¿Qué piensan? ¿Teorías? ¿Qué piensan sobre la futura partida de Zinerva mamá?
Siento como ella se aferra a mi brazo. Acaricio sus rizos. Están menos alborotados hoy. No me gusta lo que esta mujer piensa hacer. Sus hijos debían presentarla a la manada, no ella. Esto está fuera de lugar, una ex Luna no puede ni debe tomarse el atrevimiento. Hay menos personas de lo que esperaba, pero no me pasa desapercibido quienes son. Esa mujer agarra una copa y da un suave toque con un tenedor o algo así ya que volteo la cara para ver mejor a la multitud. Anakin se posiciona del lado opuesto a donde estoy, entre su madre y ella. —Se que esto fue inesperado, pero no podía seguir aguantando las ganas de presumir a la maravillosa hembra que será su próxima Luna y ocupará el lugar que alguna vez fue mío por tantos años— ella agarra la mano de mi mate. «Odio que la toque» —No he conocido una mujer tan fuerte, inteligente y con una habilidad de adaptabilidad tan envidiable. La Luna no pudo escoger una mejor compañera para ellos. Le doy mi bendición y les aseguro que estarán en
Acaricio la cintura de ella. Estamos subiendo los escalones de la casa de los padres de los trillizos.— ¿Debería decirlo antes o después de comer?— Después, nuestra mate necesita comer algo más que dulces.— Ya te pareces a Arman.— Por algo es nuestro hermano.Tengo que hacer mi mejor esfuerzo para no hacer una mueca. Bodolf está loco. Entramos a la casa de últimos, escucho el latir de varios corazones y la guio hasta ahí. Es una sala mediana, de paredes blancas, por dentro no tiene el aspecto de una cabaña, parece más bien un apartamento lujoso de ciudad.— Siéntense, ya les traigo aperitivos.— Yo lo hago— la interrumpe el Alfa Marcos.Ella se sienta, yo dejo de sostener la cintura de mi mate para agarrar su mano y sentarme en un sofá individual con ella encima. Recibo la mala mirada de Anakin por no sentarse en el mueble de cuatro puestos donde ellos tres están, pero está cerca de donde está su madre. Mi mate recuesta su cabeza en mi pecho.— Si no quieres no debes decirlo— sonrí
—Mi hijo está muerto, si quieres volver a intentar manchar su memoria no va haber hembra que te salve— ruge e intenta someterme, pero yo me adelanto.—¡AGACHA LA CABEZA!Él gruñe, su cuerpo tiembla, pero aun así no cede, sin embargo su cabeza está unos milímetros más baja que antes.—No pienso hacer un escándalo de esto. Ya todos lo saben. No tienes que irte con la cola entre las patas, deja que tu mate se quede y enseñe a la mía.—Creo que debemos calmarnos— interviene Antosha.—Estoy de acuerdo— lo apoya el Alfa Marcos.Frunzo el ceño cuando Garald se libera de mi intento de someterlo, sacude la cabeza y miro a mi alrededor buscando lo que sea que lo haya ayudado, hasta que mis ojos caen en el Alfa Marcio.—Debemos hablar sobre esto, ninguno se puede ir así— dice Arman.Anakin ahora está al lado de mi mate, supongo que teme que me la lleve.—No voy a hablar con alguien tan inmaduro que no acepta lo que está enfrente de sus ojos.Cuando el Alfa Marcio intenta mover su mano yo le tiro
El destino tejía sus hilos de manera inexorable, y aunque la mismísima Diosa Luna intentó modificarlo, los padres de ellos y la abuela de ella fueron actores involuntarios en este juego cósmico. Algunos eran partícipes sin conocer su papel, pero la predicción ya estaba grabada en las estrellas. Solo se vislumbraban dos posibles destinos para su futuro, y solo una lobita de pelaje café podía prevenir que sus compañeros desataran una guerra descomunal, llevando a su raza a la extinción y deshaciendo los esfuerzos de la Diosa.Sin embargo, la incógnita prevalecía: ¿quién era ella?La respuesta era sencilla: una Roger, astuta, desterrada o con cualquier calificativo que pudiera asignarse a los estratos más bajos de la sociedad licántropa. En ese mundo, la pregunta adicional podría ser: ¿quiénes eran ellos? Los cuatro Alfas Puros, capaces de aniquilar una raza entera sin que nadie pudiera interponerse. Cuatro machos con manadas poderosas y mentes brillantes, capaces de manipular a su antoj
