Devuelta a la realidad, hoy otra vez tengo clase y con el condenado de mi profesor sexy.
- Hola mi niña ¿vas a desayunar?
- Lo siento nana, hoy no puedo, voy de afán –
salgo corriendo de casa, ya que en verdad voy muy tarde y justo mi primera clase es con el maldito de mi profesor, así que prácticamente corro hasta la universidad; cuando llego subo las escaleras rápidamente, pero desafortunadamente no logre llegar a tiempo
- Llega tarde, señorita jones – responde serio sin dejar de escribir algo en el pizarrón
- Lo siento mucho, profesor Miller
- Que no vuelva a pasar – esta vez me mira y siento como se me va a caer la baba con solo verlo, es un hombre perfecto – ya se puede sentar, señorita jones – dios, me quede mucho tiempo viéndolo, yo solo asiento apenada y me voy a sentar al lado de Lucy
- ¿se te pegaron las cobijas?
- Algo así, pero hablamos ahora – la clase continúa su curso y el profesor nos avisa que la otra semana tendremos nuestro primer examen
- Vamos mia, hay que comer algo
- si, vamos – llegamos a la cafetería y pido un café con unas tostadas, mientras que Lucy pide un tinto con un pastel de queso
- víctor estuvo preguntando por ti
- luego lo busco – esta me mira algo rara
.- ¿qué pasó entre ustedes dos? – la miro con algo de nerviosismo, ya que no quiero que nadie se entere lo que paso con el, aunque ella es mi mejor amiga
- ¿por qué lo dices?
- Porque él estaba como desesperado buscándote y tú no has sido capaz de tomar tu teléfono – es inútil no puedo ocultarle las cosas a Lucy, además ella sabe perfectamente cuando algo me pasa
- Victor me beso y casi tenemos relaciones – esta pega el grito en el cielo llamando la atención de todos, pero en especial la del profesor Miller que nos mira curiosos
- ¿¡Como que te besaste con victor!?, por dios no se supone que son mejores amigos
- Si, lo somos, pero estábamos borrachos y bueno luego él me dijo que sentía cosas por mi, pero yo le dije que no quería nada porque solo le podía dar mi amistad
- Ay amiga que lio ¿y el que te dijo?
-dijo que entendía
- ¿Entonces por qué no contestas sus llamadas?
- Porque no quiero hablar por el momento con él, además tengo muchas cosas en la cabeza como para meterle otras
- ¿ Son tus padres, verdad? – yo asiento algo decaída y esta me abraza – ¿quieres contarme? – veo que el profesor sigue mirando y como no quiero que me vea llorar le digo que mejor en otro momento
- Lucy, voy al salón, se me quedo unos papeles –
cuando entro tomo mis papeles, pero unas manos en mi cintura hacen que me entre de golpe de nuevo al salón al voltearme me doy cuenta que es santiago
- Así que estuviste a punto de tener sexo con el niñato – m****a, nos escuchó
- Deje de meterse en lo que no te importa – le respondió enojada
- Yo me meto en lo que yo quiera, escúchame bien mia, no quiero que ese imbécil te vuelva a tocar
- ¿Y por qué no? Tú no eres nadie para prohibirme, además eso deberías decírselo a tu prometida no a mi
cuando pienso irme este me arrincona contra la pared y sin pensarlo estampa sus labios de manera violenta sobre los míos, trato de separarme, pero mi cuerpo me traiciona, mis manos cobran vida propia subiendo hasta su cuello pegándome mas a el, este aprovecha que estoy entregada elevándome, mientras yo rodeo mis piernas en su cintura, Santiago deja un camino de besos por mi cuello hasta llegar al incio de mis pechos logrando que un gemido salga de mis labios
- Me encantas, me traes loco
me coloca sobre el escritorio y comienza a acariciar mis piernas desnudas, haciendo que mi piel se eriza ante sus caricias, pero cuando siento que va a llegar a ese punto tan dulce la puerta es tocada y ambos nos paramos de golpe con la respiración agitada
- Dios ¿qué vamos a hacer? – pregunto asustada
- Escóndete en el armario – hago lo que me pide y al rato escucho la voz de la prometida
- Cariño, te estaba buscando por toda la universidad
- Lo siento amor, estaba revisando unos exámenes
- Amor, hay que irnos tenemos una reunir con la decoradora y si quieres después podemos ir a tu apartamento y divertirnos un poco
- Claro vamos, cariño – escuchó que cierran la puerta así que aprovecho y salgo
- Hijo de p**a, solo quiere jugar conmigo – no se en que momento una lágrima cae por mi mejilla, pero la limpio rápidamente – ¿que me pasa?
