Capítulo 4
Luciano se sintió como un criminal mientras esperaba en la sala de emergencias para sacar a su padre de ese lugar, su corazón latiendo con fuerza le decía que no estaba haciendo bien, pero no tenía de otra. Había hecho lo impensable para cumplir su capricho y hasta había sobornado a una enfermera para que lo ayudara en su escape maestro.
Sabía que Emiliano estaba hablando en serio cuando le dijo que quería ver a su hija, y aunque sabía que era totalmente arriesgado, no podía negarle ese último deseo. La vida de su padre dependía de ello y Luciano estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para que después este le dejara su reserva secreta.
Una vez que lograron salir del hospital se dirigieron a la mansión familiar, un lugar que había sido testigo de innumerables recuerdos y momentos compartidos. Al llegar Emiliano se detuvo en la entrada de su casa, con su rostro pálido, pero decidido hacer lo que quería.
– Luciano, necesito un momento a solas para prepararme. Debo dejar preparada la fórmula para el vino antes de marcharnos – le dijo con su voz firme a pesar de su debilidad.
– Está bien, será como tú quieras.
– Muy bien muchacho, mientras tanto yo hago eso tú organiza todo para el viaje. Debemos salir esta misma noche y ya después de que deje encargado a Martín de la fórmula podremos irnos.
– Está bien, viejo. Te daré el tiempo que necesites y dile a Martín que este pendiente de todo negocios de la fábrica. Como nuestro abogado debe de informarnos de todo por si surge algo inesperado – respondió Luciano sintiendo una mezcla de preocupación y determinación. Sabía que el viaje sería complicado, pero la idea de que Emiliano pudiera ver a su hija le daba un nuevo propósito.
Mientras Emiliano se retiraba a su habitación para prepararlo todo, Luciano se dirigió al despacho donde comenzó a hacer los arreglos necesarios para el viaje. Este sacó su computadora portátil y comenzó a buscar vuelos disponibles para Tenerife, hoteles y cualquier otra cosa que pudieran necesitar. La adrenalina corría por sus venas mientras se concentraba en la tarea que le habían encargado, pero su mente no podía evitar divagar hacia la revelación de su padre. Una hermanastra que nunca había conocido puede que fuera un problema en sus vidas, ya que no entendía por qué había estado tanto tiempo oculta. La idea lo intrigaba demasiado y lo llenaba de ansiedad al mismo tiempo.
Fue en medio de esos pensamientos que Lucrecia irrumpió en el despacho sin avisar, su expresión de sorpresa y desdén lo decían todo sin necesidad de mencionar palabra.
– ¿Qué estás haciendo, Luciano? ¿Quién se supone que va a viajar? Cuando entré, te escuché planificando un viaje – preguntó esta cruzándose de brazos con desconfianza.
Luciano sintió que otra discusión con su madre se acercaba y la verdad no tenía ganas de darle explicaciones. Sin embargo, sabía que no lo dejaría en paz hasta obtener respuestas, por lo que decidió contestarle para no tenerla encima.
– Emiliano va a viajar esta noche, voy a llevarlo a ver a su hija – respondió este tratando de mantener la calma – Es algo que necesita hacer antes de morirse y estoy coordinando todo.
– Espera un momento ¿Acabas de decir su hija? ¿De qué demonios estás hablando? – preguntó Lucrecia elevando un poco la voz – ¿Desde cuándo se supone que Emiliano tiene una hija? ¿Por qué no me dijiste nada de esto antes?
– Si no lo dije antes es porque no lo sabía hasta hace unas horas. Papá me lo reveló en el hospital cuando fui a verlo a la habitación. Su hija se llama Amara y él quiere visitarla antes de que sea demasiado tarde – explicó Luciano sintiendo que la tensión en la habitación aumentaba.
Lucrecia se quedó en silencio por un momento procesando la información que acababa de darle su hijo. Luego de eso su rostro se transformó en una máscara de furia y preocupación, ya que una hija desconocida podría poner en peligro todos sus planes.
– Esto no puede estar sucediendo ¿Te das cuenta de lo que esto significa? No puedo permitir que Emiliano se vaya de viaje a ver a esa supuesta hija de la que nadie sabe ¿Qué pasa si ella se interpone en nuestros planes? ¿Qué pasa si se convierte en una amenaza para nuestro futuro? Tú no puedes permitir que algo como eso suceda.
– ¿De qué futuro hablas madre? ¿Te refieres al futuro que planeas construir sobre la ambición y la manipulación? Papá necesita esto y yo lo voy a ayudar. Además, piensa en frío antes de decir tonterías porque si él hubiese querido dejarle todo a su hija, desde mucho antes lo hubiese hecho – respondió Luciano sintiendo que la rabia comenzaba a burbujear en su interior.
