Suspiro, masajeando mi frente con la yema de mis dedos. Falta una semana para que se acabe este mes y toca hacer el maldito papeleo. Yo soy, por así decirlo, el contador de la manada. Ya llevo dos títulos universitarios relacionados con el manejo de finanzas y administración de empresas. Además, estoy pensando seriamente en volver a la universidad y obtener otro más.
Me siento inquieto. Siempre he sentido esa sensación de que algo me falta, y sé por qué, pero solo debo esperar. No voy a meter la pata después de más de 50 años de abstinencia. Me hice una promesa a mí mismo hace varias décadas y no pienso fallar ahora.
Guardo el informe que empecé hace media hora. Aún no está terminado, pero de todas formas necesito un descanso. Tengo dos días metido en la casa sin salir. Ya casi termino todo y debo ayudar a esos revoltosos con los trabajos físicos también.
Salgo de mi oficina para llegar a la cocina y sacar un buen pedazo de carne. Normalmente la cocinaría, pero estoy cansado y no deseo llamar a una de las Omegas que se encargan de cocinar. Deseo comer algo para ver si eso calma mi inquietud.
—Quiero salir, detesto estar encerrado —dice Conrí, mi lobo.
—No estamos encerrados, simplemente elegí terminar con el papeleo de una sola vez. Ya casi terminamos.
—No me importa, solo quiero respirar un poco de aire fresco. Solo serán unos minutos —promete.
Gruño, pero aún así me resigno. Meto toda la carne que me queda en mi boca para después tragar y esperar unos segundos. Así puedo transformarme. Ya en mis cuatro patas, salgo de la casa sintiendo cómo el viento golpea contra mi hocico. Mis pelajes se mueven un poco. Sin ninguna prisa, Conrí comienza a caminar. En mi forma animal, dejo que mi lobo tenga la mayor parte del control. Él es un lobo sensato y no hará nada que nos perjudique si tiene el control.
—¡Anakin! —me tenso al escuchar la voz tan alterada de mi hermano. No es común que se altere con facilidad, y si me llama por el enlace mental que compartimos por ser trillizos, seguro es importante.
—¿Qué pasa? ¿Nos atacan?
—No, no es malo, bueno sí, pero no yo... ¡Ni siquiera me creo lo que pasó! —esta vez su voz se escucha alegre, casi eufórica.
—Ve al grano, Antosha —le exijo, harto de su balbuceo.
—¡Encontré a mi mate! —apenas lo dice, paro de caminar.
Mientras hablo con él, estaba caminando por el bosque. Su noticia me ha dejado atónito. Nunca pensé que pasaría tan pronto. Nuestros padres tardaron más de seis siglos en encontrar a nuestra madre.
—¿Estás seguro?
—¡Por supuesto! —se escucha tan feliz—. Por eso te llamé, necesito tu ayuda y la de Arman, pero él ya está buscando por el lado sur de la manada.
—¿A quién está buscando?
—A mi mate. No tengo tiempo para detalles ahora. Solo te diré que ella se asustó y huyó de mí. Es una hembra, Roger. Entró a los límites de la manada para cazar. Nunca estuve tan feliz de que alguien rompiera las reglas —hace una pausa, y yo solo me siento en el césped para esperar que siga hablando—. Di la orden de que cualquier Roger que entre a la manada no sea lastimado. No sé si viene con un grupo o está sola, pero no quiero que nada le pase. Perdí su rastro. Es muy escurridiza, pero puedo sentir que está cerca. No debe estar muy lejos de la manada. Necesito que te quedes en el medio de la manada y revises la frontera oeste y este. Ya tengo algunos Deltas buscando por todas partes, incluso cerca de Canadá, pero de todas formas quiero tu ayuda.
—Está bien, estoy cerca de la frontera este. Revisaré por ahí —solo lo ayudo porque, si estuviera en la misma situación, movería cielo y tierra para buscar a mi mate—. ¿Cómo es ella?