Llego a casa, pero como no me quiero quedar aquí decido cambiarme eh ir donde alex, que debe estar en el bar
- ¿Hija vas a salir?
- Si nana – tomo mi bolso y le doy un beso
- Hija cuídate mucho, no hagas locuras – dice algo preocupada
- Todo estará bien nanita
salgo de casa y en menos de 10 minutos ya estoy en el bar buscando a Alex que se encuentra sirviendo unas bebidas
– hola, Alex – cuando este me ve sonríe y se acerca dándome un beso en la mejilla
- Que sorpresa verte aquí
- Quería pasar un buen rato, ya sabes a lo que me refiero – este entiende de inmediato lo que le estoy pidiendo así que se va a la barra y luego trae lo que tanto quería
- Ya sabes, con cuidado – me entrega las pastillas y luego me tomo una
- Eres un sol –
Luego de un rato mi nivel de alegría está al tope, decido ir a bailar a la pista sola, mi cuerpo se mueve al son de la música, siento como alguien me está mirando, entonces volteo llevándome la sorpresa de que es mi caliente profesor. este se encuentra sentado en una mesa con una botella de coñac, no sé cómo, pero mis piernas comienzan a caminar en dirección a el y este solo me observa con una mirada intensa hasta que estoy en frente de él
- Que sorpresa verla, señorita jones
- Para mi también es una sorpresa, señor Miller – habló con voz sexy – ¿que hace tan solo?
- Quería tomarme unos tragos
- ¿No iba a pasar la noche con su prometida?
- Cambio de planes – lo miro por unos segundos y con una rapidez me subo encima de él tomándolo por sorpresa, este coloca sus manos en mi cintura y luego las pasa por mis piernas desnudas - ¿que pretendes, preciosa? - su voz se vuelve más gruesa y sexy
- solo quiero hacer esto
tomó su chaqueta pegando mis labios a los suyos en un beso cargado de pura pasión y lujuria, este toma mi cuello para que no me separe, mientras con su otra mano recorre todo mi cuerpo que está a punto de arder por su tacto, mi cuerpo comienza a tomar vida propia así que comienzo a moverme encima de el.
- dios, nena, no hagas eso, me estás matando - beso su cuello y dejo una leve marca, vamos a ver qué le dice su prometida mañana
- ¿no quieres ir a un lugar más privado?
¿ En serio le acabo de proponer eso?, joder esa pastillita sí que tiene poder, veo como este me sonrie y me para junto con el, caminamos hasta su auto y yo me subo encantada - ¿a donde me llevas? - le pregunto, mientras acaricio su pierna hasta que llego a mi objetivo agarrándolo de sorpresa
- joder, mia, sino te detienes voy a follarte aquí mismo -
le sonrio con picardia mordiendo mi labio inferior, este maneja por 15 minutos hasta que llegamos a su casa, abre la puerta con brusquedad, mientras me besa desesperadamente, quita su chaqueta y yo dejo caer mi bolso, pero para mi mala suerte estaba abierto y todas mis cosas quedan en el suelo, rápidamente comienzo a recogerlas hasta que la voz de santiago me interrumpe
- ¿Qué mierdas es esto? - veo a Santiago bastante enojado, mostrando las pastillas que Alex me dio - ¿dime que en estos momentos no estás drogada? .. Vamos dime - miró hacia otro lado, ya que no lo quiero mirar a los ojos y solo puedo escuchar una grosería de sus labios - ¿¡porque mierdas te haces esto mia!?, tienes todo para ser feliz
-¡TU QUE SABES!, no sabes lo que es mi vida
- no importa, eso no es motivo para meterte esta m****a - camina hasta el baño y cuando regresa ya no tiene las pastillas
- ¿qué hiciste?