– Escucha, Luciano, no puedes ser tan ingenuo al pensar eso. Emiliano está enfermo y vulnerable, lo que significa que puede hacer cualquier tontería ¿Y si esa chica resulta ser una estafadora que se aprovecha de la situación? ¿Y si solo quiere quitarnos todo? – pregunto Lucrecia con un tono lleno de desdén.
– Amara no es una estafadora, no la conocemos como para que digas algo como eso. Ella es solo su hija y si hubiese querido quitarnos algo de lo que tenemos ya lo hubiese hecho. No voy a dejar que tu ambición nuble mi juicio, ya que Emiliano siempre nos prefirió a nosotros por encima de ella. Este viaje solo será uno de despedida y lo haremos con o sin tu apoyo – afirmó Luciano sintiendo que la determinación lo llenaba.
Lucrecia lo miró con furia, pero en su interior, Luciano sabía que había tomado la decisión correcta. No podía permitir que su madre interfiriera en lo que era un momento crucial para su padre. Con un último vistazo, Lucrecia salió del despacho dando un fuerte portazo, dejando a Luciano solo con sus pensamientos.
Mientras terminaba de organizar los últimos detalles del viaje Luciano sintió una mezcla de ansiedad y emoción. Sabía que el camino por delante sería complicado, pero estaba decidido a ayudar a su padre a reunirse con su hija. La familia Donovan estaba a punto de enfrentarse a una nueva realidad y Luciano estaba listo para luchar por lo que era correcto o al menos eso era lo que él pensaba.
Capítulo 5La noche llegó rápidamente, y Luciano se sintió abrumado por la mezcla de emociones que lo invadían. Había reservado un vuelo para esa misma noche después de mucho batallar y aunque sabía que el tiempo era limitado, aun así no podía evitar sentir una chispa de esperanza.Emiliano había pasado demasiado tiempo en la sombra de su propia vida sintiendo que nos parecía todo lo que tenía y ahora, por fin después de mucho tiempo, tenía la oportunidad de redimirse. Cuando Emiliano salió de su habitación su rostro mostraba una determinación renovada. Por el camino le contaría a Luciano porque no había estado con su hija y esperaba que esto entendiera sus motivos.– Ya estoy listo – dijo con su voz resonando con una fuerza que Luciano no había visto en días anteriores – No puedo esperar más para ver a mi hija y quiero que la conozcas de una buena vez.Luciano asintió de inmediato, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir nuevamente. Hasta él se moría de ganas por conocer a esa
Capítulo 6Amara caminaba por la playa bien temprano en la mañana, sintiendo la suave brisa marina acariciar su rostro. El sonido de las olas rompiendo contra la orilla era como una melodía que la acompañaba en su búsqueda de caracoles. Había comenzado a coleccionarlos hace ya un tiempo y cada uno de ellos tenía para ella una historia que contar.Mientras se agachaba para recoger uno de un color particularmente hermoso, su mente divagaba hacia pensamientos más profundos que la hacían estremecer.La inmensidad del mar siempre la había fascinado, pero en ese momento, su corazón anhelaba algo más importante que la belleza del paisaje. Se preguntaba una y otra vez cuándo conocería el amor verdadero que la hiciera tocar las nubes con las manos. Había escuchado tantas historias sobre príncipes azules y romances de ensueño, pero para ella, esas historias parecían pertenecer a un mundo distante al suyo. La cruel realidad de su vida la perseguía todos los días, los comentarios hirientes de qu
Capítulo 7 La noche había caído rápidamente y Amara se encontraba sentada en el balcón de su habitación contemplando el vasto cielo estrellado. Mientras cepillada su larga cabellera rubia la conversación que había tenido con su prima Dara aún resonaba en su mente, llenándola de esperanzas y sueños completamente renovados. Le había prometido a ella no dejarse pisotear por nadie y después de esa promesa, se sentía más fuerte que nunca. Mientras miraba las estrellas una sensación de anhelo la invadía, un deseo de amor y aceptación que parecía tan lejano la hacía sentirse inquieta. Sin embargo, de repente un auto inesperado se acercó a su casa, rompiendo la tranquilidad de la noche. Haciendo que Amara frunciera el ceño, intrigada por la visita. Nunca nadie visitaba su hogar a esas horas a excepción de Cedric, el amigo de su tío Julián, pero él no me mira en un auto como ese. Así que sin pensarlo dos veces se levantó de inmediato y corrió escaleras abajo, sintiendo que su corazón latía
