Pareciera que Shin presuroso, ansioso e incrédulo de sus propios sentimientos, terminó su deliciosa bebida, incluso olvidó tomarle la fotografía de siempre, tomo su portafolio de piel, sacando sus guantes de terciopelo negro ideales para el crudo invierno surcoreano.
— ¡Hasta mañana!, Estuvo delicioso. — Se despidió les dejó una generosa propina en un cerdito de porcelana.
Mientras en su cabeza retumbaba, un pensamiento que le inundaba de emoción e incertidumbre, todo a causa de la sonrisa de esa extranjera, pareciera que unas chispas incandescentes de atracción le habían exasperado sus sentidos.
« No, Shin no podemos volver a enamorarnos así, solo es una chica, es más es una extranjera, que no sabes si podrás volverla a ver, ¡Que carajos estoy diciendo!, ¡Cómo si quisiera darme la oportunidad de amar de nuevo!, ¡Es más!, Porque estoy considerando el hecho de enamorarme así de una completa desconocida», de pronto apretó los ojos y labios.
Ese discurso resonó en su cabeza, como si se lo hubiera repetido a sí mismo con un altavoz en máxima potencia, hacía sus adentros. Cuando estaba a dos pasos de salir del lugar volteó casi por inercia a la dirección de la culpable de su inquietud, fue lo que pudo hacer sido uno de los 10 grandes errores que cometería de ahora en adelante, la vio reír por algún chiste que vio en su celular, con tal naturalidad, con una espontaneidad, como si solo ella existiera en aquel lugar. En ese momento se congelo, para la memoria de Shin, porqué de nuevo ella cruzó su mirada con la de él, así la castaña escucho su palpitar casi como una bocina, no pudo siquiera pensar.
Pero aun así él salió, ignorando cada célula de su ser que pedía cercanía a esa mujer; ella paralizada por esa cálida mirada que pudo atravesar su corazón, que había estado ausente para cuestiones del amor, esa ternura que emanaba ese encantador muchacho, le quitó hasta los pensamientos, que sucumbían en su distraída mente, todo lo que pasaba por su cabeza se apaciguó, dejando entrar una cálida sensación en su pecho.
Ambos siguieron sus caminos, cómo si todo eso que sucedió fuera solo una experiencia fugaz, etérea; casi como una serendipia, en todo el esplendor de la palabra, pero ignorándolo, como si eso pudiera tener un futuro siquiera a corto plazo.
No solo por él, sino porque ella, que respondía al nombre de Violeta, una chica que su forma de ser daba alusión a las fragatas, que podían estar en comunión total con su libertad, sin descanso, con una hambre de explorar, alguien decidida, aventurera, experimentada, espontánea, pareciera que era como un cometa en la vida de aquellos que no entendían su modo nómada de vida.
¿Podrían siquiera imaginarse cuán difícil es atar el viento?, pues algo así podría ser para Violeta una relación a esas alturas de sus 28 años de edad, pensarían algunos que nunca ha experimentado lo que es, el perderse por amor, se equivocan ya que igual que Shin, lo vivió, sintió y sufrió, pero la gran diferencia es que ella no tenía miedo del amor, solo mostraba un gran respeto, como un fenómeno que requiere verlo y disfrútalo desde el más maduro, tierno y experimentado lado de su corazón.
Cuando la ausencia de Shin se sintió en aquel lugar, Violeta sintió un escalofrío recorrer su espalda, atribuyéndoselo al frío, « ¿Y si...esto fuera más que una simple coincidencia?, o talvez un simple coqueteo casual como todos los que he vivido en mis innumerables viajes al rededor del mundo; si eso debe ser » pero con una duda creciente pensó y continúo comiendo sus bocadillos.
Hasta dejar algunas migas de pan, que limpio para poder después, tirarla en un contenedor de basura, se retiró y al igual que Shin dejó una propina, agradeciendo su servicio, con una leve reverencia, acompañado de una refrescante sonrisa.
Con su gran mochila en su espalda y todo su arsenal de ropas invernales se retiró, al salir vio el hermoso paisaje gélido que se presentaba ante ella esa nevada tarde en Seúl, con el río Han como el protagonista de esa congelada vista, comenzó a caminar hasta poder encontrar un hostal dónde hospedarse, guiándose de su GPS.
Como para Violeta era ya usual perderse en las grandes y pequeñas ciudades, no se molestó en seguir la ruta exacta, porque a veces el perderse era reencontrarse, con ella misma y una nueva versión sí.
Mientras caminaba por las calles de la cosmopolita ciudad, paraba en puestos callejeros de comida, probando bocados de cada cosa que encontraba, de repente paro en uno de esos muchos puestos, la melancolía le dibujó una sonrisa, después de muchos años vio uno de esos puestos de hottok, que se parecía donde comido por primera vez ese postre tan delicioso, pero no solo vino eso a su mente, sino con quién había disfrutado ese bocadillo, cerró momentáneamente los ojos.
« En ese tiempo me hubiera destrozado ver este lugar después del caos que él ocasionó, pero hoy, solo guardo un buen recuerdo» reflexionó y suspiró profundamente.Saludo a la dueña del local y pidió un hottok, la mujer respondió— ¡Por supuesto linda!— le atendió, dándole un hottok recién salido de la plancha.Violeta pagó exclamando— ¡A qué no se imagina cuánto espere por volver a probar los exquisitos hottok de nuevo!— mientras le daba un mordisco.Su cara de felicidad le hizo recordar, una pista de quien pudiera tratarse esa extranjera que tenía enfrente de ella, así que encargada del puesto, e intento hacer memoria lo mejor que podía.— Y tú no sabes cómo me recuerdas a otra extranjera que tenía jus
Cuando ambas mujeres se quedaron atónitas por ese golpe de suerte que tuvo Violeta, ambas se miraron y gritaron de asombro, para decir al mismo tiempo— ¡Pero que guapo es!— dejando salir un suspiro.Después se rieron mucho, continuaron hablando de increíble que es encontrarse a gente así de maravillosa en lugares tan comunes como una cafetería,—Pero eso debió ser porque era un lugar cerca del río Han, sino creo que no hubiera coincidido con él, además se ve que va seguido, parece ser muy sencillo pese a todo el éxito y fortuna que tiene— dijo la joven, tocándose la barbilla a modo de concentración.La señora Choi apenas podía contener su emoción como si estuviera viendo un drama surcoreano, que apenas empezaba.— ¡Pues qué esperas para ir de nuevo a ese lugar!, ¡es más!
Cuando ambos se vieron estrechando su mano, como colegas de trabajo, una pequeña fracción de emoción parecía descongelar aquello que ambos habían intentado mantener helado; como es que el toque de un simple extraño pudiera ser algo más que un coqueteo fugaz en un día de invierno, a vísperas de navidad, la verdad es que ninguno de ellos sabía o sospechaba lo que pudiere ser.Poco después en el salón de juntas se retiró Shin con su séquito de ayudantes, para continuar su arduo día de chequeo de empresas en las que &eacu
Poco después de tomar el descanso que tomó Shin, abrió sus ojos lentamente, mientras que sentía que su estómago estaba con el pleno gruñido, se levantó para así dirigirse a su nevera, tenía muchos alimentos pero en realidad ninguno le apetecía, por lo que se dispuso a pedir algo para comer pensó.«Creo que unos fideos jajangmyeon estaría bien, los pediré para que cuando regrese ya estén listos, pero para ser sincero creo que no sería suficiente, tendré que ir también a la tienda de conveniencia.»Pero sin antes verificar que seguía en su atiborrada agenda, que extrañamente tenía unas tres horas libres, por lo que con cierto alivio y alegría, mando su orden al restaurante de su elección y la pago se cambió de ropa a una más cómoda, aunque sea provisionalmente ya que debía cambiarse de nuevo para retornar a las siguientes actividades, por tanto debería su elegante y fina vestimenta.Tenía mucho tiempo que no me quedaba tiempo libre de esta forma entre horas laborales, considerando que s