—Solo la vi en su forma animal, pero es tan bella... —hace la típica pausa dramática de un macho embobado con su mate—. Bella le queda corto. Es la lobita más pequeña, linda, hermosa y... —lo interrumpo, ya que no me dice lo que quiero escuchar.
—Guarda tus halagos para ella. Necesito saber su descripción física. No me interesa si es tan bella como la mismísima Diosa Luna —le gruño.
—Siempre amargado, hermanito. Es una loba café pequeña y delgada. Sus ojos en su forma animal son marrones oscuros. No tiene cicatrices visibles a simple vista y... —lo vuelvo a interrumpir.
—Eso me sirve. Te aviso si la encuentro —sin más, corto el enlace mental para empezar la búsqueda.
Gruño cuando me dirijo a la frontera oeste. No hay rastro de ningún Roger por ninguna parte de la frontera este. Solo fue una m*****a pérdida de tiempo. Pero aun así, no desisto. Sé lo que sentirá mi hermano si no la encuentra. Aunque aún no entiendo por qué ella huyó de él. Normalmente, los Licántropos nos sentimos instintivamente atraídos hacia nuestros mates. Su olor nos desquicia, desestabiliza y nos vuelve estúpidos. O al menos eso es lo que sé, ya que me lo han contado y un par de veces tuve la oportunidad de ver cómo algunos lobos machos de mi manada encontraban a sus mates. Se vuelven unos locos posesivos de inmediato.
—Ya Antosha encontró a la Roger. Me dijo que te lo digiera —me avisa Arman.
—¿Tú estás bien? —su voz suena algo desanimada.
—Sí, estoy feliz por Antosha, pero ambos sabemos lo que pasará ahora. Los tres somos Alfas y lideramos la misma manada. Además, él ya encontró a su mate. Tendremos que dividir la manada en tres partes iguales para formar tres manadas hermanas. No me quiero separar de ustedes.
—Los tres sabíamos que eso pasaría tarde o temprano. Ya somos adultos y nos preparamos para esto desde que nuestros padres nos cedieron el cargo de Alfa Líder a cada uno —le recuerdo.
A pesar de que mis hermanos puedan ser un dolor de culo, los quiero. Somos trillizos. Siempre hemos sentido esta conexión, como si el uno no pudiera estar sin el otro. Pero ya no somos crías. Cada uno, a partir de ahora, formará sus propias familias y manadas.
—Lo sé, pero tenía la esperanza de que los tres tuviéramos la misma mate para no tener que dividir la manada. Además, ahora los tres estamos ocupados y casi no nos vemos. No me imagino cómo será cuando cada uno esté en su propia manada. Ya no tendremos tiempo para vernos —no me gusta que se sienta así, pero no puedo hacer nada para animarlo.
Me siento igual y ahora no tengo ánimos para consolar a otra persona cuando creo que también necesito consuelo. Estoy feliz por mi hermano Antosha, encontrar a tu mate es lo mejor que le puede pasar a un individuo de nuestra especie. Pero gracias a eso, ya nada volverá a ser igual. Tendremos que dividir la manada en tres. También los habitantes de esta y ahora cada uno velará solo por su manada, la cual no será tan grande ni poderosa como es ahora. Actualmente, tenemos el puesto de la manada más numerosa y poderosa de América, pero eso terminará cuando dividamos la manada en tres. Ahora seremos simples Alfas de manadas comunes.
Gruño al sentir cómo Conrí se mueve inquieto dentro de mí. Últimamente, ha estado insoportable. Siempre me pide que lo deje salir y se va a las fronteras de la manada como si quisiera encontrar algo que ni él mismo sabe lo que es.
