Pov Mathew.
—Esto es inaceptable, eres una m*****a decepción Mathew, ¿Que no piensas antes de hacer las cosas? —Honestamente no. Leonard Hoogen, el ingeniero y CEO de la compañía de cosméticos Hoogen Beauty sabía que no viviría por siempre y tenía los ojos puestos en su único hijo, había depositado sus esperanzas en que Mathew pudiera sacar a la familia y todos sus negocios adelante pero no había hecho más que meterse en problemas y despilfarrar el dinero en fiestas, alcohol y mujeres. Se suponía que a los 25 años empiezas a tomar buenas decisiones, pero su hijo cada vez estaba más lejos de un futuro estable con una familia y vida honorable. —Estoy harto de sacarte los pies del lodo y arreglar todo con dinero, si vuelven a arrestarte por conducir a exceso de velocidad dejaré que te pudras en la cárcel —sentenció alzando la voz. —Ay por favor papá, sabes que solo intentó pasarla bien, el trabajo es agotador... —Tus primos hacen el doble de lo que tú y no están quejándose ni haciendo estupideces por ahí. —Por supuesto que la comparación no podía faltar —respondió el joven con seriedad. —No es esa mi intención, sólo me preocupo por ti y de lo que haz hecho con tu vida, ¿Si quiera tienes alguna meta por fijar que no sea esperar el fin de semana para embriagarte e ir por putas? —No, y no les llames así, son damas de compañía —se defendió el joven. —¿Cuál es la m*****a diferencia? Y borra esa sonrisa, no estoy nada orgulloso de lo que haces, voy a bajarte el sueldo, quizás eso te ayude a cambiar esa actitud tan molesta y empieces a tomarte en serio tus deberes, sabes cómo puedo ser cuando me buscas el lado malo. —Eso ni siquiera es legal, ya bloqueaste todas mis tarjetas... —Soy tu padre, me importa una m****a lo que digas —finalizó retirándose de la habitación. Sabía que su vida era un vaivén de emociones pero no le afectaba en lo absoluto porque se había acostumbrado a estar solo, sin embargo estaba hasta el cuello de las personas a su alrededor diciéndole que hacer con su vida, su única motivación era el dinero y gastarlo, se sentía como un maldito cliché del típico chico que jamás tuvo atención de su familia pero era mas que eso, a él simplemente le gustaba la vida fácil porque jamás tuvo que luchar por nada. Sus cuentas estaban en cero y pedir ayuda a su padre era un no asegurado así que pensó que quizás era buena idea pasar la noche en aquella casa con su familia y compartir con ellos, al día siguiente determinaría que haría, sabía que no había realizado nada memorable a lo largo de su vida, si pudiera definirse así mismo diría que es un holgazán pero a pasos lentos lo intentaba. Estar en su vieja habitación era extraño, habían fotografías y una de ellas se destacaba entre todas, Ivy, su ex novia en la adolescencia siempre tuvo una sonrisa cautivante y una personalidad imposible de ignorar, jamás encontró a alguien con su carácter, fué su primera relación formal, por supuesto que la recordaría, era increíble que la chica por el contrario ni sabía de su existencia. —Ivy Montana. Siento que esto es más que una casualidad —dijo en voz alta. Para ser honesto lucía mucho mejor que la última vez y eso que siempre había sido una chica muy guapa, una sonrisa se asomó en su rostro, adoraba a esa mujer, su forma de ser tan atrevida y dominante lo volvía loco, luego de graduarse fué como si la tierra se la hubiera tragado. Dejó de lado aquellos pensamientos y salió de su habitación para comer algo en la cocina, más las voces provenientes del despacho de su padre captaron su atención, se ubicó tras la puerta para poder oír la conversación entre las dos personas en el interior. —Estoy pensando en no darle a Mathew su fideicomiso y renovar mi testamento para dejarlo fuera... —Pero Leonard es tu hijo, y nadie sabrá manejar la empresa como él. —Por favor Lily, mira como es su vida ahora, no se toma en serio ni él