Rápidamente meto todos los aparatos que necesito en el bolso con cuidado de no romper algo por mi apuro. Mi hermano está muy ansioso esperando que llegue y sé perfectamente cómo actúa un Alfa macho desesperado. Por alguna razón, su mate resultó herida; no sé si fue él o no, pero conozco a mi hermano. Es brusco por naturaleza y nunca aprendió a regular correctamente su fuerza, a pesar de ser el menor de los tres. Si le hizo daño a ella, estoy seguro de que no fue intencional.
Con todo listo, me transformo y agarro el bolso con mi hocico para empezar a correr. No tengo tiempo para sentimentalismos ahora; ya me desahogué un poco con Anakin. Ahora mi mente tiene que estar centrada en atender a la mate de mi hermano.
Ya muchos están inventando rumores sobre la búsqueda que hizo Antosha. No fue nada discreto, pero no puedo culparlo. Solo tenía un periodo máximo de una hora para encontrar a su mate. Si pasaba ese tiempo y no la encontraba, era seguro que nunca lo haría si ella no lo quisiera. Somos Licántropos, más rápidos que los autos convencionales. Fácilmente, en un par de horas corriendo sin parar, podría cruzar la frontera de Canadá sin problemas.
Cuando me acerco al lado sur de la manada, un ligero olor dulce llega a mis fosas nasales. Dejo de correr, mis patas se quedan clavadas en la tierra. Cada cabello de mi cuerpo se eriza y puedo sentir mi corazón latir con tanta fuerza que juraría que se saldrá de mi pecho.
Salgo de mi estado de petrificación y comienzo a mover mis patas lentamente, caminando, después trotando y, por último, corriendo, siendo atraído por el olor. En cada paso que doy, ese ligero olor dulce se hace más fuerte. Por alguna razón, empiezo a salivar, y de la nada, ese olor se vuelve reconocible. Es una extraña, pero exquisita mezcla de arándanos con lila y una pizca de miel. Nunca pensé que esas tres cosas pudieran oler tan bien.
—¡Mate, mate, mate! —dice con euforia mi lobo Ivaylo —¡Búscala! —demanda impaciente, amenazando con arrebatar el control de mi cuerpo si no me muevo.
Me quedo en shock al escucharlo. No puede ser cierto; debe ser una broma. Mi mente no lo procesa. Aprovecha mi desconcierto y me quita el control absoluto de mi cuerpo para salir corriendo a toda velocidad en busca de la dueña de ese exquisito olor. Yo no opongo resistencia. Una vez hace un par de décadas, sentí un olor atractivo, pero cuando llegué a él, resultaba que solo era un maldito algodón de azúcar. A mi lobo siempre le gustaron las cosas dulces.
Para mi desconcierto, el olor proviene del interior de la casa de Antosha. Con todas mis fuerzas, le arrebato el control de mi cuerpo a mi lobo. No deseo que la primera impresión que se lleve nuestra mate de nosotros sea la de un macho que no sabe controlar sus instintos. Por el olor dulce, puedo deducir que se trata de una Omega, y no deseo asustar a mi mate.
Antes de que pueda darme cuenta, estoy en frente de la puerta de la habitación de mi hermano. Y solo al pensar lo que eso significa, se me revuelve el estómago. Para no torturar a mi ansioso lobo, me transformo volviendo a mi forma humana, dejando caer el bolso en el suelo. Por suerte, nunca lo soltó cuando tomó el control. Abro la puerta y lo que veo me deja helado: mi hermano está encima de una pequeña lobita, acariciando sus orejas. Ella está inconsciente en su cama.
Antes de que él pueda voltear su cabeza para verme, ya lo tengo agarrado por el cuello, estampando su cuerpo contra la pared.
—¡Aléjate de mi mate! —rujo.
Él me mira incrédulo y después se ríe como un desquiciado.
—Esto no puede ser cierto —murmura y me empuja para que deje de intentar ahorcarlo—. Cálmate y escucha —ordena, y le gruño.
Me alejo de él para mirar a mi mate. Me tenso al ver sangre seca por toda su espalda.
—Ella está bien. Desinfecté las heridas como tú me enseñaste, pero de todas formas te llamé para asegurarme de que esté bien —explica.
Mis ganas de darle la paliza de su vida son inmensas, pero decido poner toda mi atención y energía en atender a la loba inconsciente. Su olor mantiene sereno a mi lobo; supongo que intenta hablar con la loba de mi mate, pero dudo que tenga la oportunidad ahora mientras está inconsciente.
Con sumo cuidado, empiezo a revisar las suturas que hizo mi hermano. No están mal, pero yo podría haberlo hecho mejor. Con cuidado, palpo la superficie de su piel para estar seguro de que no hay otro daño. También aplicó algo de anestesia local en la zona que está más perjudicada. A pesar de que nuestro cuerpo pueda regenerarse, no significa que no duela. También me aseguro de que no tenga ninguna costilla rota y, un rato después, mando a traer una máquina portátil para hacer una radiografía y así estar seguro de que sus órganos y huesos están bien.
