Narrador Regresando a la ciudad un día antes de lo esperado de la extensión de su luna de miel, Abril se lamentó por no estar junto a Ibbie en un día tan importante como el nacimiento de su pequeño, el cual está demás decir que es la adoración de sus padres.—Lamento tanto no haber estado contigo Ibbie soy una pésima amiga Llenando la habitación de obsequios del nuevo hogar que compartían Cristian e Ibbie por el bien de su bebé, Abril no dejaba de insistir en lo mismo, ya que se sentía mal por no regresar a tiempo.—Te dije que no era necesario, Abril ahora tu vida está ligada a la de Dante, y tu prioridad será disfrutar tu matrimonio, así que no tenías obligación de estar junto a mí. Además de eso… Matheson nos ayudó bastanteLa atención y la perseverancia del hombre estaba dando sus frutos, la posición de Ibbie hacia él, no era tan severa como antes, ahora valoraba el magnífico esfuerzo de este como padre, para cuidar de ambos. Aun así, no deseaba involucrarse sentimentalmente con
NarradorChocando directo en el rostro de Abril, el sol la hizo removerse, y es que la intensidad con la que la azotaba no la dejaba permanecer tranquila, por lo que llevando su mano hasta la zona, intentó cubrirse de este sin obtener mayor resultado, por lo que girándose sobre su cuerpo, se halló con la fría soledad de su camaSe suponía que esa mañana todo sería diferente, pero no lo fue, y al levantarse descubrió que él, ya se había marchado¿Por qué creería que las cosas podían cambiar después de un año de casados?Sencillo, al ser su primera noche como marido y mujer, y el haber al fin consumado su matrimonio, Abril pensó que Dante la miraría distinto, pero se equivocó.Colocándose de pie, esta sintió como un dolor agudo se extendió por su pelvis, y manteniéndose inmóvil unos segundos, cuando este cesó, continuó su caminata, hacia la estancia de la mansión.—Buenos días, señora ¿En qué la puedo ayudar?La primera que se cruzó en su camino fue Georgia, la nana de Dante, quien al ve
Narrador—Brillante como siempreSiguiendo de cerca los pasos de Abril, Atlas se acercó a ella, y una vez que esta se detuvo, tomo sus manos entre las suyas—¿Cuándo accederás a salir conmigo?Abril, sin poderlo evitar, soltó un pequeño suspiro, y después de tirar de sus manos, agregó—Sabes que eso no sucederá... Eres mi cuñado, además... Estoy muy ocupada con esta ediciónPor más que ella quisiera decir que era por qué no quería, no era así, el condenado era atractivo, tanto o más que su esposo, quien después de su primera noche juntos, se marchó, y no regresó más, ni siquiera una postal envió después de tantos años.Un poco decepcionado, al ver que Abril por más que insistía no cedía, el chico la tomó de los hombros, y luego de que ella le sonriera forzadamente, continuó—¿Y? ¿Tu cuñado? Abril, Dante te dejó, se marchó con Erika, y no regreso más ¿Es válido aún ese matrimonio? Porque para mí no lo es.A pesar de haber pasado un par de años desde eso, aún dolía, poco después de que
Narrador —¿Qué rayos te sucede padre? ¿Acaso has enloquecido? ¿Un hijo? Esto es algo que jamás podré aceptar Colocándose de pie al escuchar semejante locura, Abril empezó a caminar por la extensa oficina, mientras que murmuraba por lo que exigía su padre ¿Tener un hijo de Dante? Cuando este solo la dejó, y se marchó, después de refregarle en su cara que jamás la amaría, y que es feliz con alguien más. Abril, aún fuera de sí, se detuvo un par de pasos lejos de su padre, y después de tragarse el dolor de jamás ser correspondida, agregó. —Preferiría casarme con Atlas que tener un hijo de Dante, jamás podré olvidar lo que él me hizo, menos como lo hizo... Así que no me pidas humillarme a mí misma con semejante petición Si algo sabía Granfort era que su hija era orgullosa, algo que heredó de él. El hombre, intentando convencerla de ceder, la siguió, y una vez que llegó frente a ella la tomó de sus hombros antes de hablar. —Abril, sabes que si no lo haces, lo que has trabaj
