Narrador.Desconociendo que se trataba de Abril, la mujer expresó su pensar sin saber que la tenía justo frente a ella, sonriendo un poco incómoda por semejante cumplido de una persona experta en Mercadeo, y con la experiencia de Karlota, no supo qué decir. —Me alegra que piense de esa forma, de hecho eso lo solucionamos enseguida, porque Abril aparte de ser mi esposa, como ambos saben, es la responsable de mes, a mes sacar la revista que llega a sus manos, lo hace con tal dedicación, que defiende sus ideales incluso de mí mismo, una vez hasta me abofeteó por sugerirle modificar un par de cosasDejando a los Reed con la boca abierta, Dante compartió su primer encuentro a su regreso, y guiando su mirada un tanto molesta por la mentira de que él sugirió en lugar de ordenar, Abril respondió.—¿Sugeriste Dante? Más bien, ordenaste y gritaste a mi equipo, algo que no le permito siquiera a Atlas... Señora Karlota, para mí es un placer que alguien con su renombre y conocimiento valore mi tr
Narrador. Abril pestañeó un par de veces tratando de procesar lo que estaba viendo en ese instante, y cuando por fin cayó en cuenta que se trataba de una cicatriz justo en el centro de su pecho que debelaba la veracidad de las palabras de Dante. Negó, confundida, asustada, dolida, lo hizo porque aún había muchas cosas que no comprendía, por lo que, en un pequeño hilo de voz, preguntó.—¿Por qué nunca lo supe? ¿Por qué nunca me enteré de que estabas a punto de morir?En estado de shock, cuando una lágrima intentó salir de sus ojos, Abril quiso saber la verdad, y es que esto no cambiaba nada, en lugar de aclarar las cosas solo sembraba más preguntas. Hackett por su parte, sintiéndose un poco más liberado por al fin soltar su secreto, presionó sus manos que aún yacían sobre su pecho, intentando retenerla porque, por la expresión de Abril supo que lo más difícil estaba por venir.—Por la falta de atención que he adquirido. Abril, yo...El ceño de la frente de Abril se frunció enseguida p
NarradorUna vez que Atlas llevó a Abril hasta la mansión Granfort, la dejó bajo el cuidado de Erick, y regresando a su casa lleno de dudas, ya que la pobre no le dio mayor detalle de lo sucedido, este espetó una vez que halló a Nerio en el amplio comedor.—Ahora si debes estar feliz, Nerio... Dante, tu nieto preferido al fin tuvo el valor de decirle a Abril toda la verdadEl hombre mayor, manteniéndose inexpresivo, negó enseguida llevando una tasa de café humeante a su boca, y dejando esta a un lado una vez que tomó un sorbo, respondió—No es que Dante sea mi nieto preferido, pero sabías que este momento llegaría, mi intensión Atlas, no es desatar una guerra entre ambos hermanos, mi intención es crear hombres responsables que asuman las consecuencias de sus actosDe manera inmediata, una vez que este finalizó, el menor de los Hackett soltó un bufido que molestó un poco a su abuelo, y caminando hasta la silla frente a él, tomó asiento sin previo aviso.—¿No quieres desatar una guerra,
Narrador.Atlas, al notar la interrupción de su hermano, sonrió de medio lado, y es que el alcohol en su sistema no le permitía pensar con claridad, por lo que liberando a Abril de su agarre, emprendió su caminata hasta él.Sinceramente, Dante deseaba golpearlo, estampar su puño en su mandíbula perfectamente cincelada, pero deduciendo que esto le traería problemas con Nerio, optó por esquivar el golpe que este lanzó en su dirección de manera inmediata.Los celos absurdos de Atlas ante el temor de perder a alguien que no le pertenecía lo estaban haciendo meterse en un terreno peligroso, por lo que antes de perder la poca paciencia que tenía, Dante tomó su segundo golpe en el aire, y girando su mano hacia su espalda, lo inmovilizó con una llave bastante dolorosa.Espetando un montón de maldiciones, Atlas se negaba a permanecer tranquilo, e inhalando el olor que emanaba. Allí fue cuando su hermano mayor supo que estaba ebrio.—Atlas, te lo advierto, es mejor que te calmes...En realidad,
