Massimo Al día siguiente amanezco abrazado a mi mujer y antes de levantarme le doy un pequeño beso, me dirijo a tomar una ducha para después bajar a desayunar, cuando Lilibeth está tomando una ducha cuido de Rachel y recibo un mensaje de uno de mis abogados los cuales me estuvieron ayudando con todo el caso del robo que estuve sufriendo los últimos meses, esto me sorprende dado que todo está aclarado y por el momento no les he pedido que realicen algún otro tipo de trabajo. En cuanto termino mi desayuno le informo a mi mujer que estaré en mi despacho revisando algunos documentos, hablo con mi abogado quien me informa que me ha hecho llegar una información sumamente importante que debo revisar. Me demoro un poco más de tiempo en algunos estados de cuenta, cuando me doy cuenta de que Stefano Rinaldi no era el verdadero culpable del desvío de dinero y robo de mi mercancía, alguien más lo estuvo inculpando todo este tiempo, me enfurece que por esta persona alguien inocente murió y no p
Lilibeth Hace ya un año de la muerte de Massimo y si bien he vuelto a sonreír, siento que arrancaron una parte de mi corazón y que nunca más podré amar a otro hombre como lo amé a él; gracias al apoyo que me han brindado mis amigos, porque eso son, amigos, la señora Marion, Mia, Anely y Franco entre otros; todos ellos me ayudaron a salir de esa tremenda tristeza que me envolvía y también porque debía ser fuerte por mis hijos. Flashback Hace un año Subimos a esas camionetas y Franco me explica el contenido del maletín, en él hay una enorme cantidad de dinero para entregársela a todos aquellos que deseen quedarse en Italia, también hay unos documentos sobre el desvío de dinero y robó de mercancías a los negocios de Massimo, mientras que en otro sobre hay nuevas identidades tanto para mis hijos y para mí, las lágrimas acuden a mis ojos y me hago la misma pregunta una y otra vez, ¿desde cuándo planeó esto Massimo? Y la más importante, ¿por qué? —¿Qué sucedió? ¿Por qué todos estos p
Luciano De Angelis Despierto una vez más igual que otras tantas veces a causa del mismo sueño, esa mujer que no deja de aparecer en mis sueños es hermosa, delgada, de baja estatura, cabellera larga y castaña con unos hermosos ojos color almendra y tez blanca, es como si la conociera de antes y siento una añoranza hacia ella, aunque estoy seguro de que no la conozco de antes. Aún recuerdo la primera vez que le comenté a mi novia sobre esta mujer, así como la descripción de ella, casi se vuelve loca y pidió que me revisara mi médico, después de esto comenzó a darme algunas pastillas para dormir mejor y dejé de soñar con ella. No me gusta tomar ese medicamento debido a que me hace sentir como aturdido y algunas veces llegaba a olvidar ciertas cosas, sin que ellos se den cuenta les he engañado haciéndoles creer que aun las tomo, aunque tiene semanas que no lo hago, por lo mismo he vuelto a tener el mismo sueño con esa mujer desconocida. Me doy la vuelta y veo a mi lado a mi futura pro
Lilibeth Recibo una llamada la cual me deja un poco desconcertada, se trata del señor Otto, hace ya más de un año que no lo veo y que ahora me llamé es demasiado extraño, sobre todo por el hecho de que no sé cómo consiguió mi teléfono. —¡Buenas noches, señorita!, espero que aún me recuerde. Lamento molestarla, pero hay algo que mi esposa y yo quisiéramos discutir con usted, ¿sería posible verla la siguiente semana? Sabemos que no está en el país, pero es urgente que hablemos con usted. —Suena algo preocupado por lo que espero que no sea nada de grave. —Claro, solo que tendría que hacer unos arreglos y estaré ahí en unos días —respondo después de pensarlo por un momento. —Gracias es importante que este aquí antes del sábado de la siguiente semana, disculpe la molestia, pero en verdad es muy importante y no podemos tratarlo por teléfono. —Ahí estaré, cuente conmigo. —Cuelgo el teléfono y me quedo pensativa sobre esta llamada tan extraña. Más tarde en el restaurante les comunico a
