capitulo 24
Llegamos a la oficina y lo primero que hace Santiago es curarme la mejilla, que la perra me lastimó. Y vaya que sí me dolió cuando puso alcohol en esa parte.

—Te mataré, eso me duele —me quejo mientras Santiago pasa una pomada en la zona.

—Necesitas curación, así que deja de llorar —quiero matarlo por sacar su sonrisa seductora en estos momentos. Entra una mujer a la oficina, bastante guapa y con un buen cuerpo, que al ver a Santiago por poco se lo come con la mirada.

—Buenas tardes, yo soy Paola Molina, la nueva socia —¿nueva socia? Miro a Santiago y este se para para estrechar su mano.

—Un placer, señorita Molina, soy Santiago Miller.

—Ya lo sé, el placer es mío —maldita, le está coqueteando enfrente de mí.

—Le presento a mi esposa, Mía Miller —esta me dedica una sonrisa falsa y yo hago lo mismo mientras extiendo mi mano, y ella la estrecha.

—No sabía que el señor Miller estaba casado.

—Para que veas —le sonrío con hipocresía y Santiago lo nota.

—Santiago, me gustaría hablar de algun
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