Cuando tenía quince años y vivía en Los Ángeles con sus padres, David era un chico soñador, que en plena adolescencia se prometía a si mismo nunca perder el niño interior, estaba de acuerdo con el niño narrador de “el principito” que decía que las personas mayores pierden la percepción de su entorno, nunca pueden entender algo por si solas y es aburrido para los niños tener que explicarles todo. Ah, olvidaba decirles que David era un fan de dicho libro, desde la primera vez que sus padres se lo leyeron, quedo completamente fascinado, aprendió a leer tan rápido como pudo solo para poder leerlo cada vez que quisiera y hasta el sol de hoy, ya ha perdido la cuenta de cuantas veces lo ha hecho, así que sin saberlo, o tal vez si lo sabia un poco, visionaba su vida y su futuro por fragmentos del libro, decía querer ser piloto para así conocer muchos lugares del mundo, pero además seria mecánico de aviones porque no se arriesgaría a que una avería lo mantuviera anclado a un lugar por mucho ti
David vivió en University park al sur de Los Ángeles hasta terminar sus estudios de mecánica, donde conoció a su mejor amigo Christian, amaba vivir con sus padres que siempre lo apoyaron y alentaron a seguir su corazón y sus sueños, así que en cuanto vio la oportunidad de despegar del hogar hacia Seal Beach un lugar lleno de playa, sol y mar, y donde además podría trabajar en lo que tanto le gustaba, no lo pensó dos veces Los padres de Christian tenían dos talleres mecánicos económicamente estables y rentables, y lo acogieron no solo como un aprendiz y empleado, sino como un hijo más, pero cuando la desgracia toco la puerta de aquella familia haciéndolos caer casi en la ruina y después la muerte de ambos padres, dejando a su amigo solo con su hermano menor, no había manera que los abandonara cuando mas lo necesitabanPero ya habían pasado algunos años después de eso y ahora sus amigos se encontraban mejor que nunca, ahora ambos vivían en Los Ángeles con sus novios en el que encontra
Desde pequeño Liam había sido un chico frágil, se enfermaba con mucha facilidad y a su piel parecía afectarle casi cualquier cosa, si a eso le sumamos que era el hijo único de una pareja millonaria, se puede decir que creció mimado, sobreprotegido y controlado al extremo.Durante sus primeros catorce años, el estilo de vida que sus padres habían impuesto para él había estado bien, Liam lo había aceptado sin miramientos, ya que no conocía nada más, pero aun recuerda como si fuera ayer el día en que esa percepción cambio drásticamente y ya nunca volvió a ser el mismo, ese día en que una sonrisa tan brillante como la luz del sol, quemo el velo que empañaba sus ojos, una sonrisa y un libro ambas provenientes de la misma persona habían cambiado su vidaDespués de haber leído aquel viejo libro, solo fue ver la primera hoja en la que se leía una dedicatoria escrita a mano que decía: “para nuestro hijo amado: crece rico de espíritu, pero sencillo de corazón, se libre y lucha por tus sueños”,
David se encontraba sentado en un sillón, completamente desnudo debajo de la bata de tela fosforescente disponible en la oscura habitación para que fuera más fácil interactuar, ya llevaba unos diez minutos esperando en la oscuridad cuando la puerta al fin se abrió, logró ver la silueta de la persona que entro, contra la luz del pasillo por unos segundos antes que la puerta volviera a cerrarse. no se puso de pie, hasta que no escucho el click del seguro de la puerta, el recién llegado espero unos segundo frente a la puerta, supuso que a la espera de que su visión se adaptara un poco a la oscuridad, luego David sintió el sonido de unos zapatos de tacón acercándose a él, hasta que quedaron frente a frente, tan cerca que las puntas de sus pies casi se tocaban, David sabía que si la persona que ingreso conocía las reglas de la Dark Room, no hablaría ni interactuaría con él, hasta que él lo ordenara.A falta de un sentido tan importante con la visión, se disfrutaba de sentir como se agudiza