mismo, quizás si me demostrara que realmente está mejorando yo lo consideraría y hasta le daría el ascenso que tanto me ha pedido, pero el no se gana absolutamente nada —aclaró el CEO con molestia. —¿No crees que eres muy duro? —Insistió la mujer. —Pienso que tú eres demasiado dócil, ni siquiera sabemos en que diablos se gastó cincuenta mil dólares, ya es momento de que busque una mujer que le dé dirección a su vida, tiene veinticinco años ahora, pero no los tendrá siempre y yo no quiero dejar todo lo que me tomó años construir en manos de un bueno para nada. Eso había sido preocupante para Mathew, no le convenía perder su fideicomiso y herencia, tampoco un lugar destacable en la empresa. Se ocultó apenas escuchó que sus padres habían finalizado la plática pero desde luego que seguiría pensando en ello, no podía dejar ir aquella oportunidad de obtener todo lo que siempre había querido, dinero, gloria y poder. Tenía que elegir bien sus batallas y planear una jugada que le garantizara su nombre en aquel testamento. Durante toda la noche estuvo pensando en que sería lo mejor para él. ¿Hasta donde era capaz de llegar? *************** —Tengo un anuncio importante que hacer. Mathew se levantó con una sonrisa de oreja a oreja mientras que sus padres lo miraban con extrañesa, en realidad ninguno de los dos esperaba algo bueno de su único hijo pero sólo podian limitarse a escuchar que iba a decir. —¿Qué sucede? —Le pregunta Lily, su madre. —He estado pensando y verdaderamente necesito organizar mi vida, me he dado la oportunidad con una chica y estoy profundamente enamorado de ella, es mi novia desde hace un tiempo, e incluso he estado pensando en proponerle matrimonio... —Eso no te lo crees ni tu mismo —respondió leonard con cara de pocos amigos. —No estoy mintiendo, ¿Ustedes de verdad piensan que yo no puedo aprender de mis errores? —Se defendió fingiendo indignación. Las clases de actuación a los quince años le estaban resultando útiles en circunstancias como esas. —De uno o dos tal vez, pero llevas jodiendo desde casi toda tu vida... —Gracias papá, tomaré de forma positiva tu comentario, les demostraré que soy un hombre nuevo con acciones y no solo palabras. —Vale, te daré un voto de confianza, sólo si el fin de semana nos presentas a la muchacha, en caso de ser cierto me quitaria un peso de encima porque es angustiante tu situación, ni siquiera espero nada de ti. Leonard quería mantener su seriedad, pero dentro de si mismo se sentía orgulloso, había sido criado en un ambiente cristiano y con el pensamiento de que en cierta edad debía conseguir esposa y compartir el resto de su vida con ella, tuvo una vida plena y quería lo mismo para su hijo aunque no supiera exactamente cuál era el concepto de felicidad que Mathew tenía en su cabeza. —Me disculpo por haber chocado el auto ayer pero deseaba ver a mi novia y estaba apresurado, debí mencionarlo antes pero pensé que no me creerían —respondió el joven fingiendo tristeza. Lo terrible era ver como los demás parecían ilusionados por las palabras de aquel mentiroso muchacho que sólo deseaba que su padre le desbloqueara sus tarjetas y le diera el acenso que tanto quería. Al salir de casa se sentía satisfecho de su maravillosa actuación, sabía que se había salido con la suya y era apenas el comienzo de su planificación, su celular empezó a sonar y al desbloquearlo era un mensaje de parte de el detective privado de su familia, en cuestión de horas había logrado recopilar toda la información que necesitaba. Y sin tiempo que perder se estaba dirigiendo al club que Ivy frecuentaba todos los fines de semana. Era la elegida, y tenía una propuesta imposible de rechazar.Pov Ivy.Por supuesto que se iba a embriagar, había tenido que alejar a su familia porque nuevamente alguien que había arruinado su vida amenazaba con regresar, a Ivy no le importaba en lo absoluto lo que pudiera sucederle, se lo repetía una y otra vez mientras se miraba en el espejo de aquel club, las personas que de verdad amaba ya estaban a salvo.