- las tiré al inodoro - ¿¡que hizo que!?, es un hijo de p**a
- ¿¡pero quien mierdas te crees!?, son mías idiota
- mas respeto soy tu profesor
- ¿tú pidiendo respeto?, estabas a punto de follarme, por favor no me hagas reír idiota - en un rapido movimiento este me tira al sofá que hay en la sala dejandome algo sorprendida
- no colmes mi paciencia mia, vas a subir, y te vas a dar un baño
- ¿crees que eso me quitará los efectos de esa pastilla? .. No me hagas reír - este toma con fuerza mi brazo y me hace subir por las escaleras de su casa hasta que llegamos a un baño, sin nisiquiera dejar quitarme la ropa, abre la llave de la ducha dejando caer agua, pero esta estaba fría - ¡joder! Está helada
- eso te pasa por drogarte - dice enojado
- ya sácame idiota - le gritó enojada, pero este no me saca, sigue serio con su mandíbula apretada - ¡sácame ya! - este cierra la ducha y me pasa una toalla
- quítate esa ropa y colócate esto - me extiende su una camisa y luego se va, con rapidez me quito la ropa mojada y me coloco su camisa que huele a él, su perfume es embriagador.
-Ya mía deja de pensar en tu profesor, ahora tienes un lío más grande -
a pesar de que ya me duche el efecto aún no se baja pero decidí mejor salir y dar la cara
- Santiago - me siento rara cuando le digo su nombre, pero a la vez me encanta, esté me ve me mira de arriba a abajo y se que es porque tengo su camisa puesta
- siéntate - me señala una silla y como una niña obediente le hago caso - sabes que estoy muy enojado, ¿lo sabes verdad?
- no entiendo porque te enojas, es problema mío, no tuyo
- te equivocas, cariño, todo lo que tenga que ver contigo me interesa
- no lo entiendo, usted es mi profesor, hace poco nos conocemos ¿cómo puede estar tan interesado por lo que me pase? - este suelta un suspiro y toma mi mano dandole un beso
- ni siquiera yo lo se, quisiera tener la respuesta de lo que me pasa contigo, pero no la tengo
- ya veo
- dime ¿por qué haces esto?
- no quiero hablar del tema
- pues lo vas a hacer o voy a hablar con tus padres - suelto una carcajada al mencionar a mis padres, ellos nunca se han interesado por mi
- diles, de todas formas no les vas a importar
- ¿sabes que siento?, siento que estás muy solita, a pesar de tener a tus amigos solo buscas cariño y comprensión - este acaricia mi mejilla y siento que está tocando puntos que no debe porque me hará llorar
- no sigas por ahí - le digo con mi voz entrecortada
- ¿es por tus padres que lo hace? - yo asiento con la cabeza y una lágrima cae rodando por mi mejilla
- solo buscaba que ellos me vieran, pero siempre será más importante su trabajo - me suelto a llorar como niña pequeña y me sorprendo al sentir los brazos de Santiago rodear mi cuerpo, dejando besos en mi cabeza
- ya nena, no llores, no me gusta verte así - creo que al sentirme así protegida me da más ganas de llorar porque sé que esto no será definitivo, el está por casarse y yo solo soy una más
- quiero ir a casa - digo pero mis ojos se comienzan a cerrar porque la pastilla produce sueño cuando va terminando su efecto
- estás por dormirte -
Santiago me carga en sus brazos y me lleva a su habitación acomodándome en su cama gigante
- descansa - me da un casto beso en los labios y luego caigo en un profundo sueño en dónde solo estamos él y yo juntos
