Narrador
Desplazándose con elegancia, y delicadeza, Abril llegó al enorme edificio H&G, y observando la recepción, una sonrisa se dibujó en sus labios cuando de uno de los asientos que se hallaba en el lugar para la visita, se colocó de pie, Ibbie, su mejor amiga, y quien se volvió su más fiel confidenteExtendiendo sus brazos, está de manera sensual, se acercó a ella, y tras estrujarla con gran fuerza, chilló—No te imaginas cuanto espere este día, al fin la rata peluda de Hackett pagará por lo que hizoDecir que esto alegro a Abril era una mentira, en el fondo ella sabía que esto traería problemas, unos que le costarían no solo dinero, sino también salud mental, la cual tardó mucho recuperar.Separándose de su loca amiga, Abril asintió, y tomando su mano, ambas subieron en su elevador, hasta el piso superior, en donde apenas las puertas se abrieron, notaron que todos corrian de un lado al otro, sofocado, nerviosos, temiendo por su empleo.Deteniéndose a su paso el mensajero, sonrió un poco nervioso, y después de saludarla, agregó—Disculpe, señora, pero el señor Dante regresó... Y anda, que nadie lo soportaDisculpándose este se alejó de la pareja de amigas, y observándose entre sí, Abril frunció sus labios un poco molesta por su osadía.Ella tenía años trabajando sola la revista, solo con la ayuda de Atlas, quien siempre respetó sus decisiones, quien jamás se atrevió a desafiarla, y este en solo un día estaba colocando a sus empleados en ascuas.Apresurando su paso, Abril llegó hasta la sala de juntas, y hallando a su esposo revisando el panfleto del próximo número, esta sintió que moriría del coraje.—¿Este reportaje? Fuera... Es absurdo, innecesario, aparte de estúpido... ¡Esto! ¿Sección de chismes? ¡¿Quién carajos coordina esto?!Despilfarrando una a una las hojas del trabajo que había costado semanas, Dante echó por tierra el trabajo de Abril, lo cual ocasionó que esta abriera sus ojos, molesta.Llegando hasta él, la mujer de cabellera rubia platinada, se colocó de pie a sus costados, y antes de que este pudiese arrancar otra página del folder, lo impidió interponiendo su mano.—¡No te atrevas!Entre dientes, y sintiendo que echaría chispas si este no se detenía, Abril presionó la mano bajo la de ella, y desviando su vista a su ubicación, Dante se colocó de pie, siendo sostenido por su esposa.—No tienes una puta idea de lo que costó hacer todo este diseño ¡Así que no te atrevas! Hace años que no estás aquí, así que detentePor un instante Dante Hackett sintió algo de temor al ver a Abril transformada en una fiera, y zafándose de su agarre, este guardó silencio un instante.—Es cierto, me marché muchos años, pero eso no quiere decir que lo que haces este bien... Tienes mi revista llena de estupideces, artículos inútiles que solo restan espacios importantes... Abríl ¿Qué demonios estás haciendo?La sala entera, que se hallaba repleta de empleados, se sumergió en un enorme silencio durante la discusión, quienes no sabían si correr o quedarse allí, por lo que fingiendo no estar en el lugar, se mantuvieron estáticos, mientras Dante no dejaba de ver a Abril, quien lucía mucho más hermosa de lo que recordaba.Y es que a pesar de no amarla, tampoco es que el hombre era ciego para no reconocer la verdadera belleza, cuando la tenía enfrente.Exhalando parte de su aire, este bajo la guardia unos segundos, lo cual fue un grave error, porque elevando su mano, cuando él menos lo esperó, Abril estampó esta en su mejilla, lo cual ocasiono un ardor insoportableAtónito y con su mejilla sonrojada, Dante llevo su mano a esta aun en shock, y tras acariciarse, la separó para mirar si se trataba de un sueño—¡Que sea la última vez que te metes en ml trabajo! Esta revista la dirijo yo, y lo que ordene es la leyLa verdadera razón por la que Abril le dio la bofetada a Dante, no fue por osar a desafiarla, sino por lo ocurrido la noche anterior, por llegar así a su vida, y derrumbar lo que tanto costó levantar, y ahora que se hallaba más tranquila, y que los nervios habían cesado, estaba preparada para luchar.Abriendo su boca en busca de aire, al no creer aún lo que estaba sintiendo, Dante pidió a todos abandonar la sala, quienes apenas escucharon su voz, salieron corriendo, empujando a todos a su paso, a excepción de Ibbie, que permaneció como si nada, detrás de Abril.La mirada colérica de Dante pasó de Abril a Ibbie, y tras elevar su mano pretendió echarla de allí, pero Abril no se lo permitió, y se interpuso en su camino.