El interrogatorio ha terminado o eso pienso cuando el capitán sale. El abogado de Isabel está con nosotros, pero de momento no lo dejo entrar y es porque necesito saber todo lo que dirán.—¿Cómo cuenta sus hechos? —pregunta William.El capitán me ve con desconfianza, pero William le explica que yo pagué para que investigará de forma discreta. El capitán solo nos dice que lo acompañemos a su oficina para más privacidad, y claro que el abogado nos acompañará, pues si ella confía en él, entonces yo también.Al cerrar la puerta, el capitán nos cuenta que Isabel se iba a ir del estado porque no tiene a donde ir, dijo que su madre esta viviendo con su esposo, pero que a Isabel se le dificulta estar con ello. Y que como el apartamento está en mal estado y no puede mantener al bebé ahí, planeaba irse y no porque huyera del caso, solo que no tenía a dónde ir.Antes pensaba que Isabel siempre le chismeaba a Alejandro las cosas que mi familia le hacía a ella, pero ella no le comentó mucho a la p
César.Acomodé a Isabel en una habitación de huéspedes, aunque solo tenía la ropa del niño y lo entiendo, mi madre me confesó que le había tirado la ropa, tal vez no pueda reclamar el apartamento para Isabel porque lamentablemente mi hermano se lo dejó a Nicolle, y con el vídeo de él ahorcando a Isabel tiene sentido ahora, Nicolle es su amante y esperaba también un hijo de Alejandro.Estoy en shock que trato de procesar todo esto, estoy enojado conmigo, con Alejandro, porque traté y hablé mal de una mujer inocente, estuve ciego, soy un imbécil, amo a Alejandro porque es mi hermano y él nunca fue mal hermano, pero era mal esposo y mal hombre, y ahora me doy cuenta de ello.Ahora me encuentro en mi oficina de la casa, aunque haya invitado a Isabel a vivir aquí, verla me hace sentir muy avergonzado, estuve equivocado y nada de lo que haga lo recompensará, la idea de que viva conmigo es por culpa, me siento culpable de lo que ha tenido que pasar, si no hubiese estado ciego, yo habría h
—No cariño, yo no… —me interrumpo a mi mismo cuando veo pasar a Cecilia—. ¿Cocinaste? —le pregunto.—No señor, fue la señora Bennette, es muy terca —me confiesa.Hannah me ve confundida y yo le agradezco a Cecilia por intentar, luego me voy al comedor y encuentro a Isabel acomodando los platos en la mesa.—Me alegro de que hayan llegado —se incorpora y nos ve con una sonrisa.—¿Qué hiciste, Isabel? Te dije que descansaras —cubro mi rostro con una mano.—Solo quiero agradecerles por dejarme vivir con ustedes temporalmente —se explica.—¿Qué? —dice Hannah y me ve con enojo.—Cariño… —me interrumpe.—Me has pedido que nos casemos, pero no parecemos un equipo, tomas decisiones sin involucrarme, ¿Acaso no soy importante para ti? —se enoja, nuevamente.Ella no me permite responderle y se disculpa con Isabel para que no piense que es con ella el asunto, es conmigo, luego se va a la habitación y cierra la puerta con fuerza.—Lo siento César, yo no quise causar problemas, debí pregun
Isabel no alcanzaba la servilleta y yo reacciono del transe que tiene ese pecho, le alcanzó la servilleta y le cubro el pecho, luego ella lo sostuvo, veo rápidamente a Hannah y espero que no note que se me ha parado. Me siento mal y culpable, es mi cuñada, ¿Qué te pasa? Recojo otra servilleta y se la paso a Hannah. Tal vez se me ha parado por Hannah, o sea, tiene su cara llena de leche.—Lo siento tanto Hannah, de verdad —dice Isabel en lamentación.—No te preocupes, más bien deberías estar orgullosa, ya que hasta tu leche materna sabe bien —Hannah se ríe probando un poco de lo que le ha caído en la cara, luego quita el resto con la servilleta.Todos nos reímos de ello, aunque al principio Isabel estaba avergonzada.—Se ha dormido —dice Isabel y se acomoda el pecho, finalmente lo cubre—. Voy a acostarlo.Retira su silla y se levanta para irse, Hannah me ve y siento su mirada encima.—¿Qué pasó Don caballero? Pensé que te ibas a ofrecer a llevar el niño —Hannah me conoce perfecta
