Zero Feelings
Zero Feelings
Por: Tamy Machado
PROLOGO

Prologo

En los días soleados las familias deciden salir a pasear, más cuando estas familias viven cerca de la playa, en un día como ese había muchas familias en la bahía, pero una en particular parecía divertirse mucho. Eran una pareja con dos niños, que lucían exactamente iguales, eran una copia exacta el uno del otro, tan idénticos que nunca podrías diferenciarlos a simple vista.

Sus caritas de tez blanca lucían algunas pecas sobre sus narices, sus cabellos castaño oscuro, resaltaba notoriamente sobre sus cabecitas, pero lo más increíble y llamativo de estos pequeños, no solo era que lucían exactamente iguales, lo más increíble eran sus ojos. Uno era de un profundo tono azul grisáceo, que iba variando en tonalidad conforme se acercaba al iris haciéndose aún más claro el otro era de un tono verde oliva, que jugaba entre tonos miel y amarillos.

Todo el mundo siempre tenía que ver con ellos, porque bueno ya era bastante poco común ver gemelos idénticos y si estos además tenían una anomalía en sus iris que los hacia aún más especiales, llamada heterocromia.

Los pequeños se les veían correr en la orilla, iban y venían conforme el agua subía y bajaba en la arena después de que alguna ola rompiera en ella, ambos jugaban a que el agua era lava y como todo juego de niños si el agua los tocaba perdían, porque obviamente la lava quema.

Gracias a la luz del sol los ojos de los pequeños brillaban aún más y sus divertidas risas podían escucharse sobre el murmullo de las olas, cuando uno de los pequeños toma la mano del otro y echa a correr nuevamente hacia la orilla del agua donde una vez más regresan corriendo gracias a que el agua ha regresado y casi los alcanza.

Muy cerca de ellos una niña los observaba riendo, tenía un rato mirándolos ir y venir, sentía ganas de ir hasta ellos, pero se detuvo, ellos no se veían como los niños como con los que suele jugar, ya que son mayores que ella, pero por alguna razón se sentía atraída por sus risas y sus correteos.

Una vez más los vio correr directo al agua y uno de ellos grito divertido

– vamos date prisa, la lava nos alcanzara – el otro río y corrió más de prisa

Ambos se detuvieron una vez más y echaron a correr de regreso, riendo y saltando lejos del agua, finalmente la niña encuentro el valor y camino hacia ellos cuando estaban lo suficientemente lejos de la orilla

– hola, ¿Qué están haciendo? – pregunto una vez los alcanzo, ambos niños la vieron, pero solo uno de ellos sonrío ampliamente y fue el quien le respondió

– hola, estamos jugando a lava quema pies, si el agua te toca pierdes, ¿quieres jugar? – pregunto acercándose un poco más a ella con una sonrisa dulce.

Su gemelo lo observo serio y suspiro, no le agradaba mucho la idea de tener que jugar con extraños, pero no dijo nada. La pequeña los miro a ambos un instante sin fijarse mucho en ellos realmente, puso sus ojos en el agua y luego asintió, giro sus rostros para volver a mirarlos, el pequeño que la invito a jugar se acercó a ella y tomo su mano, sus ojos hacen contacto con los de él y su ceño se frunció.

De inmediato el otro gemelo hizo lo mismo, solo que su cuerpo también se tensó en respuesta por la reacción de la pequeña al ver sus ojos, mira mal a la niña que no aparta sus ojos de los de su hermano.

– Oye tus ojos – comienzo la niña, pero el otro gemelo la miro con expresión seria la interrumpió de mal humor

–  ¿Qué pasa con sus ojos? Yo los veo bien – la niña se giró para comentarle la diferencia de color en ellos, pero al notar que el otro niño es exactamente igual al otro y que sus ojos también son de diferente color su boca se abrió en una gran O y susurro sorprendida

– Ustedes son iguales – el gemelo que sostiene su mano comienza a reír y le respondió divertido

– Es mi hermano gemelo y es un súper héroe – dijo señalando detrás de el con una amplia sonrisa – siempre que estés en peligro él te va a salvar – la niña desplazo sus ojos hasta el otro gemelo y lo vio aún más sorprendida, sus ojos brillando de emoción

– genial, oigan ¿Qué pasa con sus ojos, porque son de distintos colores? – les pregunto a ambos, haciendo que uno de ellos, el más serio, se tensara y la viera mal, el otro solo siguió riendo divertido, por la reacción asombrada de la niña.

– No pasa nada con nuestros ojos, están muy bien – dijo el pequeño que no paraba de mirar mal a la niña – son así de geniales gracias a mis poderes – la niña pareció sorprenderse aún más después de aquella respuesta y siguió mirándolos con muchísima atención y curiosidad, luego comienzo a reír y le respondió

– son geniales, quiero tenerlos así, ¿puedo? – Hizo una pausa para mirar sobre el hombro del gemelo que la sostenía y le hablo directamente al que dijo que tenía súper poderes – tus poderes, ¿podrían hacer que uno de mis ojos sea lila y el otro azul? – el gemelo con súper poderes frunció el ceño y negó con la cabeza, aunque ya no se sentía tan incómodo con la niña por haber dicho que quería tener los ojos como ellos.

