Me he quedado dormida después del parto sin darme cuenta, cuando abro los ojos me encuentro en una habitación bastante amplia y linda, giro a mi derecha y me encuentro a Massimo dándome la espalda mientras carga a nuestra bebé, esta tan concentrado hablándole que no sé ha dado cuenta que ya desperté. —¿Cómo está mi princesa? ¿Sabes?, me dieron un susto de muerte mamá y tú. Por un momento pensé que les pasaría algo malo, pero el doctor me dijo que no querías dejar a tu mami, eres hermosa, gracias a Dios que te pareces a ella, es hermosa igual que tú, espera a que la veas y me darás la razón. Tú mamá, tú hermano y tú son mi vida entera. —Luego comienza a mecerla y darle besitos en su carita, se ve tan tierno que no quiero interrumpirlo, cuando se gira hacia mí y ve que estoy despierta observando todo se pone rojo de la vergüenza, es algo lindo ya que nunca lo había visto en esta faceta tan tierna. »¿Cómo te sientes amor? —pregunta un poco más serio, yo por mi parte le sonrió y extiendo
Han pasado tres meses desde el nacimiento de Rachel y ahora me siento nuevamente completo a lado de la mujer que amo y la única que es capaz de ser dueña de mi corazón, me estoy dando una ducha, mientras Lilibeth esta amamantado a nuestra bebé cuando de repente siento como unos brazos se enredan alrededor de mi cintura. —¡Hola, amor! —dice, mientras besa mi espalda desnuda y una de sus manos baja hasta mi hombría comenzando a subir y bajar su mano tratando de estimularme, lo cual no tarda demasiado, escucho una pequeña risa cuando se da cuenta que ha logrado su cometido—. ¡Gírate! —me ordena y sin vacilar ni un solo segundo hago lo que me dice, acto seguido mi mujer se agacha y posa sus suaves labios en mi miembro el cual ya está bastante hinchado. Comienza a besarlo y después se lo mete a su boca como si fuese el caramelo más delicioso que ha probado en su vida, su boca hace maravillas y sin darme cuanta comienzo a mover mi cadera hacia adelante y atrás, mientras con una de mis mano
Lilibeth Hacer el amor con Massimo, mientras Rachel duerme en sus cuna ha sido maravilloso, sobre todo por el hecho de que todo el tiempo he tratado de no gritar para despertarla, y con este pensamiento me quedo profundamente dormida. Al siguiente día hacemos nuestra rutina normal, después de desayunar me informa que estará en su despacho revisando algunos documentos por lo que decido salir al jardín con mis hijos y tomar el sol. Después de al menos una hora jugando con ellos o mejor dicho con Alex, ya que Rachel se pasa la mayor parte del tiempo dormidita, decido que es momento de regresar y preparar la comida, tomo con una mano a mi hermoso Alex quien ya camina y con la otra el pequeño cochecito donde Rachel duerme, veo en la entrada a Massimo quien parece bastante apurado y también muy molesto. —¿Saldrás amor? —Se gira y se acerca hasta nosotros, besa a nuestros hijos y después me da un beso, pero hay algo diferente en él, aunque no lo sabría explicar. —Sí mi amor, tengo algo
Massimo Al día siguiente amanezco abrazado a mi mujer y antes de levantarme le doy un pequeño beso, me dirijo a tomar una ducha para después bajar a desayunar, cuando Lilibeth está tomando una ducha cuido de Rachel y recibo un mensaje de uno de mis abogados los cuales me estuvieron ayudando con todo el caso del robo que estuve sufriendo los últimos meses, esto me sorprende dado que todo está aclarado y por el momento no les he pedido que realicen algún otro tipo de trabajo. En cuanto termino mi desayuno le informo a mi mujer que estaré en mi despacho revisando algunos documentos, hablo con mi abogado quien me informa que me ha hecho llegar una información sumamente importante que debo revisar. Me demoro un poco más de tiempo en algunos estados de cuenta, cuando me doy cuenta de que Stefano Rinaldi no era el verdadero culpable del desvío de dinero y robo de mi mercancía, alguien más lo estuvo inculpando todo este tiempo, me enfurece que por esta persona alguien inocente murió y no p
