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Capítulo 3 Un día de m****a (i)

Zero.

Mis días hace mucho que no son perfectos, pero esta mañana cuando desperté por un instante pensé que quizás este al menos sería un buen día, pero me equivoque tan épicamente que honestamente ni si quiera sé por qué demonios lo pensé.

Todo iba relativamente bien, papa me pidió que me diera una vuelta por el campus para que revisara las putas maquetas de los estudiantes de último año, alguno de ellos será premiado con el honor de trabajar para él y su muy lucrativa y por supuesto reconocida empresa. Por lo que tuve que llegar más temprano de lo usual, al menos para mí y en serio todo iba bien, hasta que esa chica se acercó a mí y me llamo Niko.

Nadie en este lugar a excepción de mis amigos saben sobre Niko de hecho, estamos en New York precisamente por esa m*****a razón, para que nadie me confunda ni me llame como mi hermano gemelo, escogí esta ciudad porque era su cuidad y porque papa tiene la sede principal de empresa aquí. Las cosas después del encuentro con la chica se vinieron abajo, había estado tan tranquilo pensando que jamás alguien de nuestra vida allá en Miami nos alcanzaría aquí, pero me equivoque terriblemente al pensar eso.

Esa chica conoció a Niko y por la forma en que me miraba no solo lo conoció seguro también fue una de las muchas que moría por él. Sus ojos brillaron de una manera que pocas veces he visto en una chica y eso me perturbo, no solo porque me llamara así, en serio creyó que yo era él.

¿Cómo si no me bastara con tener que verme todos los días en el espejo y ver su maldito reflejo en él? Para que ahora también haya una chica jurando que soy el. Esto es una m*****a locura, venir aquí y hacer mi vida hasta ahora había sido demasiado sencillo. Bueno sencillo nunca ha sido, pero no estaba tan mal.

Mi teléfono comienza a sonar en el interior de mi bolsillo, debe ser papa, dijo que me llamaría luego para saber sobre las maquetas, suspiro antes de meter mi mano en el bolsillo y sacar el aparato que no deja de vibrar, en la pantalla el rostro de mi padre, suspiro una vez más tomo una bocanada de aire antes de responder

– hola papa

– hola hijo, ¿Qué tal, como estas? – pregunta en ese tono cauteloso que suele usar cuando lleva días sin hablarme

– Bien – respondo secamente, lo escucho suspirar y antes de que pueda agregar algo más continuo – vi las maquetas, hay proyectos muy buenos, pero ninguno del tipo que te gustaría patrocinar – hago una pausa y lo único que escucho al otro lado es silencio – ¿papa?

– Sí, hijo te escucho – hace una pausa y luego continuo – no te llamo solo por eso – agrega con pesar – quería saber cómo estas

– papa en serio estoy bien, siempre lo estoy ¿de acuerdo? – el suspira una vez más y luego pregunta en voz baja

– ¿iras a casa el viernes verdad? – suspiro porque me temía que preguntara eso

– No lo sé – el vuelve a suspirar

– tu madre en serio necesita verte hijo

– papa, sé muy bien que mama quiere verme, me lo deja claro todos los putos días ¿sabes? – hago una pausa porque he respondido con brusquedad – lo siento, es que – otra pausa y ambos suspiramos – no quiero volver a casa – susurro

– Hijo – susurra luego mi nombre con aprensión – Zero, tu madre necesita verte, eres su único hijo

– sí, papa sé que soy el único que queda con vida, de acuerdo, pero entiende de una m*****a vez que no quiero volver allá, porque demonios no toma un puto avión y viene aquí, incluso ella estaría mejor, aquí que allá – le espeto con brusquedad perdiendo por completo el poco control que tengo cuando conversamos sobre el tema de regresar a casa.

– Zero, tu madre jamás dejara la casa allí están todas las cosas de tus hermanos – respiro frustrado porque sé muy bien porque mi mama no sale de allí, mientras ella se aferró a lo que quedo de ellos, yo Salí huyendo de allí.

– Papa – susurro y mi voz es más una súplica para que no continúe

– está bien hijo, solo piénsalo ¿sí? – Hace una pausa y suspira – por favor

– sí, está bien, lo pensare ¿necesitas algo más? – pregunto ansioso por finalizar la llamada

– no, solo cuídate y no olvides que tienes

– sí, papa lo sé, tengo que ir al estudio mañana por la tarde, no lo he olvidado – agrego con fastidio y lo escucho reír con suavidad

– sé que no te gusta, pero por favor, pero ¿podrías ser un poco más amable mañana? – pongo los ojos en blanco, porque los martes es el peor día de la semana.

