Cuando tenía quince años y vivía en Los Ángeles con sus padres, David era un chico soñador, que en plena adolescencia se prometía a si mismo nunca perder el niño interior, estaba de acuerdo con el niño narrador de “el principito” que decía que las personas mayores pierden la percepción de su entorno, nunca pueden entender algo por si solas y es aburrido para los niños tener que explicarles todo. Ah, olvidaba decirles que David era un fan de dicho libro, desde la primera vez que sus padres se lo leyeron, quedo completamente fascinado, aprendió a leer tan rápido como pudo solo para poder leerlo cada vez que quisiera y hasta el sol de hoy, ya ha perdido la cuenta de cuantas veces lo ha hecho, así que sin saberlo, o tal vez si lo sabia un poco, visionaba su vida y su futuro por fragmentos del libro, decía querer ser piloto para así conocer muchos lugares del mundo, pero además seria mecánico de aviones porque no se arriesgaría a que una avería lo mantuviera anclado a un lugar por mucho tiempo; también decía querer conocer aquella rosa única, frágil y hermosa a quien “domesticar”, para cuidar de ella, si, talvez era solo un chico romántico y soñador, ligeramente obsesionado con un cuento infantil
Ese día sin saberlo, seria uno especial e inolvidable, reforzaría alguna de esas ideas locas que dicho libro había arraigado en su ser y cambiaria otras que daba por sentado.
Era una hermosa tarde de domingo, inicio de primavera, clima fresco, pero perfectamente soleado, los rosales del jardín de su madre estaban en su punto culmen de florecimiento y su delicioso aroma se esparcía por toda la casa lo que a David le encantaba
David se encontraba en el pequeño balcón de su habitación que daba hacia la calle, sentado en un cómodo sillón leyendo por enésima vez su libro favorito cuando un lujoso auto que no había visto nunca se estaciono justo frente a su casa
“vaya nave! ¿Y si en vez de ser mecánico de aviones me hago mecánico de autos?, así podría reparar maquinas espectaculares como esa” paso por su mente
Del auto descendió una mujer muy elegante, con joyas y ropa que se veía costosa, ¿Qué hacia una persona así en su casa?, su familia era de una clase media, no tenían dinero, pero tampoco les faltaba nada, pero normalmente no se relacionaban con “la gente bien” de LA; la mujer entro en su casa, y al perderla de vista, la mirada de David volvió al auto, se encontraba admirándolo cuando una de las ventanillas polarizadas traseras descendió con lentitud como si fuera el pesado telón de un teatro para revelar la mas hermosa obra de arte detrás de el
Una linda niña con hermosos cabellos dorados, que bañaban su rostro hasta sus hombros, se asomó exponiendo su cara a la luz de sol, sus ojos estaban cerrados y su cabeza inclinada hacia arriba para recibir el delicioso calor del astro rey, como si acabara de salir de una oscura prisión; parecía una princesa, algo así como Rapunzel, solo que era el quien estaba en el balcón
Encontrando aquello más interesante, David cerro el libro y con el aun en sus manos se levantó de su cómoda silla y se apoyo en la baranda del balcón para poder apreciarla mejor; ella era hermosa, su piel demasiado blanca se veía resplandeciente, suave y delicada; el viento sopló y su cabello sedoso se batió imitando los rayos del sol, la niña pasó una mano para reacomodarlo y luego abrió los ojos; unos cristalinos ojos azules se posaron justo en su mirada, eran como dos zafiros centelleantes, pero que si mirabas bien, cobijaban cierta tristeza
la niña se asustó y desapareció repentinamente de su vista y la ventanilla comenzó a subir nuevamente, David intento detenerla, quería apreciarla más, saber más, no había tenido suficiente
_ Hola? _ grito David desde el balcón_ como te llamas?
