Capítulo 51

Levy, con una extraña mezcla de sensaciones recorriendo su cuerpo, se quitó la bata de médico que habitualmente llevaba al trabajar, y se dirigió al parking del hospital. Seguramente lo que ese hombre había dicho fuera solo un delirio de enfermo, causado por la ingente cantidad de medicamentos que le habían inyectado en las últimas horas, pero necesitaba comprobarlo por si mismo.

Antes de salir de allí había cogido la dirección de Meg de los ficheros de personal del hospital, en los que aún constaban sus datos personales, así que llegar a su casa no le costó demasiado, aunque si que le extrañó el barrio tan conflictivo en el que vivía Meg, hubiera esperado que viviera en un sitio más seguro, y sobre todo, más agradable. Aparcó enfrente del número que indicaba el gps, y se quedó sentado dentro de su coche durante al menos quince min

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