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Capítulo 1 El vacío de la partida

 

Zero.

Luces.

Ruido.

Humo.

Rock.

Cervezas.

Y una chica sobre mí, moviéndose al ritmo trepidante de la batería que suena en el fondo, sus manos acariciando mi nuca, sus piernas a los costados de las mías y su boca devorando la mía, con pasión y deseo, un deseo que me encantaría compartir con ella, pero no es lo que pasa, aunque así la beso de vuelta tratando de que eso crea.

– Oye Z que dejes para los demás hombres, que te las llevas todas – dice al otro lado de la mesa Kyle mi mejor amigo mientras deja sobre la mesa una botella de cerveza vacía

– No molestes – le espeto tomando del cuello a la chica y besándolo sin apartar los ojos de él que me ve divertido.

– Lily va echar espuma por la boca en cuanto llegue y te encuentre con ella así – pongo mis ojos en blanco al escuchar el nombre de la pelirroja, que no para de pelearme cada vez que me ve con otra chica que no sea ella.

– Que lo supere, no tenemos nada – respondo apartando a la morena que me besa como si su vida dependiera de ellos – luego seguimos ¿sí? – comento dejando un beso rápido sobre sus labios, ella sonríe con picardía y se levanta, me guiña un ojo y se aleja dejándome en la mesa con mis amigos.

– ¿a qué hora es el toque?, viene como retrasada ¿no? – pregunto mirando fijo a Thomas que exhala una bocana de humo.

– dijo que estaría aquí antes de las 8, debe estar por llegar

– ¿Qué m****a anda haciendo ahora? – pregunto con algo de curiosidad, mis amigos se encogen de hombros y vuelvo a la posición inicial en la que estaba, recostado sobre el espaldar del sillón.

Estamos en uno de los bares más importantes de New York, hoy la banda a la que pertenecía tocara aquí, y Lily es la puta guitarrista, una amiga de mi infancia y está llegando tarde, no tengo idea de por qué y tampoco es que me interese mucho pero, en fin me levanto para perderme un rato entre la multitud. Es viernes y como todos los viernes en mi vida desde hace casi cuatro años es día de volverme m****a y perderme en los placeres mundanos de la vida, solo con el simple propósito de no tener que lidiar con mis demonios.

Si tengo que hablar de mí, solo debo decir que a donde llego causo cierta sensación, al menos con las chicas, ellas siempre están detrás de mí, facilitándomelo todo, solo tengo que escoger con quien pasar la noche y hundirme entre sus piernas hasta quedar hasta la puta madre y dormirme.

No me gusta llamar la atención, nunca me ha gustado, ese era el trabajo de Niko, mi hermano gemelo, pensar en el causa que una puntada de dolor se entremezcle con la apabullante y cruel culpa que siento desde el día en que murió y la sombra que no deja de perseguirme para torturarme a diario se burla de mí y mi miseria silenciosa y solitaria. Alejo el pensamiento lo más que puedo, de regreso al agujero oscuro que son mis pensamientos, no es el momento de auto flagelarme, es viernes y como tal es momento de olvidarme de todo, me acerco a la barra y pido otra cerveza.

– Hola guapo – dice una sexy voz a mi lado, me giro para buscar a la dueña de dicha voz y sin más mis labios se curvan en una sonrisa, m****a esta mujer lleva tan poca ropa que no tengo si quiera que intentar imaginar lo que hay debajo.

– Hola – la saludo tomando un trago de mi bebida

– ¿eres Z verdad? – pregunta con picardía, confirmando lo antes dicho, lo ponen demasiado fácil y todos me conocen

– eso creo, pero ¿Quién pregunta? – digo mirándola serio, ella se fija en mis ojos y su ceño se frunce, había estado tan ocupada devorando mi cuerpo que ni siquiera se había percatado del rasgo más característico de mi rostro.

– wow, lindos ojos – comenta sorprendida, cosa que simplemente me hace ponerlos en blanco, odio que la gente los mire, odio que la gente me hable de ellos o por causa de ellos.

– si no tienes nada más importante o ingenioso que decir que no sea adular mis putos ojos, me retiro – digo pasando por su lado, pero su mano se cierra sobre mi antebrazo y me detengo

– No te vayas, lo siento, no sabía que no te gustaban – se disculpa de inmediato, me giro para verla y elevo una de mis cejas en su dirección

– ¿Qué es lo que sientes? – ella desvía sus ojos nerviosa y suspiro.