¿Entonces por que sentía que todo se estaba destruyendo a su alrededor?Quizás porque asi era, en su empleo habían hecho reducción de personal y ya no la necesitaban, lo único positivo es que su madre había dividido el dinero y tenía lo suficiente para pagar alquiler y sobrevivir por un tiempo, era lo unico importante suponía. Otra idea que se cruzaba por su mente era poner fin a su vida, lo dejaría como el plan c.— Vamos amiga, vinimos a divertirnos, entiendo que te sientas mal de que ya no vivas con tu madre y los gemelos pero es por un bien — La animó Cristopher dandole palmaditas en sus hombros.— Sólo quiero embriagarme hasta fallec
— No creo que este sea el lugar indicado para tocar un tema como ese ahora que nos pusimos serios.Ivy tenía muchos sentimientos encontrados, si algo tenía claro es que no deseaba casarse nunca, mucho menos tener hijos, ya había sufrido demasiado y sabía que requería de mucho valor y estabilidad para ese paso, dos características que precisamente ella no tenía, por primera vez en mucho tiempo se sentía de más en aquel club, echó un vistazo por la pista en busca de su mejor amigo y lo pudo hallar pasándola en grande con su compañero de baile.Pensó que era mejor dejarlo disfrutar mientras ella hablaba con su ex quién guardaba silencio en la espera de una respuesta de la muchacha.— Podemos hablar afuera y luego regresar por tu amigo cuando volvamos adentro — Acabó proponiendo Mathew.A diferencia de ella, lucía tranquilo, tenía el control de la situación y sunque le enojara asintió. Sólo deseaba que su familia estuviera a salvo y tener una vida tranquila.— ¿Y si yo aceptará cuánto din
Ivy siempre desde niña soñaba con convertirse en alguien importante de quién pudiera sentirse orgullosa algun día, tenía todo lo necesario para lograrlo y agallas le sobraban, algo que en el presente le causaba una enorme decepción. No dejaba de pensar en aquella noche frente a Mathew Hoogen, sus ojos mirándola fijamente esperando una respuesta de su parte conteniendo una sonrisa siniestra, como si supiera que obtendría un "sí" antes de que la joven hablara.Era inevitable un amargo final como ese cuando la desesperación era cada vez mas evidente, todos tenían un precio, asi que cuando Ivy aclaró su garganta y aceptó el trato sabiendo que era una decisión arriesgada, la sonrisa del joven se hizo mas grande, le había dado lo que quería y sólo Dios sabía cuál sería su destino.— Hiciste lo correcto cariño, no te arrepentirás y saldrás bien premiada una vez se cumpla el plazo que planifiqué — Respondió tocando su hombro.— No me toques, y que conste, lo hago porque realmente necesito el
Ivy se sentía indefensa y jamás imaginó que volvería a experimentar una sensación como esa, de solo recordar todos los golpes que recibió y la forma en que fue abusada le daban escalofríos, el como su cuerpo fue ultrajado y usado como si de un juguete se tratase le generaba tanta impotencia dentro de si misma que alimentaba su furia, no entendía por qué la maldad siempre destrozaba a las personas buenas y estas se tenían que ver obligadas a sacrificar sus ideales para alcanzar una vida plena.Era exactamente como se sentía, pese a que Mathew le hablaba durante todo el trayecto a casa de sus nuevos suegros ella continuaba perdida en sus pensamientos, sabía que las mujeres de carácter inquebrantable no eran esposas sumisas y obedientes, pero también que debía actuar a la altura si queria conseguir el premio y lograr el objetivo de prosperar.— Te sienta increible el color blanco ¿Lo sabes no? Viniendo de alguien como Mat ese era sin duda un elogio destacable, él en cambio le restó impo
