« En ese tiempo me hubiera destrozado ver este lugar después del caos que él ocasionó, pero hoy, solo guardo un buen recuerdo» reflexionó y suspiró profundamente.
Saludo a la dueña del local y pidió un hottok, la mujer respondió
— ¡Por supuesto linda!— le atendió, dándole un hottok recién salido de la plancha.
Violeta pagó exclamando
— ¡A qué no se imagina cuánto espere por volver a probar los exquisitos hottok de nuevo!— mientras le daba un mordisco.
Su cara de felicidad le hizo recordar, una pista de quien pudiera tratarse esa extranjera que tenía enfrente de ella, así que encargada del puesto, e intento hacer memoria lo mejor que podía.
— Y tú no sabes cómo me recuerdas a otra extranjera que tenía justamente la forma de tus grandes ojos— la mujer sorprendida exclamó
Mientras sonreía amablemente a través de su cubre bocas transparente, Violeta respondió — ¡Ay! ¡Halmoni que dulce que es usted!, pero seguro que hay muchas extranjeras así como usted menciona—, mientras sus mejillas se tornaban rojizas.
Como había un lugar para sentarse la mujer mayor le hizo señas de que se sentará, la chica castaña accedió con entusiasmo, tomó asiento y se sacó su gorro y grande bufanda, liberando su largo y ondulado cabello, que brillaba con los rayos del atardecer que se colaban en el pequeño techo del puesto callejero, que por cierto se situaba en un pasaje especial, de puestos callejeros muy famoso.
— ¡Sí eres tú!, ¡no puedo creerlo!, ¡oh cariño como ha cambiado tu semblante después de esa primavera que te vi tan mal, quiero pensar que ya cambio todo ¿no?— le dijo la abuela, mientras quedó atónita.
La chica de grandes ojos le dedico una traviesa mirada, acompañada de una sonrisa con los cachetes llenos del delicioso hottok, y los labios con algo de azúcar, mientras entrecerraba los ojos para hacer que su cerebro recordara ese rostro.
— ¡Señora Choi! ¿En serio se acuerda de mí? ha cambiado mucho también usted inclusive su adorable puesto de postres, antes estaba en el mercado nocturno ¿no es así?— mientras se ponía de pie para darle un cálido abrazo que fue correspondido con la misma calidez y felicidad.
— ¿Ya no estás más con él, cierto?...— pregunto la señora Choi, sin contenerse.
Mientras dentro del ajetreo del mercadillo de bocadillos, parecía que el ruido se mermó, por unos segundos para ser ocupado seguido del suspiro de alivio de Violeta que en voz apacible.
—Ya no más halmoni, desde hace 3 años, más o menos, ya sabe desde la última vez que pase la temporada primaveral escribiendo aquí y trabajando en mi segundo libro, sabe... Lo pasé muy mal, después de todo— contesto Violeta.
Dejando paso a una sonrisa melancólica pero que señalaba la aceptación y aprendizaje de aquel viejo y devastador amor. La señora Choi se acercó dulcemente mirándola con cariño y compasión.
—No tenías elección más sana que eso, querida tus alas jamás debían ser cortadas y mucho menos destrozadas por alguien así, a veces uno creería que el amor es fácil pero así como es de hermoso es complejo. — le dijo la mujer adulta
Mientras le ofrecía otro hottok, a la joven, quien acepto feliz, dándole un leve apretón de manos en aquel gesto recibió el postre, poco después siguió la conversación con Violeta mirando a su pasado de cuando conoció a la señora Choi.
— ¿Se acuerda como me pasa todas las noches cerca de su puesto escribiendo hasta que terminara de vender? , son de los mejores recuerdos que tengo de aquí, aunque de verdad me sorprende como una persona puede cambiar tanto con solo el color de cabello y un peinado, halmoni se ve 10 años más joven, con razón no la reconocí y bueno luego que ni mis lentes traigo— pregunto y después río alegremente.
