UN RAYO DE ESPERANZA

Lilibeth

Recibo una llamada la cual me deja un poco desconcertada, se trata del señor Otto, hace ya más de un año que no lo veo y que ahora me llamé es demasiado extraño, sobre todo por el hecho de que no sé cómo consiguió mi teléfono.

—¡Buenas noches, señorita!, espero que aún me recuerde. Lamento molestarla, pero hay algo que mi esposa y yo quisiéramos discutir con usted, ¿sería posible verla la siguiente semana? Sabemos que no está en el país, pero es urgente que hablemos con usted. —Suena algo preocupado por lo que espero que no sea nada de grave.

—Claro, solo que tendría que hacer unos arreglos y estaré ahí en unos días —respondo después de pensarlo por un momento.

—Gracias es importante que este aquí antes del sábado de la siguiente semana, disculpe la molestia, pero en verdad es muy importante y no podemos tratarlo por teléfono.

—Ahí estaré, cuente conmigo. —Cuelgo el teléfono y me quedo pensativa sobre esta llamada tan extraña.

Más tarde en el restaurante les comunico a Mia, Anely, Marion, Franco, así como a de mis otros hombres de confianza que viajaré a Italia, ya que el señor Otto desea hablar conmigo; ellos por su parte se oponen, dado que puede ser peligroso después de lo que sucedió hace un año. Al final decido ir con Donato, es uno de los pocos hombres que nunca fueron vistos conmigo, así como otros tantos de ellos, pero debo de ir con mi nueva identidad y disfrazada para que no se me reconozca.

Hoy por fin después de un año estoy nuevamente en el lugar donde fui la mujer más feliz, pero también la más triste; entró a la cafetería del señor Otto y estos me llevan a la parte superior donde se encuentra su casa, platicamos de muchas cosas poniéndonos al corriente de lo que nos ha sucedido en todo este tiempo.

—Creo que no me pidió venir solo para hablar de cómo me ha ido o ¿me equivoco? —indago y noto como la pareja se lanza miradas como tratando de encontrar las palabras justas para decirme la verdadera razón de su llamada.

—Bien señora, le seremos honestos hace unas semanas nos pareció ver al señor Massimo, al principio pensamos que estábamos delirando, pero ya han sido varias las veces que lo hemos visto; luce muy diferente no es el mismo, se le nota como perdido, por decirlo de alguna forma. —Me siento morir cuando me dicen que han visto a Massimo, ¿cómo es posible que se haya olvidado de su familia?

—¿Dónde lo vieron? ¡Quiero ir! —Me levanto de mi asiento con lágrimas en los ojos.

—¡Por favor, señora cálmese!, hay otra cosa. —Me extienden un sobre, lo tomo y leo lo que hay dentro, es una invitación a una fiesta de compromiso, pero sigo sin entender, viene a nombre de Luciano de Angelis y Maritza Salvatore.

—No entiendo, ¿esto qué tiene que ver con Massimo? —Ellos me miran y luego bajan la cabeza.

—Luciano y Massimo son la misma persona. —Y ahora entiendo todo, porque me hablaron con tanto misterio, pero aun así sigo sin entender, ¿cómo fue posible que Massimo fingiese su propia muerte?

—Esta invitación es para que usted vaya y averigüe qué está sucediendo, puede ir con alguno de los hombres con los que vino señora —responde Gianna.

—Creo que no es necesario, todo está más que claro, a Massimo su familia le importa un carajo —suelto furiosa.

—No señora, creo que hay algo más, es muy extraño que él haya hecho eso, según lo que hemos averiguado Luciano estuvo en coma unos meses y después de eso en rehabilitación. —Por un momento siento un rayo de esperanza de que mi esposo no me haya engañado todo este tiempo y, que haya una explicación para todo lo que ha sucedido.

—Está bien iré.

Quiero saber que sucedió y ¿por qué Massimo no nos buscó todo este tiempo a sus hijos y a mí? Y con ese pensamiento trato de darme fuerzas.

Me explican la idea que han tenido de cómo hacer que nadie me reconozca y a decir verdad es un buen plan, sobre todo, ya que la fiesta será de antifaces para proteger la identidad de altas figuras, con esto mi acompañante y yo podremos infiltrarnos en esa fiesta.

NOTA: en la llamada le dice señorita para evitar que si están siendo grabados reconozcan fácilmente a Lilibeth, un dato importante Gianna era una de las mujeres que trabajaban en la mansión de Massimo.

¿Por qué Massimo cambio su nombre y no busco a su familia?

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