Capítulo 8 Mientras Luciano entraba a la casa de Amara, no podía evitar que sus pensamientos se deslizasen hacia lo más superficial. A pesar de la calidez del abrazo entre Emiliano y su hija, además de la evidente conexión que compartían, Luciano no podía dejar de pensar que Amara no encajaba en su idea de belleza. Su figura era más voluminosa de lo que él consideraba atractivo y sus grandes lentes acentuaban una apariencia que, ante sus ojos, no era la de una mujer que llamara la atención. Sin embargo, sabía que no podía expresar esos pensamientos en voz alta, ya que Emiliano no lo perdonaría jamás. Amara era su hija ante todo y la defendería de críticas como esa.Mientras se adentraban en la casa humilde la atmósfera era una muy acogedora, tanto que ni siquiera en su propia mansión Luciano había sentido eso. No obstante, la familia de Amara los recibió con sonrisas y abrazos como si a él lo conocieron de toda la vida. Luciano se sintió un poco abrumado por la calidez del ambiente,
Capítulo 9La mañana llegó con un bullicio que sacudió a Luciano de su sueño profundo. Se despertó sobresaltado y confundido por los ruidos extraños que provenían de afuera de su habitación. Durante un momento no pudo recordar dónde estaba realmente, hasta que a su memoria llegó el viaje que había hecho con Emiliano para visitar a su hija. Fue ahí que con un suspiro resignado se levantó de la cama con pesar, sintiendo que el día apenas comenzaba y tendría mucho tiempo para observarlo todo.Después de tomar un rápido baño Luciano se vistió cómodamente y decidió bajar las escaleras para averiguar qué estaba sucediendo. Al llegar al primer piso, se encontró con una escena bastante animada, ya que la familia de Amara se movía de un lado a otro realizando diversas tareas del hogar. La abuela Teresa a quien había conocido anoche estaba en el patio alimentando a unos pollos, mientras que otros miembros de la familia se ocupaban de preparar al parecer el desayuno.Luciano se sintió un poco
Capítulo 10Después del desayuno Amara se sentó junto a su padre, sintiendo la calidez de su mano acariciando la suya. Esto era un gesto simple ante los ojos de cualquiera, pero para ellos era algo lleno de amor y aprecio. Habían estado platicando sobre las cosas que habían hecho en el tiempo que no se habían visto, compartiendo risas y recuerdos que parecían fluir con naturalidad. Luciano, sentado un poco apartado de ellos observaba la escena en silencio, analizando cada palabra y gesto buscando algo que pudiera parecer fuera de lugar. Sin embargo, a medida que la conversación avanzaba Emiliano se volvió más serio, haciendo que su hija le prestara total atención.– Amara, cariño, me gustaría que le enseñaras la propiedad a Luciano – dijo, rompiendo el ambiente ligeramente – Quiero quedarme a solas con tu abuela por un momento, ya que necesito hablarle de algunas cosas importantes y es una conversación solo entre nosotros.Amara sintió un nudo en el estómago al escuchar la petición d
Capítulo 11Mientras Amara y Luciano seguían explorandoel viñedo, mientras que en la casa, Emiliano se sentó junto a la abuela Teresa en un rincón tranquilo. La luz del sol entraba a raudales por la ventana, iluminando el rostro de Teresa que mostraba una mezcla de preocupación y curiosidad por lo que este estaba a punto de decirle. Había notado algo extraño en Emiliano desde su llegada tan repentina y no pudo evitar preguntarle lo que había callado desde anoche.– Emiliano ¿Hay algo importante que quieras decirme? – inquirió Teresa con su voz suave, pero firme – Te veo diferente a comparación de la última vez que estuviste aquí, es como si llevaras un peso sobre tus hombros que no quieres contarle a nadie.Emiliano tomó un profundo respiro antes de comenzar a hablar, sintiendo que el momento de soltarlo todo había llegado. Teresa había perdonado sus errores del pasado cuando abandonó a su hija embarazada y con el paso de los años después de la muerte de esta, ambos habían construid
Capítulo 12Mientras Luciano y Amara terminaban su recorrido por el viñedo comenzando a caer la tarde, una idea brillante cruzó la mente de Amara. La verdad es que platicar con él era muy entretenido y no quería que todo acabara al regresar a la casa.– Oye Luciano ¿Te gustaría ir a la playa un rato conmigo? – preguntó sintiendo que sería una buena manera de relajarse y disfrutar de lo que queda de día – Conozco un lugar que siempre está solitario, así que no tendrás que preocuparte por que alguien nos vea juntos.– Claro, suena genial, pero no me preocupa que nos vean. Me encantaría ver la playa de este lugar porque he escuchado que son preciosas – respondió sintiendo que la idea no sonaba nada mal.Después de cambiar por un rato por fin llegaron a la playa y Luciano se quedó maravillado por la belleza del lugar. La arena dorada se extendía ante ellos y el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla era como una melodía tranquilizadora. – Es impresionante este lugar – dijo