—Pronto te dejaré solo, para que hagas lo que mejor te parezca... Pero antes, necesito que veas esto.Extendiendo su mano hasta su amiga, Ibbie de su portafolio sacó una carpeta, la cual tras tener en sus manos, se la extendió a Abril para que se la entregase a Hackett.La frente del hombre se frunció por un instante, mientras que en su mejilla, la marca de la mano de Abril se empezaba a divisar, lo cual ocasionó una molestia en él, pero que no expresó.—¿Qué es esto Abril?La mujer elevó su mentón decidida a iniciar la guerra, y conteniendo el aire, expresó lo que años esperó, y no había podido hacer.—El divorcio Dante... tienes dos opciones... La primera, firmas, dividimos acciones a mitad, y finalizamos el matrimonio en buenos términos; O te demando por abandono, acción legal para la cual tengo suficientes evidencias, y tú, y los Hackett se quedan sin nada… Tú decides.La mirada gris de Dante, cargada de horror, pasó de la carpeta en sus manos a Abril, y tras abrir su boca, intentando decir algo, esta lo detuvo.—Firma ahora, o para mañana la demanda estará en tribunales, y los Hackett perderán todoHackett quedo mudo, y una vez que pensó que no tenía salida, una idea surgió en su cabeza, y tomando la carpeta que tenía en sus manos, la desgarró, y esparciendo los papeles a sus espaldas, agregó—Eso lo veremos Abril, pero de mí no te desharás tan fácilmenteY sin más, él solo se marchó, dejando a Abril atónita, descolocada, y de pie en la sala junto a su amiga, quien no creía lo que veían sus ojosDante Hackett eran un descarado, al pretender atar a Abril a él, cuando jamás la había amado, o al menos eso pensaban ellasNarradorObservando la Solicitud en sus manos, Dante no creía lo que sus ojos veían¿Abril había impuesto la demanda de divorcio por abandono?Le parecía una pésima broma, algo que él jamás imaginó que ella haría, y ahora que al fin tenía las pruebas en sus manos, se hallaba atónito.Colocándose de pie, pasó una de sus manos por su rostro, y avanzando hasta la ventana de su habitación, vio como las pertenencias de su esposa eran sacadas de la mansión HackettEfectivamente como ella se lo dijo a Atlas, al otro día, al amanecer se marcharía, y así lo hizo.Antes de que Dante se instalára de nuevo en la mansión de su abuelo, esta mandó a sacar todas sus cosas, con el fin de no cruzarse en su camino.Estrujando el papel en sus manos molesto, Dante decidió bajar a la estancia, y hallándose al patriarca de la familia, frunció sus labios, sabiendo que él lo reprenderia por lo que estaba sucediendo—¿Se marcha? Y todo por tu culpa... Si hubieras hecho las cosas bien, ella no tendría por qué i
NarradorMirando de arriba a abajo con cierta repulsión, Erika sonrió de manera sardonica, y es que en su mente maquiavelica ya había ideado el próximo chisme"Atlas y Abril son amantes"El escándalo perfecto para que Dante de una buena vez desistiera de la estupida idea de reconquistar a su esposa, algo que ella sabía desde su regreso pero que se negaba a aceptar.Atlas, al presentir lo que está deseaba, apretó su mandíbula, y enarcando una ceja se adelantó a preguntar.—¿Qué buscas Erika? Por que Dante no se encuentra por aquí, así que puedes marcharte de una buena vezSin anestesia y de manera directa, Atlas habló, lo cual no turbó en lo absoluto a la arpía, todo lo opuesto, despertó su ira, y arremetió en contra de él, sin importarle que este fuera el hermano del hombre que decía amar.—Y lo sé... Es solo que quise acercarme a saludar, quería saber como se sentía Abril por nuestro regreso, y tu al ver a tu amante sufrirObservando a la chica algo molesta a un lado, Erika habló con
NarradorObservando con desdén a Atlas, Dante se mantuvo en silencio a la espera de una respuesta que salió de este casi enseguida.—¡No es tu problema!Movido por la ira contenida en su cuerpo, Dante tomó el brazo de Abril, y tirando de él, pretendió llevársela, alejarla de Atlas, quien en su ausencia se pegó a ella como una sanguijuela y plantándose firme en el suelo, Granfort no se lo permitió.—¿Qué quieres Dante? ¿Qué haces aquí?Deduciendo que él se hallaba en el lugar por su amante, Abril de ninguna manera se iría con él. En primer lugar, se supone que ella lo quería evitar, y en segundo lugar, no tenía nada que hacer a su lado, cuando se supone que estaban en pleno proceso de divorcio.Aún asombrado por la oposición de Abril, Dante se regresó en sus pies y colocándose frente a ella, le preguntó.—Quiero llevarte conmigo ¿Acaso se te olvida que eres mi esposa?Tales palabras hicieron a la mujer sonreír de lado, al parecerle gracioso el descaro de su esposo¿Su esposa?¿Ahora si
