NarradorEncargándose de verificar personalmente que el resto de los ejemplares fuesen impresos, Abril daba un pequeño tour en compañía de su aún esposo Dante HackettSaludando a su jefa, un par de trabajadores se acercaron a ella, y tras abrazarla, un caballero le agradeció por su magnífica labor—Señora Granfort, mi esposa, y yo queríamos agradecerle por el programa de becas, gracias a usted mi hija podrá graduarse con honores en una de las mejores universidades del país.Abril, sonrió de manera genuina al ver que con el programa de becas que ofrecía a los hijos de los empleados, les estaba brindando la oportunidad de estudiar a quienes no tenían los recursos económicos —No tiene nada que agradecer, si su hija obtuvo un lugar entre los 250 jóvenes becados, es porque se ha esforzado... Además, para H&G es un gran placer colaborar en el crecimiento de la juventud.De esa misma forma, otro par de trabajadores se acercaron a agradecerle, y tras verificar que todo marchaba según lo acor
Narrador.Los siguientes días que pasaron, y después de que la revista empezó a circular, el grupo de trabajo se volvió a reunir un par de veces para debatir sobre el contenido del próximo número, reuniones a las que Dante no asistió porque Abril se lo había pedido días atrás.—Mantendremos el mismo contenido, a excepción del par de columnas señaladas en la pizarra.Mostrando un enorme pizarrón al final de la sala de juntas, Abril le empezó a comentar a su equipo un par de cambios, los cuales había sugerido Dante el primer día que llegó, y que ella, cerrada por el odio hacia él, no aceptó.—Estas columnas tienen ciertas fallas, y como una revista dirigida al público femenino, tenemos que innovar... Así que, ¿qué proponen?Rita, una de las encargadas de las columnas que serían eliminadas, elevó su mano, y tras recibir la orden de Abril de hablar, dijo.—Hace una semana hablé con el señor Dante, a quien le comenté que quería cambiar mi contenido, y el me dio sugerencias muy buenas... Co
NarradorDante enarcó una ceja, sabiendo que este momento llegaría, y dando un paso al frente vio como Erick le pidió seguirlo al despacho, en donde una vez que entraron cerró la puerta para hablar con tranquilidad.—¿Por dónde debería iniciar? ¿Por la parte en donde faltas a tu palabra? ¿O por dónde dejaste a mi hija en ridículo ante todos?Dante se mantuvo de pie a escasos metros de la puerta, erguido, sabiendo que se merecía todo el reproche de Erick, quien confió en él al entregarle a su única hija en matrimonio.—Sé que falté, Erick, pero todo tiene una explicación.El padre de Abril sonriendo de lado, llegó hasta su escritorio y, tomando asiento, solo respondió.—¿Cuál? Porque cuando te marchaste no dejaste más que una carta para excusarte, según estabas de viaje por negocios por la expansión de la revista, pero nada más... No le diste una explicación sensata a mi hija, quien sabías que te amabaDante presionó sus labios, reconociendo internamente que había sido un idiota con Ab
Narrador—Erika se encargó de publicar fotos como si ustedes estuvieran juntos, como si de verdad te hubieses marchado con ella... Incluso Maya divulgó su relación como real ante todos nuestros amigosMirando a los lados, Cristian se aseguró de que su prometida no lo estuviese escuchando, una vez que lo verifico, continuó—Sé que no debería decirte todo esto, ya que Maya es mi prometida, pero te considero un amigo, y no me parece justo que les hicieran esto... Erika se encargó sé hacer creer a todos que eran pareja. Abril aún te ama Dante, no te des por vencido tan fácil, lucha por ellaCon un poco de tristeza, Cristian mencionó lo último, al sentirse estúpido al rendirse y no pelear por Ibbie, a quien dejó para casarse con Maya por lástimaDante lleno de impotencia al saber la verdad, apretó su mano, y colocándose de pie por la desesperación, froto su rostro un par de veces.—¿Cómo no se me ocurrió antes? En todas las ocasiones, las fotografías que nos tomábamos eran como amigos, cua
