Elizabeth. Papá me estaba llamando a los gritos, se escuchaba muy enojado y a mí me entró el pánico. Desde que murió Mamá, él se volvió muy explosivo; cualquier cosa lo irritaba y hasta el más mínimo detalle era el detonante para que su furia se hiciera presente.Tristemente, me estaba acostumbrando a esa situación, pero no mi abuela. Ella sufría al verlo en ese estado. Pues, aún con todos sus defectos, se trataba de su hijo, y le dolía ver cómo el odio lo consumía poco a poco, y más aún que quisiera desquitarse con nosotras por ese cúmulo de emociones que llevaba en su interior.—Elizabeth, ¿hasta cuándo te quedarás en la casa sin hacer nada? Es tiempo de que te busques un trabajo. Sabes que mis ahorros están agotando; ya casi no me queda nada de la liquidación. Bastante tengo con ocuparme de tu abuela. Si no me ayudas, tendré que llevarla a un asilo de ancianos —dijo.—No puedes hacer eso, papá. Sabes que si la sacas de su casa, la llevarás a la muerte —le dije con lágrimas en los
Alex.Entré a la oficina de Ashley y di un portazo, estaba furioso, no era posible que esa chica se hubiese atrevido a rechazarme, a mí, que jamás tuve alguna negativa por parte de ninguna mujer.—Me rechazó Ashley, esa mujer se atrevió a decirme que no, tú me dijiste que reunía Las características de la chica que necesito para casarme, ¿cómo pudiste equivocarte?—Le dije a mi asistente echando chispas por los ojos.—Lo lamento Alex, parecía una chica dócil, jamás imaginé que pudiera rechazar tu propuesta, pero debes entenderlo, no todas las personas son movidas por el dinero y la ambición, tal vez ella sea diferente.—No me interesan los escrúpulos tontos, sabes que necesito con urgencia encontrar una esposa, mi abuelo me dio un ultimátum, y ya lo conoces, sabes que sus amenazas no son en balde.—A lo mejor cambia de parecer, ¿quieres que le llame para intentar convencerla? Dijo Ashley tratando de tranquilizarme.—no, no quiero que hagas nada, le daré hasta mañana, estoy seguro que me
Elizabeth.Corté la comunicación con Alex, no podía creer que me hubiese atrevido a llamarlo después de haberle dicho qué su propuesta no me interesaba para nada, pero me encontraba en una situación desesperada y era necesario tomar cartas en el asunto antes de qué las cosas se pusieran peor para mí, mi malvado padre ya había sacado a la abuela de casa, Y quién sabe lo que pretendía hacer conmigo, Cada vez que él amenazaba había que tener mucho cuidado, pues sus planes tenían la cualidad de ser letales para quien se viera afectado, y en este caso era yo, me atormentaba El no saber nada de la abuela, seguro estaría muy triste y desilusionada, Y como no estarlo si su propio hijo había sido capaz de semejante bajeza. Por fin me decidí a salir de mi habitación, me daba miedo hacerlo pero debía comportarme de manera normal antes de huir de ese lugar, mi padre no podría sospechar nada, ya que si lo hacía evitaría a toda costa mi partida, avancé sin hacer ruido, cuándo de pronto escuché la v
Elizabet. Las gotas para dormir estaban empezando a hacer efecto en mi padre, cada palabra que decía me causaba una gran repugnancia y una creciente indignación, no daba crédito a lo que sus palabras revelaban, como era posible que pudiese vender a su propia hija sin importarle exponerla a quién sabe qué peligros, me llené de rabia y no pude soportarlo más, le di la espalda y me conduje hacia mi cuarto. Lo único qué deseaba era salir corriendo de aquella casa, abandonarlo para siempre y no volver a verlo jamás, pero debía ser prudente, esperar el momento propicio, ya que de otra manera el impediría mi salida y se daría cuenta de todo. Desde mi habitación escuchaba su voz que no paraba de repetir la misma cantaleta.-vivirás como una reina cielito, ese hombre pondrá el mundo a tus pies, tendrás todas las joyas y vestidos que jamás imaginaste, sólo tienes que cumplir sus deseos, se buena niña, yo sé lo que te digo, te conviene hijita, vociferaba mi padre con su asqueroso tono retorcido
