Zero.Ojos cafés, grandes, expresivos, hermosos. Así son los ojos de Jake… paradójicamente una de las cosas que más me gustan de ella son sus ojos, creo que incluso me gustan más que los míos. Suspiro como un imbécil mientras la veo a lo lejos, mientras conversa con Sarah, Jack y Charlie.— ¿Hasta cuándo vas a jugar a esto? — Pregunta Kyle a mi lado mordiendo una manzana — la extrañas, te gusta, estas muriéndote por volver con ella — continua mientras mastica el trozo de manzana.— No empieces Kyle…— me quejo poniéndome en pie para irme, pero me detengo.Si me voy no poder seguir contemplándola y hacia dos días que no la veía. Evitarnos se ha vuelto el pan de cada día y uno que no soporto tragar. La extraño demasiado y no imagine que iba a ser así. Vuelvo y me dejo caer junto al pesado de mi amigo que me ve y ríe negando con la cabeza.— Estas siendo un imbécil, ¿lo sabes no? — pongo los ojos en blanco y vuelvo a verla.— Lo sé, pero es lo mejor…— me encojo de hombros — no puedo darle
Me giro y entro a la ducha, abro el grifo y dejo que el agua fría me empape, mi piel se eriza y pronto estoy temblando de frio, pero permanezco debajo del agua, buscando la manera más ilógica de hacerme olvidar. Después de algunos minutos no resisto más y abro el grifo del agua caliente, pronto la temperatura del agua se regula y sale tibia.Recupero el calor en mi cuerpo y cierro los ojos, recordando la última vez que nos duchamos juntos, me recuesto de la pared y me pierdo en el recuerdo, de sus manos sobre mi pecho, de sus labios sobre los míos, de sus jadeos y de lo maravilloso y perfecto que se sentía estar cerca de ella. ¿Cómo es que con Brooklyn nunca me preocupe en cuidarme? Nunca me molesto follar con ella y antes de hacerlo ponerme un preservativo.Estaba demasiado ocupado ensimismado en la cantidad de sensaciones que sentía estando con ella, que me olvide de lo más básico para mí. Me engañe tantas veces diciéndome que solo era sexo, como si en el instante en que la bese po
Zero.La brisa fría que sopla a mí alrededor es el firme recordatorio que el invierno está por llegar, cruzo la calle y alcanzo el pasillo que da al aula donde tengo clase, hace tres días que recordé lo de la playa y que posiblemente Jake y la niña de ese día sean la misma persona. Meto la mano en los bolsillos de mi pantalón y toco la caracola, jugueteando con ella sin sacarla.Desde ese día no la he dejado, siempre está conmigo como la brisa fría es un recordatorio constante que debo hacer algo para saber si de verdad son la misma persona. Entro al salón y para variar esta vacío, subo los escalones de uno en uno y me dejo caer en una de las sillas, saco la concha y comienzo a detallarla una vez más haciendo un esfuerzo sobre humano por recordar más de ese día, pero simplemente no logro hacerlo.Tengo dos días sin ver a Brooklyn, he estado tratando de dar con ella pero ha estado evitándome más que antes y estoy seguro que fue por la rubia y la estupidez que le dije, pero no lo hice c
— Vamos Brook corre…— le grito a la pequeña niña de ojos grandes que viene detrás de mi riendo.De su mano sale un hilo que se alarga hacia el cielo y justo sobre su cabeza una colorida cometa se mese con el viento. — ¡Zero espérame!…— grita una vez más y vuelvo a reírme mientras Niko me ve mal.— No seas malo, hay que esperarla…— se detiene y al igual que él su cometa deja de ondear en el cielo.Imito a mi gemelo y me detengo mirándolos a ambos, Niko está cansado de correr y Brook está que cae sobre la arena. Mientras ríe se inclina sobre sus rodillas y trata de acompasar su respiración.— Deja de usar tus poderes mientras jugamos, no es justo — se queja mirándome mal — además es trampa dijiste que no los usarías — me señala con su pequeño dedo y pongo los ojos en blanco.Aquí está otra vez regañándome como si fuera mi mama.— Tiene razón dijiste que no los usarías — la apoya Niko y me giro para verlo mal.— ¿Eres mi hermano o suyo? — pregunto dolido porque este apoyando a la enana