en un intento de llamar su atención sus manos trastabillaron y el libro cayo por el balcón hasta la terraza justo enfrente del auto, cuando la ventanilla llegaba al tope de su ascenso
La puerta del auto se abrió y la niña salió, dio un par de pasos sin mirar hacia arriba y se agacho a tomar el libro en el suelo, lo ojeó un poco y luego levanto la mirada hacia David; el corazón del quinceañero quería salirse de su pecho, no sabía si correr escaleras abajo, o permanecer allí, temía que si la perdía de vista se desvanecería como un sueño, por un momento pensó que ella era su rosa y no la dejaría escapar, hermosa, única, extraña, perfecta
_ Ho…_ intento saludar de nuevo
_ qué crees que estás haciendo? _ una voz proveniente del interior de la casa lo detuvo, la niña de cabellos dorados se asusto nuevamente y oculto su libro debajo de su gabardina, apretándolo fuerte contra su pecho_ creí haberte dicho que no salieras del auto, vuelve adentro_ la mujer que había entrado a su casa, la tomo de la muñeca y la empujo hasta el interior, entró detrás de ella y luego cerró la puerta
_ no, espera_ gritó David, se alejo de barandilla del balcón y corrió escaleras abajo, pero cuando llego a la terraza solo quedaba el rastro de aquel lujoso auto y con él había desaparecido su princesa, su rosa, con su libro
_ mamá!!_ grito volviendo a la casa en busca de alguna respuesta, algo que le hiciera saber que no lo había soñado
_ que sucede, hijo?
_ mamá quien es la señora que acaba de salir? _ señalo hacia la puerta
_ ah, no lo sé Dav, solo andaba buscando unos pétalos de rosa, estuvo preguntando donde podía conseguirlos y al parecer la guiaron hasta aquí, me ofreció dinero por ellos, pero solo se los regale
_ ¿que? ¿Así no más? ¿Dejó su nombre? ¿Número de teléfono? ¿Va a volver?
_ no lo se Dav, no creí necesario nada de eso, solo le regalé unos cuantos pétalos de rosa, porque tanto interés?
_ mamá mi rosa existe, creo que me enamore_ suspiró
Su madre sonrió_ ay hijo eres tan lindo, espero siempre conserves ese corazón romántico, pero debes dejar de leer tantos cuentos no quiero que te duela estrellarte con la realidad
Y si que lo hizo por que a pesar de que espero por varias primaveras en el balcón, la hermosa niña de cabellos dorados y ojos color zafiro, nunca volvió
*-*-*-*-*
Un canario en una jaula de oro, así era como vivía; con sus padres sobreprotegiéndolo de la mínima bacteria a sus catorce años, no había tenido una niñez nada común y mucho menos divertida
Había nacido con una piel extremadamente sensible, que se irritaba demasiado al exponerse por mucho tiempo al sol y tenía reacciones alérgicas a muchos componentes químicos, así que sus padres obsesionados con protegerlo, habían decidido que aislarlo del mundo entero era la solución a sus problemas
Nunca salía de casa, vivía en una de las mansiones más grandes y lujosas de los Ángeles, se podía decir que lo tenía todo, sin necesidad de salir de ella, pero la verdad era que no tenia lo mas importante, libertad
Sus padres lo amaban de esa extraña manera, lo cuidaban demasiado, era el hijo único, consentido y heredero del imperio Maxwell, ya que sus padres no podían tener más hijos, así que se habían hecho dueños y señores de su basta existencia, y sin mayores pretensiones Liam así lo había aceptado, hasta ese día
Su madre se disponía a salir esa tarde, Liam había escuchado de algunos sirvientes que iría a un lugar que le habían mencionado tenia las rosas mas hermosas y bien cuidadas, libres de químicos y fertilizantes, así que hablaría con los dueños a ver si podía comprarles algunos pétalos para hacerle, con sus propias manos, fragancias, champús, jabones de baño, etcétera, etcétera, ¿que si podía pagar por ellos? Claro que sí, pero sus padres no confiaban en nada que viniera de manos externas y que tuviera que terminar en la sensible piel de su preciado hijo
Ese día, Liam decidió que convencería a su madre de poder acompañarla, nunca les pedía nada y aceptaba someterse a lo que sus padres decidían para él, así que un pequeño recorrido en auto no iba a hacerle daño a nadie, ¿cierto?