— ¡Ay! niña, seguro lo dices porque quieres que te dé una rebanada de pastel de arroz ¿verdad?; aunque debo decir, la verdad si me ayudó a sentirme mejor el cambio, sinceramente me tarde en tomar en cuenta tu consejo— aclamo señora Choi, mientras se acomodaba coquetamente su cabello y pestañeaba de forma risueña.
— ¿En serio yo le di ese consejo?, ¿me creerá que no me acuerdo?, pero hablando del delicioso pastel de arroz obviamente me encantaría— dijo Violeta mientras se sobaba la panza y se lamía los labios.
— ¡Violeta, eres una tremenda tragona, nunca cambias!, ¿siquiera ya comiste comida normal? ¿O te la has pasado comiendo chucherías desde que llegaste?— dijo la abuela y se echó a reír.
Le dio una mirada inquisitiva a la chica como si ya supiera, que es lo que iba a responder.
— ¡Me atrapaste!, pero en mi defensa puedo decir que apenas llegué hace unas horas y solo he comido un panque de moras, que obviamente es muy saludable y tus exquisitos hottok hasta ahora— dijo rondando los ojos y sonriendo traviesamente.
La joven se rasco la cabeza e hizo una adorable expresión de haber metido la pata, puesto que sabía que era una mujer muy dulce y atenta. La señora Choi solo puso sus manos reposados en sus caderas esperando una resolución a ese conflicto alimenticio, poco después tomo su espátula enérgicamente.
— ¡Esto no puede ser posible! necesitas alimentarte bien, tu viajas tanto y tú cuerpo debe estar hambriento de comida sana, ¡no solo dulces!, así que bueno en un una hora terminaré y vendrás a casa que comas algo sano— con tal firmeza fue su argumento que agarro energía de nuevo para continuar trabajando.
Pocos segundos pasaron y Violeta asintió con la cabeza, con cierta vergüenza pero también con dicha por revivir esos momentos con su vieja y confiable amiga.
—Bueno, bueno, pero le ayudaré a atender el puesto, sino no iré ¡eh!— gruñó Violeta.
Paso a quitarse la gran chamarra dejándola con sus pertenencias al lado de las cosas de la abuela, para después tomar un mandil rosado, con forma de conejito, bastante tierno.
— Violeta... ¡no niña!, no tienes que hacer nada bastante me ayudaste en esa primavera cuando me lastimé la espalda y no podía cargar nada, así que no me ayudes, soy muy capaz— exclamo la señora Choi.
Intento sacar a la chica del puesto pero no pudo, ya que la joven se puso muy firme y la abrazo.
—Ya, ya déjeme ayudar, sabe que me encanta cocinar y además no siempre tengo la oportunidad de cocinar con un chef de su calibre, así que considéreme su pinche por el tiempo que este aquí, ¿vale?— pidió la extranjera.
La mujer mayor solo suspiro y asintió, para después dejar que una sonrisilla escapara de su rostro agachado, retomando una concentración casi absoluta en su labor.
La joven como era muy diestra para cocinar le ayudo a vender mucho, ese tiempo que restaba además que llamaba mucho la atención por ser la única forastera de aquel pasaje de puestos callejeros, con una estética muy alta, cuando hubieron terminado, guardaron todo y se llevaron algunas cosas, tomaron el autobús, para la casa de la señora Choi.
Llegaron a su pequeña morada, Violeta con una excelente etiqueta coreana se quitó los tenis, dejo su abrigo en la entrada y sus cosas. Comenzó a ayudarle a sacar los alimentos ya preparados, se sirvieron, escuchando la televisión escucharon las noticias dónde una reportera llamada Dal-mi daba un reportaje informando
—hoy nos encontramos en el famoso evento de networking del empresario Shin Park Smith, quien es el más acaudalado y joven, con 30 años ya tiene una serie de empresas que ha formado y ha invertido, ¿que nos puede compartir sobre este importante evento para las empresas jóvenes y las ya arraigadas de años?— preguntó la reportera, acercándole el micrófono al empresario.
