Ivy tenía sólo diecinueve años cuando ocurrió la desgracia, se había decidido a vivir su vida enfocada en su futuro y en obtener buenas calificaciones pero últimamente las discusiones entre su madre y padre eran más intensas, algunas veces tenía que interferir y le dolía que el hombre que le dió la vida no hiciera ni el más mínimo esfuerzo en mejorar, ellos no tenían muchos objetos de valor en su hogar, él lo había vendido todo para poder seguir apostando.
Era increíble como pasaron de tener una vida arreglada y buena posición económica a no tener estabilidad, una prueba más de que no había garantía de nada. Aún recordaba el nudo en su garganta al ver personas de mucho poder intentar llevarse a su madre, Ivy tenía presente que alguien debía cuidar de sus hermanos pequeños, no podían quedarse sin mamá, así que fué ella quién se entregó a aquel hombre sabiendo que cosas malas podrían ocurrirle pero importaba más que no lastimaran al resto de su familia, intuía que las apuestas acabarían causando serios problemas. Pero no que sería ella quien pagaría las consecuencias. —Has pasado por mucho bebé, ese desalmado arruinó tu vida, aún me sorprende que no abusó de ti todo ese tiempo que te mantuvo cautiva —dijo su mejor amigo mirándola con empatía mientras acariciaba su hombro. —Sólo buscaba alguien con quién satisfacer sus fetiches... Mantuvo su cuerpo atado en cuerdas y suspendido desde el tejado, a veces la golpeaba para su mero disfrute, otras ocasiones la dejaba sin comer o beber algo. Ivy no entendía porque el Sr Richie era tan hostil y antipático, pero el tiempo que pasó en ese lugar era como una pesadilla sin fin. —Creo que necesitas ir a terapia cariño, mereces tener una buena vida, y no que se resuma a esto. —Realmente, me resulta increíble que no necesitara estar en el infierno para llegar a sentirlo, por un momento pensé que moriría allí, él adoraba humillarme, creo que mi padre le debía más dinero del que pudiera imaginar y por eso se desquitaba conmigo... —A veces no entendemos como alguien tan cercano y que se supone que debe amarnos decide traicionar de la peor forma —respondió el joven con una sonrisa triste. —Nunca lo perdoné. —Y estás en todo tu derecho, el perdón está sobrevalorado, creo que puedes empezar desde cero con quién realmente aportó algo positivo en tu vida, pero si una persona decide herirte, ten por seguro que no es necesario mantenerla a tu lado y recuerda que la muerte no santifica monstruos—le aconsejó su mejor amigo. Ivy le brindó una sonrisa, le alegraba tener a alguien en quién refugiarse todas las veces que se sentía rota, a veces deseaba tener más amigos con los que pudiera desahogarse y descansar los domingos por la mañana viendo películas, ella sabía que las personas a su alrededor en todos esos clubes que frecuentaba no eran amistades reales, ni siquiera conocían a la verdadera mujer que ocultaba detrás de todo ese maquillaje y ropa escotada. —Gracias por acompañarme, a veces siento que en este mundo todo es tan frágil, en cualquier momento sólo podría destruirse... —No agradezcas preciosa, siempre estaré aquí para ti, aún en los días más tristes —respondió acariciando su cabeza. Ivy se recostó en sus piernas y pudo dormir tranquila mientras Cris la miraba con algo de pesar deseando una mejor vida para su mejor amiga. ************** —¡Ivy! Los gemelos corrieron contentos hacia su hermana mayor y le dieron un fuerte abrazo que eliminó todo sentimiento de tristeza dentro de ella, siempre le había parecido que sus hermanitos lucían tiernos con aquel uniforme, ese día cuidaría de ellos porque su mamá iría a el doctor. Era una fortuna tener los fines de semana en conjunto con los lunes libres porque así podría pasar más tiempo con su familia. —¿Cómo les fue Silvie? Te pregunto a ti porque se que Iván no es honesto cuando hace travesuras. —Maravilloso, nos encanta nuestra nueva profesora, el camino en el bus escolar es genial y no te preocupes, está vez nuestro hermano si se portó muy bien... —Ya dejen de hablar como si no estuviera aquí — Intervino el niño con el ceño fruncido. —Como quieran, vayan a darse un baño y cambiarse de ropa, iremos al parque. —¡Si! —Gritaron ambos al mismo tiempo y corrieron a la habitación. Les gustaba hacer eso en el tiempo libre, Ivy pensaba en que si buscaba pasatiempos para sus hermanitos ellos crecerían como niños normales y felices, tal y como era su vida antes de que su padre se volviera un rufián adicto a las apuestas. Fuera de eso le ardían un poco los raspones a causa del tonto que la atropelló, era una suerte que hubiera conseguido ese dinero, para ella era una fortuna aunque no sabría cómo explicarle a su madre las circunstancias en que lo había obtenido. —¿Podemos jugar en el parque Ivy? —Le preguntó su hermanito con una sonrisa. —Está bien, pero sin pelear con otros niños ni juegos bruscos —advirtió con seriedad. Sabía que los niños no harían tal cosa porque siempre habían sido