En la mañana, al despertar, me levanto como siempre al lado de mi prometida, mientras ella se arregla, yo acomodo la cama y luego me arreglo yo. Al bajar al comedor está todo muy tranquilo, pero mi paz se acaba cuando veo a Isabel sirviendo la comida.—Isabel, entiendo que quieras agradecernos, pero por favor, necesitas descansar, ya basta de actuar como una empleada —le digo en un tono molesto—. Lo que deberías hacer es encargarte del niño.—Quiero aportar algo nada más —vuelve a explicarme.—¡Que no! —le grito asustándola y me retracto—. Que todo lo que hago es de corazón, no por algo a cambio.—¿De corazón? No, dijiste que era por tu hermano y bueno, si lo haces por él, necesito agradecer que… —la interrumpo.—Lo hago por él, por el daño que te causó —le explico.Logro callarla, termina de servir lo que tenía en sus manos, le pido que se siente y ella hace caso en silencio, parece que he tocado su punto débil, trato de tomar su mano y pedirle perdón, ya que seguramente no es
Asiento con delicadeza y trato de no ser duro con ella.—¿Por qué no me hiciste caso Isabel? Tenías que descansar —no puedo evitar frustrarme—. ¿Acaso tengo que quedarme en casa para cuidarte? Ella me ve, impresionada, yo también me impresiono de lo que digo, no es algo de lo que yo diría o haría a menos que la persona me importe.—No, lo siento, usted debe trabajar y yo soy muy terca —suspira—, es por la costumbre de siempre estar haciendo algo para Alejandro. —Se encoge de hombros.—No hagas eso —le hago una mueca y ella me ve extrañada.—¿Hacer que? —Hablar de él como si no lo odiaras. —Ella desorbita los ojos, no pareció esperarlo—. Wiliam me tiene al tanto del caso y poco a poco me he enterado como era mi hermano realmente contigo. No sabes cuánto lo siento mucho Isabel, de haberme dado cuenta antes, te juro que lo hubiera detenido, porque no es lo correcto, como te trataba, no estaba bien.Agacho mi rostro y espero a que me diga algo, pero como no dice nada, la veo y ella tien
El ringtone de mi móvil me hace reaccionar a mis pensamientos, y ahora entiendo que a eso se refería Isabel. Veo el nombre de la llamada y es Douglas, me pongo nervioso, pues estoy confundido de lo que estuve a punto de hacer.—¿No piensas contestar? —me pregunta Hannah asustándome.—Ehm si, ¿Me esperas en la habitación? —le propongo y ella asiente.Luego se va y el casi beso retumba en mi cabeza, toco la pantalla en el icono verde y me llevo el móvil al oído.—Aló, hermano, ¿Cómo estás? —¿Cómo estás tú? Te oyes raro.—Ehm, es Hannah, está enojada, pero aún no sé el porqué.Miento, pues Hannah no me preocupa del todo. —Ah ya, seguramente por tener a Isabel hospedándose en tu casa, hasta yo me sentiría incómodo…¿Por qué él se incomodaría? ¿Acaso no la ama?—¿Cómo sabes eso? —es otra curiosidad que la tomo como prioridad preguntar.—Porque me llamaron a testificar porque ella me mencionó y como sé que mamá la corrió del apartamento, pregunté en donde se estaba hospedando para visitar
Fue complicado, pero logré conseguir en dónde se encuentra Douglas, está en un bar, un bar al que en algún tiempo íbamos los tres hermanos a pasarla bien de más jóvenes. Me cambio rápidamente y salgo de la habitación, voy a la habitación de Isabel y toco la puerta, apenas escucho el “pase” entro. Hannah tiene al pequeño en sus brazos, muy hermosa se veía con su lado materno, pero en el momento que veo a Isabel, me incómodo.—¿Sucede algo cariño? —me pregunta Hannah y no comprendo.—¿Debería suceder algo?—Pues has despertado cuando te dije que yo me encargaría —me recuerda.—Disculpen que me meta, pero no es necesario que me ayuden todas las noches, entiendo que ustedes deben trabajar, es suficiente con el techo y la comida de verdad —dice Isabel avergonzada.—Nosotros también queremos tener hijos y pues queremos ir practicando, además lo hacemos de corazón, así que tranquila —responde Hannah. No sé si es cosa mía, pero Isabel se vio más desanimada.—Que bueno que planeen traer más ben