Capítulo 5
La noche llegó rápidamente, y Luciano se sintió abrumado por la mezcla de emociones que lo invadían. Había reservado un vuelo para esa misma noche después de mucho batallar y aunque sabía que el tiempo era limitado, aun así no podía evitar sentir una chispa de esperanza.
Emiliano había pasado demasiado tiempo en la sombra de su propia vida sintiendo que nos parecía todo lo que tenía y ahora, por fin después de mucho tiempo, tenía la oportunidad de redimirse.
Cuando Emiliano salió de su habitación su rostro mostraba una determinación renovada. Por el camino le contaría a Luciano porque no había estado con su hija y esperaba que esto entendiera sus motivos.
– Ya estoy listo – dijo con su voz resonando con una fuerza que Luciano no había visto en días anteriores – No puedo esperar más para ver a mi hija y quiero que la conozcas de una buena vez.
Luciano asintió de inmediato, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir nuevamente. Hasta él se moría de ganas por conocer a esa hija que por tanto tiempo había mantenido en secreto.
– El coche está listo, viejo Debemos apresurarnos para llegar al aeropuerto – respondió guiando a su padre hacia la salida. La mansión que había sido su hogar durante tantos años, ahí parecía un lugar distante en ese momento.
Todo lo que importaba era el viaje que tenían por delante y nadie podría detenerlos.
Mientras se dirigían al aeropuerto la conversación se centró solo en Amara. Emiliano compartió recuerdos de su infancia con Luciano y le contó de las veces que viajaba a verla cada que podía. Sin embargo, Luciano solamente escuchaba todo con atención, tratando de entender el comportamiento de Emiliano.
Al llegar al aeropuerto la ansiedad se apoderó de Luciano. La multitud, el ruido y las prisas lo abrumaban, pero sabía que no podía dejar que eso los detuviera.
– Vamos, papá. Solo un poco más y ya estaremos en el avión – dijo ayudando a Emiliano a moverse con cuidado entre la multitud.
Una vez estuvieron en la sala de embarque Luciano se sentó junto a su padre, quien parecía perdido en sus pensamientos. Desde que había tomado la decisión de viajar no hacía otra cosa más que pensar en todo lo que había hecho en su vida.
– ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? – preguntó Luciano buscando la confirmación en los ojos de Emiliano – Si quieres puedo mandar a alguien para que traiga a tu hija y así tú no tienes que hacer este viaje tan agotador.
– No, no quiero nada de eso. Estoy seguro de lo que estoy haciendo no te preocupes – respondió Emiliano con su mirada fija en el horizonte –
Amara no viajará a Madrid sola, ella es muy apegada a su familia materna y es por eso que quise viajar a Tenerife esta misma noche. Mi hija vive al sur de Tenerife en un municipio llamado Arona.
– Pues muy bien, entonces vámonos.
El vuelo fue largo, como de aproximadamente tres horas de avión. Sin embargo, mientras el avión surcaba las nubes Luciano no podía evitar pensar en lo que les esperaba. La incertidumbre lo llenaba de inquietud, pero también había una emoción palpable en el aire y eso venía de parte de Emiliano. Ahora entendía por qué su padre viajaba tanto a esa isla, pero jamás le puso atención a esos pequeños detalles. Luciano prefería disfrutar de una buena fiesta siempre que fuera posible y también de la compañía de bellas mujeres que se volvían locas solo con verlo.
Al aterrizar la noche ya había caído y la ciudad que los rodeaba estaba iluminada por luces brillantes. Sin embargo, al salir del aeropuerto un auto los estaba esperando y después de subirse Luciano decido hablar.
– ¿Dónde vive Amara específicamente? – preguntó Luciano con su voz llena de curiosidad.
– Debemos ir al sur como ya te lo había dicho, en este papel está su dirección exacta – dijo Emiliano pasándole el papel a conductor del vehículo.
Mientras se dirigían a la dirección dada, la tensión en el aire era palpable. Emiliano miraba por la ventana, observando las vidas que pasaban por su lado a cada rostro. Eso era un recordatorio de lo que poco que le quedaba de vida.
Cuando finalmente llegaron a la pequeña casa donde Amara vivía con su familia, Luciano se quedó sorprendido por lo que veían sus ojos. Este había pensado que por ser la hija de Emiliano Donovan ella vivía en una casa bien acomodada y lujosa, pero lejos de eso se encontró en un lugar humilde. Un lugar que además estaba apartado de la civilización y detrás de la casa podía apreciar lo que parecía ser un huerto o algo similar.
– ¿Estás seguro de que esta, es la dirección correcta? – pregunto Luciano aún no muy seguro de estar en el lugar correcto.