Narrador Al día siguiente, y apenas el sol se colocó en su máximo punto, Dante, al llegar a la empresa, pidió hablar con Abril, quien de manera rotunda y contundente dijo que no, pero manteniendo sus esperanzas, y esperando que llegara la noche para hablar con ella, permaneció tranquilo.—Dante quería preguntarte si podía asistir a la cena con los Reed en tu lugar, ya sabes, para no incomodar a Abril.Dante no era estúpido como para ceder la única oportunidad que tenía para hablar con su esposa, por lo que, colocándose de pie, le respondió a Atlas, sin vacilaciones, sin tener que pensarlo mucho.—No puedes. Sabes que desde siempre quien hace los negocios con ellos soy yo, además conozco el negocio internacional como nadie. Recuerda que se discutirá la expansión en Latinoamérica.La mandíbula de Atlas se tensó enseguida ante tal respuesta. Él, cómo todo hombre que se hallaba interesado por una mujer, no desaprovechaba la oportunidad para estar a su lado para pretenderla, y en esta oca
Narrador.Desconociendo que se trataba de Abril, la mujer expresó su pensar sin saber que la tenía justo frente a ella, sonriendo un poco incómoda por semejante cumplido de una persona experta en Mercadeo, y con la experiencia de Karlota, no supo qué decir. —Me alegra que piense de esa forma, de hecho eso lo solucionamos enseguida, porque Abril aparte de ser mi esposa, como ambos saben, es la responsable de mes, a mes sacar la revista que llega a sus manos, lo hace con tal dedicación, que defiende sus ideales incluso de mí mismo, una vez hasta me abofeteó por sugerirle modificar un par de cosasDejando a los Reed con la boca abierta, Dante compartió su primer encuentro a su regreso, y guiando su mirada un tanto molesta por la mentira de que él sugirió en lugar de ordenar, Abril respondió.—¿Sugeriste Dante? Más bien, ordenaste y gritaste a mi equipo, algo que no le permito siquiera a Atlas... Señora Karlota, para mí es un placer que alguien con su renombre y conocimiento valore mi tr
Narrador. Abril pestañeó un par de veces tratando de procesar lo que estaba viendo en ese instante, y cuando por fin cayó en cuenta que se trataba de una cicatriz justo en el centro de su pecho que debelaba la veracidad de las palabras de Dante. Negó, confundida, asustada, dolida, lo hizo porque aún había muchas cosas que no comprendía, por lo que, en un pequeño hilo de voz, preguntó.—¿Por qué nunca lo supe? ¿Por qué nunca me enteré de que estabas a punto de morir?En estado de shock, cuando una lágrima intentó salir de sus ojos, Abril quiso saber la verdad, y es que esto no cambiaba nada, en lugar de aclarar las cosas solo sembraba más preguntas. Hackett por su parte, sintiéndose un poco más liberado por al fin soltar su secreto, presionó sus manos que aún yacían sobre su pecho, intentando retenerla porque, por la expresión de Abril supo que lo más difícil estaba por venir.—Por la falta de atención que he adquirido. Abril, yo...El ceño de la frente de Abril se frunció enseguida p
NarradorUna vez que Atlas llevó a Abril hasta la mansión Granfort, la dejó bajo el cuidado de Erick, y regresando a su casa lleno de dudas, ya que la pobre no le dio mayor detalle de lo sucedido, este espetó una vez que halló a Nerio en el amplio comedor.—Ahora si debes estar feliz, Nerio... Dante, tu nieto preferido al fin tuvo el valor de decirle a Abril toda la verdadEl hombre mayor, manteniéndose inexpresivo, negó enseguida llevando una tasa de café humeante a su boca, y dejando esta a un lado una vez que tomó un sorbo, respondió—No es que Dante sea mi nieto preferido, pero sabías que este momento llegaría, mi intensión Atlas, no es desatar una guerra entre ambos hermanos, mi intención es crear hombres responsables que asuman las consecuencias de sus actosDe manera inmediata, una vez que este finalizó, el menor de los Hackett soltó un bufido que molestó un poco a su abuelo, y caminando hasta la silla frente a él, tomó asiento sin previo aviso.—¿No quieres desatar una guerra,