Me levanto del suelo helado, sintiéndome agotada y sin ganas de irme. Esta cueva es el mejor refugio que he encontrado en varios meses, pero es demasiado peligroso quedarse en un mismo lugar tanto tiempo. A pesar de que ya aprendí a ocultar mi olor, no me puedo confiar. Ningún lugar es completamente seguro, y ya rebasé el límite de días que yo misma coloqué. La última vez que lo hice, gané una nueva y larga cicatriz en la pierna. No quiero volver a tener un enfrentamiento como ese solo por no querer irme de un lugar cómodo. Soy una roger, no tengo hogar, nada me pertenece, y acepté mi destino hace mucho tiempo.Miro mis patas delanteras. La derecha carece de dos garras, ya que aún no se han regenerado por mi mala alimentación. Mi cuerpo apenas tiene fuerza para hacer lo básico. Comienzo a caminar perezosamente para salir de la cueva. Aun es de noche. Levanto mi cabeza cuando ya estoy en el exterior para mirar la hermosa Luna llena. Me sé todos los nombres de las fases de la Luna; fue
Observo a mi alrededor con cautela, sin mostrar que ya me di cuenta de que alguien o algo me acecha. Finjo que sigo cazando a los diminutos peces. Con el tiempo, aprendí a no huir sin saber de qué estoy huyendo o dónde está. A veces, en lugar de alejarme de la amenaza, me terminaba entregando a ella por no esperar.Si es un licántropo, debe tener mi edad o más. Ocultar tu olor es algo que se aprende con los años. A pesar de la ligera brisa, no puedo percibir ni una pizca de un aroma ajeno al bosque. Camino fuera del agua para evitar ser atacada ahí; tendrían ventaja si me resbalara. Al terminar de salir, escucho cómo mueven una piedra a unos cuantos metros a mi derecha. Muestro mis colmillos. Está muy cerca como para huir; tal vez si me mantengo en una posición amenazante, quien sea que esté por ahí se retracte.Mi pelaje se eriza cuando logro captar unas orejas grises a través de unos arbustos muy verdosos. Lentamente sale de ellos una loba. Por el tono de su pelaje y las cicatrices,
Suspiro, masajeando mi frente con la yema de mis dedos. Falta una semana para que se acabe este mes y toca hacer el maldito papeleo. Yo soy, por así decirlo, el contador de la manada. Ya llevo dos títulos universitarios relacionados con el manejo de finanzas y administración de empresas. Además, estoy pensando seriamente en volver a la universidad y obtener otro más.Me siento inquieto. Siempre he sentido esa sensación de que algo me falta, y sé por qué, pero solo debo esperar. No voy a meter la pata después de más de 50 años de abstinencia. Me hice una promesa a mí mismo hace varias décadas y no pienso fallar ahora.Guardo el informe que empecé hace media hora. Aún no está terminado, pero de todas formas necesito un descanso. Tengo dos días metido en la casa sin salir. Ya casi termino todo y debo ayudar a esos revoltosos con los trabajos físicos también.Salgo de mi oficina para llegar a la cocina y sacar un buen pedazo de carne. Normalmente la cocinaría, pero estoy cansado y no dese
Rápidamente meto todos los aparatos que necesito en el bolso con cuidado de no romper algo por mi apuro. Mi hermano está muy ansioso esperando que llegue y sé perfectamente cómo actúa un Alfa macho desesperado. Por alguna razón, su mate resultó herida; no sé si fue él o no, pero conozco a mi hermano. Es brusco por naturaleza y nunca aprendió a regular correctamente su fuerza, a pesar de ser el menor de los tres. Si le hizo daño a ella, estoy seguro de que no fue intencional.Con todo listo, me transformo y agarro el bolso con mi hocico para empezar a correr. No tengo tiempo para sentimentalismos ahora; ya me desahogué un poco con Anakin. Ahora mi mente tiene que estar centrada en atender a la mate de mi hermano.Ya muchos están inventando rumores sobre la búsqueda que hizo Antosha. No fue nada discreto, pero no puedo culparlo. Solo tenía un periodo máximo de una hora para encontrar a su mate. Si pasaba ese tiempo y no la encontraba, era seguro que nunca lo haría si ella no lo quisiera