NarradorEl auto deportivo de Atlas llegó hasta la recepción del compromiso, y captando todas las miradas de los presentes, apenas ayudó a Abril a descender de este, ambos se sintieron incómodos.Y es que a pesar de todos saber que Dante había abandonado a Abril, aún eran algo moralistas, y verla colgada del brazo de su cuñado, no era algo que tomáran de buena manera.Caminando con elegancia, Abril, y Atlas ingresaron al salón, y siendo recibidos por la pareja de prometidos, estos entablaron una pequeña charla—Abril... Qué gusto que estés aquí, no esperé que llegaras con Atlas... Menos siendo tu cuñadoForzando una sonrisa, Maya, la hermana menor de Erika, realizó este comentario con toda la mala intensión de hacerla sentir mal, y es que una de las partes que no menciono Atlas, es que la fiesta era en honor a ella, y su prometido, los cuales estaban próximos a contraer nupcias.Sonriendo forzadamente, al entender lo que está pretendía, Abril llevó una copa que traía en su mano, a sus
Narrador Deteniendo su andar un par de pasos alejados de Atlas, Dante se giró sobre sus talones para hacerle frente a Abril, quien lucía imperturbable ante este. Quería gritar, reclamarle por lo que recién acababa de ver entre Atlas, y ella, pero conteniéndose, Dante, solo frunció sus labios. —¿Tan rápido hiciste tu vida después de mi partida? Escondiendo la ira que sintió en ese instante, Dante permaneció a la espera de una respuesta que llegó cargada de indiferencia de parte de su esposa —¿Te parece poco tiempo 3 años, Dante? Intentando fingir que la presencia repentina de su esposo no removió nada en ella, Abril se cruzó de brazos ante él, quien se hallaba colérico, y su rostro tenso lo demostró enseguida, cuando dando un par de pasos llegó hasta ella —Fue muy poco tiempo Abril, tres años no son nada, pensé que tus palabras eran ciertas, que tus te amo eran verdad... Pero ahora que llego, y te veo a casi en un beso con Atlas, supe que todo era una mentira, y que tu Abril Gran
NarradorCon su respiración agitada, y sintiendo el escozor de sus ojos, apenas se alejaron lo suficiente de Dante, Abril se detuvo, y llevando las manos a su cintura, trató de controlar su respiración agitada.—¿Por qué carajos fuistes con el Abril? ?Que te dijo Dante? Con la curiosidad carcomiendo todo su ser, Atlas bombardeo a Abril con preguntas, y obteniendo que esta elevara su mano, indicándole que se calmará cuando estuvo más serena, habló—Hablar estupideces, reclamarme por qué estoy aquí contigo ¿No es descarado?Atlas negó enseguida mientras se acercaba a ella, y acunando su rostro quedó a escasos centímetros de sus labios.El deseo y las ganas de retomar lo que quedo a medias lo azotaron enseguida, debido a lo apetecible que lucían sus labios, pero viendo a su alrededor y notando a un par de personas, se contuvo.—No tienes por que prestarle atención Abril, Dante esta loco, siempre lo ha estado, y el ver que ahora has cambiado, y que los has dejado atrás quiere retenerte d
NarradorDesplazándose con elegancia, y delicadeza, Abril llegó al enorme edificio H&G, y observando la recepción, una sonrisa se dibujó en sus labios cuando de uno de los asientos que se hallaba en el lugar para la visita, se colocó de pie, Ibbie, su mejor amiga, y quien se volvió su más fiel confidenteExtendiendo sus brazos, está de manera sensual, se acercó a ella, y tras estrujarla con gran fuerza, chilló—No te imaginas cuanto espere este día, al fin la rata peluda de Hackett pagará por lo que hizoDecir que esto alegro a Abril era una mentira, en el fondo ella sabía que esto traería problemas, unos que le costarían no solo dinero, sino también salud mental, la cual tardó mucho recuperar.Separándose de su loca amiga, Abril asintió, y tomando su mano, ambas subieron en su elevador, hasta el piso superior, en donde apenas las puertas se abrieron, notaron que todos corrian de un lado al otro, sofocado, nerviosos, temiendo por su empleo.Deteniéndose a su paso el mensajero, sonrió