Joder, ¿quién era este hombre con un cuerpo de oso y olor a jodidas galletas con chispas de chocolate? ¿Dónde diablo se había estado escondiendo todos estos años? ¿Acaso era el Dom que buscaba? No sabía nada de él y en cuanto este momento terminara, volverían cada quien a su camino y entonces ¿por qué sentía que no quería dejarlo ir?Por favor, la energía que emanaba de su cuerpo lo tenía al borde del abismo, la forma en que lo tocaba, era perfecta, sin miedo de dejar marcas y provocar dolor, pero a la vez con suavidad, ternura y cuidado, podía sentir como se contenía, la forma en que cuidaba milimétricamente la presión, sus manos eran grandes fuertes y toscas, un arma peligrosa si no sabían manejarse, y él lo hacía perfectamenteEra perceptivo, había identificado su olor fácilmenteera gracioso, cuando sonrió, el sonido de su risa retumbo en el centro de su pechoera dominante, sabia exigir y dar el tono exacto a su voz, pero a la vez era flexible con su sub, no pedía perfección, ni
Liam parpadeó y abrió lentamente sus ojos para que se adaptaran a la luz, despertó recostado en un cómodo y amplio colchón, cubierto de suaves sábanas blancas y de la arena de la playa, el viento acariciaba deliciosamente su rostro y ondeaba su cabello, y su cuerpo desnudo recibía plenamente el reconfortante calor del sol como nunca antes había podido hacerlo¿Dónde se encontraba? Era una playa silenciosa, donde solo se podía escuchar el maravilloso sonido del mar, la puesta del sol era mas hermosa que nunca, el lugar estaba completamente solitario y su única compañía era una hermosa rosa roja recostada a su lado…¿Quién la había colocado allí? ¿Cómo había el llegado hasta aquí? … tomo la flor en su mano y la acerco a su nariz para inhalar su delicioso aroma (uno con el que estaba muy familiarizado ya que desde joven se perfumaba con agua de rosas para evitar irritaciones en su piel a causa de químicos), acaricio su mejilla con la delicadeza de sus pétalos y… recordó una mano acarici
Liam iba de camino al club Kingdom Paradise, donde se encontraba la sede principal de sus boutiques Sunset, pero era domingo y hoy no iba en plan de trabajo, solo iba a almorzar con sus amigos Jaison y Taylor – con sus respectivos novios (rueda los ojos, seguirían inconscientemente restregándole su felicidad) - quienes lo habían invitado, alegando que se ha estado comportando extraño los últimos meses, a Liam no le agradaba la idea de esta intervención, pero ya no encontraba excusas para evadirla, lo cierto era que desde aquella extraña experiencia en el cuarto oscuro hace dos meses, de la cual ninguno de ellos tenía conocimiento, se había encendido en él una llamita de esperanza de encontrar el Dom hecho para él, pero lamentable, o talvez, afortunadamente se volvió a extinguir después de haber intentado con tres imbéciles que decían llamarse dominantes y nuevamente lo decepcionaron.Miraba hacia la ventana lateral trasera de su lujoso auto con la mirada fija en ninguna parte, solo vi
David llego al Kingdom Paradise y estaciono en el espacio especial para motocicletas, las hebillas de sus pesadas botas sonaban a cada paso que daba cuando se dirigía a la entrada, en cuanto paso las puertas de vidrio automáticas, lo recibió un espacio abarrotado de lujos y brillo; imponentes columnas, pisos encerados, muebles de fina madera y majestuosos candelabros araña, eran solo algunas de las cosas que destacaban en el inmenso recibidor, David de inmediato se sintió fuera de lugar, pero no fueron ninguna de esas cosas las que llamaron su atención, una pantalla publicitaria anunciaba un evento, al parecer importante, que se llevaría a cabo en unos días, el desfile de modas de temporada de verano “Sunset”.Si había alguien que no tenía idea de moda, era el, pero podía apreciar la belleza cuando la veía, la pantalla cambiaba en variadas fotografías con diferentes modelos y atuendos, pero al final, la publicidad se detuvo por unos segundos, en la imagen de un modelo masculino, un jo