– si papa, lo intentare – susurro

– gracias hijo, te amo no lo olvides ¿de acuerdo? – Escucho esas palabras y una punzada de dolor se instala en mi pecho, guardo silencio y una vez más escucho suspirar a papa – hablamos luego hijo, que tengas buen día – agrega en tono formal, volviendo a esa actitud que ambos tomamos la mayor parte del tiempo

– lo dudo, pero gracias – y sin más finalizo la llamada.

Guardo el teléfono en mi bolsillo y detengo mi andar, estaba tan concentrado en la llamada y en rechazar cuanto papa estuviera dispuesto a ofrecerme que he pasado de largo el estacionamiento, paso mis manos por mi cabello y respiro frustrado, mi mohicano cada vez está más largo, debería hacer algo pronto con él.

En esto paso el tiempo, disfrazando mi sufrimiento y mis locas ideas de desaparecer el parecido con mi gemelo, haciéndome cortes de cabello locos, pintándolo de diferentes colores, perforándome y tatuando mi piel. Irónicamente todos mis tatuajes sin importar que sean tienen relación con mis hermanos, así que busco infinitamente no parecerme a Niko, pero siempre termino uniéndolo a todo lo que hago. A esto lo llamo la maldición de los gemelos, todo siempre tiene que ver el uno con el otro, así uno de los dos ya no exista.

Regreso por la caminaría hasta llegar a mi auto, un fuerte trueno anuncia que pronto lloverá y por un instante me permito disfrutar de este puto día gris que pudo haber sido un buen día. Cuando detrás de mi escucho a alguien maldecir por lo bajo y luego algo golpea mis botas, busco que demonios ha sido lo que ha chocado con ellas y me agacho para recoger una pluma.

Cuando la observo de mis labios se desprende una risa floja, ¿Quién demonios en la universidad usaría una pluma de Jake y los piratas? Me giro para buscar al dueño del dichoso plumón, me acerco al auto que está a un espacio y le tiendo la pluma a la chica que esta agachada recogiendo un montón de cosas del suelo

– Ten – digo sin interés

La chica eleva sus ojos y maldigo para mis adentros, en serio esto tiene que ser una m*****a broma y una demasiado pesada, sus grandes ojos me observan con sorpresa y siento como mi cuerpo se tensa, otra vez esta chica, la misma que me confundió hace un rato con Niko.

– ¿vas a tomarlo o no? – le espeto conteniendo la frustración y la ira que siento al tener que toparme de nuevo con ella, en menos de dos horas.

– oh, sí lo siento – dice tendiendo una de sus manos y aferrando la pluma.

No puedo evitar echar un vistazo nuevamente a la misma y sin más sonrió, quizás ahora todo tiene sentido, esta chica tiene plumas de Jake y los piratas, seguro es una freaky de m****a, obsesionada con las caricaturas de Disney.

– No tienes por qué burlarte de las cosas de otros – me espeta.

Su comentario no hace más que incrementar el desagrado que siento hacia ella, ha acumulado demasiados puntos negativos en tan corto tiempo que puedo decir que es la persona que menos me agrada en mi puta vida y hay como un millón de ellas.

La veo de arriba abajo con detenimiento, quizás solo por darle el beneficio de la duda y buscar algo en su actitud en su físico que salvar, pero nada, es una chica, simple, tiene bonitos ojos – que por cierto son sumamente expresivos y me miran con resentimiento, cosa que es mutua – sonrió con arrogancia y le espeto con desprecio

– Para burlarme de algo o alguien tendría que importarme al menos un poco y la verdad no es el caso – mi tono es frio, pero me importa una m****a, honestamente quiero sacarla de mi vista, por lo que simplemente me giro y camino de regreso a mi auto

– Imbécil – la escucho decir y vuelvo a sonreír esta chica es irritante

– Lo mismo digo – suelto porque en serio lo siento así

– ¿Qué rayos está mal contigo? – suelta furiosa.

Pero la ignoro por completo, ya mi día es bastante malo y odiaría tener que lidiar con una freaky dramática por soltarle todo lo que estoy pensando en este instante sobre ella y su estúpida actitud. Abro el auto y entro, sin demorarme en nada mas, lo enciendo y salgo del estacionamiento como si mi vida pendiera de un jodido hilo.

Acelero y entro a la vía principal, atestada de autos, mi mente sigue en esa chica idiota y en su voz llamando Niko hace un rato, m*****a sea, había vivido esto muchas veces mientras vivía en San Diego con mama y papa, la gente no paraba de confundirme con Niko, obviamente todo el mundo se había enterada del accidente, pero como movidos por un acto de puro sadismo, siempre me llamaban Niko.

La lluvia no tarda mucho en acompañar mi camino a casa, en la radio comienza a sonar una canción de Maroon 5 y el recuerdo de un día igual a este llega a mi cabeza

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