Cuando enfocaron la cámara hacia el CEO, Violeta se quedó pasmada con un trozo de kimchi en su boca a medio comer, acto seguido se lo trago con premura.
— ¡Yo lo vi hoy!, ¡es el encantador chico de los guantes de terciopelo y café de gatito!— grito la chica.
— ¡¿Qué?! ¿Cómo? ¿Dónde?— la abuela se asombró y dijo mientras abría sus ojos grandemente por el asombro.
Cuando ambas mujeres se quedaron atónitas por ese golpe de suerte que tuvo Violeta, ambas se miraron y gritaron de asombro, para decir al mismo tiempo— ¡Pero que guapo es!— dejando salir un suspiro.Después se rieron mucho, continuaron hablando de increíble que es encontrarse a gente así de maravillosa en lugares tan comunes como una cafetería,—Pero eso debió ser porque era un lugar cerca del río Han, sino creo que no hubiera coincidido con él, además se ve que va seguido, parece ser muy sencillo pese a todo el éxito y fortuna que tiene— dijo la joven, tocándose la barbilla a modo de concentración.La señora Choi apenas podía contener su emoción como si estuviera viendo un drama surcoreano, que apenas empezaba.— ¡Pues qué esperas para ir de nuevo a ese lugar!, ¡es más!
Cuando ambos se vieron estrechando su mano, como colegas de trabajo, una pequeña fracción de emoción parecía descongelar aquello que ambos habían intentado mantener helado; como es que el toque de un simple extraño pudiera ser algo más que un coqueteo fugaz en un día de invierno, a vísperas de navidad, la verdad es que ninguno de ellos sabía o sospechaba lo que pudiere ser.Poco después en el salón de juntas se retiró Shin con su séquito de ayudantes, para continuar su arduo día de chequeo de empresas en las que &eacu
Poco después de tomar el descanso que tomó Shin, abrió sus ojos lentamente, mientras que sentía que su estómago estaba con el pleno gruñido, se levantó para así dirigirse a su nevera, tenía muchos alimentos pero en realidad ninguno le apetecía, por lo que se dispuso a pedir algo para comer pensó.«Creo que unos fideos jajangmyeon estaría bien, los pediré para que cuando regrese ya estén listos, pero para ser sincero creo que no sería suficiente, tendré que ir también a la tienda de conveniencia.»Pero sin antes verificar que seguía en su atiborrada agenda, que extrañamente tenía unas tres horas libres, por lo que con cierto alivio y alegría, mando su orden al restaurante de su elección y la pago se cambió de ropa a una más cómoda, aunque sea provisionalmente ya que debía cambiarse de nuevo para retornar a las siguientes actividades, por tanto debería su elegante y fina vestimenta.Tenía mucho tiempo que no me quedaba tiempo libre de esta forma entre horas laborales, considerando que s
— Buenas tardes señor Na-moo, Soy Violeta, ¿está listo para nuestro primer viaje? —, se inclinó levemente hacia el hombre mayor. — Por supuesto señorita Violeta, además estoy ansioso este tipo de trabajo es maravilloso, ¡me permite conocer muchos lugares y aprender! —, exclamó entusiasmado. — ¡Me alegro escuchar eso Señor Na-moo!, ¡así que manos a la obra!, nos espera un poco de nieve así que será un camino bello, ¿No cree? —, dijo la chica mientras se subía al auto. — ¡Claro! Estoy entusiasmado, así que vayamos. — cerró la puerta trasera, y subió al lugar del piloto. Mientras encendía el auto tuvieron una conversación cordial sobre como es Seúl en esa época, poco después quedaron en silencio, así que la chica comenzó a realizar su en vivo para transmitirlo en su página oficial, rápidamente tuvo respuesta de sus fans y seguidores alrededor del mundo. Al momento que ella compartía el precioso trayecto de un paraíso cosmopolita de la tan afamada Seúl, los fans lograban emocionarse a