Este es el problema con algunas chicas, creen que pueden venir acercarse a mí, coquetear un poco y que ya me tienen donde quieren, si puedo darme el lujo de escoger quién demonios terminara en mi cama, también puedo darme el lujo de rechazarlas si no son lo que busco y esta no es muy diferente del resto de las que están aquí, al menos hoy quería llevarme a una chica a la cama que me diera tema de conversación, que se hiciera un poco la difícil quizás.

– pues que te he dicho que tienes lindos ojos, imagino que estas hasta la madre de escuchar eso, soy Tiffani – dice tendiendo su mano en mi dirección, la estrecho sin decir nada y ella continua – ¿estás solo? – pregunta removiéndose un poco en la silla y abriendo ligeramente sus piernas, para luego volver a cruzarlas, cosa que no me pasa desapercibida en lo absoluto.

– siempre estoy solo – respondo, doy otro trago a la cerveza y la observo serio – hagamos esto es simple ¿sí?, porque honestamente no estoy de humor hoy como para estarme con rodeos o juegos, seré claro contigo, si quieres estar conmigo es fácil, no esperes nada de mí, es solo follar, no preguntes, no indagues, no te creas importante o especial porque ninguna lo es – en cuanto termino de soltar mis retahíla la chica me mira sorprendida y luego ríe con nerviosismo

– ¿esto es lo que les dices a todas las chicas antes de llevártelas a la cama? – sonrió con arrogancia

– esto es lo que le digo a las chicas que no quiero llevarme a la cama porque lo ponen demasiado fácil, pero si es lo que quieres – hago una pausa y coloco una de mis manos sobre su muslo, justo en la parte interna del mismo y comienzo a subir mi mano con lentitud, su cuerpo se tensa y de inmediato muerde sus labios, sonrió de lado, lo que dije demasiado fácil – ¿quieres o no? – la chica jadea y mi sonrisa se ensancha, busca mis ojos y asiente.

Suspiro, separo mi mano de su pierna y me acerco a su oído, inhalo profundamente solo para tentarla y susurro

– Nos vemos después del toque – hago una pausa y exhalo en su oído – si me encuentras – dejo un beso sobre su lóbulo y me giro para irme, sin agregar nada más.

Si sé que soy un bastardo por calentarla y dejarla así, pero ella ha sido la que me ínsito hacerlo, yo solo fui por una cerveza. Estaba muy tranquilo allí y pues no he podido evitarlo. Sé que esto no se ve bien y estoy seguro que si Niko me viera justo ahora me reprocharía por mi comportamiento y por como la he tratado, pero venga algunas chicas – por no decir que todas – no se respetan ni un poco y esto es lo que se ganan, pero a la m****a él no está, ni nunca estará otra vez y desde donde esta tampoco puede decirme nada, así que simplemente toca seguir.

Otra punzada se instala en mi pecho con el pensamiento y la certeza de ausencia, aprieto con más fuerza la botella en mi mano, tratando de olvidar una vez más el inoportuno recuerdo de mi gemelo, cuando alcanzo una vez más la mesa donde están mis amigos, todos ríen mientras una pelirroja con risos y llena de tatuajes comenta cosas riendo.

– Zero estás aquí – dice emocionada, poniéndose en pie y lanzándose sobre mí, rodea sus brazos alrededor mi cuello y deja un sonoro beso en mi mejilla

– ¿Qué hay Lilly, porque has llegado tan tarde? – ella me libera y pone los ojos en blanco

– No empieces Zero – comenta con fastidio – el auto ha estado fallando – dice sin más y Charlie agrega divertido

– ¿O has estado follando en el auto? – todos ríen, incluyéndome ella le lanza una servilleta que acaba de hacer una bola y luego le saca el dedo medio, colocando sus manos sobre su caderas y mirándolos a todos

– deberíamos ir alistarnos este toque es importante – comenta una vez más divertida ignorando el comentario de nuestro amigo.

– Vayan ya iré yo más tarde a ayudarles un poco, saldré a fumarme un cigarrillo – digo haciendo señas hacia afuera.

Me giro y camino hasta la puerta del local, sin esperar que alguno de ellos responda, pasó junto a un grupo de chicas que cuchichea al verme y rio negando con la cabeza porque en serio no entiendo que ven en un tipo como yo. Entiendo que soy guapo, porque lo soy y siempre lo he sido, eso no es ninguna novedad, quizás lo que me hace resaltar es mi aspecto, los tatuajes, los piercings porque dudo que m actitud sea lo que les gusta.

Soy un puto grano en el culo, no soy dulce, gentil o cariñoso, de hecho ni si quiera es que sea amable con ellas, pero pareciera que les encanta este aspecto de tipo rudo y desinteresado, en fin son cosas que nunca podre entender de las mujeres.

