, pero no es apta para los trabajos que están disponibles - le informaron.-¿Qué? Pero puedo aprender fácilmente. Mire, en serio necesito el trabajo - suplicó Gabriella.-Lo sien
Estoy sentada en un escritorio frente al señor Giordiano, quien desde que llegué no ha parado de servirse ron. Este hombre sí que toma.- Vamos a hablar de cómo trabajarás aquí.- Soy toda oídos, señor -me cruzo de piernas y la mirada del señor Giordiano baja directo a ellas, pero luego vuelve a mirarme a mí.- Quiero que estés las 24 horas aquí en casa cuidando de mi hija. Solo podrás irte los fines de semana y, si te necesito para algún viaje, se te pagarán horas extra.- ¿Quiere decir que me quedaré a vivir aquí?- Así es. Yo no puedo hacerme cargo todo el tiempo de mi hija y mi nana ya está muy vieja para cuidar de un niño.- Entiendo.- No se preocupe, señorita Morelli, se le pagará bien.- Sí, es solo que no quería dejar tanto tiempo sola a mi hermana María, pero bueno, ella sabrá entender.- ¿Viven solo las dos?- Sí, desafortunadamente, mis padres fallecieron y quedamos solo las dos. Fue un duro golpe, pero supimos recuperarnos. -Veo que el señor Giordiano se queda pensativo, p
Estoy bañándome con la pequeña Alana, ya que no la quiero dejar sola porque donde lo haga Mr. Gruñón se va a poner como loco y es lo menos que quiero.-Tu padre es un tempano de hielo, mi niña - en ese momento recuerdo que él perdió al amor de su vida y eso me hace sentir como la m****a porque él debe estar sufriendo y yo aquí juzgando -Olvida lo que te dije - ella se ríe y salpica el agua - Ok, suficiente agua por hoy.- Salgo con ella y enrollo una toalla en mi cuerpo. Tomo la ropita que Alana se va a poner y con cuidado la visto, pero la puerta está abierta, dejando ver a Dante, quien me mira de arriba abajo. Cuando miro mi cuerpo, me doy cuenta del porqué se me había olvidado que estaba en toalla y ahora él me está viendo casi desnuda.-Lo siento, no sabía que te estabas cambiando -mis mejillas se ponen coloradas al sentir su mirada tan penetrante en mi cuerpo.-Tranquilo, puedes llevarte a Alana, es que me cambiaré -Cuando le digo eso, veo el pánico en su mirada.-No, quédate con
Estoy terminando de arreglar a Alana para la reunión que tiene Dante, aunque al parecer esta pequeña está muy mimada hoy porque quiere estar pegada a mí como un monito.— Vamos, preciosa, tengo que ponerte el vestido — Esta parece entender porque me suelta y deja que le coloque el vestido — Esta es mi nena.— Mira nada más qué hermosa que estás, tu papá se va a derretir apenas te vea así — Esta aplaude feliz y es inevitable no soltar una risita — Eres hermosa, pero ahora me toca a mí ponerme bella. Saco del armario el vestido que tenía apartado y con mucho cuidado me lo coloco, dejo mi cabello rojizo suelto pero con unas ondas en las puntas y aplico un maquillaje suave para que mi piel blanca no se vea tan cargada.Escucho que tocan la puerta y luego esta se abre dejando ver a un Dante perfectamente arreglado con un traje negro bastante guapo. Cuando este posa su mirada en mí, sus ojos de inmediato me reparan haciéndome sentir algo expuesta.— Qué bien se ve, Gabriella.— Lo mismo digo
Al fin estoy en casa con María y Alana. María, desde que vio a Alana, no ha parado de cargarla y de darle besos por todos lados.- Oye, vas a asfixiar a la bebé.- Es que es tan hermosa, no entiendo cómo su padre no la quiere.- Él sí la quiere, es solo que le cuesta. Pero el señor Dante la adora, ¿o por qué crees que me mandó con esos gorilas? - digo señalando la ventana.- Bueno, ¿y cuenta si es buenón tu jefe? - pregunta con picardía.- Ay, por Dios, María, es mi jefe.- ¿Y? Es hombre. Es más que bueno, es extremadamente bueno. Mi jefe, el hombre está que se parte de lo bueno que está. Cada vez que miro sus carnosos labios, me provoca tirarme a ellos y morderlos. Dios, de solo pensarlos me da calor en todo el cuerpo. - "Te colocaste colorada?" - dice María con una risita.- Dios, María, ya basta. - Ambas nos reímos a carcajadas. - Sí, el hombre está bueno, pero es un amargado y gruñón.- Qué lástima. Puede ser muy lindo y todo, pero no me gustan los hombres así.Más tarde llevamos a