Rápidamente meto todos los aparatos que necesito en el bolso con cuidado de no romper algo por mi apuro. Mi hermano está muy ansioso esperando que llegue y sé perfectamente cómo actúa un Alfa macho desesperado. Por alguna razón, su mate resultó herida; no sé si fue él o no, pero conozco a mi hermano. Es brusco por naturaleza y nunca aprendió a regular correctamente su fuerza, a pesar de ser el menor de los tres. Si le hizo daño a ella, estoy seguro de que no fue intencional.Con todo listo, me transformo y agarro el bolso con mi hocico para empezar a correr. No tengo tiempo para sentimentalismos ahora; ya me desahogué un poco con Anakin. Ahora mi mente tiene que estar centrada en atender a la mate de mi hermano.Ya muchos están inventando rumores sobre la búsqueda que hizo Antosha. No fue nada discreto, pero no puedo culparlo. Solo tenía un periodo máximo de una hora para encontrar a su mate. Si pasaba ese tiempo y no la encontraba, era seguro que nunca lo haría si ella no lo quisiera
AntoshaObservo a la tierna loba que yace inconsciente en la cama. Arman se fue a buscar más suero y algunas cosas que no logro recordar del todo. Ella estaba bastante deshidratada. Pienso que Arman también le administró algunas vitaminas, aunque no soy precisamente un experto en términos médicos.Mis dedos se deslizan con cuidado por su pelaje café; nunca antes había visto a una loba con rizos, y la curiosidad me embarga. ¿Habrá más lobas con este tipo de pelaje? Tal vez sí haya, pero no suelo prestar atención a esos detalles y menos en otras hembras. Ahora me doy cuenta de la singularidad de su apariencia.Mis dedos van a sus orejitas, son pequeñas pero redondeadas. Por su pelaje y color, sé que no es originaria de esta región, quizás ni siquiera de este país. Es normal que los rogers como ella pasen de país en país fácilmente gracias a su forma animal, explorando en busca de comida y nuevos territorios.— Es muy pequeña y delgada, tendremos que hacerla ganar peso — comenta Vovk, mi
Mis patas apenas tocan el suelo, mi pelaje es azotado por el viento, la espalda me duele, pero ese dolor queda en segundo plano, puedo escuchar las pisadas de él detrás de mí, puedo sentir su aliento en mi cola a pesar de tenerla en medio de mis patas, un pequeño truco que aprendí cuando estaba huyendo y casi me la arrancan por despistada.— Por favor, detente... — lo vuelvo a bloquear antes de que siga.Mi loba suelta un chillido, por una extraña razón ella desea estar cerca de ellos, pero al mismo tiempo sabe todo lo que nos han hecho lobos como ellos, supongo que, si debe haber algún macho bueno, pero no me voy a arriesgar para averiguarlo, por ende, sigo huyendo a pesar del dolor, a pesar de que ellos me atrapen en cualquier momento.Doy un giro brusco de repente haciendo que el macho que estaba detrás de mí no le dé tiempo de frenar y se estrelle de lleno contra un árbol.— Eso es para que sepas lo que se siente — gruñe Accalia.Tengo unos metros de ventaja, sin embargo, no desac
Los miro atenta ante cualquier movimiento brusco. Sé que si me hubieran querido lastimar o matar, ya lo habrían hecho. Son grandes y fuertes, tanto en su forma humana como animal. Estos machos son extraños, aunque tal vez sea porque no son Rogers como yo. Ellos seguramente nacieron y crecieron en esta enorme manada que, sin importar cuánto corra cuando intento huir, nunca llego a alguna de las fronteras que debe tener.— Adoro su olor — ronronea mi loba, moviendo nuestra cola.Eso capta la atención de los tres machos que me observan. Ellos no pueden escuchar lo que mi loba dice, ya que es nuestro enlace. Solo habla conmigo. Sin embargo, me inquieta lo interesada que está ella en estos machos. Nunca se había comportado así y no puedo negar que también siento que algo nos atrae de ellos, pero no identifico qué es.Mi estómago suena y de inmediato uno de ellos se levanta. Como reflejo, me pego a la extraña pared humana hecha de árboles. Sé que son los mismos árboles que están en el bosqu
