Capitulo 6 Una noche confusa

—Has cometido un error hoy —recalcó él, mientras seguía acariciándome. Su voz sonaba tan varonil que me costaba no derretirme por él.

—Majestad, tu me besaste, y olvidé que no debía tocarte

Él comenzó a reír.

—Shh... ¿y si, para remediar ese error, sigues viniendo? Así evitarás el castigo, claro —dijo, acercándose más a mí, al punto de que sentí su respiración sobre mis labios. Me miraba a los ojos, luego a mis labios, y me dio un suave beso que me hizo dar un pequeño brinco, pues no lo esperaba. Él rió ante mi reacción, y yo solo lo miré, avergonzada, quedándome en silencio.

—Eres tan dulce y encantadora, tan diferente —dijo, mientras acariciaba mi cabello.

—Perdona el atrevimiento, pero... ¿siempre te sales con la tuya? —le pregunté.

—Sí, casi siempre. Soy el príncipe, así que... —respondió con una sonrisa mientras seguía acariciándome.

—Además, trato de pensar bien las cosas antes de hacerlas, y por eso me salen bien —añadió con aire confiado.

—Pues eres... eres talentoso porque todo te sale bien. Sin embargo, yo... yo soy un fracaso —dije, alejándome de sus caricias para sentarme, abatida.

—Si fueras un fracaso, no estarías durmiendo con una de las personas más importantes y exitosas del reino —dijo él, sentándose a mi lado.

—Claro, como una prostituta — respondí

Él se sintió mal, y su sonrisa se desvaneció, reflejando preocupación.

—No digas eso. Si lo fueras, no dormirías solo conmigo.

—Pero duermo contigo a cambio de dinero.

—No es tu culpa; tampoco es que te haya dado opción —dijo, tomando mi rostro con suavidad, aunque yo miraba hacia la ventana.

—Me encantó verte hoy, toda sucia después de mi práctica. Fue como un premio para mí; te veías tan linda y molesta —dijo, tocando mis hombros, mientras yo empezaba a sentirme incómoda.

—¿Por qué de repente estás tan amable? —le pregunté, molesta.

—Porque cada vez me agradas más —respondió con sinceridad.

Lo que él y yo no sabía era que comenzaba a sentir algo más profundo por mí, un sentimiento que podría llevarle a hacer cualquier cosa.

—Debo irme, lo siento —dije, intentando levantarme, pero él me sujetó por los brazos.

—¿A dónde crees que vas? ¡No he dado orden para que te vayas! —dijo, firme y molesto.

—Majestad, si me quedo hasta el amanecer, será más difícil; podrían vernos a ambos.

—Pues atengámonos a las consecuencias.

—¡Claro! Como si la vida en peligro no fuera la mía, sino la vuestra —respondí con rabia. Él me soltó de inmediato, pero luego tiró de mis piernas, haciéndome caer sobre la cama. Se colocó encima de mí, sujetando mis brazos.

—¿Por qué eres tan complicada? ¿Por qué tan terca? —exclamó, y me besó de repente.

—¡Mmm!? ¿Por qué le llevas la contraria a tu superior? —me besó de nuevo.

—¿Por qué no simplemente me haces caso? —me besó una vez más, dejándome sorprendida. Luego, se acomodó a mi lado y, tomando mi brazo, lo cruzó por su torso, haciéndome recostarme sobre su pecho.

—¿Qué te sucede? —pregunté, aún aturdida.

—Es que... estás derritiendo poco a poco mi hielo y mi orgullo —dijo, acariciando mi espalda, hasta que caí en un profundo sueño.

Al amanecer, me desperté de golpe, alarmada, y lo desperté a él también.

—¿Qué te sucede? —preguntó, soñoliento, mientras yo me quitaba las sábanas para irme.

—¿A dónde vas? ¡Vamos, acuéstate! —dijo, acomodándose nuevamente.

—¡Que te acuestes, maldición! —dijo molesto, y obedecí, volviendo a recostarme junto a él.

—Tranquila, sé que hoy no trabajas. Quédate aquí —dijo, acariciándome mientras yo seguía preocupada.

—¡Has escuchado lo que le pasó a tu primo! Lo mismo me va a pasar a mí. ¡Me van a ahorcar!

—Escúchame —dijo, tomando mi rostro—. Mientras yo esté vivo, no permitiré que te pase nada.

—Pero...

—Tampoco permitiré que te envíen lejos de mí —prosiguió, interrumpiéndome.

Me calmé un poco, pero luego recordé que hoy había una ceremonia, y lo buscarían si no estaba en sus aposentos.

—Príncipe, debéis iros —le dije.

Él, triste, acarició mi rostro por última vez y se levantó para vestirse.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo