La aproximación del CEO a paso firme pero seguro, con una mirada centrada en nada más y nada menos que en Violeta, pareciera que una señal de alerta había encendido los instintos de Shin, una sensación de calor intrínseco invadió su cuerpo momentáneamente al mirar de reojo la escena que tenía Violeta con aquel jovencito quien entablaba esa conversación tan afablemente, la chica de pronto se volvió hacia él con el fin de saludarle, pero casi por inercia tomó a la joven por los hombros casi como si intentara remarcar su presencia en ese momento que para el varonil hombre fuera una acción crucial. Pero crucial ¿para qué? Shin dentro de sí comento a reaccionar y ser más cociente sobre aquello que estaba haciendo en esos momentos “¿Pero qué demonios estoy haciendo?, estas a punto de iniciar una escena que en primer lugar no tienes derecho de hacer y en segundo lugar pero no menos importante, no es nada sana, siento como si de cierta manera retomara las viejas e incomodas maneras de actua
De pronto todo el ambiente se relajó dejando un aura de tranquilidad y confianza, la sensación de pesadumbre se retiró del cuerpo de Shin para por fin ir asimilando la situación más llevaderamente, el haber descubierto que hablar de este significativo malestar le haría más fácil considerar sus sentimientos y así pues organizarlos uno a la vez.— Sabes las emociones no son en lo absoluto malas, lo que si a veces es su mal manejo, como diría mi querida esposa, “todo sirve para algo” y creme jovencito esta no es una excepción.— Ha Joon se aproximó a él con una mirada fraternal que le provocaba, para después dedicarle una mirada que significaba un gesto de “todo estará bien”.—De verdad gracias señor Ha Joon, me son muy nutricias y alentadoras sus palabras, pero sobre todo su tiempo que me ha dado para ayudarme, ahora no solo lo considero un buen socio de materias primas para mis negocios, sino también un buen amigo, en verdad gracias— Poco después Shin de que le agradeció su amabilidad,
Una vez presente en ese mágico ambiente Shin se acercó a Violeta, casi podía sentir como su aroma de ella inundaba su sentido del olfato, casi al punto de ser embriagante, al sentir en ese momento la imponente presencia de Shin, Violeta se dio vuelta para ver de dónde provenía dicha sensación.—¿CEO, es decir Shin?, pensé que estaba arreglando unos negocios con los nuevos socios.—Bueno así fue, arregle lo necesario, sabes tengo bastante practica en esto, además de que no es el único fin de esta fiesta, creo que a estas alturas deberías saber cuáles o cual es el otro motivo de esta celebración.—Pues creo que además de hacer más relaciones con fines de negocios, sería la bienvenida de los nuevos trabajadores a la empresa, o ¿me equivoco? — le miro de reojo esperando que su respuesta fuera lo que él esperaba escuchar.—¡Vaya! Que profesional eres, es decir es una respuesta bastante neutral… digo no es como que esperara algo más personal, claro a no ser que…En ese instante, su instint
Tal como si algo hubiera refrescado su mente, Shin solo pudo sentirse aliviado, aunque un poco desanimado, porque realmente deseaba el sublime toque de los labios de parecían rebosar en deseo de ser besados, pero sabía que aquel misterio detrás de la aparente interminable libertad de ella podría hacer que ella se retractara ante la mínima equivocación, y que como apenas podía sentirse la atracción como aquella sensación de los rayos de sol que apenas irradian la calidez necesaria para revivir una atmosfera romántica, que esperaba que ella percibiera.Acaso eso no solo era eso que esperaba, para hacer esa jugada, ¿Quizás había algo más? Algo que pudiera ser un tope para que el avanzara mas allá, como siempre lo había hecho en sus anteriores relaciones, quizás un miedo a la falla, al patrón señalado por aquello que se había pasado de lo inconsciente a consciente, así de golpe, aparecía como pequeños frenos ante sus abalanzadas intenciones y acciones, una ancla que sabía que esta vez de