NarradorAbriendo sus ojos, apenas le regresó la consciencia, Dante pestañeó un par de veces tratando de adaptarse a la luz del hospital.Y es que pidiendo ayuda, Erika pudo trasladarlo para realizarle un par de estudios, para saber el estado de su corazón.Recordando lo sucedido con Abril, Hackett intentó colocarse de pie, y acercándose hasta él, una enfermera se lo impidió.—Señor, debe esperar, no puede colocarse de pie aún.Desprendiendo la vía de su brazo, Dante no se daba por vencido, y apoyando los pies en el suelo, este continuó quitándose los demás artefactos que se hallaban en su pecho—¡Deténgase!En un esfuerzo inútil, la mujer pretendió regresarlo a la cama, y al notar que no se quedaría tranquilo, presionó el botón para llamar a sus compañeras, quienes segundos después llegaron acompañados de Erika.—Dante... No puedes quitarte los monitoresAproximándose hasta él, Erika apoyo sus manos en los hombros de Dante, y elevando su vista, al escuchar la voz conocida, este se det
NarradorCon su boca media abierta, Abril pasaba su vista del juez a Ibbie, quien se hallaba a su lado al pie del estrado.Y es que por órdenes del tribunal se realizaría una audiencia por el asunto de su divorcio, a la cual Dante nunca llegóEl motivoSu estado de salud, que si bien habían pasado dos días desde su incidente a las afueras del restaurant, este se hallaba en la mansión Hackett bajo el cuidado de la familia, al menos de Nerio, y Georgia.Manteniendo su postura firme, la abogada de Dante presentó sus motivos para no estar allí, y viendo esto, el juez solo pospuso la sesión.—¿Enfermo del corazón? ¡Es un maldito idiota! A Dante le he tolerado de todo, que se halla marchado, que me haya dejado en ridículo, inclusive que no me hubiese dado ninguna explicación a su regreso. ¿Pero esto? Es el colmo.Pasando sus manos por su rostro colérica por la absurda excusa de Dante para no asistir, Abril salió del lugar lo más rápido que sus pies le permitían, y siguiéndola muy de cerca,
NarradorCon sus ojos abiertos, y sintiendo los labios de Dante devorar los suyos, Abril se quedó rígida de la impresión, sin poderse mover.Y es que ella jamás esperó esto, no cuando se supone que se hallaban en pleno proceso de divorcio, y sintiendo que las manos de él se aferraban a su cuerpo, con la intensión de no dejarla escapar, ella regresó a la realidad para clavar sus dientes en su labio inferior, haciéndolo sangrar.Sangrar a tal punto, que el sabor alcalino se quedó impregnado en su boca.—¡Abril!Sintiendo la presión de la sangre bombeando en su labio, y limpiando cualquier rastro de ella, Dante solo llevó la mano a la parte afectada, y tras quedarse observándola con el ceño de su frente fruncido, ella respondió.—¡Que sea la última vez que me pones una mano encima, Dante Hackett! Es hora de que me dejes en paz, hace tres años te marchaste de un momento a otro, ahora regresa por donde has llegado.Colérica, pero con el corazón trastocado por el besó que hizo su cuerpo vib
NarradorUna vez que Atlas llevó a Abril hasta su hogar, este regresó a la mansión Hackett, y hallando a Nerio justo en la estancia esperándo por él, sonrió de lado al ver el interés del patriarca.—Abuelo ¡Que gusto que aún me estés esperando!Nerio se giró sobre sus talones un poco cansado de los absurdos berrinches de Atlas, y viendo cómo este se acercaba a él, agregó.—Sabes la razón... Tienes dos semanas para irte a Europa, necesito que tomes el lugar que dejó Dante vacío.Inmediatamente, sin decir nada más, Atlas empezó a reír por lo absurdo de sus palabras, e introduciendo las manos en los bolsillos de su pantalón, habló.—Sabes que eso no sucederá, ni hoy, ni mañana... Ni siquiera en un millón de años. Mi lugar está aquí, junto a Abril, y no la dejaré solo porque tú lo ordenas.La paciencia de Nerio cada vez se hallaba más cerca de llegar a su límite. Atlas en lugar de pensar como un hombre de negocios, lo hacía como un niño enamorado que vivía para perseguir a su amada, algo
NarradorEncargándose de verificar personalmente que el resto de los ejemplares fuesen impresos, Abril daba un pequeño tour en compañía de su aún esposo Dante HackettSaludando a su jefa, un par de trabajadores se acercaron a ella, y tras abrazarla, un caballero le agradeció por su magnífica labor—Señora Granfort, mi esposa, y yo queríamos agradecerle por el programa de becas, gracias a usted mi hija podrá graduarse con honores en una de las mejores universidades del país.Abril, sonrió de manera genuina al ver que con el programa de becas que ofrecía a los hijos de los empleados, les estaba brindando la oportunidad de estudiar a quienes no tenían los recursos económicos —No tiene nada que agradecer, si su hija obtuvo un lugar entre los 250 jóvenes becados, es porque se ha esforzado... Además, para H&G es un gran placer colaborar en el crecimiento de la juventud.De esa misma forma, otro par de trabajadores se acercaron a agradecerle, y tras verificar que todo marchaba según lo acor