—¿Está muy mal? —Antosha en ningún momento se despegó de ella.
—En realidad, no. El golpe fue grave y duro, pero su cuerpo debía recuperarse en unas pocas horas —miro todo el informe que armé. Tengo un mal sabor en la boca por lo que descubrí.
—Pero ya va para medio día así —se queja.
Ni cuenta me di; el tiempo pasó tan rápido. Aproveché para hacer cualquier tipo de examen. No sé cómo ella reaccionará cuando despierte, y no quería perder esta gran oportunidad de armar su historial médico.
—Sufre de desnutrición... —en realidad, es más grave que eso, pero si utilizo términos médicos, no entendería nada.
—Nosotros no podemos sufrir de eso —ruedo los ojos al escuchar la estupidez que dice.
—Sí podemos, pero es difícil llegar a ese extremo. Debes pasar un mínimo de seis meses a un año comiendo casi nada. Sin embargo, por lo que pude ver, ese no es su caso —cada vez que la miro, mi pecho se oprime.
Ella tiene un pelaje largo y esponjoso que la ayuda a cubrir su verdadero estado. Cuando palpé su estómago, pude sentir con facilidad sus costillas.
—¿Cuánto tiempo tiene sin comer bien? —yo no respondo, mi lobo suelta un chillido de dolor al saber la respuesta—. ¡Contesta!
Desvío la atención hacia el rostro de mi hermano, miro por unos segundos sus ojos color avellana, para tomar algo de fuerza y contestar.
—Toda su vida.
AntoshaObservo a la tierna loba que yace inconsciente en la cama. Arman se fue a buscar más suero y algunas cosas que no logro recordar del todo. Ella estaba bastante deshidratada. Pienso que Arman también le administró algunas vitaminas, aunque no soy precisamente un experto en términos médicos.Mis dedos se deslizan con cuidado por su pelaje café; nunca antes había visto a una loba con rizos, y la curiosidad me embarga. ¿Habrá más lobas con este tipo de pelaje? Tal vez sí haya, pero no suelo prestar atención a esos detalles y menos en otras hembras. Ahora me doy cuenta de la singularidad de su apariencia.Mis dedos van a sus orejitas, son pequeñas pero redondeadas. Por su pelaje y color, sé que no es originaria de esta región, quizás ni siquiera de este país. Es normal que los rogers como ella pasen de país en país fácilmente gracias a su forma animal, explorando en busca de comida y nuevos territorios.— Es muy pequeña y delgada, tendremos que hacerla ganar peso — comenta Vovk, mi
Mis patas apenas tocan el suelo, mi pelaje es azotado por el viento, la espalda me duele, pero ese dolor queda en segundo plano, puedo escuchar las pisadas de él detrás de mí, puedo sentir su aliento en mi cola a pesar de tenerla en medio de mis patas, un pequeño truco que aprendí cuando estaba huyendo y casi me la arrancan por despistada.— Por favor, detente... — lo vuelvo a bloquear antes de que siga.Mi loba suelta un chillido, por una extraña razón ella desea estar cerca de ellos, pero al mismo tiempo sabe todo lo que nos han hecho lobos como ellos, supongo que, si debe haber algún macho bueno, pero no me voy a arriesgar para averiguarlo, por ende, sigo huyendo a pesar del dolor, a pesar de que ellos me atrapen en cualquier momento.Doy un giro brusco de repente haciendo que el macho que estaba detrás de mí no le dé tiempo de frenar y se estrelle de lleno contra un árbol.— Eso es para que sepas lo que se siente — gruñe Accalia.Tengo unos metros de ventaja, sin embargo, no desac
Los miro atenta ante cualquier movimiento brusco. Sé que si me hubieran querido lastimar o matar, ya lo habrían hecho. Son grandes y fuertes, tanto en su forma humana como animal. Estos machos son extraños, aunque tal vez sea porque no son Rogers como yo. Ellos seguramente nacieron y crecieron en esta enorme manada que, sin importar cuánto corra cuando intento huir, nunca llego a alguna de las fronteras que debe tener.— Adoro su olor — ronronea mi loba, moviendo nuestra cola.Eso capta la atención de los tres machos que me observan. Ellos no pueden escuchar lo que mi loba dice, ya que es nuestro enlace. Solo habla conmigo. Sin embargo, me inquieta lo interesada que está ella en estos machos. Nunca se había comportado así y no puedo negar que también siento que algo nos atrae de ellos, pero no identifico qué es.Mi estómago suena y de inmediato uno de ellos se levanta. Como reflejo, me pego a la extraña pared humana hecha de árboles. Sé que son los mismos árboles que están en el bosqu