Despierto cuando siento que los rayos del sol se cuelan por la ventana, dándome directamente en la cara. Al abrir los ojos, me doy cuenta de que no estoy en mi habitación. En ese momento recuerdo que estoy en la casa de mi profesor... ¡JODER, MI PROFESOR! Salgo disparada de la cama, pero al ir a salir escucho unas voces.— Alice, ¿qué haces aquí tan temprano? — M****a, lo que faltaba, aquí está su prometida.— Quería venir a verte, ¿acaso te molesta? — ¿Qué hago? ¿Dónde me escondo o mejor, cómo salgo de aquí?— No, es que tengo clases ahora, tú sabes cómo es esto.— ¡La universidad! Ahora sí soy una persona muerta.— Está bien, pero nos vemos en la noche. Recuerda que quedaste de llevarme a donde tus padres.— Sí, claro. Ahora nos vemos. Adiós. — Siento que la puerta principal se cierra y, al cabo de unos segundos, aparece Santiago.— ¿Estabas despierta?— Es mejor que me vaya. — Tomo mi vestido y entro al baño para ponérmelo.— Espera, yo te llevo.— Es mejor que no. Me tomaré un taxi
Esto tiene que ser una broma. Es un maldito egoísta, ¿acaso no se da cuenta de que está a punto de casarse? Y lo peor de todo, ¡es mi profesor!—Mire, señor Miller, aclaremos unas cosas: Primero, puedo estar con quien yo quiera porque no soy de nadie. Segundo, usted está a punto de casarse. Y tercero, ¡es mi profesor! Así que, por favor, suéltame - Cuando intentaba decir algo, apareció su prometida, que nos miraba algo extrañada.—¿Pasa algo, cariño? —le preguntó a Santiago sin dejar de mirarme.—No, amor, no pasa nada.—Bueno, vamos, algunos invitados quieren hablar contigo, si ya terminaste de charlar con Mía —noté un tono de desprecio en su voz al hablarme.—Tranquila, puedes llevarte al novio —le dediqué una sonrisa falsa, que ella me devolvió.Después de un rato en la fiesta, decidí salir a tomar aire. Me afectaba ver cómo Santiago acariciaba a esa mujer, aunque, claro, será su esposa. Pero siento celos, algo que no debería sentir.Ya en el patio, saqué un cigarrillo para fumar co
SANTIAGONo sé por qué lo hice, fue un impulso, pero ahora que se fue, me doy cuenta de que fue un grave error mencionar su problema de drogas delante de mi familia.—¡¿Qué mierdas te pasa a ti?! —Julián llega enfurecido, con ganas de matarme.—Solo quería avisarte de la clase de persona con la que te estabas metiendo.—¿Y eso qué importa? ¡Ella es una gran mujer! Puede tener algún problema, pero sabes que no me vas a separar de ella. Además, nuestros padres me apoyan —siento cómo mi cuerpo se vuelve rígido, ya que no esperaba que mis padres fueran a apoyarlo.—Julián, solo trato de protegerte —y que no te acerques a ella, porque es mía... Su boca, su cuerpo, todo de ella me pertenece.—¡Pues no lo hagas! Yo la quiero, y si no respetas eso, entonces aléjate de mí —Julián sale del despacho dando un portazo. Al rato entra mi padre, con dos copas de vino en la mano.—Menuda noche —se sienta a mi lado y me extiende la copa.—Lo sé, nunca pensé que Julián se encapricharía tanto con esa cría
Mia JonesDespierto con un fuerte dolor de cabeza y algo de mareo. Cuando abro los ojos, me doy cuenta de que estoy en un hospital, pero no recuerdo cómo llegué aquí. Lo único que recuerdo es que estaba en clases y luego ya no recuerdo más.—¡Hija! —Abro mis ojos sorprendida al ver a mi madre y a mi padre correr hacia mí. Detrás de ellos está Julián.—Mamá, papá, ¿qué hacen aquí?—Hija, nos llamaron porque estabas en el hospital. Casi nos da algo.—Pero no entiendo, ¿por qué estoy aquí?Ambos se miran y luego miran a Julián, quien se acerca y toma mi mano con delicadeza.—Nena, sufriste una sobredosis —abro los ojos sorprendida y luego los miro algo apenada—. Si no hubiera sido por mi hermano, estarías muerta.—¿Por Santiago? ¿Él me ayudó?—¿El profesor Miller me ayudó?—Sí, mi hermano es bueno.—Tengo que agradecerle, pero ahora siento mucha vergüenza.—Hija, no te sientas mal, todo esto es nuestra culpa —mi padre se sienta a mi lado y me abraza, pero no sé por qué siento que su abraz