obedientes pero no estaba de más advertir. Intentaba pensar en sus días como estudiante a los dieciséis años en dónde todo era simple aunque a esa edad sentía que era demasiado para soportar, pasaba desapercibida entre las demás chicas, no porque no fuera atractiva o se le dificultara entablar conversaciones, quería asegurarse de encontrar al hombre indicado y fue así como vió a aquel chico, fue atracción a primera vista y en cuestión de semanas ya estaban saliendo. Si pudiera definir cómo era la relación usaría la palabra "intensidad" y el sexo era increíble, pudo explorar por primera vez un montón de sensaciones nuevas con aquel muchacho y creer en que realmente tendrían un futuro juntos. Pero eso no sucedió, como muchos de los amoríos en la adolescencia se desmoronó a causa de rumores de una supuesta infidelidad. Ivy nunca fué infiel, adoraba a aquel chico pero no fue muy difícil para él deshacerse de ella y continuar con su vida. Sin embargo no sentía nada al recordar aquellos eventos, había pasado mucho y más que molesto le resultaba agradable pensar en esos días. —Disculpe joven. Ivy deja de buscar más recuerdos en su mente y se gira hacia la voz de el extraño a sus espaldas, este tenía una expresión tranquila mientras sacaba una hoja de su morral. —¿En qué puedo ayudarte? —Le preguntó con una sonrisa cortes. —Un señor me ha dado esta carta, no tengo idea de quién era porque él solo se sentó a mi lado y me dijo que se la hiciera llegar a usted —respondió con algo de vergüenza. —Está bien, muchas gracias —dijo la joven algo confundida de la situación. Abrió el sobre y sintió como un escalofrío le recorria todo el cuerpo, conocía esa letra. "Hola princesita, espero no te hayas olvidado de mí porque yo te pienso todos los días, estuve buscándote por todos lados y déjame decirte que el apartamento donde vives es precioso y por cierto, te queda hermosa esa blusa". Atentamente: Tu dueño, Richie.Cuando la policía se involucró en el caso por su desaparición no encontraron ni un solo rastro de aquel demente obsesionado con torturar mujeres, sólo a la joven desnuda suspendida con cuerdas desde el techo con múltiples heridas y lesiones en todo su cuerpo, Ivy no pudo hablar durante meses tras su experiencia en aquel lugar y su agresor jamás pagó porque huyó. Supo también que su padre había sido asesinado a disparos unos días después de que ella fuera ingresada a emergencia. Richie era el responsable, tenía contactos y Frank le debía dinero que se suponía estaría pagado una vez ella se fuera con él, no sabía que le dolía más, que le hubieran hecho daño o la traición de su propio padre, el mismo hombre que de niña le contaba historias antes de dormir para tranquilizarse. Quien se suponía debía protegerla. La pesadilla nuevamente se hizo presente en la vida de Ivy cuando pensaba que al fin podía sentirse tranquila, su verdugo la había encontrado otra vez. —¡Vengan niños! —Gritó la
Pov Mathew. —Esto es inaceptable, eres una m*****a decepción Mathew, ¿Que no piensas antes de hacer las cosas? —Honestamente no. Leonard Hoogen, el ingeniero y CEO de la compañía de cosméticos Hoogen Beauty sabía que no viviría por siempre y tenía los ojos puestos en su único hijo, había depositado sus esperanzas en que Mathew pudiera sacar a la familia y todos sus negocios adelante pero no había hecho más que meterse en problemas y despilfarrar el dinero en fiestas, alcohol y mujeres. Se suponía que a los 25 años empiezas a tomar buenas decisiones, pero su hijo cada vez estaba más lejos de un futuro estable con una familia y vida honorable. —Estoy harto de sacarte los pies del lodo y arreglar todo con dinero, si vuelven a arrestarte por conducir a exceso de velocidad dejaré que te pudras en la cárcel —sentenció alzando la voz. —Ay por favor papá, sabes que solo intentó pasarla bien, el trabajo es agotador... —Tus primos hacen el doble de lo que tú y no están quejándose ni haci
Pov Ivy.Por supuesto que se iba a embriagar, había tenido que alejar a su familia porque nuevamente alguien que había arruinado su vida amenazaba con regresar, a Ivy no le importaba en lo absoluto lo que pudiera sucederle, se lo repetía una y otra vez mientras se miraba en el espejo de aquel club, las personas que de verdad amaba ya estaban a salvo.¿Entonces por que sentía que todo se estaba destruyendo a su alrededor?Quizás porque asi era, en su empleo habían hecho reducción de personal y ya no la necesitaban, lo único positivo es que su madre había dividido el dinero y tenía lo suficiente para pagar alquiler y sobrevivir por un tiempo, era lo unico importante suponía. Otra idea que se cruzaba por su mente era poner fin a su vida, lo dejaría como el plan c.— Vamos amiga, vinimos a divertirnos, entiendo que te sientas mal de que ya no vivas con tu madre y los gemelos pero es por un bien — La animó Cristopher dandole palmaditas en sus hombros.— Sólo quiero embriagarme hasta fallec