– Claro que estoy seguro muchacho, he venido a esta casa cientos de veces y sé de sobra que es el hogar de mi hija.
Sin decir más palabras Luciano se bajó del auto y ayudó a Emiliano a hacerlo también. Aún seguía consternado por lo humilde de aquella casa y cada vez menos entendía por qué su padre había mantenido a su hija alejada de él.
– Espero viejo, antes de que toquemos el timbre necesito que me cuentes por qué nunca me hablaste de tu hija. Pensé que encontraríamos un lugar diferente al venir a verla, pero desde que conozco de su existencia contigo todo han sido sorpresas ¿Cuál es el motivo que te mantuvo alejado de ella por tanto tiempo?
– Luciano hijo, Sé que es difícil de entender las cosas de la noche a la mañana, pero lo que te voy a decir no es algo que me tenga muy orgulloso. Yo dejé embarazada a la madre de Amara cuando ella era muy joven y después me acobardé ante la responsabilidad. En ese entonces yo era mayor que ella, pero era un hombre ambicioso que prefirió hacer una fortuna antes que ocuparse de una pequeña persona. Luego de eso la madre de Amara murió, pero ella nunca pudo perdonarme el que la abandonara. Sin embargo, Amara si decido darme una oportunidad y desde entonces he tratado de ser el padre que nunca estuvo presente. Por ese motivo nunca estuve con ella y tampoco quiso abandonar a su familia, ni a su hogar.
Capítulo 6Amara caminaba por la playa bien temprano en la mañana, sintiendo la suave brisa marina acariciar su rostro. El sonido de las olas rompiendo contra la orilla era como una melodía que la acompañaba en su búsqueda de caracoles. Había comenzado a coleccionarlos hace ya un tiempo y cada uno de ellos tenía para ella una historia que contar.Mientras se agachaba para recoger uno de un color particularmente hermoso, su mente divagaba hacia pensamientos más profundos que la hacían estremecer.La inmensidad del mar siempre la había fascinado, pero en ese momento, su corazón anhelaba algo más importante que la belleza del paisaje. Se preguntaba una y otra vez cuándo conocería el amor verdadero que la hiciera tocar las nubes con las manos. Había escuchado tantas historias sobre príncipes azules y romances de ensueño, pero para ella, esas historias parecían pertenecer a un mundo distante al suyo. La cruel realidad de su vida la perseguía todos los días, los comentarios hirientes de qu
Capítulo 7 La noche había caído rápidamente y Amara se encontraba sentada en el balcón de su habitación contemplando el vasto cielo estrellado. Mientras cepillada su larga cabellera rubia la conversación que había tenido con su prima Dara aún resonaba en su mente, llenándola de esperanzas y sueños completamente renovados. Le había prometido a ella no dejarse pisotear por nadie y después de esa promesa, se sentía más fuerte que nunca. Mientras miraba las estrellas una sensación de anhelo la invadía, un deseo de amor y aceptación que parecía tan lejano la hacía sentirse inquieta. Sin embargo, de repente un auto inesperado se acercó a su casa, rompiendo la tranquilidad de la noche. Haciendo que Amara frunciera el ceño, intrigada por la visita. Nunca nadie visitaba su hogar a esas horas a excepción de Cedric, el amigo de su tío Julián, pero él no me mira en un auto como ese. Así que sin pensarlo dos veces se levantó de inmediato y corrió escaleras abajo, sintiendo que su corazón latía
Capítulo 8 Mientras Luciano entraba a la casa de Amara, no podía evitar que sus pensamientos se deslizasen hacia lo más superficial. A pesar de la calidez del abrazo entre Emiliano y su hija, además de la evidente conexión que compartían, Luciano no podía dejar de pensar que Amara no encajaba en su idea de belleza. Su figura era más voluminosa de lo que él consideraba atractivo y sus grandes lentes acentuaban una apariencia que, ante sus ojos, no era la de una mujer que llamara la atención. Sin embargo, sabía que no podía expresar esos pensamientos en voz alta, ya que Emiliano no lo perdonaría jamás. Amara era su hija ante todo y la defendería de críticas como esa.Mientras se adentraban en la casa humilde la atmósfera era una muy acogedora, tanto que ni siquiera en su propia mansión Luciano había sentido eso. No obstante, la familia de Amara los recibió con sonrisas y abrazos como si a él lo conocieron de toda la vida. Luciano se sintió un poco abrumado por la calidez del ambiente,