ElizabethAlex se está comportando tan diferente conmigo, me llamó demasiado la atención su forma de proceder cuándo me dio en ese estado, jamás imaginé que fuera esa clase de chico, se veía tan arrogante y déspota cuando nos encontramos en la oficina, que no creí todo lo que estaba haciendo por mi . llegamos a su casa, era el día libre de los empleados así que debíamos arreglárnoslas solos, me condujo hasta una habitación que me pareció de ensueño con solo verla, era enorme y muy lujosa, tenía una cama del tamaño de mi antigua habitación, todo Lucía impecable, había un espejo muy bello, el piso cubierto de alfombras y unas persianas muy lindas.-aquí puedes quedarte Elizabeth, ¿porque supongo que puedo tutearte verdad?.-muchas gracias, sólo acerté a decir, No veo ningún problema en tutearnos, siempre y cuando haya respeto entre nosotros.-¿Acaso tengo cara de ser irrespetuoso? Contestó Alex esbozando una media sonrisa. Se veía muy guapo cuando sonreía, se le formaban dos pequeños ho
Elizabeth.El desayuno transcurrió con normalidad, Alex y yo teníamos muchas cosas en común, no cabe duda que las apariencias engañan, pues al verlo en la oficina, haciendo gala de su poder, proyectaba una imagen totalmente diferente a la que ahora estoy empezando a conocer. Había llegado el momento de hablar sobre los temas incómodos, pensaba contarle lo de mi abuelita, ya que necesitaba que el estuviese al tanto, para solicitarle de todo corazón su ayuda para encontrarla, no sabía cómo reaccionaría ante eso, pues casarse con alguien que tuviese que hacerse cargo de una persona mayor, no resultaba un panorama nada tentador para la mayoría de las personas, en cambio para mí, ella lo significaba todo, pues mi abue siempre estuvo conmigo y con mamá en los momentos más difíciles siendo nuestro consuelo y apoyo incondicional. había quedado de ver a Alex en la terraza un poco más tarde, comeríamos juntos y aprovecharíamos para tratar esos temas que tanto me preocupaban, no obstante, si lo
Alex.Ahora entendía muchas cosas, Elizabeth no era una mujer sin escrúpulos como todas las mujeres a las que estaba acostumbrado a tratar, y aún cuando lo sospeché en un principio cuando rechazó mi propuesta de matrimonio, ahora lo estaba confirmando. Se casaría conmigo no por dinero, ni por los lujos, ni por la posición social que yo podía ofrecerle, sino para salvar a su abuela, eso me intrigaba en gran manera, ¿de quién estaba huyendo?, ¿Quién le había hecho tanto daño?, Ese día cuando acudió a mí en busca de ayuda, la vi tan vulnerable que desde ese momento surgió una necesidad imperiosa de querer ayudarla, y así lo haría, ella también estaba Ayudándome en gran medida, definitivamente ese acuerdo nos beneficiaría a ambos, los dos contraeríamos matrimonio por razones de peso. En cierta forma me alegraba no tener que casarme con una mujer fría y calculadora, una chica ambiciosa capaz de todo por dinero, era un alivio saber que compartiría esos dos años con una mujer con el corazón
Alex.No podía dejar de besarla, mi respiración se agitaba cada vez más, saborear el néctar de sus labios era sin duda la más deliciosa experiencia, incluso para mí, un hombre acostumbrado a estar con todo tipo de mujeres, pero ella era diferente, su inocencia y hermosura me cautivaba, ¿qué me estaba pasando?, ¿Por qué no podía resistirme a semejante tentación?. Nuestros labios parecían tener vida propia, y mis manos comenzaron a acariciarla, ella se aferraba a mí con fuerza y eso me causaba mayor excitación.– me vuelves loco, le dije con la voz entrecortada y buscando sus labios para volver a besarla –.– Alex esto no está bien contestó ella tratando de recomponerse –.La besaba en los labios, en el cuello, y acariciaba su espalda, Ella me abrazaba con fuerza como si no quisiera que la soltara.– ¿Quieres que me detenga? –.– Yo, murmuró ella con un hilo de voz, no debemos, tú y yo tenemos un acuerdo y esto que estamos haciendo no debe ser –.Con sus palabras la magia se rompió y m