Habiendo al fin avanzado en la dirección que deseaba Shin se sentía sumamente seguro de sí mismo, pero no solo eso sino también sabía que si jugaba adecuadamente sus cartas lograría ese tan anhelado acercamiento, se sentía sumamente seguro de sí y sabía perfectamente que si jugaba adecuadamente sus cartas todo podría resultar en aquello que sin ser del todo consciente que anhelaba el cariño y amor de esa mujer desde el día que la vio sin saber prácticamente su nombre.De pronto una duda un pero, cruzo por su mente, por lo mucho o poco que sabía precisamente de ella que tan libre e indomable es como el viento, ¿Cómo sería posible que lograse que el viento se quedara con el siquiera a su alrededor?, el haber amado desde del deseo de la posesión, en su pasado ¿le había anclado una creencia?, el amor precisamente no significa pertenencia, que son las personas sino más que seres que pueden ser efímeros en un lapso de la vida, pero Shin no es de esos hombres que la fugacidad le hacían senti
Que es la dulce e intrigante espera que con un aire enigmático, donde el suspenso prolifera y se propaga a cada pensamiento antes cada acción o después de haber hecho hasta el mínimo gesto que pudiera haber cambiado el curso del futuro, cada uno había comenzado a sentirse la misma tensión que en un juego donde debías acomodar bien tus jugadas para avanzar a la siguiente etapa. Bajo tal consideración Shin desde que había tomado la b****a en relación a dar el mayor acercamiento hacia lo que deseaba que era la mirada constante de su adorada Violeta, su aroma, tacto, el sonido de su voz lo más cercano físicamente posible… Si bien a lapsos de su pensamiento le hacían incitar sus instintos biológicos más mundanos, el mismo se regresaba a su estado de equilibrio ya que no solo era lo que él deseaba innegablemente de la mujer que le robaba suspiros y le generaba un misterio impresionante. Aspiraba a tener que conocer los numerosos secretos que con llevaban la personalidad e historia circu
Un gélido y polar día, Shin se encontraba tomando con las dos manos su latte recién preparado con todo y su característica figura de gatito, formada por la espuma, por aquella chica de la cafetería que ya le había echado un ojo al apuesto Shin, pero cómo no hacerlo Shin, un hombre de 30 años de edad, con cabello negro, levemente ondulado, con un largo que caía por sus pronunciados y varoniles pómulos; unos labios rojizos, como si aquel color que dejan las cerezas después de comerlas, unos ojos de forma de avellana, color marrón con destellos de miel, tu barbilla levemente partida, con su tez blanca como la nieve.Era por eso que la chica que atendía aquella cafetería, no le quitaba los ojos de encima, tanto era así que parecía que lo había estudiado a detalle, puesto que recordó un día verle que sacaba un bolígrafo, con una pe
Pareciera que Shin presuroso, ansioso e incrédulo de sus propios sentimientos, terminó su deliciosa bebida, incluso olvidó tomarle la fotografía de siempre, tomo su portafolio de piel, sacando sus guantes de terciopelo negro ideales para el crudo invierno surcoreano. — ¡Hasta mañana!, Estuvo delicioso. — Se despidió les dejó una generosa propina en un cerdito de porcelana. Mientras en su cabeza retumbaba, un pensamiento que le inundaba de emoción e incertidumbre, todo a causa de la sonrisa de esa extranjera, pareciera que unas chispas incandescentes de atracción le habían exasperado sus sentidos. « No, Shin no podemos volver a enamorarnos así, solo es una chica, es más es una extranjera, que no sabes si podrás volverla a ver, ¡Que carajos estoy diciendo!, ¡Cómo si quisiera darme la oportunidad de amar de nuevo!, ¡Es más!, Porque estoy considerando el hecho de enamorarme así de una completa desconocida», de pronto apretó los ojos y labios. Ese discurso resonó en su cabeza, como si