Narrador
—¿Qué rayos te sucede padre? ¿Acaso has enloquecido? ¿Un hijo? Esto es algo que jamás podré aceptar Colocándose de pie al escuchar semejante locura, Abril empezó a caminar por la extensa oficina, mientras que murmuraba por lo que exigía su padre ¿Tener un hijo de Dante? Cuando este solo la dejó, y se marchó, después de refregarle en su cara que jamás la amaría, y que es feliz con alguien más. Abril, aún fuera de sí, se detuvo un par de pasos lejos de su padre, y después de tragarse el dolor de jamás ser correspondida, agregó. —Preferiría casarme con Atlas que tener un hijo de Dante, jamás podré olvidar lo que él me hizo, menos como lo hizo... Así que no me pidas humillarme a mí misma con semejante petición Si algo sabía Granfort era que su hija era orgullosa, algo que heredó de él. El hombre, intentando convencerla de ceder, la siguió, y una vez que llegó frente a ella la tomó de sus hombros antes de hablar. —Abril, sabes que si no lo haces, lo que has trabajado por años, una vez que llegue el divorcio se perderá. Ella más que nadie sabía sobre esto, de hecho por esta razón no había solicitado el divorcio por abandono aún, ya que este solo le traería problema. —¿Y es por esto que tengo que darle un hijo? Se supone que cuando me casé con él, era para que este reclamara la herencia, no había necesidad de un descendiente. Esto lo tenía claro su padre, pero con el fin de asegurar una unión para siempre, él, y el abuelo Hackett decidieron que era lo mejor. —Y lo sé Abril, es solo que esto nos asegura que los Hackett, y los Granfort trabajaremos codo a codo, por el bien de ese niño, su patrimonio... Sé que odias a Dante, y hasta yo si te soy sincero, es solo que el abuelo pensó que era la mejor opción, y aunque me cueste admitirlo, así lo es. Ni aun después de haberle explicado una a una las razones por las cuales Abril debía tener un hijo con uno de los Hackett, esta quedaba convencida de esa unión, por lo que, haciéndose a un lado, agregó —Aun así no me parece, de igual forma no existe la posibilidad de que suceda... Dante está a millones de kilómetros, así que eso es imposible El padre de Abril, remojó sus labios, e introdujo sus manos en los bolsillos al escuchar tales palabras, y es que había una parte que él estaba ocultando. —Abril referente a eso... Él regresa... Dante regresará muy pronto Sintiendo que su corazón se detenía en ese instante, Abril pestañeo un par de veces tratando de salir de la descolocación ¿Regresaba? ¿Después de tres años? Durante los cuales ni una llamada realizó, sonriendo sin gracia, Abril, se giró sobre sus talones, y dirigiéndose a uno de los sofás que se hallaban en la oficina para tomar asiento, dijo —¿Tendría que importarme eso? ¿Después de tres años? Ya no padre, ya yo olvidé a Dante, ahora lo que me importa se halla en este edificio, no quiero tener nada que ver con él El señor Granfort exhaló el aire al recordar lo mal que la pasó Abril luego de su partida, lo devastada que quedó, las noches de llanto, por el abandono de su esposo, las cuales él jamás perdonaría —¿Es por Atlas, Abril? ¿Acaso estás interesada en ese chico? Tratando de reprimir sus sentimientos después de saber que Dante regresaría, Abril solo asintió, y viendo como su padre sonreía, respondió —Es un buen hombre, espero que mejor que su hermano, de verdad siento tanto haberte atado a él, pensé que Dante era diferente, pero me equivoque. Por más que quisiera reprocharle esto a su padre, no podía, ya que ella también estuvo de acuerdo pensando que él se podría enamorar de ella con el paso del tiempo, y no fue así. Su padre, tomando asiento a su lado, le regaló un pequeño abrazo, y tras frotar su espalda un par de veces, preguntó —¿Podrás soportar verlo con la doctora? ¿Resistirás ver a Dante con su amante? La mandíbula de Abril se tensó al escuchar sobre este par, y después de asentir no muy convencida, continuó. —Claro que si padre, ya te dije, lo olvidé... Así que ya no me importa lo que haga con su vida. Esto era una gran mentira, en el fondo aunque no lo aceptara, ella aún amaba a Dante, era solo que el dolor, y la decepción no la dejaba aceptarlo. Después de despedir a su padre, Abril permaneció trabajando, y cuando estuvo a punto de salir a su casa, Atlas, el hombre tan mencionado en la charla con su padre, apareció. —¿Nos vamos? Recuerda la cena de compromiso. Ensanchando una enorme sonrisa en sus labios, Abril asintió, y abordando cada uno de su vehículo, se marcharon a la mansión en donde se prepararon para la esperada fiesta **** **** —Cuando pensé que no podías ser más hermosa, te veo así Con sus ojos iluminados, Atlas apenas notó a Abril descendiendo por las