3 meses despuésYa llevo varios meses de relación con Julián, y en cierta forma ha sido buena. Él es tierno, me cuida y me quiere, que es lo importante. Siempre está pendiente de que no recaiga en mi adicción, ya que mis padres se volvieron a esfumar del mapa. Veo que les duró muy poco su arrepentimiento, pero bueno, puedo decir que hoy en día ya no me duele tanto. También tengo que contar que hoy empiezo en la oficina de abogados del señor Miller, se que esa noche se había acordado que empezaría al otro día, pero decidí mejor darme un tiempo luego de todo lo que paso, pero creo que ya es momento de comenzar … lo sé, es una locura, pero en serio necesito el trabajo para ver si logro salir de mi casa y tener mi propia independencia. Además, al parecer el profesor Miller está saliendo con alguien más. Bueno, eso me contó Julián, dice que es una rubia muy sensual, pero que no es de su tipo. Aunque sé que solo lo dice para que no me ponga celosa, por alguna razón no me molesta que diga es
Veo cómo Santiago se pone de todos los colores por la rabia que tiene, y cuando noto que está a punto de irse para hacerle quién sabe qué a Julián, lo tomo del brazo para detenerlo.—Espera, Santiago, no hagas nada, te lo pido —le suplico con lágrimas en los ojos.—Mira cómo te dejó. Puede ser mi hermano, pero es un animal. No lo reconozco.—Lo sé, yo tampoco sé qué le pasó, pero no quiero que hagas nada. Voy a terminar con él. No puedo estar con una persona violenta, pero, por favor, no hagas nada —este suelta un suspiro y, al verme tan mal, solo asiente y me atrae hacia su cuerpo, dándome un abrazo protector.—Ven, vámonos de aquí, ya es muy tarde —me subo a su auto, y empieza a manejar, pero poco a poco mis párpados comienzan a pesar, hasta que me quedo profundamente dormida.Me despierto en una superficie blanda, muy cómoda, mejor que mi cama... Esperen, ¡esta no es mi cama! Me levanto de golpe y, al hacerlo, siento un terrible dolor en mi rostro. Me percato de que no estoy en mi h
Estoy en la entrada de la casa de Julián, intentando controlar mis nervios, ya que tengo miedo de que vuelva a pasar lo que ocurrió. Lo único que me da algo de tranquilidad es que Santiago dijo que iba a venir y, además, los padres están en casa. Respiro hondo y toco el timbre. La puerta se abre y aparece una de las empleadas.— Señorita, pase —dice.— Gracias —respondo mientras entro a la casa y camino hacia la sala, donde se encuentran la señora María y el señor Lorenzo.— Mía querida —María me da un abrazo y toma mi rostro, aún adolorido.— Señora María, señor Lorenzo.— Mía, lo sentimos mucho. Nunca pensamos que nuestro hijo pudiera hacer algo así. Es que no sé qué le pasó.— Yo tampoco lo sé, señor. Solo sé que, de un momento a otro, su hijo cambió por completo. El Julián que ahora está no lo conozco.— Lo sé, Mía, pero te quiero pedir algo —la señora María toma mis manos entre las suyas y luego me mira—. No lo denuncies, te lo suplico. Yo te juro que me encargaré de que eso no vu
Estaba súper mega nerviosa, faltaba poco para que Santiago viniera a recogerme y no sabía que ropa interior ponerme o la ropa que debía usar, quise pedir opinión a Lucy, pero me mejor dije que no ya que no quería que ella me hiciera preguntas incómodas mañana así que a la final decido por un conjunto de lencería negra y vestido que se pega bien a mi cuerpo color rosado- bueno creo que con esto es suficiente - bajo las escaleras y me encuentro a Nana- ¿a dónde vas ?- voy a salir con un amigo- hija tus padres tienen a gente que te vigila - m****a lo había olvidado por completo ¿ahora como salgo?- Nana, ayúdame - le suplico- por la parte de atrás solo ten cuidado de no lastimarte - sonrió y me acerco a ella para darle un beso- eres la mejor - salgo por la parte trasera y me toca hacer tremendas maromas para salir de casa, veo el auto de Santiago entonces le hago una señal para que venga hacia mí, cuando ya está al frente mío me subo rápido y este me mira algo confundido- ¿porque e