Es el día de la fiesta de compromiso de mi esposo y decido asistir con ayuda de Gianna, la esposa de Otto quien me transformo casi en otra persona me consiguió una peluca rubia para la ocasión, unas lentillas verdes, así como el atuendo que llevaré. Hemos decidido que de entre todos mis hombres llevaré a Donato, entramos a la mansión Salvatore sin ningún problema, nos movemos entre la gente y actuamos como si fuésemos una pareja, por mi parte es fácil, pero para Donato es incómodo tratar a su señora así (aunque a todos les he dicho que ya no soy más su señora y que ahora todos somos una familia, ellos se niegan hasta cierto punto a cambiar su forma de verme). Después de un rato deambulando por el lugar anuncian que los novios se presentarán para dar inicio con la fiesta de compromiso, nos acercamos un poco para no ser reconocidos y mi corazón se detiene al observar al hombre que está junto con Maritza, es él, no hay duda es mi Massimo y unas cuantas lágrimas escapan de mis ojos, Dona
Lilibeth Después de que hacen el anuncio de su compromiso salgo al jardín para tomar un poco de aire y poder despejar mi cabeza, cuando estoy preguntándome que fue exactamente lo que sucedió hace un año escucho unos pasos, me giro y veo a Massimo, intento huir de él, pero me es imposible, me toma por el brazo frustrando mi huida. Cuando pregunta si nos conocemos no puedo evitar sentir un dolor tan profundo, pero rápidamente lo oculto no quiero que se dé cuenta de quien soy hasta que sea seguro para ambos, por lo que niego conocerlo. También me hace saber que me vio ayer, mientras entraba a la cafetería de Otto, esto provoca que tiemble de miedo, si él me vio es posible que cualquiera se haya percatado de mi aparición, debo salir inmediatamente de aquí para no exponernos frente a todos, pero él no me dejará ir tan fácilmente y cuando estoy comenzando a desesperarme aparece Donato y me saca de aquí. —Señora lo lamento, pero Maritza estaba buscando al señor Massimo, no podía dejar qu
—¡Buenas noches, señora Carluccio!, ¿a qué debo el honor de su visita? —inquiere, me gusta que no se ande con rodeos por lo que puedo ser totalmente franca desde el principio. —¡Buenas noches, señor Lombardi!, ahora me llamo Lucrecia Montemayor, usted me entiende es por seguridad, para ser sincera quiero pedir su ayuda —en cuanto escucha esto suelta una sonora carcajada, yo por mi parte permanezco impasible a la espera de que diga algo. —Muy inteligente por su parte, ¿qué tipo de ayuda? Para serle sincero, me parece extraño que acuda a mí después de lo que sucedió hace más de un año. —Muda su expresión por una de profundo dolor. —Quiero que me cuente si sabe algo sobre Luciano De Angelis o mejor dicho Massimo Carluccio. —No parece nada sorprendido al mencionarle esto por lo que supongo que sabe algo. —Señora, ¿qué beneficio obtengo al proporcionarle esta información? —Sabía que pediría algo, así que he venido preparada. —Tengo información sobre el asesinato de su hijo Renzo Lombar
Luciano Estoy en el antro El bajo mundo con un amigo, cuando veo pasar a la mujer del otro día, hoy se ve sumamente hermosa con ese pantalón negro formal, un corsé dorado y un saco beige, parece toda una mujer de negocios, nunca pensé en encontrarla aquí, estoy por pararme e ir detrás de ella, pero veo que lleva prisa y se dirige hacia donde está el dueño del lugar; no lo conozco pero sé que puede ser un hombre demasiado cruel según lo que Maritza me ha contado, a mi prometida no le gusta venir a este lugar debido a su dueño, yo por mi parte disfruto mi estadía aquí, todos los trabajadores son realmente muy atentos conmigo. Después de cerca de una hora ella sale del lugar privado del dueño y para mi decepción se va rápidamente del antro sin siquiera poder acercarme a ella, espero poder volver a verla en los próximos días, pero sobre todo encontrarla a solas y no con el tipo que siempre la acompaña. Regreso a mi casa y encuentro a Maritza, ya acostada esperándome y por la forma en q