| Arman |Observo a mi mate. Ella está inspeccionando la carne. No se mueve, a pesar de la saliva que gotea de su hocico. Verla en ese estado me provoca un nudo en la garganta. Ver cuánto desea comer y cómo se limita por miedo me parte el alma.— Solo es carne, de la mejor calidad — le aseguro.Ella me mira solo por un segundo para luego seguir enfocando su atención en la carne. Comprendo su desconfianza. Si está viva a pesar de ser una hembra omega sin manada, es porque aprendió que en la vida hay seres crueles que solo buscan lastimar. Las cicatrices en su piel lo demuestran. Tuvo que aprender muchas lecciones y supongo que muchas de ellas le costaron sangre y lágrimas.Sonrío cuando comienza a dar pequeños pasos hacia el plato. Su tierno hocico toca la carne. Le da una pequeña lamida y de la nada abre su hocico para, de un solo mordisco, atrapar la mitad de la carne que hay en el plato. No fue una cantidad pequeña la que le serví. Al contrario, son casi tres kilos de carne. Sin emb
| Anakin |Respiro profundamente, tratando de aparentar serenidad y seguridad. Nuestro padre, Garald, siempre ha sido comprensivo y una persona con la que podemos negociar, pero no sabe ocultar secretos a nuestra madre. Ninguno de ellos lo hace.Al salir de la casa, lo visualizo caminando relajado, con esa expresión de seriedad que muchos confundirían con enojo. Sin embargo, llevo toda mi vida conociendo a ese macho, sé identificar a la perfección cuando está enojado.No dejo que siga caminando más, entre más lejos esté de mi casa, mejor.— Buenos días, padr... — ni siquiera me deja terminar la frase.— ¿Quién es la hembra que está en tu casa? — pregunta a través de nuestro enlace mental. Es obvio que no desea que nadie ajeno a nosotros nos escuche.— No quiero sonar grosero, pero eso no es de tu incumbencia, padre — respondí cortante al ver que quiere ir al grano.La conversación la sigo a través de nuestro enlace mental. Él me mira para nada feliz. Odia con todo su ser no someter a
| Arman |Miro de reojo cómo mi hermano queda inmóvil en la puerta; yo estoy en una esquina de la habitación, lejos de ella. Nuestra mate aún no ha notado nuestra presencia; yo estaba aquí antes de que ella despertara. Su pequeño cuerpo estaba cubierto por la manta, así que no me había percatado de que estaba en su forma humana. Seguramente está débil; cambiar de forma consume demasiada energía y ella solo ha comido una vez.Le hago una seña a Antosha para que cierre la puerta. No deseo que se vuelva a escapar por su culpa. El imbécil cierra la puerta muy rápido, haciendo ruido. Nuestra compañera de inmediato se encoge en su lugar. Ella todo este tiempo ha estado mirando hacia la pared, de espaldas a nosotros. Cuando despertó, solo empezó a oler las sábanas y a tocar sutilmente la pared. Después, simplemente se quedó mirando hacia la pared por un buen rato, hasta que el idiota que tengo por hermano delató nuestra presencia. Deseaba seguir apreciando más su comportamiento mientras ella
| Anakin |Entro en la casa de Arman notando que no hay nadie en la cocina ni en la sala, lo cual me parece raro. Me dejo llevar por mi olfato, quedando en frente de la puerta de la habitación de nuestra mate. Por desgracia, estuve ocupado arreglando un poco el desastre que hizo Anakin con la búsqueda de nuestra compañera, además de entrevistar a unos posibles candidatos para que sean los doctores de nuestra mate. Debemos elegirlos con cuidado. Es mejor tenerlos y no necesitarlos que necesitarlos y no tenerlos. Cuando se presente la ocasión en que necesitemos a un doctor especializado en una área, ya debemos haberlo elegido con anticipación. Así evitaremos posibles traiciones e incompetencias. Abro la puerta con cuidado, preparado por si ella intenta escapar, pero el que no estaba preparado era yo al encontrarme con tal escena.Ella está dormida en su forma humana, su larga melena cubre su rostro y cuello, su espalda está desnuda y descubierta. Por suerte, la manta cubre su cadera para
Estoy en medio de un bosque desconocido, no sé a dónde voy, pero sí sé que mi lobo es quien tiene el control. Después de un largo tiempo corriendo, los árboles desaparecen y entramos en el centro de una manada. El lugar me resulta conocido, pero no logro recordar. Mi lobo se adentra más, paseamos por medio de las cabañas y la gente nos mira; no huyen, al contrario, algunos hacen reverencias, muestran respeto y admiración, casi adoración. Mi lobo deja de caminar y quedamos frente de una pequeña loba. Su pelaje es esponjoso, rizado y marrón. Ahora es ella quien camina hacia nosotros y se empieza a frotar su pequeña cabeza contra nuestro pecho. De repente, ella se acuesta boca arriba y gracias a la posición logro notar su vientre abultado. Llevo mi hocico hasta su abdomen y logro escuchar el latido de más de un corazón, pero eso no es lo más importante; ella desprende un olor afrodisíaco. De repente, todo se vuelve negro. Mi lobo empieza a aullar de manera desgarradora, en forma de súplic