Narrador. Como se lo mencionó a Abril, Dante apenas cayó la noche, se quedó en la empresa para llevarla a casa a salvo, y colocándose de pie a las afueras de su oficina, esperó por ella. Saliendo de pronto, esta se sorprendió levemente al hallarlo allí, y bajando su rostro por un instante, dijo.—Te puedo asegurar que puedo ir sola a casa.Esa mañana, Dante notó que ella llegó sola a la empresa, sin su chofer, por lo que luego de lo sucedido con su hermano, solo quería asegurarse de que llegara a salvo a su destino...Dante, un poco molesto porque ella se negaba a ser escoltada, introdujo sus manos en el bolsillo, y luego de hacer un mohín con su boca, se limitó a responder. —Eso lo sé, Abril, y no estoy colocando en tela de juicio tu capacidad, es solo que esto me dejaría más tranquilo a mí, y al mismo Erick... O al menos eso creo.Abril, un poco serena, y sin más opción, inició su caminata hasta el elevador, y llegando al auto de Hackett, ambos lo abordaron.Ella, en completo sile
NarradorCaminando lo más rápido que sus pies le permitían, Abril avanzaba por el amplio pasillo de la sala de emergencia del hospital del sur de su ciudad, siguiendo a Dante, quien se hallaba igual de acelerado que ella. Y es que la llamada que recibió Granfort los alteró a los dos, más a Dante al ser el familiar del afectadoDeteniéndose abruptamente en la recepción del lugar, él se identificó, y señalándole la chica allí, seguir, él retomó su marcha hasta la ubicación del doctor al final del camino.—Señor Hackett que bueno que se encuentre aquí... El señor Nerio por suerte fue estabilizado.Dante un poco sofocado observó al interior de la habitación a su lado, y descubriendo a su abuelo conectado a un montón de monitores con signos vitales aparentemente estables, respiró aliviado.—Fue una suerte que su hermano estuviese allí, si no lo ha traído a tiempo, es probable que él hubiese muerto en el acto.Dante sintió una leve opresión en el pecho al escuchar la aseveración, al mismo
Narrador Dando solo un par de pasos alejándose de su esposo, Abril, se quedó de pie a escasos metros de distancia de Dante, y es que estar a solas con Atlas no es algo con lo que ella se sintiera muy cómoda, por lo que tragando el nudo en su garganta, la mujer vaciló un instante antes de decir.—Aquí está bien Atlas... Habla de una buena vez.Permaneciendo estático una vez que se detuvo, Atlas no creía lo que estaba escuchando ¿Abril, la mujer por quien él daría su vida, le temía? El descubrir esto prácticamente lo estaba matando, drenando toda la sangre de su cuerpo, dejándolo casi sin vida¿Qué fue eso tan malo que hizo como para que ella no quisiera estar a solas con él?Atlas se regresó sobre sus pies hasta colocarse frente a ella, lleno de sorpresa, y llevando sus manos hasta la mejilla de su cuñada, la acarició con vehemencia, antes de musitar.—¿Por qué no quieres estar a solas conmigo, Abril? ¿Acaso me temes?Desde una distancia no muy grande, Dante vio la mano de su herman
NarradorPor su parte, Abril, una vez que llegó a la estancia de su casa, halló a su padre preparándose para cenar, y acompañándole a la mesa, antes de tomar asiento en ella, se percató de que aún llevaba el sacó de Dante sobre sus hombros, la calidez de este la hizo sentirse tranquila, y de no ser por su padre, siquiera nota que aún lo trae encima—¿Y ese saco Abril?Sintiendo sus mejillas arder, Abril sonrió viéndose descubierta, y despojándose de la prenda, caminó de regreso hasta llegar a un pequeño closet cerca de la entrada, en donde lo guardó.—Es de Atlas, tenía algo de frío en el hospital, y me lo prestó.Regresando hasta la mesa, Abril tomó su lugar justo al lado de su padre, y contemplando los exquisitos platos servidos, solo para ellos dos, le contó lo que le sucedió a Nerio—¿Pero está bien, Nerio, Abril? No me digas que es posible que muera...Con cierta sorpresa por el extraño suceso, el cual también le pareció inusual a su hija, Erick se hallaba a la expectativa de una