Capítulo 9La mañana llegó con un bullicio que sacudió a Luciano de su sueño profundo. Se despertó sobresaltado y confundido por los ruidos extraños que provenían de afuera de su habitación. Durante un momento no pudo recordar dónde estaba realmente, hasta que a su memoria llegó el viaje que había hecho con Emiliano para visitar a su hija. Fue ahí que con un suspiro resignado se levantó de la cama con pesar, sintiendo que el día apenas comenzaba y tendría mucho tiempo para observarlo todo.Después de tomar un rápido baño Luciano se vistió cómodamente y decidió bajar las escaleras para averiguar qué estaba sucediendo. Al llegar al primer piso, se encontró con una escena bastante animada, ya que la familia de Amara se movía de un lado a otro realizando diversas tareas del hogar. La abuela Teresa a quien había conocido anoche estaba en el patio alimentando a unos pollos, mientras que otros miembros de la familia se ocupaban de preparar al parecer el desayuno.Luciano se sintió un poco
Capítulo 10Después del desayuno Amara se sentó junto a su padre, sintiendo la calidez de su mano acariciando la suya. Esto era un gesto simple ante los ojos de cualquiera, pero para ellos era algo lleno de amor y aprecio. Habían estado platicando sobre las cosas que habían hecho en el tiempo que no se habían visto, compartiendo risas y recuerdos que parecían fluir con naturalidad. Luciano, sentado un poco apartado de ellos observaba la escena en silencio, analizando cada palabra y gesto buscando algo que pudiera parecer fuera de lugar. Sin embargo, a medida que la conversación avanzaba Emiliano se volvió más serio, haciendo que su hija le prestara total atención.– Amara, cariño, me gustaría que le enseñaras la propiedad a Luciano – dijo, rompiendo el ambiente ligeramente – Quiero quedarme a solas con tu abuela por un momento, ya que necesito hablarle de algunas cosas importantes y es una conversación solo entre nosotros.Amara sintió un nudo en el estómago al escuchar la petición d
Capítulo 11Mientras Amara y Luciano seguían explorandoel viñedo, mientras que en la casa, Emiliano se sentó junto a la abuela Teresa en un rincón tranquilo. La luz del sol entraba a raudales por la ventana, iluminando el rostro de Teresa que mostraba una mezcla de preocupación y curiosidad por lo que este estaba a punto de decirle. Había notado algo extraño en Emiliano desde su llegada tan repentina y no pudo evitar preguntarle lo que había callado desde anoche.– Emiliano ¿Hay algo importante que quieras decirme? – inquirió Teresa con su voz suave, pero firme – Te veo diferente a comparación de la última vez que estuviste aquí, es como si llevaras un peso sobre tus hombros que no quieres contarle a nadie.Emiliano tomó un profundo respiro antes de comenzar a hablar, sintiendo que el momento de soltarlo todo había llegado. Teresa había perdonado sus errores del pasado cuando abandonó a su hija embarazada y con el paso de los años después de la muerte de esta, ambos habían construid
Capítulo 12Mientras Luciano y Amara terminaban su recorrido por el viñedo comenzando a caer la tarde, una idea brillante cruzó la mente de Amara. La verdad es que platicar con él era muy entretenido y no quería que todo acabara al regresar a la casa.– Oye Luciano ¿Te gustaría ir a la playa un rato conmigo? – preguntó sintiendo que sería una buena manera de relajarse y disfrutar de lo que queda de día – Conozco un lugar que siempre está solitario, así que no tendrás que preocuparte por que alguien nos vea juntos.– Claro, suena genial, pero no me preocupa que nos vean. Me encantaría ver la playa de este lugar porque he escuchado que son preciosas – respondió sintiendo que la idea no sonaba nada mal.Después de cambiar por un rato por fin llegaron a la playa y Luciano se quedó maravillado por la belleza del lugar. La arena dorada se extendía ante ellos y el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla era como una melodía tranquilizadora. – Es impresionante este lugar – dijo
Capítulo 13Amara y Luciano estaban a punto de irse de ese lugar, sintiendo que el día en la playa había sido un éxito y querían echarlo a perder con la llegada de aquellas personas. Sin embargo, antes de que Amara pudiera dar un paso más lejos de ellos, una figura familiar se interpuso en su camino. Se trataba de Marcia Pinares, una chica que siempre había sido una espina en su costado, conocida por sus burlas hacia su persona y comentarios crueles que la lastimaban demasiado.– ¿Pero miren nada más a quién tenemos aquí? – comenzó a decir Marcia con una sonrisa burlona en su rostro. – Vaya, Amara, veo que has traído a un hombre apuesto y muy sexy contigo ¿Acaso este bello hombre es ciego? Me parece a mí que alguien tan apuesto como él no debería estar acompañado de alguien tan horrible como tú. Podrías causarle al pobre una muy mala reputación.Las risas de sus amigos presentes resonaron a su alrededor después de que aquella chica había dicho eso y Amara sintió que el mundo se desmor