Su madre acepto llevarlo con ella después de mucha insistencia, con la única condición de que se mantendría dentro del auto y no tendría contacto con nadie
El recorrido fue bastante largo, de Beverly Hills donde residía hasta university park un pequeño barrio al sur de los Ángeles, pudo apreciar, desde la ventanilla de su auto, por primera vez como el ritmo de vida y las clases sociales hacían gran diferencia
El auto se detuvo frente a una bonita casa de dos pisos, no era muy grande, pero expedía ese aire hogareño que él nunca había experimentado en la inmensidad de su casa
_ espérame aquí, no tardo_ su madre salió del auto y llamo a la puerta de aquella casa, en pocos segundos y una señora le abrió y después de cruzar algunas palabras la hizo pasar, supuso que para mostrarles las rosas en el jardín trasero.
Solo en el auto. Bueno, con su chofer. Miro a través del vidrio oscuro, como en el exterior soplaba el viento y brillaba el sol, quería sentirlo, tan solo un poco
Bajo la ventanilla y se asomó solo un poco, cerro los ojos para que el sol no lo irritara y levantó su rostro para que el calor de sol y el viento lo golpearan, el aire tenía un delicioso olor a galletas que se mezclaba con el de las flores, aspiro lo mas profundo que pudo llenando sus pulmones y luego soltó el aire, cuando abrió los ojos y vio que alguien lo observaba desde lo alto, con la luz del sol a su espalda y la sensibilidad en sus ojos, no podía apreciar mas que una silueta destellante, parecía un ángel, el chico le sonrió y Liam se sorprendió, retrocedió y pulso el botón para cerrar nuevamente la ventanilla
_hola? ¿Como te llamas? _ alcanzo a escuchar justo antes que el vidrio llegara a su tope e inmediatamente después un golpe seco se escuchó a pocos centímetros del auto
Liam miro a través del vidrio y vio que era un libro, que seguro pertenecía al chico ángel en el balcón, sin saber porque abrió la puerta, salió del auto y tomo el libro que había caído abierto boca abajo, lo levanto y lo volteó si pasar la pagina en la que estaba abierto, una frase resaltada en amarillo llamo su atención “Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides”, el sencillo mensaje caló lo mas profundo de su ser y sin poder evitarlo miro hacia el ángel que se lo manifestaba
Desde ese punto, le pegaba menos el sol y pudo ver que el chico vestido completamente de blanco con ropa cómoda, tenia cabello y ojos color chocolate, y su miraba inspiraba la misma dulzura del preciado manjar, el chico le volvió a sonreír, quería devolverle la sonrisa, pero él no sabía cómo hacerlo
La voz de su madre que se aproximaba lo saco de su pensamiento, reacciono y ocultó el libro bajo su gaban, como si su vida dependiera de ello, su madre lo tomo de la muñeca y lo obligo a volver al interior del auto, bajo su brazo traía abrazado un franco de vidrio grande lleno de pétalos rojos, el auto se alejó y desde la ventana trasera miro hacia aquel balcón, pero su ángel, ya no estaba, pero ahora se llevaba consigo una pequeña parte de él y nadie se la arrebataría
***
** esta historia contendrá algunas frases y referencias al libro EL PRÍNCIPITO de Antoine de Saint-Exupéry, las encontraras resaltadas en negrita y cursiva, aclaro que la historia no tiene nada que ver con dicho libro y que tanto yo, como los personajes de mi historia, damos una interpretación personal de cada una de ellas.