Los niños son crueles y siempre había tenido problemas con otros niños porque se burlaban de sus ojos y los de su hermano, siempre molestaban lo molestaban, pero su gemelo era demasiado bueno y dulce con todo el mundo como para molestarse por lo que el otro, con súper poderes siempre salía en su defensa, salvándolo en varias oportunidades de chicos abusivos, aunque solo tenían 7 años ya había niños bastante crueles que les daban dolores de cabeza.

El comentario sobre tener los ojos como ellos, hizo más aceptable a la niña y menos irritante para él, pero no dejaba de molestarle como los miraba

– No puedes, además no quiero hacerlo – le respondió finalmente el niño para después echar a correr lejos hacia la orilla para continuar jugando.

La niña sonrío con tristeza, pero el otro gemelo que se mantuvo al margen de la conversación le sonrió ampliamente y con dulzura y amabilidad le dijo

– Vamos a jugar – tiro de ella y ambos corrieron siguiendo al otro gemelo que al verlos juntos suspiro malhumorado.

Su hermano era demasiado bueno con todo el mundo y siempre le disgustaba que fuera así, pero lo amaba más que nada en el mundo y jamás lo dejaría solo.

Después de algunos minutos jugando los tres, la niña volvió insistir en el tema de los poderes, abordando al gemelo súper héroe

– ¿Cómo hiciste para tener tus poderes? – pregunto una vez más frunciendo el ceño.

– Es un secreto y no voy a decírtelo – le espeto de mal humor

La niña lo vio un instante mientras sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, su hermano se acerca a ella y susurro con voz dulce

– oye no llores, no puede contarte el secreto es todo – el gemelo miro serio a su hermano que suspiro y puso sus ojos en blanco, estaba claramente molesto con la niña por insistir en tener los ojos como él y su gemelo.

– ¿Por qué eres así, solo quiero tener súper poderes y ser tan genial como ustedes? – dijo con lágrimas corriendo por sus mejillas sin control, la niña los miro a ambos y sin decir nada más se dio la vuelta y echo a correr lejos de ellos, hacia donde estaban sus padres.

– Las niñas son muchos problemas – comento el gemelo súper héroe, el otro río simplemente y se alejó de su hermano dejándolo solo.

Suspiro porque sabía que, aunque no se lo haya dicho y le sonrió se había enojado con él por tratar a la niña así, cuando se giró para seguirle su hermano ya estaba sentado en la arena jugando con un cubo intentando hacer un castillo de arena.

– ¿Qué tienes? – pregunto jugueteando con un rastrillo al acercarse y tumbarse junto a el

– No tenías que hablarle así, es más pequeña que nosotros, no lo entiende – le reprendió, el otro giro sus ojos con molestia mientras él su gemelo continuo – mama te ha dicho muchas veces que debes ser bueno con otros niños 

– esa niña era una molestia quería tener los ojos como nosotros – le espeto aún más molesto, no entendía porque su hermano siempre defendía a los demás cuando claramente era el, el más afectado.

– prometiste que la salvarías si se metía en problemas, eres el mejor súper héroe que existe – le dijo el otro mirándolo aun serio, el pequeño suspiro y desvío sus ojos.

No había forma ni manera, su gemelo siempre intentaría cuidar a todo el mundo como el trataba de cuidar de él, no entendía porque siempre salía a ayudar o defender a otros niños, muchos de los cuales siempre lo molestaban.

– vamos a jugar a otra cosa ¿quieres? – pregunto desviando su atención y tratando de convencer a su gemelo, que finalmente asiento.

Ambos niños jugaron durante aproximadamente una hora con un balón de futbol cerca de donde sus padres conversaban animadamente, cuando el niño con súper poderes pateo el balón con mucha fuerza, arrojándola lejos, ambos deciden ir por él, de camino vuelven a toparse con la niña.

Esta vez estaba agachada frente una medusa en la orilla, de sus ojos caían lágrimas como si de una cascada se tratara, el gemelo dulce en cuanto la vio corrió hasta ella y vio al animal delante de ella con cierto asco

– ¿oye que te pasa? – pregunto con dulzura, entre gimoteos y enormes lagrimas rodando por sus mejillas la niña lo vio y al reconocerle se lanzó sobre su cuello rodeándolo con sus bracitos, el otro gemelo vio la escena con molestia y comienzo a impacientarse

– La m–medusa no puede volver al agua – dijo entre sollozos

– Esa cosa babieca y desagradable de allí – señalo el gemelo que siguió de pie detrás de ellos, mirando al animal con repulsión

La niña lo fulmino con la mirada, mientras se separaba de su hermano y le espeto

– No le digas así, se llama medusa y seguro tiene a su mamita por allí buscándole – dijo con el ceño fruncido señalando hacia al mar, una vez más comienzo a llorar desconsolada y es su hermano hizo cargo a partir de ese instante

– ¿Por qué no la ayudas? – pregunto sonriéndole

– no tengo súper poderes como tu hermano, ¿Cómo podría hacerlo? – Se lamentó la pequeña aun con lágrimas descendiendo de sus lindos ojos – además si la toco me dolerá – concluyo confundiendo un poco a los gemelos.

