—No pienso desperdiciar ni un segundo de mi vida hablando de esa mujer, incluso ahora me roba el tiempo que puedo pasar contigo—. Dejo de sostener su cintura para agarrar su rostro—. No quiero hablar de ella, si quieres, te mando a hacer un informe.Ella agacha la cabeza. Tengo que hacer que la levante para que me mire. Sus ojos se ven apagados. No, no puede ser que esa mujer incluso ahora fastidie mi vida, no quiero verla así. No soporto su tristeza.—No debes sentirte insegura. No hay nada en lo que ella te supere y, aunque lo hubiera, no nos podría importar menos—. Aun así, solo se deja caer en mi pecho y suspiro mirando al techo—. ¿Qué quieres saber?De inmediato, siento cómo se vuelve a sentar. La miro y sus ojos vuelven a brillar.—¿Ella los ha tocado?—A veces nos agarra del brazo. A mí no me toca desde que la empujé, pero es lo único que hace—. Mi tesoro coloca sus manos en mi pecho. Está nerviosa.—¿Ella te parece bonita?—No, para mí solo es un fastidio—. Coloco mi mano en su
Paso la cuchara de un lado al otro, a centímetros de sus fosas nasales. Lo intenté hace cuatro horas, pero no funcionó. Antosha, gustoso, se comió lo que preparé; al menos me sirvió para mejorar la receta. Ivaylo gruñe cuando no despierta. Alejo la cuchara de su rostro y Antosha abre la boca. Le meto la cuchara y, de inmediato, traga. Ni siquiera degusta lo que le doy, solo lo devora. Un completo desperdicio de mis habilidades.—Comida... —ambos volteamos al escucharla—. Comida rica... mmm... rica, rica.Sonrío. La he escuchado hablar dormida antes. Todos sus sueños son con comida. Antosha también lo hace. Ambos tienen mucho en común. Le quito la taza a Antosha, quien estaba dispuesto a comérsela. Acerco de nuevo la cuchara a su rostro, pero esta vez esparzo un poco en sus labios. Su pequeña lengua de inmediato atrapa la crema. Por unos segundos no hay reacción de su parte, hasta que abre los ojos. Sus pupilas están dilatadas. Me río al ver cómo abre la boca. La comienzo a alimentar y
Me acomodo el cabello, no niego que es necesario saber la posición de cada uno en estos temas, pero darse cuenta de que, si Alexander no proponía el tema, tal vez nadie lo hubiera tocado. Todos miramos a Arman que se ha quedado sin contestar, pero si enseño su papel, mira a nuestra mate y después suspira. —Sí.—Excelente, ahora como mencione antes, la persona que dice un tal vez debe explicarse mejor, hacemos esto ya que las otras personas no llegan a comprender lo que el individuo quiere decir, en una conservación o al responder una pregunta decir un "tal vez" es muy ambiguo... — ¿Qué es ambiguo? — ella nos mira. —Que puede entenderse o interpretarse de distintas formas— responde Arman de inmediato. Se niega a cederle su lugar a este consejero para explicarle algo a nuestra mate.—Exacto, además también puede molestar a la otra persona. —Esto es absurdo, le estas pagando por decirnos cosas que ya sabemos, cualquiera con interned puede buscar consejos para comunicarse— gruñe. —T
—A mi tesoro le gusta lo dulce, Arman, no seas amargado. —¡No soy amargado! — gruñe sin dejar de emplatar la comida —pero alguien debe velar para que tenga todas las proteínas, grasas saludables, lácteos y carbohidratos que necesita cada día, que ya no esté desnutrida no significa que debamos relajarnos con su alimentación, además a ella tampoco le preocupa qué comer. Creo que no debí decirlo, Arman a estado muy tenso desde la conversación, nuestra mate solo se durmió unos pocos minutos después, despertó unas horas más tarde para tomar agua y volvió a dormir, parece que su forma de manejar el estrés es dormir y comer, aunque no lo pidio le estamos dando su espacio, yo me quedé con ella hasta que se durmió y casa vez que se despierta me acerco a ver si necesita algo, pero nunca me quedo mucho tiempo. —Debe levantarse, cuando esté conmigo va a comer a la hora, no me imagino su pobre cuerpo como debe de estar. Agarro el plato, no es algo glamuroso ni elaborado. Voy a su habitación
