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EL PADRE DE MIS HIJOS "SEGUNDO ENCUENTRO"

Luciano De Angelis

Despierto una vez más igual que otras tantas veces a causa del mismo sueño, esa mujer que no deja de aparecer en mis sueños es hermosa, delgada, de baja estatura, cabellera larga y castaña con unos hermosos ojos color almendra y tez blanca, es como si la conociera de antes y siento una añoranza hacia ella, aunque estoy seguro de que no la conozco de antes.

Aún recuerdo la primera vez que le comenté a mi novia sobre esta mujer, así como la descripción de ella, casi se vuelve loca y pidió que me revisara mi médico, después de esto comenzó a darme algunas pastillas para dormir mejor y dejé de soñar con ella. No me gusta tomar ese medicamento debido a que me hace sentir como aturdido y algunas veces llegaba a olvidar ciertas cosas, sin que ellos se den cuenta les he engañado haciéndoles creer que aun las tomo, aunque tiene semanas que no lo hago, por lo mismo he vuelto a tener el mismo sueño con esa mujer desconocida.  

Me doy la vuelta y veo a mi lado a mi futura prometida, Maritza Salvatore, me levanto de la cama sin hacer ruido y me dirijo a tomar una ducha para despejar mi mente de ese lindo sueño, cuando regreso para vestirme mi novia esta despierta y molesta conmigo por no despertarla para darnos una ducha juntos, la mayor parte del tiempo esta mujer me desquicia y no entiendo cómo es posible que en algún momento de mi vida me haya enamorado de ella.

—¿Por qué no me despertaste amor? Podríamos habernos dado una ducha juntos como lo hacíamos hace tiempo —pregunta haciendo pucheros, la ignoro y continúo vistiéndome.

—No me gusta despertarte eso ya lo sabes, además aun no me siento muy bien como para compartir la ducha contigo. —Reprimo un suspiro de frustración.

—Siempre dices lo mismo, tal parece que no soy tu novia, además ya tiene meses que dejaste las terapias de rehabilitación —responde molesta.

—¡Ya basta Maritza!, no quiero empezar una discusión tan temprano, bajaré a desayunar —la corto, ya que todos los días es lo mismo con ella, salgo de la habitación y la dejo sola.

Después de desayunar decido salir a dar una vuelta, estar en el mismo lugar que Maritza es sofocante, hasta hace apenas unas semanas me ha dejado salir de casa, pero siempre lo hago acompañado de guaruras, según ella es para mí protección debido al atentado que sufrí hace un año.

Estoy en una cafetería llamada La Casa de D'Angelo disfrutando un buen café cuando en la cafetería de enfrente llamada Otto's Caffè veo a la misma mujer de mis sueños y, sé que es ella porque cuando se retira un momento los lentes oscuros reconozco esos bellos ojos y mi corazón se paraliza de saber que no es producto de mi imaginación, esa mujer en verdad existe; si bien se ve un poco diferente a mis sueños, sé que es ella, sin embargo, está entra a la cafetería y a pesar de esperar por más de una hora ella no vuelve a salir provocando mi frustración.

Me retiro del lugar con cierto pesar y me dirijo a la tienda donde he encargado mi traje, dado que mañana por lo noche será la fiesta donde daremos a conocer nuestro compromiso Maritza y yo que, a decir verdad, aún no estoy convencido de querer casarme con ella, pero ha insistido tanto que tuve que aceptar, algo dentro de mí no acepta a esta mujer y no entiendo la razón de ello.

La noche del día siguiente llega tan rápido que desearía seguir postrado en esa cama y no rumbo a mi fiesta de compromiso, Maritza y yo acordamos que nuestros invitados podrían usar un antifaz, esto debido al tipo de negocio en el cual están mi futuro suegro y novia, es para proteger su identidad, así como de algunos personajes de alto mando.

Bajo al lugar de la recepción y encuentro a mi novia enfundada en un vestido dorado, el cual en la parte superior parece un tipo corsé casi transparente hecho de pedrería con un escote profundo, unido a una falda larga de chifón con una abertura a todo lo largo de su pierna izquierda, con un bolso y zapatos a juego, siempre ha sido una mujer que le gusta ser provocativa con su ropa y hasta cierto punto exhibicionista, desvío mi mirada, no sé porque me molesta tanto su sola presencia.

Me posó a lado de mi novia cuando a lo lejos veo una mujer, la cual me roba la respiración, lleva un vestido rojo con escote de hombros caídos y estilo sirena, el cual se ajusta perfectamente a las curvas de su cuerpo, se pierde entre la multitud y no puedo evitar tratar de seguirla con la mirada, aunque sé que es imposible.

¿Quién es realmente Luciano De Angelis? Y ¿Quién es la mujer de sus sueños?

Giss Vargas

Este es el segundo libro titulado "El padre de mis hijos".

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