| Arman |Observo a mi mate. Ella está inspeccionando la carne. No se mueve, a pesar de la saliva que gotea de su hocico. Verla en ese estado me provoca un nudo en la garganta. Ver cuánto desea comer y cómo se limita por miedo me parte el alma.— Solo es carne, de la mejor calidad — le aseguro.Ella me mira solo por un segundo para luego seguir enfocando su atención en la carne. Comprendo su desconfianza. Si está viva a pesar de ser una hembra omega sin manada, es porque aprendió que en la vida hay seres crueles que solo buscan lastimar. Las cicatrices en su piel lo demuestran. Tuvo que aprender muchas lecciones y supongo que muchas de ellas le costaron sangre y lágrimas.Sonrío cuando comienza a dar pequeños pasos hacia el plato. Su tierno hocico toca la carne. Le da una pequeña lamida y de la nada abre su hocico para, de un solo mordisco, atrapar la mitad de la carne que hay en el plato. No fue una cantidad pequeña la que le serví. Al contrario, son casi tres kilos de carne. Sin emb
| Anakin |Respiro profundamente, tratando de aparentar serenidad y seguridad. Nuestro padre, Garald, siempre ha sido comprensivo y una persona con la que podemos negociar, pero no sabe ocultar secretos a nuestra madre. Ninguno de ellos lo hace.Al salir de la casa, lo visualizo caminando relajado, con esa expresión de seriedad que muchos confundirían con enojo. Sin embargo, llevo toda mi vida conociendo a ese macho, sé identificar a la perfección cuando está enojado.No dejo que siga caminando más, entre más lejos esté de mi casa, mejor.— Buenos días, padr... — ni siquiera me deja terminar la frase.— ¿Quién es la hembra que está en tu casa? — pregunta a través de nuestro enlace mental. Es obvio que no desea que nadie ajeno a nosotros nos escuche.— No quiero sonar grosero, pero eso no es de tu incumbencia, padre — respondí cortante al ver que quiere ir al grano.La conversación la sigo a través de nuestro enlace mental. Él me mira para nada feliz. Odia con todo su ser no someter a
| Arman |Miro de reojo cómo mi hermano queda inmóvil en la puerta; yo estoy en una esquina de la habitación, lejos de ella. Nuestra mate aún no ha notado nuestra presencia; yo estaba aquí antes de que ella despertara. Su pequeño cuerpo estaba cubierto por la manta, así que no me había percatado de que estaba en su forma humana. Seguramente está débil; cambiar de forma consume demasiada energía y ella solo ha comido una vez.Le hago una seña a Antosha para que cierre la puerta. No deseo que se vuelva a escapar por su culpa. El imbécil cierra la puerta muy rápido, haciendo ruido. Nuestra compañera de inmediato se encoge en su lugar. Ella todo este tiempo ha estado mirando hacia la pared, de espaldas a nosotros. Cuando despertó, solo empezó a oler las sábanas y a tocar sutilmente la pared. Después, simplemente se quedó mirando hacia la pared por un buen rato, hasta que el idiota que tengo por hermano delató nuestra presencia. Deseaba seguir apreciando más su comportamiento mientras ella
| Anakin |Entro en la casa de Arman notando que no hay nadie en la cocina ni en la sala, lo cual me parece raro. Me dejo llevar por mi olfato, quedando en frente de la puerta de la habitación de nuestra mate. Por desgracia, estuve ocupado arreglando un poco el desastre que hizo Anakin con la búsqueda de nuestra compañera, además de entrevistar a unos posibles candidatos para que sean los doctores de nuestra mate. Debemos elegirlos con cuidado. Es mejor tenerlos y no necesitarlos que necesitarlos y no tenerlos. Cuando se presente la ocasión en que necesitemos a un doctor especializado en una área, ya debemos haberlo elegido con anticipación. Así evitaremos posibles traiciones e incompetencias. Abro la puerta con cuidado, preparado por si ella intenta escapar, pero el que no estaba preparado era yo al encontrarme con tal escena.Ella está dormida en su forma humana, su larga melena cubre su rostro y cuello, su espalda está desnuda y descubierta. Por suerte, la manta cubre su cadera para