David vivió en University park al sur de Los Ángeles hasta terminar sus estudios de mecánica, donde conoció a su mejor amigo Christian, amaba vivir con sus padres que siempre lo apoyaron y alentaron a seguir su corazón y sus sueños, así que en cuanto vio la oportunidad de despegar del hogar hacia Seal Beach un lugar lleno de playa, sol y mar, y donde además podría trabajar en lo que tanto le gustaba, no lo pensó dos veces Los padres de Christian tenían dos talleres mecánicos económicamente estables y rentables, y lo acogieron no solo como un aprendiz y empleado, sino como un hijo más, pero cuando la desgracia toco la puerta de aquella familia haciéndolos caer casi en la ruina y después la muerte de ambos padres, dejando a su amigo solo con su hermano menor, no había manera que los abandonara cuando mas lo necesitabanPero ya habían pasado algunos años después de eso y ahora sus amigos se encontraban mejor que nunca, ahora ambos vivían en Los Ángeles con sus novios en el que encontra
Desde pequeño Liam había sido un chico frágil, se enfermaba con mucha facilidad y a su piel parecía afectarle casi cualquier cosa, si a eso le sumamos que era el hijo único de una pareja millonaria, se puede decir que creció mimado, sobreprotegido y controlado al extremo.Durante sus primeros catorce años, el estilo de vida que sus padres habían impuesto para él había estado bien, Liam lo había aceptado sin miramientos, ya que no conocía nada más, pero aun recuerda como si fuera ayer el día en que esa percepción cambio drásticamente y ya nunca volvió a ser el mismo, ese día en que una sonrisa tan brillante como la luz del sol, quemo el velo que empañaba sus ojos, una sonrisa y un libro ambas provenientes de la misma persona habían cambiado su vidaDespués de haber leído aquel viejo libro, solo fue ver la primera hoja en la que se leía una dedicatoria escrita a mano que decía: “para nuestro hijo amado: crece rico de espíritu, pero sencillo de corazón, se libre y lucha por tus sueños”,
David se encontraba sentado en un sillón, completamente desnudo debajo de la bata de tela fosforescente disponible en la oscura habitación para que fuera más fácil interactuar, ya llevaba unos diez minutos esperando en la oscuridad cuando la puerta al fin se abrió, logró ver la silueta de la persona que entro, contra la luz del pasillo por unos segundos antes que la puerta volviera a cerrarse. no se puso de pie, hasta que no escucho el click del seguro de la puerta, el recién llegado espero unos segundo frente a la puerta, supuso que a la espera de que su visión se adaptara un poco a la oscuridad, luego David sintió el sonido de unos zapatos de tacón acercándose a él, hasta que quedaron frente a frente, tan cerca que las puntas de sus pies casi se tocaban, David sabía que si la persona que ingreso conocía las reglas de la Dark Room, no hablaría ni interactuaría con él, hasta que él lo ordenara.A falta de un sentido tan importante con la visión, se disfrutaba de sentir como se agudiza
Joder, ¿quién era este hombre con un cuerpo de oso y olor a jodidas galletas con chispas de chocolate? ¿Dónde diablo se había estado escondiendo todos estos años? ¿Acaso era el Dom que buscaba? No sabía nada de él y en cuanto este momento terminara, volverían cada quien a su camino y entonces ¿por qué sentía que no quería dejarlo ir?Por favor, la energía que emanaba de su cuerpo lo tenía al borde del abismo, la forma en que lo tocaba, era perfecta, sin miedo de dejar marcas y provocar dolor, pero a la vez con suavidad, ternura y cuidado, podía sentir como se contenía, la forma en que cuidaba milimétricamente la presión, sus manos eran grandes fuertes y toscas, un arma peligrosa si no sabían manejarse, y él lo hacía perfectamenteEra perceptivo, había identificado su olor fácilmenteera gracioso, cuando sonrió, el sonido de su risa retumbo en el centro de su pechoera dominante, sabia exigir y dar el tono exacto a su voz, pero a la vez era flexible con su sub, no pedía perfección, ni