Cuando hubo terminado la entrevista Violeta quedó inmersa en sus pensamientos debido a que la sensación que le trasmitió esa entrevista, mientras miraba las plantas y flores en su pleno esplendor una sensación de alivio y entusiasmo le invadio, miraba de cerca esos seres vivos que disfrutaban su momento, el presente como expresando su belleza alegraban la vista inclusive el día de las personas que las miraban.— ¿Este mensaje en este preciso momento será lo que en realidad necesitaba?, dejar que todo fluya como la naturaleza hace que nazca un brote de planta apartir de lo que va dando el ambiente y el momento…—, comenzó a preguntarse a sí misma murmurando, cuando una inquietud alegre invadía su cuerpo, cuando se vio interrumpida por la señora Jiyu.—Señorita disculpe que la interrumpa pero quería darle un regalo, me parece que esta flor podría darle ese mensaje que parece estar buscando, a veces a través de la naturaleza podemos entender de mejor manera el curso de la vida, porque sab
— ¿Hola, Señorita Schulz? — una voz masculina con aire curioso salía de la bocina del móvil de Violeta.— ¡CEO Park! Sí… ¡sí! Dígame, ¿en qué puedo servirle?, le informo que justo hace unos minutos he terminado la entrevista con la gerente y dueña del café happy flower, fue todo un éxito…— aun cuando en un inicio de la llamada su rostro señalaba un sonrojo intenso rebosante en sus mejillas, intento controlar su tono de voz, aun cuando era casi imposible que no notara las innecesarias pausas que se tomaba para comunicar su mensaje entre oraciones.—Señorita Schulz... — pronuncio de nuevo con cierto tono aterciopelado de su voz llamando a aquella chica que le causaba un revoltijo de emociones y sensaciones dentro de él.—Escuche, tengo algo que quiero que haga mañana a primera hora, necesito que se presente a mi oficina, tráigame una propuesta de lo que crea que ayudaría nuestra empresa a mejorar este proyecto invernal— después de pronunciar dichas palabras el corazón de Shin comenzó a
Al llegar de regreso a Seúl el señor Na-moo dejo a Violeta en la estación, la chica se bajó, para hacer una leve reverencia en señal de agradecimiento, pero el clima había tomado más fuerza.—Señorita Schulz, ¿segura que no quiere que la lleve a donde se está hospedando?,el clima se ha alocado más, de hecho creo que fuimos suertudos en que no nos tocara en la carretera. — expreso preocupado el chofer, mientras veía asomado de la ventana a la joven.—No se preocupe señor Na-moo, en realidad ayer solo me quede con una amiga provisionalmente, pero que le parece que en cuanto tenga una ubicación estable le diré donde pueda dejarme, para próximas ocasiones ¿le parece? — acompañando su breve frase con un manierismo para dar a entender que todo estaría bien.La verdad que es que aunque Violeta confiaba mucho en el chofer, siempre procuraba no molestar a sus amistades con algo como dar su dirección por parte del trabajo, sobretodo porque no quería causar engorro a futuro, cosa que solo ella
En el momento que el metro se detuvo Violeta tomó sus pertenencias, justo en ese momento miro que aquel encantador joven con quien había tenido un agradable filtreo, se levantó, ágilmente se aproximó a la fémina con elegancia y carisma, pero desafortunadamente, ella estaba tan inmersa en salir que no prestó atención al acto del joven.Súbitamente estaba por caerse Violeta y ese misterioso hombre la tomo en sus varoniles brazos para evitar el accidente, con ese movimiento quedaron ambos con una escena tal de una película de romance, ella recargada en sus brazos, sus rostros contrapuestos sus rostros uno del otro, a escasos centímetros sus labios, , pero justamente casi como si una catapulta la impulsara ella se zafó de los brazos de él oportunamente para salir presurosa y exaltada por la intensidad del momento, dejando que la puerta del vagón se cerrara para que entre aquellos dos quedaran congelados mientras la puerta los separaba, el único gesto que tuvo aquel joven fue sonreír de f