— Buenas tardes señor Na-moo, Soy Violeta, ¿está listo para nuestro primer viaje? —, se inclinó levemente hacia el hombre mayor. — Por supuesto señorita Violeta, además estoy ansioso este tipo de trabajo es maravilloso, ¡me permite conocer muchos lugares y aprender! —, exclamó entusiasmado. — ¡Me alegro escuchar eso Señor Na-moo!, ¡así que manos a la obra!, nos espera un poco de nieve así que será un camino bello, ¿No cree? —, dijo la chica mientras se subía al auto. — ¡Claro! Estoy entusiasmado, así que vayamos. — cerró la puerta trasera, y subió al lugar del piloto. Mientras encendía el auto tuvieron una conversación cordial sobre como es Seúl en esa época, poco después quedaron en silencio, así que la chica comenzó a realizar su en vivo para transmitirlo en su página oficial, rápidamente tuvo respuesta de sus fans y seguidores alrededor del mundo. Al momento que ella compartía el precioso trayecto de un paraíso cosmopolita de la tan afamada Seúl, los fans lograban emocionarse a
Cuando hubo terminado la entrevista Violeta quedó inmersa en sus pensamientos debido a que la sensación que le trasmitió esa entrevista, mientras miraba las plantas y flores en su pleno esplendor una sensación de alivio y entusiasmo le invadio, miraba de cerca esos seres vivos que disfrutaban su momento, el presente como expresando su belleza alegraban la vista inclusive el día de las personas que las miraban.— ¿Este mensaje en este preciso momento será lo que en realidad necesitaba?, dejar que todo fluya como la naturaleza hace que nazca un brote de planta apartir de lo que va dando el ambiente y el momento…—, comenzó a preguntarse a sí misma murmurando, cuando una inquietud alegre invadía su cuerpo, cuando se vio interrumpida por la señora Jiyu.—Señorita disculpe que la interrumpa pero quería darle un regalo, me parece que esta flor podría darle ese mensaje que parece estar buscando, a veces a través de la naturaleza podemos entender de mejor manera el curso de la vida, porque sab
— ¿Hola, Señorita Schulz? — una voz masculina con aire curioso salía de la bocina del móvil de Violeta.— ¡CEO Park! Sí… ¡sí! Dígame, ¿en qué puedo servirle?, le informo que justo hace unos minutos he terminado la entrevista con la gerente y dueña del café happy flower, fue todo un éxito…— aun cuando en un inicio de la llamada su rostro señalaba un sonrojo intenso rebosante en sus mejillas, intento controlar su tono de voz, aun cuando era casi imposible que no notara las innecesarias pausas que se tomaba para comunicar su mensaje entre oraciones.—Señorita Schulz... — pronuncio de nuevo con cierto tono aterciopelado de su voz llamando a aquella chica que le causaba un revoltijo de emociones y sensaciones dentro de él.—Escuche, tengo algo que quiero que haga mañana a primera hora, necesito que se presente a mi oficina, tráigame una propuesta de lo que crea que ayudaría nuestra empresa a mejorar este proyecto invernal— después de pronunciar dichas palabras el corazón de Shin comenzó a
Al llegar de regreso a Seúl el señor Na-moo dejo a Violeta en la estación, la chica se bajó, para hacer una leve reverencia en señal de agradecimiento, pero el clima había tomado más fuerza.—Señorita Schulz, ¿segura que no quiere que la lleve a donde se está hospedando?,el clima se ha alocado más, de hecho creo que fuimos suertudos en que no nos tocara en la carretera. — expreso preocupado el chofer, mientras veía asomado de la ventana a la joven.—No se preocupe señor Na-moo, en realidad ayer solo me quede con una amiga provisionalmente, pero que le parece que en cuanto tenga una ubicación estable le diré donde pueda dejarme, para próximas ocasiones ¿le parece? — acompañando su breve frase con un manierismo para dar a entender que todo estaría bien.La verdad que es que aunque Violeta confiaba mucho en el chofer, siempre procuraba no molestar a sus amistades con algo como dar su dirección por parte del trabajo, sobretodo porque no quería causar engorro a futuro, cosa que solo ella