Golpeo un par de veces más la puerta del departamento sin obtener respuesta alguna, son las 6:45 pm y Jake debería estar en casa, pero ni ella ni Sarah parecen estar, suspiro y me giro apoyándome en la puerta, saco mi teléfono y le marco a Charlie es muy seguro que él sepa dónde están. Después del tercer toque responde.— ¿Qué pasa bro? — responde Charlie animado.Después que lo golpee en el hospital y paso lo que paso, me disculpe con él y dejamos todo en el pasado.— ¿Dónde estás?— En casa jugando con Thom, ¿Por qué? — es raro que estén en casa a esta hora.— ¿Sarah está contigo? — indago— Que va, tienen una fiesta hoy, es algo sobre un evento al que irán con la familia de Brook, ¿Por qué? — pregunta con curiosidad.Mierda, pero que complicado ahora que quiero acercarme no logro dar con ella y justo hace unos días era con quien más me topaba. Jodido karma.— No por nada, curiosidad, gracias peluche…— lo escucho reír y luego finalizo la llamada.Me giro sobre mí mismo y salgo del p
Permanecemos cerca de la barra mirando como Brook baila con el sujeto, en un principio me concentro en ella y como luce. Lleva un vestido digno de una princesa de Disney, no puedo evitar reír al hacer la comparación, es rosa con alguna especie de flores y se ajusta a su cintura dejando ver claramente sus curvas, que aunque no son exageradas la hacen lucir hermosa y sexy. Lleva el cabello semirecogido y se ve jodidamente hermosa.En cuanto el sujeto con el que baila la libera y hace que gire sobre si misma al ritmo de la música su vestido se mueve con gracia al igual que ella y recuerdo el día que la encontré bailando en el salón en el campus, inevitablemente me tenso al ver la amplia sonrisa que se dibuja en sus labios. Sus ojos brillan al verlo y por un instante el vacío se extiende en mi pecho.— ¿Vas a esperar que terminen de bailar? — pregunta Kyle a mi lado dando un sorbo a un trago que no tengo idea de en qué momento a pedido.— No lo sé…— me sincero.Porque no tengo idea de cóm
Nunca en su vida Brooklyn se había sentido de esa manera, jamás había sentido tantas cosas en su pecho como en ese instante. En cuanto las notas del piano empezaron a inundar el lugar lo supo, sabia quien las tocaba, sabía que estaba a punto de pasar incluso antes de girar su rostro y contemplarlo. Allí sobre el escenario estaba su más grande tormento y su mayor alegría, porque si eso era Zero Evans para Brooklyn.Un tormento que la asediaba desde el instante en que lo vio aquel día y ese par de ojos de distintos colores la fulminaron, una confusión que la llevo a este instante. Una confusión que sin importar cuanto dolor haya generado en ella durante todo el tiempo que estuvieron juntos estaba valiendo cada segundo y cada lágrima.Ver a Zero sobre el escenario, sentado frente al piano como aquel día en su departamento tocando es algo que Brook simplemente no creyó que sería capaz de presenciar y algo en su interior le decía que esas notas eran única y exclusivamente para ella. Movida
PrologoEn los días soleados las familias deciden salir a pasear, más cuando estas familias viven cerca de la playa, en un día como ese había muchas familias en la bahía, pero una en particular parecía divertirse mucho. Eran una pareja con dos niños, que lucían exactamente iguales, eran una copia exacta el uno del otro, tan idénticos que nunca podrías diferenciarlos a simple vista.Sus caritas de tez blanca lucían algunas pecas sobre sus narices, sus cabellos castaño oscuro, resaltaba notoriamente sobre sus cabecitas, pero lo más increíble y llamativo de estos pequeños, no solo era que lucían exactamente iguales, lo más increíble eran sus ojos. Uno era de un profundo tono azul grisáceo, que iba variando en tonalidad conforme se acercaba al iris haciéndose aún más claro el otro era de un tono verde oliva, que jugaba entre tonos miel y amarillos.Todo el mundo siempre tenía que ver con ellos, porque bueno ya era bastante poco común ver gemelos idénticos y si estos además tenían una anom