– ¿Cómo que va a dolerte? – pregunta el súper héroe

– Si las tocas te duele, no puedo simplemente tomarla con mis manos y dejarla en el agua – explico una vez más mirándolos como si fuera la cosa más obvia del universo

– Ya no llores, encontraremos la manera de ayudarla – comento el hermano dulce mientras intentaba limpiar las lágrimas de la niña  – recuerda mi gemelo es súper héroe – la niña observo al otro chico que la veía mal y este suspiro, se giró y sin decir nada simplemente se alejó.

La niña lo vio llegar hasta donde horas antes los niños habían estado jugando con la arena haciendo castillos, lo vio tomar el cubo y una palita plástica, regreso hasta ellos con ambas cosas en la mano y los observo un instante a ambos antes de continuar.

Paso junto a ellos con expresión seria, se agacho frente a la medusa y con sumo cuidado comienzo a empujarla dentro del cubo, bajo la atenta y curiosa mirada de la niña que lo observaba fascina hacer el rescate. Pero en cuanto vio que la medusa no era fácil de manejar y el niño la empujaba con mucha más fuerza le espeto

– ¿Qué haces? – el gemelo la vio mal y le respondió malhumorado

– Ayudarla – esta vez colocando el cubo más cerca empujando de ambos lados para logra meterla dentro.

De sus labios se desprendió una enorme sonrisa de suficiencia, al lograr su cometido y se giró para ver a su hermano, que sonreía justo igual que él, orgulloso de su hermano y luego a la niña que le observaba. Después de unos segundos, le tiendo el cubo a la niña que lo tomo con muchísimo entusiasmo

– ten, es tu amiga ¿no? – dijo aun sonriendo y la niña asintió emocionada. Se pusieron en pie y caminaron juntos hacia la orilla del agua

– salvémosla juntos – esta vez fue el otro gemelo que comento sonriendo

El agua cubría sus tobillos mientras los tres pequeños metían el cubo en el agua y dejaban salir a la medusa, que evidentemente desciendo en el agua hasta tocar el fondo, los niños inocentes de todo sonrieron pensando que habían logrado su misión y habían salvado la vida de la medusa.

La niña, emocionada y feliz de haber podido ayudar a la criatura se giró hacia el gemelo con súper poderes y con la sonrisa más dulce y amigable que había visto en toda su vida, se lanzó contra el abrazándolo y repitió una y otra vez lo mismo en un tono chillón

– gracias, gracias, gracias eres el mejor súper héroe de todo el mundo – él pequeño se tambaleo un poco con la fuerza del impacto y tropiezo con sus propios pies cayendo al agua con la niña sobre él.

Los tres comenzaron a reír mientras el agua empapaba a la pequeña y al gemelo súper héroe, la niña se separó de él después de un momento limpiando el agua de su rostro, con una enorme sonrisa y ojos brillantes le dijo divertida

– Eres increíble – el gemelo sonrío con suficiencia sintiéndose el chico más genial del mundo.

El resto del día los tres pequeños jugaron entre ellos, rieron, saltaron, corrieron, se persiguieron de un lado a otro hasta que finalmente cuando ya el sol caía en el horizonte se escuchó la voz de una mujer llamando a la niña

– OYE BROOK HORA DE IRNOS DILE ADIOS A TUS AMIGOS – la niña se giró para ver a los gemelos y sonreírles

– Tengo que irme, pero estaré unos días más aquí, quizás podríamos jugar mañana – dijo entusiasmada a ambos hermanos, que sonreían ampliamente – por cierto, me llamo Brooklyn, pero pueden decirme Brook – comenta con esa sonrisa que no ha desapareció de sus labios después que los gemelos la ayudaron con la medusa

– yo soy Nikolas, pero puedes decirme Niko y él es Zero – dijo señalando a su gemelo, la niña los vio un instante antes volver a sonreír

– Zero me gustaría tener algún día súper poderes como tú y poder hacer todas las cosas increíbles que puedes hacer – el niño se ruborizo un poco y asintió antes de agregar divertido

– No lo creo Brook, esto es solo de gemelos – comento riendo, su hermano Nico se acercó a ella y dejo un beso sobre su mejilla

– no lo olvides Brook, siempre que tengas problemas Zero te salvara, siempre lo hace conmigo – la niña asintió riendo, feliz de poder contar con la ayuda de un súper héroe como Zero.

Se giró y echo a correr una vez más hacia sus padres, diciéndoles adiós con la mano y con una enorme sonrisa en los labios, que la esperan a unos cuantos metros de distancia, de donde ellos jugaban.

Días como ese en que la vida o ese ser poderoso que todo lo puede o quizás simplemente el destino, se encapricha por juntar el camino de tres pequeños que no tienen idea de que esta será el primer encuentro y el inicio de una historia que los marcara la vida entera y que los hará sentir intensamente.

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