Liam parpadeó y abrió lentamente sus ojos para que se adaptaran a la luz, despertó recostado en un cómodo y amplio colchón, cubierto de suaves sábanas blancas y de la arena de la playa, el viento acariciaba deliciosamente su rostro y ondeaba su cabello, y su cuerpo desnudo recibía plenamente el reconfortante calor del sol como nunca antes había podido hacerlo¿Dónde se encontraba? Era una playa silenciosa, donde solo se podía escuchar el maravilloso sonido del mar, la puesta del sol era mas hermosa que nunca, el lugar estaba completamente solitario y su única compañía era una hermosa rosa roja recostada a su lado…¿Quién la había colocado allí? ¿Cómo había el llegado hasta aquí? … tomo la flor en su mano y la acerco a su nariz para inhalar su delicioso aroma (uno con el que estaba muy familiarizado ya que desde joven se perfumaba con agua de rosas para evitar irritaciones en su piel a causa de químicos), acaricio su mejilla con la delicadeza de sus pétalos y… recordó una mano acarici
Liam iba de camino al club Kingdom Paradise, donde se encontraba la sede principal de sus boutiques Sunset, pero era domingo y hoy no iba en plan de trabajo, solo iba a almorzar con sus amigos Jaison y Taylor – con sus respectivos novios (rueda los ojos, seguirían inconscientemente restregándole su felicidad) - quienes lo habían invitado, alegando que se ha estado comportando extraño los últimos meses, a Liam no le agradaba la idea de esta intervención, pero ya no encontraba excusas para evadirla, lo cierto era que desde aquella extraña experiencia en el cuarto oscuro hace dos meses, de la cual ninguno de ellos tenía conocimiento, se había encendido en él una llamita de esperanza de encontrar el Dom hecho para él, pero lamentable, o talvez, afortunadamente se volvió a extinguir después de haber intentado con tres imbéciles que decían llamarse dominantes y nuevamente lo decepcionaron.Miraba hacia la ventana lateral trasera de su lujoso auto con la mirada fija en ninguna parte, solo vi
David llego al Kingdom Paradise y estaciono en el espacio especial para motocicletas, las hebillas de sus pesadas botas sonaban a cada paso que daba cuando se dirigía a la entrada, en cuanto paso las puertas de vidrio automáticas, lo recibió un espacio abarrotado de lujos y brillo; imponentes columnas, pisos encerados, muebles de fina madera y majestuosos candelabros araña, eran solo algunas de las cosas que destacaban en el inmenso recibidor, David de inmediato se sintió fuera de lugar, pero no fueron ninguna de esas cosas las que llamaron su atención, una pantalla publicitaria anunciaba un evento, al parecer importante, que se llevaría a cabo en unos días, el desfile de modas de temporada de verano “Sunset”.Si había alguien que no tenía idea de moda, era el, pero podía apreciar la belleza cuando la veía, la pantalla cambiaba en variadas fotografías con diferentes modelos y atuendos, pero al final, la publicidad se detuvo por unos segundos, en la imagen de un modelo masculino, un jo
Cuando Liam puso el pie en el primer escalón de la empinada escalera hacia el balcón VIP, levanto la mirada para encontrarse con unos ojos color chocolate clavados sobre el, la mirada del hombre de la motocicleta, era pura lujuria contenida, a lo que estaba muy acostumbrado como modelo de fotografía y pasarela que era, pero por alguna razón le molestaba que ese hombre también lo viera de esa manera, a pesar de que el mismo se lo había comido con la mirada hace algunos minutosPor cada escalón que subía iba construyendo una armadura sobre sí mismo, se iba predisponiendo cada vez más en contra del hombre, hasta el momento inocente, no sabía porque lo hacía, dejémonos de estupideces, si lo sabía; solo se estaba protegiendo a sí mismo, sabía que el tipo le gustaba mucho y ni siquiera lo había escuchado hablar, ni sabía nada de él, y sabía perfectamente todo lo que era capaz de entregar si alguien lograra llegar a él, cosa que hace mucho tiempo no pasaba, y no se lo iba a permitir, no a es