Miro el dije de mi collar, es una piedra lila en forma de lobo que esta sobre mi pecho. Dejo de mirarlo para ver al padre de ellos, aún está en frente de mí.— Tanto esta pulsera como el collar ocultan el olor de la sangre, pero este dije oculta todo tu olor— extiendo la mano y él con cuidado de no tocarme me entrega ambos— de todas formas, debes dejar que ellos se den cuenta al menos una vez al año que estás en tus días, siempre es importante que no sepan que usas magia.Yo solo asiento, ni siquiera puedo mirarlo. Quiero guardar el secreto de Alex, pero también me siento mal por mamá, ella es buena conmigo y yo le estoy ocultando cosas.— Gracias— murmuró antes de que salga de mi habitación.— Si quieres agradecer ve a nuestra casa y arrastrarlos contigo si es necesario, mañana nos vamos— sin más él se va.Me quedo inmóvil, solo tengo hoy y no sé cuándo la volveré a ver. Creo que mi vida era más sencilla cuando mi única preocupación era sobrevivir.Anakin se sienta a mi lado y yo recu
Siento como ella se aferra a mi brazo. Acaricio sus rizos. Están menos alborotados hoy. No me gusta lo que esta mujer piensa hacer. Sus hijos debían presentarla a la manada, no ella. Esto está fuera de lugar, una ex Luna no puede ni debe tomarse el atrevimiento. Hay menos personas de lo que esperaba, pero no me pasa desapercibido quienes son. Esa mujer agarra una copa y da un suave toque con un tenedor o algo así ya que volteo la cara para ver mejor a la multitud. Anakin se posiciona del lado opuesto a donde estoy, entre su madre y ella. —Se que esto fue inesperado, pero no podía seguir aguantando las ganas de presumir a la maravillosa hembra que será su próxima Luna y ocupará el lugar que alguna vez fue mío por tantos años— ella agarra la mano de mi mate. «Odio que la toque» —No he conocido una mujer tan fuerte, inteligente y con una habilidad de adaptabilidad tan envidiable. La Luna no pudo escoger una mejor compañera para ellos. Le doy mi bendición y les aseguro que estarán en
Acaricio la cintura de ella. Estamos subiendo los escalones de la casa de los padres de los trillizos.— ¿Debería decirlo antes o después de comer?— Después, nuestra mate necesita comer algo más que dulces.— Ya te pareces a Arman.— Por algo es nuestro hermano.Tengo que hacer mi mejor esfuerzo para no hacer una mueca. Bodolf está loco. Entramos a la casa de últimos, escucho el latir de varios corazones y la guio hasta ahí. Es una sala mediana, de paredes blancas, por dentro no tiene el aspecto de una cabaña, parece más bien un apartamento lujoso de ciudad.— Siéntense, ya les traigo aperitivos.— Yo lo hago— la interrumpe el Alfa Marcos.Ella se sienta, yo dejo de sostener la cintura de mi mate para agarrar su mano y sentarme en un sofá individual con ella encima. Recibo la mala mirada de Anakin por no sentarse en el mueble de cuatro puestos donde ellos tres están, pero está cerca de donde está su madre. Mi mate recuesta su cabeza en mi pecho.— Si no quieres no debes decirlo— sonrí
—Mi hijo está muerto, si quieres volver a intentar manchar su memoria no va haber hembra que te salve— ruge e intenta someterme, pero yo me adelanto.—¡AGACHA LA CABEZA!Él gruñe, su cuerpo tiembla, pero aun así no cede, sin embargo su cabeza está unos milímetros más baja que antes.—No pienso hacer un escándalo de esto. Ya todos lo saben. No tienes que irte con la cola entre las patas, deja que tu mate se quede y enseñe a la mía.—Creo que debemos calmarnos— interviene Antosha.—Estoy de acuerdo— lo apoya el Alfa Marcos.Frunzo el ceño cuando Garald se libera de mi intento de someterlo, sacude la cabeza y miro a mi alrededor buscando lo que sea que lo haya ayudado, hasta que mis ojos caen en el Alfa Marcio.—Debemos hablar sobre esto, ninguno se puede ir así— dice Arman.Anakin ahora está al lado de mi mate, supongo que teme que me la lleve.—No voy a hablar con alguien tan inmaduro que no acepta lo que está enfrente de sus ojos.Cuando el Alfa Marcio intenta mover su mano yo le tiro