— No creo que este sea el lugar indicado para tocar un tema como ese ahora que nos pusimos serios.Ivy tenía muchos sentimientos encontrados, si algo tenía claro es que no deseaba casarse nunca, mucho menos tener hijos, ya había sufrido demasiado y sabía que requería de mucho valor y estabilidad para ese paso, dos características que precisamente ella no tenía, por primera vez en mucho tiempo se sentía de más en aquel club, echó un vistazo por la pista en busca de su mejor amigo y lo pudo hallar pasándola en grande con su compañero de baile.Pensó que era mejor dejarlo disfrutar mientras ella hablaba con su ex quién guardaba silencio en la espera de una respuesta de la muchacha.— Podemos hablar afuera y luego regresar por tu amigo cuando volvamos adentro — Acabó proponiendo Mathew.A diferencia de ella, lucía tranquilo, tenía el control de la situación y sunque le enojara asintió. Sólo deseaba que su familia estuviera a salvo y tener una vida tranquila.— ¿Y si yo aceptará cuánto din
Ivy siempre desde niña soñaba con convertirse en alguien importante de quién pudiera sentirse orgullosa algun día, tenía todo lo necesario para lograrlo y agallas le sobraban, algo que en el presente le causaba una enorme decepción. No dejaba de pensar en aquella noche frente a Mathew Hoogen, sus ojos mirándola fijamente esperando una respuesta de su parte conteniendo una sonrisa siniestra, como si supiera que obtendría un "sí" antes de que la joven hablara.Era inevitable un amargo final como ese cuando la desesperación era cada vez mas evidente, todos tenían un precio, asi que cuando Ivy aclaró su garganta y aceptó el trato sabiendo que era una decisión arriesgada, la sonrisa del joven se hizo mas grande, le había dado lo que quería y sólo Dios sabía cuál sería su destino.— Hiciste lo correcto cariño, no te arrepentirás y saldrás bien premiada una vez se cumpla el plazo que planifiqué — Respondió tocando su hombro.— No me toques, y que conste, lo hago porque realmente necesito el
Ivy se sentía indefensa y jamás imaginó que volvería a experimentar una sensación como esa, de solo recordar todos los golpes que recibió y la forma en que fue abusada le daban escalofríos, el como su cuerpo fue ultrajado y usado como si de un juguete se tratase le generaba tanta impotencia dentro de si misma que alimentaba su furia, no entendía por qué la maldad siempre destrozaba a las personas buenas y estas se tenían que ver obligadas a sacrificar sus ideales para alcanzar una vida plena.Era exactamente como se sentía, pese a que Mathew le hablaba durante todo el trayecto a casa de sus nuevos suegros ella continuaba perdida en sus pensamientos, sabía que las mujeres de carácter inquebrantable no eran esposas sumisas y obedientes, pero también que debía actuar a la altura si queria conseguir el premio y lograr el objetivo de prosperar.— Te sienta increible el color blanco ¿Lo sabes no? Viniendo de alguien como Mat ese era sin duda un elogio destacable, él en cambio le restó impo
Cuando llegaron a la casa el lugar ya estaba bloqueado por la policía y completamente en llamas, Ivy intentó ingresar pero Mathew no se lo permitió, sabía que ya no tenía caso tener esperanzas de que su familia estuviera bien. La jóven en cambio estaba destrozada y por mucho que trató de contenerse, lágrimas empezaron a caer de su rostro acompañadas de la desesperación de tan solo imaginar todo el sufrimiento que tuvieron que vivir en su ausencia.Ella se esforzó hasta el final y estaba dispuesta a seguirlo intentando hasta que dejara de respirar, asi que cuando vió como trasladaban dos cuerpos sintió lo que era el verdadero horror y entendió que no existia la esperanza.—¡Mis niños! — Gritó sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.Se aferró a los brazos de Mathew mientras Intentaba tomar aire y no desvanecerse hasta que a lo lejos vió a su madre correr hasta ella angustiada con sus hermanitos.¿O era solo un espejismo? — ¡Ivy! — No entiendo nada — Murmuró Mathew observando
Ivy estaba muerta del cansancio, había estado de un lado a otro en compañía de Mathew, ahora que sabía que iba a contraer matrimonio con el joven millonario sólo le quedaba decir que jamás volvería a casarse con nadie más aunque de igual forma ya no lo necesitaría. Aprovechó el día libre de su molesto futuro esposo para salir con su mejor amigo por unas copas y divertirse como en los viejos tiempos, eso ayudaría a subir su estado de ánimo.Así que ahí estaban, en la pista de baile pasándola en grande e inventando nuevos pasos, las risas no faltaron y la noche era joven, Ivy era ella misma cuando se rodeaba de personas que le importaban así que no se reprimía como en casa de Lilly y Leonard u otros lugares en dónde había tenido que estar en contra de su voluntad.— ¿Cómo te sientes hoy amiga?— Realmente necesitaba esto, me caso la semana que viene y debo aprovechar tanto como me sea posible.— Ve el lado bueno la pasarás de maravilla en Barbados ¿No es ese un sueño hecho realidad?— E