escaleras, luciendo un hermoso vestido verde, ajustado a su cuerpo; este quedó entontado, y es que Abril era una rubia platinada preciosa, ojos grandes, azules. Quien robaba los suspiros de cualquier hombre, excepto de su esposo, el cual la abandonó Llegando al borde de la escalera, este le extendió su mano, y tomándola, él depósito, un casto beso en ella. —Seré la envidia de toda la fiesta. Abril, bajó su rostro un poco avergonzada por tantos cumplidos, y una vez que elevó su vista, esta conectó con la de Atlas, quien aún no creía lo que estaba sucediendo Y es que hacía mucho que él le insistía a Abril, y ahora que al fin se le cumplió, pensó que se trataba de un sueño. Caminando hasta la salida principal de la mansión con sumo cuidado, él no se separó de ella, y ayudándola a abordar su auto, este pregunto. —¿Segura que no te arrepentirás? Quiero que por primera vez dejes todo atrás, que disfrutes a mi lado, sin tener el fantasma de Dante merodeando en nuestras vidas ¿Podrás Abril? De nuevo la mención de Dante la trastocó un poco, así que haciendo un gran esfuerzo, esta negó. —Y así será, me merezco ser feliz, llegó el momento de dejar eso atrás, y eso incluye a mi esposo Sinceramente, Abril estaba dispuesta a darse una oportunidad en el amor, muy a pesar de Atlas, ser el hermano de Dante, lo que ella no sabía era que el destino le tenía preparado otra jugada.NarradorEl auto deportivo de Atlas llegó hasta la recepción del compromiso, y captando todas las miradas de los presentes, apenas ayudó a Abril a descender de este, ambos se sintieron incómodos.Y es que a pesar de todos saber que Dante había abandonado a Abril, aún eran algo moralistas, y verla colgada del brazo de su cuñado, no era algo que tomáran de buena manera.Caminando con elegancia, Abril, y Atlas ingresaron al salón, y siendo recibidos por la pareja de prometidos, estos entablaron una pequeña charla—Abril... Qué gusto que estés aquí, no esperé que llegaras con Atlas... Menos siendo tu cuñadoForzando una sonrisa, Maya, la hermana menor de Erika, realizó este comentario con toda la mala intensión de hacerla sentir mal, y es que una de las partes que no menciono Atlas, es que la fiesta era en honor a ella, y su prometido, los cuales estaban próximos a contraer nupcias.Sonriendo forzadamente, al entender lo que está pretendía, Abril llevó una copa que traía en su mano, a sus
Narrador Deteniendo su andar un par de pasos alejados de Atlas, Dante se giró sobre sus talones para hacerle frente a Abril, quien lucía imperturbable ante este. Quería gritar, reclamarle por lo que recién acababa de ver entre Atlas, y ella, pero conteniéndose, Dante, solo frunció sus labios. —¿Tan rápido hiciste tu vida después de mi partida? Escondiendo la ira que sintió en ese instante, Dante permaneció a la espera de una respuesta que llegó cargada de indiferencia de parte de su esposa —¿Te parece poco tiempo 3 años, Dante? Intentando fingir que la presencia repentina de su esposo no removió nada en ella, Abril se cruzó de brazos ante él, quien se hallaba colérico, y su rostro tenso lo demostró enseguida, cuando dando un par de pasos llegó hasta ella —Fue muy poco tiempo Abril, tres años no son nada, pensé que tus palabras eran ciertas, que tus te amo eran verdad... Pero ahora que llego, y te veo a casi en un beso con Atlas, supe que todo era una mentira, y que tu Abril Gran
NarradorCon su respiración agitada, y sintiendo el escozor de sus ojos, apenas se alejaron lo suficiente de Dante, Abril se detuvo, y llevando las manos a su cintura, trató de controlar su respiración agitada.—¿Por qué carajos fuistes con el Abril? ?Que te dijo Dante? Con la curiosidad carcomiendo todo su ser, Atlas bombardeo a Abril con preguntas, y obteniendo que esta elevara su mano, indicándole que se calmará cuando estuvo más serena, habló—Hablar estupideces, reclamarme por qué estoy aquí contigo ¿No es descarado?Atlas negó enseguida mientras se acercaba a ella, y acunando su rostro quedó a escasos centímetros de sus labios.El deseo y las ganas de retomar lo que quedo a medias lo azotaron enseguida, debido a lo apetecible que lucían sus labios, pero viendo a su alrededor y notando a un par de personas, se contuvo.—No tienes por que prestarle atención Abril, Dante esta loco, siempre lo ha estado, y el ver que ahora has cambiado, y que los has dejado atrás quiere retenerte d
