51.
Bostezó y me volteo hacia lo calentito que está en mi espalda, pero eso empieza a acariciarme el pelo. De inmediato agarro su mano con fuerza y, cuando abro los ojos, me encuentro con un par de ojos de diferente color. Suelto su mano al darme cuenta de que le estoy haciendo daño.

—Lo siento.

—Buenas noches. ¿Te duele algo? —Parece que no le importa que casi le haya roto los dedos.

—No, me siento muy bien.

Me pego a su pecho. Gruño al ver que tiene la camisa, así que meto mi mano debajo de esta. Él se tensa. Mis dedos pasan por su abdomen. Él no tiene los cuadritos tan marcados como Alex. Subo y aprieto su pectoral, lo miro y él solo me mira serio. Yo sigo, creo que sus pectorales son los más pequeños de los tres, aunque siguen siendo firmes. Saco mi mano y la llevo a su cuello. La boca se me hace agua. Lamo mis labios.

—¿Te gusta manosear mi cuerpo? —Yo ignoro su pregunta y, de un salto, me siento sobre su abdomen.

—¿Yo puedo marcarte? —Él traga, pero no creo que haya estado comiendo a
Asíntota

Fue un capítulo hermoso, siento que descubrimos más de cada uno y en lo personal me encanta como es esta Zinerva que va descubriendo el mundo sin estigmas. ¿Qué piensan de la llamada? ¿Cuál de todos los padres de los trillizos creen que llamo? ¿Qué creen que pasará? Recuerden que sus comentarios y votos ayudan mucho a la historia y nos leemos el siguiente domingo.

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