Cuando llegaron a la casa el lugar ya estaba bloqueado por la policía y completamente en llamas, Ivy intentó ingresar pero Mathew no se lo permitió, sabía que ya no tenía caso tener esperanzas de que su familia estuviera bien. La jóven en cambio estaba destrozada y por mucho que trató de contenerse, lágrimas empezaron a caer de su rostro acompañadas de la desesperación de tan solo imaginar todo el sufrimiento que tuvieron que vivir en su ausencia.Ella se esforzó hasta el final y estaba dispuesta a seguirlo intentando hasta que dejara de respirar, asi que cuando vió como trasladaban dos cuerpos sintió lo que era el verdadero horror y entendió que no existia la esperanza.—¡Mis niños! — Gritó sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.Se aferró a los brazos de Mathew mientras Intentaba tomar aire y no desvanecerse hasta que a lo lejos vió a su madre correr hasta ella angustiada con sus hermanitos.¿O era solo un espejismo? — ¡Ivy! — No entiendo nada — Murmuró Mathew observando
Ivy estaba muerta del cansancio, había estado de un lado a otro en compañía de Mathew, ahora que sabía que iba a contraer matrimonio con el joven millonario sólo le quedaba decir que jamás volvería a casarse con nadie más aunque de igual forma ya no lo necesitaría. Aprovechó el día libre de su molesto futuro esposo para salir con su mejor amigo por unas copas y divertirse como en los viejos tiempos, eso ayudaría a subir su estado de ánimo.Así que ahí estaban, en la pista de baile pasándola en grande e inventando nuevos pasos, las risas no faltaron y la noche era joven, Ivy era ella misma cuando se rodeaba de personas que le importaban así que no se reprimía como en casa de Lilly y Leonard u otros lugares en dónde había tenido que estar en contra de su voluntad.— ¿Cómo te sientes hoy amiga?— Realmente necesitaba esto, me caso la semana que viene y debo aprovechar tanto como me sea posible.— Ve el lado bueno la pasarás de maravilla en Barbados ¿No es ese un sueño hecho realidad?— E
Mathew.El dolor de la resaca del día después era el peor de los males, pero recordando todos los acontecimientos de la noche anterior y la forma en que perdió el control y experimentó tal humillación en público lo puso de muy mal humor, no podía creer que ni estando en una situación delicada Ivy dejaba de desafiarlo. Esa mujer se convertiría en su perdición y sabía que una vez se casara las cosas aumentarían de nivel.Sin embargo no conocía a nadie más que fuese capaz de tal hazaña y una parte de él disfrutaba esos pequeños intercambios de palabras y discusiones, Ivy le resultaba fascinante y a la vez intrigante, así que pese a todo el desastre de la noche anterior tomó su teléfono dispuesto a llamarla.Pero la mujer no le respondía, así que tendría que hacer algo al respecto."Será mejor que contestes el maldito teléfono o te pondré a ti y a tu familia de patitas en la calle, tenemos un problema y debemos resolverlo"Pulsó enviar sin ningún tipo de remordimiento, desde hace años se
Ivy.— ¿No fui lo suficientemente claro cuando te dije que no te lo comieras? La joven mantenía la vista puesta en su batido de chocolate para no sentir la mirada decepcionada de su mejor amigo. Faltaba poco para la llegada de su suegra en aquel café en dónde era el punto de encuentro así que Ivy aprovechó esa oportunidad para poner a Christopher al corriente.Si bien se había jurado así misma no caer ante los impulsos de sus deseos carnales no lo había cumplido al pie de la letra, no solamente pasaron todo ese tiempo besandose y jugueteando, casi acabaron haciéndolo sobre el sofá, de no haber sido por la repentina llegada de su madre la historia sería distinta.— Una recaída la tiene cualquiera Christopher.— ¡Es tu ex tóxico! — Le recriminó.— No es mi culpa, estaba ovulando...— Si, claro, échale la culpa a eso, como sea, al menos no pasó a mayores aún.— ¿Cómo que aún? Es increíble la poca fé que me tienes — Expresó fingiendo tristeza.En realidad quería reírse a hacer algo me qu