Lilibeth Hace ya un año de la muerte de Massimo y si bien he vuelto a sonreír, siento que arrancaron una parte de mi corazón y que nunca más podré amar a otro hombre como lo amé a él; gracias al apoyo que me han brindado mis amigos, porque eso son, amigos, la señora Marion, Mia, Anely y Franco entre otros; todos ellos me ayudaron a salir de esa tremenda tristeza que me envolvía y también porque debía ser fuerte por mis hijos. Flashback Hace un año Subimos a esas camionetas y Franco me explica el contenido del maletín, en él hay una enorme cantidad de dinero para entregársela a todos aquellos que deseen quedarse en Italia, también hay unos documentos sobre el desvío de dinero y robó de mercancías a los negocios de Massimo, mientras que en otro sobre hay nuevas identidades tanto para mis hijos y para mí, las lágrimas acuden a mis ojos y me hago la misma pregunta una y otra vez, ¿desde cuándo planeó esto Massimo? Y la más importante, ¿por qué? —¿Qué sucedió? ¿Por qué todos estos p
Luciano De Angelis Despierto una vez más igual que otras tantas veces a causa del mismo sueño, esa mujer que no deja de aparecer en mis sueños es hermosa, delgada, de baja estatura, cabellera larga y castaña con unos hermosos ojos color almendra y tez blanca, es como si la conociera de antes y siento una añoranza hacia ella, aunque estoy seguro de que no la conozco de antes. Aún recuerdo la primera vez que le comenté a mi novia sobre esta mujer, así como la descripción de ella, casi se vuelve loca y pidió que me revisara mi médico, después de esto comenzó a darme algunas pastillas para dormir mejor y dejé de soñar con ella. No me gusta tomar ese medicamento debido a que me hace sentir como aturdido y algunas veces llegaba a olvidar ciertas cosas, sin que ellos se den cuenta les he engañado haciéndoles creer que aun las tomo, aunque tiene semanas que no lo hago, por lo mismo he vuelto a tener el mismo sueño con esa mujer desconocida. Me doy la vuelta y veo a mi lado a mi futura pro
Lilibeth Recibo una llamada la cual me deja un poco desconcertada, se trata del señor Otto, hace ya más de un año que no lo veo y que ahora me llamé es demasiado extraño, sobre todo por el hecho de que no sé cómo consiguió mi teléfono. —¡Buenas noches, señorita!, espero que aún me recuerde. Lamento molestarla, pero hay algo que mi esposa y yo quisiéramos discutir con usted, ¿sería posible verla la siguiente semana? Sabemos que no está en el país, pero es urgente que hablemos con usted. —Suena algo preocupado por lo que espero que no sea nada de grave. —Claro, solo que tendría que hacer unos arreglos y estaré ahí en unos días —respondo después de pensarlo por un momento. —Gracias es importante que este aquí antes del sábado de la siguiente semana, disculpe la molestia, pero en verdad es muy importante y no podemos tratarlo por teléfono. —Ahí estaré, cuente conmigo. —Cuelgo el teléfono y me quedo pensativa sobre esta llamada tan extraña. Más tarde en el restaurante les comunico a
Es el día de la fiesta de compromiso de mi esposo y decido asistir con ayuda de Gianna, la esposa de Otto quien me transformo casi en otra persona me consiguió una peluca rubia para la ocasión, unas lentillas verdes, así como el atuendo que llevaré. Hemos decidido que de entre todos mis hombres llevaré a Donato, entramos a la mansión Salvatore sin ningún problema, nos movemos entre la gente y actuamos como si fuésemos una pareja, por mi parte es fácil, pero para Donato es incómodo tratar a su señora así (aunque a todos les he dicho que ya no soy más su señora y que ahora todos somos una familia, ellos se niegan hasta cierto punto a cambiar su forma de verme). Después de un rato deambulando por el lugar anuncian que los novios se presentarán para dar inicio con la fiesta de compromiso, nos acercamos un poco para no ser reconocidos y mi corazón se detiene al observar al hombre que está junto con Maritza, es él, no hay duda es mi Massimo y unas cuantas lágrimas escapan de mis ojos, Dona