NarradorDesplazándose con elegancia, y delicadeza, Abril llegó al enorme edificio H&G, y observando la recepción, una sonrisa se dibujó en sus labios cuando de uno de los asientos que se hallaba en el lugar para la visita, se colocó de pie, Ibbie, su mejor amiga, y quien se volvió su más fiel confidenteExtendiendo sus brazos, está de manera sensual, se acercó a ella, y tras estrujarla con gran fuerza, chilló—No te imaginas cuanto espere este día, al fin la rata peluda de Hackett pagará por lo que hizoDecir que esto alegro a Abril era una mentira, en el fondo ella sabía que esto traería problemas, unos que le costarían no solo dinero, sino también salud mental, la cual tardó mucho recuperar.Separándose de su loca amiga, Abril asintió, y tomando su mano, ambas subieron en su elevador, hasta el piso superior, en donde apenas las puertas se abrieron, notaron que todos corrian de un lado al otro, sofocado, nerviosos, temiendo por su empleo.Deteniéndose a su paso el mensajero, sonrió
NarradorObservando la Solicitud en sus manos, Dante no creía lo que sus ojos veían¿Abril había impuesto la demanda de divorcio por abandono?Le parecía una pésima broma, algo que él jamás imaginó que ella haría, y ahora que al fin tenía las pruebas en sus manos, se hallaba atónito.Colocándose de pie, pasó una de sus manos por su rostro, y avanzando hasta la ventana de su habitación, vio como las pertenencias de su esposa eran sacadas de la mansión HackettEfectivamente como ella se lo dijo a Atlas, al otro día, al amanecer se marcharía, y así lo hizo.Antes de que Dante se instalára de nuevo en la mansión de su abuelo, esta mandó a sacar todas sus cosas, con el fin de no cruzarse en su camino.Estrujando el papel en sus manos molesto, Dante decidió bajar a la estancia, y hallándose al patriarca de la familia, frunció sus labios, sabiendo que él lo reprenderia por lo que estaba sucediendo—¿Se marcha? Y todo por tu culpa... Si hubieras hecho las cosas bien, ella no tendría por qué i
NarradorMirando de arriba a abajo con cierta repulsión, Erika sonrió de manera sardonica, y es que en su mente maquiavelica ya había ideado el próximo chisme"Atlas y Abril son amantes"El escándalo perfecto para que Dante de una buena vez desistiera de la estupida idea de reconquistar a su esposa, algo que ella sabía desde su regreso pero que se negaba a aceptar.Atlas, al presentir lo que está deseaba, apretó su mandíbula, y enarcando una ceja se adelantó a preguntar.—¿Qué buscas Erika? Por que Dante no se encuentra por aquí, así que puedes marcharte de una buena vezSin anestesia y de manera directa, Atlas habló, lo cual no turbó en lo absoluto a la arpía, todo lo opuesto, despertó su ira, y arremetió en contra de él, sin importarle que este fuera el hermano del hombre que decía amar.—Y lo sé... Es solo que quise acercarme a saludar, quería saber como se sentía Abril por nuestro regreso, y tu al ver a tu amante sufrirObservando a la chica algo molesta a un lado, Erika habló con
NarradorObservando con desdén a Atlas, Dante se mantuvo en silencio a la espera de una respuesta que salió de este casi enseguida.—¡No es tu problema!Movido por la ira contenida en su cuerpo, Dante tomó el brazo de Abril, y tirando de él, pretendió llevársela, alejarla de Atlas, quien en su ausencia se pegó a ella como una sanguijuela y plantándose firme en el suelo, Granfort no se lo permitió.—¿Qué quieres Dante? ¿Qué haces aquí?Deduciendo que él se hallaba en el lugar por su amante, Abril de ninguna manera se iría con él. En primer lugar, se supone que ella lo quería evitar, y en segundo lugar, no tenía nada que hacer a su lado, cuando se supone que estaban en pleno proceso de divorcio.Aún asombrado por la oposición de Abril, Dante se regresó en sus pies y colocándose frente a ella, le preguntó.—Quiero llevarte conmigo ¿Acaso se te olvida que eres mi esposa?Tales palabras hicieron a la mujer sonreír de lado, al parecerle gracioso el descaro de su esposo¿Su esposa?¿Ahora si
NarradorAbriendo sus ojos, apenas le regresó la consciencia, Dante pestañeó un par de veces tratando de adaptarse a la luz del hospital.Y es que pidiendo ayuda, Erika pudo trasladarlo para realizarle un par de estudios, para saber el estado de su corazón.Recordando lo sucedido con Abril, Hackett intentó colocarse de pie, y acercándose hasta él, una enfermera se lo impidió.—Señor, debe esperar, no puede colocarse de pie aún.Desprendiendo la vía de su brazo, Dante no se daba por vencido, y apoyando los pies en el suelo, este continuó quitándose los demás artefactos que se hallaban en su pecho—¡Deténgase!En un esfuerzo inútil, la mujer pretendió regresarlo a la cama, y al notar que no se quedaría tranquilo, presionó el botón para llamar a sus compañeras, quienes segundos después llegaron acompañados de Erika.—Dante... No puedes quitarte los monitoresAproximándose hasta él, Erika apoyo sus manos en los hombros de Dante, y elevando su vista, al escuchar la voz conocida, este se det