La verdad no siempre fui así, o bueno si hay mucho de eso que dije en mí desde siempre, solo que después del accidente de mis hermanos todo la gentileza o alegría que había en mi quedo en el pasado y hoy solo soy esto. Enciendo el cigarrillo una vez estoy afuera y suelto una bocanada de humo al cielo, la noche es fría como siempre y la calle está bastante sola para ser tan temprano, pero se debe a que todo el mundo ya está dentro.

Las risas de unas chicas me hace girar hacia la izquierda, donde una morena camina hacia mi riendo junto a un grupo de amigos, no lucen como las típicas chicas que vienen a lugares así, al menos no dos de ellos, lucen demasiado niños y buenos para ser más específicos, la morena ríe a carcajadas una vez más y me fijo en ella detenidamente, sonrió porque la conozco y vaya si lo hago.

Tiene un muy bonito cuerpo, no, no solo bonito, es jodidamente sexy, curvas pronunciadas, piernas largas aunque no es muy alta, su pechos sobresalen ligeramente en el escote de su blusa transparente y el pantalón se ajusta perfectamente a sus contorneadas piernas, su cabello rubio cae en ondas despreocupadamente alrededor de su lindo e inocente rostro.

– Zero – dice al verme saludándome desde la distancia, la saludo con un gesto de cabeza antes de verla entrar dentro del local con su amiga y el otro tipo que me ve mal antes de perderse tras la puerta.

Ella va a la misma universidad que yo y hemos coincidido quizás en un par de clases, muchas veces he deseado follarla porque honestamente es muy bonita, pero se cree demasiado y no me molestare en perseguirla.

Termino con el cigarrillo y regreso para ayudar a los de la banda con los equipos y los instrumentos, de camino a la parte de atrás del escenario me topo con la morena con la que me besaba hace un rato, se acerca a mi con picardía y rodea sus brazos en mi cuello

– despues del toque iremos a tu casa ¿no? – pregunta rosando su lengua despues de preguntar sobre mi lóbulo.

– puede – respondo, tomándola de la cintura y empujándola un poco para continuar con mi camino – antes tendras que encontrarme – susurro para mi mismo, consciente que ella no puede escucharme ya.

– Kyle conecta el amplificador a la guitarra por favor – escucho la voz de Lily muy cerca de donde estoy cuando corro la pesada cortina que da tras el escenario.

– listo, solo falta colocar los platillos y ajustar el bajo por alla – dice señalando a mi espalda – ¿subiras al escenario como en los viejos tiempo? – pregunta al verme acercarme a la batería para colocar los platillos y ajustarlos

– no y no insistas, esta es su presentación no la mia – respondo con fastidio, el suspira y niega con la cabeza

– no entiendo hasta cuando vas a seguir haciéndote esto Z, no tiene caso ¿sabes? – comenta mirándome con preocupación, desvio la mirada y me encojo de hombro

– olvídalo Kyle no seas pesado – digo mirándolo mal él sonríe con pesar y susurra

– Niko no está pero tu si y estás perdiéndote la vida solo por creer que – pero no lo dejo terminar cuando me giro y lo empujo

– cierra la boca, no tienes ni puta idea de lo que pasa en la vida así que no seas una puta molestia y ve hacer lo que se supone que viniste hacer – le espeto muy pegado a su rostro, el me ve serio desafiándome con la mirada, luego suspira y niega con la cabeza

– Eres un imbécil Zero, no me cansare de decirlo – pasa junto a mí y toma el bajo para comenzar hacer las pruebas de sonido.

Lily se acerca a mí y me mira con preocupación

– ¿estás bien?

– Sí, tranquila – le espeto sin mirarla, sintiendo que el dolor en mi pecho se trasforma en frustración.

– Zero sabes que

– Estoy bien Lily no empieces tú también – le espeto irritado apartándome de ellos y dejándolos solos en el escenario, donde ellos continúan con los últimos ajustes para empezar el toque.

Pensar en mi gemelo siempre causa esa sensación de vacío en mi pecho, pero que otros lo nombren o hablen de el cerca de mí para reprocharme sobre la forma en que decidí vivir mi vida, simplemente me descontrola, no tenerlo conmigo simplemente me descompleto, la frustración, la soledad y la sensación de vacío son una constante en mi agonizante día a día, Niko se llevó con el todo el sentido, todo lo importante y dejo en su lugar un enorme y absoluto vacío que hasta ahora no he logrado llenar con nada.

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